viernes, 17 de enero de 2014

Toledo: Judíos, Magos, Traductores, Nigromantes, Cabalistas y viceversa


Numerosas fuentes históricas asignan a la vieja ciudad de Toledo un papel muy importante en el estudio y desarrollo de las artes mágicas. La convivencia en un mismo punto de "tres culturas" impregnó a la ciudad de un ambiente científico avanzado y único en toda Europa, caldo idóneo de cultivo para la profundización en otras artes más heterodoxas. José Ignacio Carmona nos ofrece en este extenso y detallado artículo los motivos por los que Toledo ha sido conocida desde hace siglos como sede de la magia y la nigromancia.

Tradicionalmente el pueblo judío ha sido uno de los pueblos más aficionados a la magia, como se constata entre otros en textos como "Horón y las serpientes" y en la proliferaron de inscripciones sobre hígados y pulmones, votos hechos a una divinidad a la que se ha sacrificado un animal al objeto de servirse de sus entrañas para adivinar el porvenir. El talismán llamado"nehustan" era único, y la herencia más sagrada de Moisés, así como la costumbre de enrollar con bandas y velos la cabeza y manos de figurillas de cera con intención de causar un daño, estaba muy extendida. También sabemos de la fabricación de "Efod" o imágenes de oro chapeado con forma de disco alado, atributos de serpiente o bajo la apariencia de un becerro. Estos objetos que se vinculaban a la tribu como especie de genios familiares servían para proporcionar oráculos.

Fue muy habitual entre los judíos el uso de tableros adivinatorios, sobre los cuales los sacerdotes hacían tiradas de una especie de dados (urim y tummim) con forma de disco que se movían mediante un resorte contestando "si" o "no" a las preguntas. La figura del "nabí" tuvo su apogeo en el siglo IX AC, se trataba de una figura a medio caballo entre el hechicero y el profeta que predecía el tiempo a cambio del pago de una moneda o un regalo. Estos "nabis1" , que más tarde proliferarían llegando a establecer escuelas en Rama y Gibea, recorrían el territorio asidos uno de la mano del otro formando grandes corros, danzando al son de la citara y el tímpano, gritando y gesticulando presa de un furor divino. El entusiasmo homofágico era un silencio vertiginoso y vibrante

A pesar de los esfuerzos por prohibir estas prácticas por parte de la clase sacerdotal perduró en el tiempo la utilización ritual de la sangre, de los cabellos, la imposición de manos, el uso de amuletos conocidos como "terafim" o la utilización de prendas con propiedades mágicas, como sucedió con Elías cuando utiliza su manto para separar las aguas del Jordán. También en el antiguo Israel, estaba muy extendida la invocación a los muertos, como se manifiesta en el famoso pasaje cuando Saúl antes de entrar en combate con los filisteos solicita la intercesión de una nigromante pidiendo ayuda al difunto Samuel. La creencia en "refaim" se retrotrae a la época de los patriarcas, estos "refaim" no eran otra cosa que las sombras vanas de los muertos que sin conciencia, conocimiento o memoria habitaban bajo la tierra en un mundo llamado "Scheol". La creencia judía suponía que el difunto podía hacerse oír bien directamente desde el suelo, bien a través de una "yidde onim" o vidente De igual forma fue muy frecuente el fenómeno de la "incubatio", que suponía pasar la noche junto a una tumba siendo entonces cuando el consultante era auxiliado por el difunto generalmente durante el sueño.

El mundo mágico hebreo fue el principal damnificado del mundo mágico egipcio. La magia ritual que traslada su influencia posterior a todo la cuenca mediterránea, tiene su génesis simbólica en la copula del Dios Thot-Hermes (Dios del Verbo y del Numero) con la Diosa Maat (Diosa de los Ritmos, de la Armonía y de la Verdad). Fruto de esta hierogamia florecen los triángulos, las escaleras, los cuadrados mágicos, los anagramas, los palíndromas, y toda clase de figuras geométricas y aliteraciones de sonidos y letras combinados con intención mágica. La creación de seres vivos artificiales forma parte de los ensayos mágicos asociados al último faraón Indígena, Nectanebo (360-350 AC), quién según la tradición griega fue el mago más poderoso entre los soberanos egipcios. La elaboración de "Ushabti" (figurillas que representaban un doble del muerto) desemboca en la creación de "homunculis", seres a los que se animaba vida (el pneuma) según la creencia, mediante la técnica de escribir una palabra mágica en su muñeca de arcilla. Esta tradición egipcia heredada por la cábala hebrea, está detrás del origen de la leyenda alcanzada la Edad Media del famoso "Golem" de Praga.

Así pues La palabra hebrea "Qabalah" que se traduce por "tradición" surge en el Egipto alejandrino al mismo tiempo que la Gnosis, el Hermetismo y la Alquimia.

El acervo mágico-supersticioso de la época de los patriarcas sobrevive, con algunas modificaciones, en el seno de la comunidad hebrea del llamado "Toledo de las tres culturas" (¿una sola cultura y tres religiones?).

Algunos historiadores basándose en comentarios rabínicos del siglo XV fijan la entrada de los judíos en la península en tiempos de Nabucodonosor, aunque desde mucho antes habrían existido contactos comerciales. Amador de los Ríos cree que su llegada está unida al estimulo mercantil de las expediciones de sirios y fenicios, entre las que se incluirían judíos.

En realidad la arqueología y la epigrafía hablan de que la presencia judía en la Península no fue en cualquier caso anterior a la destrucción del segundo Templo de Jerusalén por los romanos (70 dC). Una inscripción hebrea hallada en Abdera (Adra) testimonia la presencia judía en los siglos II y III. Pertenece a la tumba de una joven llamada Salomonulla.

Ishac Abravanel en su comentario al Libro de Los reyes afirmaba que el más antiguo asentamiento judío tras la destrucción del primer Templo en España fue Toledo, siendo sus fundadores originarios de las tribus de Judá y Benjamín. De aquí que el nombre "Tuletula" derivará del hebreo "taltelah" (errantes) 2

Dice Jean Richer, que las lucubraciones etimológicas sobre el nombre de "Toletum "confirman la fuerza evocadora de la topografía del lugar: Maravilloso "jardín de las Hespérides", alfa y omega, Jerusalén Celeste imagen y resumen de un mundo donde las aguas que lo abrazan son metáfora devanada de un tiempo inexorable que ve caminar un mito en el curso de las edades.

Geógrafos e historiadores musulmanes como Muhammad al-Idrisi contribuyen a incrementar el acervo poético de Toledo en la Europa del siglo XII al recordarnos como en la ciudad se descubrió "la Mesa de Salomón, hijo de David, construida con una esmeralda de una sola pieza".

Si hacemos inventario de leyendas como la de la celebérrima "Mesa de Salomón" nos toparemos con una cenagosa argamasa de datos con mezcla de lo real y de lo fantástico. Si bien la fuente más verosímil supone que la Mesa fue traída desde Roma formando parte del botín de los visigodos, las tradiciones andalusíes afirman que la Mesa pasa por Egipto siguiendo el itinerario que la expansión árabe realiza por el norte de África hasta alcanzar la Península Ibérica. El egipcio Alacan, menciona que la fabulosa "Mesa" se deposito en una fortaleza llamada Firás a dos leguas de Toledo. Según el Catedrático de filología Joan Juaristi:

"No hay noticia de ningún otro autor con la existencia de una ciudad con semejante nombre, ahora bien, Firás se parece bastante a Firdas, palabra persa que adoptaron los árabes y que significa "jardín", aunque se refiere por antonomasia al paraíso y está relacionada también etimológicamente con la palabra hebrea 'parres'"

Todo apunta pues al mítico "Pardes" de la literatura cabalística, citado en el "Pardes Rimmonim" de Cordovero, donde se analiza la pronunciación del nombre divino según la exposición del sistema de Abulafia. La entrada en el "Pardes" es una alegoría de la experiencia interior alcanzada por los místicos cabalistas. La famosa "Mesa de Salomón", más allá de considerarse como un objeto real originario del Templo de Salomón, es el producto de una cosmovisión de mentalidad arcaica que está en la raíz de todos los mitos. La Mesa se relaciona en términos cabalísticos con "la metáfora del engullimiento", donde se nos instruye en el proceso de aniquilación que padece el alma humana hasta alcanzar su unión con Dios. En otras palabras: La "Mesa" es un objeto mágico intercambiable por cualquier otro objeto mágico y su universalidad proviene de su consideración como arquetipo.

No es extraño el que las crónicas sefardíes ubiquen el paradero de sus mitos más claramente identitarios en la Península, y por encima de ningún otro lugar, en Toledo.

Los judíos hispanos fundamentan su identidad queriendo interpretar España como la Sefarad bíblica. Lo que singulariza los orígenes de la comunidad sefardí es precisamente sentirse herederos de una diáspora de calidad. De tal modo que encontramos en textos como los diálogos figurados del sabio Tomás con el rey Alfonso de "Sefarad" ("La vara de Yehudah "siglo XVI) la constatación de una prosapia real:

"Sepan nuestro señor que al venir Nabucodonosor contra Jerusalén, otros reyes poderosos acudieron en ayuda de aquel...a la cabeza vino el rey Hispano...Con Hispano marcho su yerno llamado Pirro...Nabucodonosor ...les dio parte en el botín y en los cautivos...Aun ha de saber nuestro señor que en Jerusalén habida de norte a sur tres recintos amurallados...Desde el segundo recinto al tercero vivían los de estirpe real , de la familia de David y los sacerdotes encargados del servicio de altar...Nabucodonosor dejo aquel recinto a Pirro e Hispano...el referido Pirro...se trajo a Sefarad....a todos los cautivos...y también a Toledo...aquellos judíos deportados eran de prosapia real...(Selomoh Ibn Vergara)

Aunque muchos historiadores han querido interpretar estos textos como una autorecración del ideal aristocrático, algunas fuentes judías tardías como Yishaq Abarbanel y Selomoh Ibn Vergara seguían manteniendo estos orígenes. Incluso es cierto que los judíos oriundos de la península no se mezclaron con los otros hijos de Jacob. A tal punto interiorizaron su genealogía, que muchos conversos ilustrados aún con la amenaza que esto suponía seguían sintiéndose orgullosos de su linaje y su origen levítico, como los Santa María descendientes del obispo de Cartagena y Burgos.

Paralelamente y para reforzar este particular se insiste por parte de los descendientes de tan distinguidas tribus, en el origen hebreo de ciertas poblaciones españolas, particularmente del reino de Toledo: Escalona, Noves, Maqueda, y Yepes, en alusión al recuerdo de las poblaciones dejadas atrás en Palestina: Ascalon, Manove, Magedon y Yope.

Por encima de todas ellas se erige Toledo, y según Isaac Cardoso ("Excelencias de los hebreos; 1ª excelencia"), la ciudad habría sido fundada en tiempos de Asuero por lo que su etimología " Toldot", significaría" linajes".

Otros autores judíos abundan en el origen judío de Toledo, pero sustituyendo la etimología por "Tiltul", aludiendo al "trajín" que se origino a propósito de la diáspora. El ilustre Arias Montano perfecto conocedor del mundo judío, no solo no tiene ninguna duda, sino que defiende a capa y espada la etimología de Toledo en su "Comentario a Abdias "

La familia Abarbanel según el profesor Ayaso, se vanagloria de hundir sus raíces genealógicas en el mismísimo rey David, y aún hoy en día goza de gran prestigio por ello.

Ibn Vergara insiste:

"Al suceder la destrucción del segundo templo...40.000 familias del linaje de Judá y 10.000 del de Benjamín y de los sacerdotes...las envió a España...unos pocos de los hijos de Judá se pasaron a Francia"

Hay que reparar en que para algunos filósofos judíos como André Neher algunas etimologías y vocablos se sitúan fuera de la esfera de la literalidad. Para el filosofo el día en que fueron creados cielo y tierra era un día de historia; era el comienzo y la puesta en movimiento de la historia ulterior, que se continuaría atendiendo al ritmo de los "toldot" (generaciones"). La doble terminología de los días y las generaciones empleadas por el narrador bíblico sirve igualmente para la consumación de la historia .Los días suponen un comienzo, las generaciones de la historia se encaminan a un fin, y respecto de este fin pueden producirse fallos o rupturas en la cadena de generaciones. Tal es el sentido de la visión final del último profeta canónico de la Biblia Malaquías.

La mentalidad hebrea rehúye el pensamiento abstracto por lo que echa mano de un relato narrativo esencialmente evocativo donde cada palabra refleja fielmente una idea. Estaríamos por tanto interpretando algunas etimologías en términos históricos y olvidándonos de la natural inclinación del mundo hebreo por la exegesis. "El Talmud" y el "Zohar" son comentarios sobre la "Torah", pero mientras "el Talmud" es una desviación de la tradición oral que la mordedura del tiempo ha convertido en tradición escrita, el "Zohar" es el alma viva que infiltra la luminosidad mística en la evocación que se desprende de cada letra, de cada palabra. El signo se convierte en letra y tras un proceso donde interviene la "jokmah" (Sabiduría) muta en realidad numinosa.

Como vemos las maquinaciones del pensamiento humano buscan captar a la naturaleza de las maneras más curiosas. Los hebreos han tenido como ideal estar carismáticamente relacionados con Dios. Son numerosas las instituciones en Israel que se afirman en esta pretensión; pero la más importante es la de la ley, la de la Torah. Como nos dice el eminente filosofo judío André Neher:

"El conocimiento por el espíritu es una invitación: Orienta al hombre hacia Dios... La originalidad del pensamiento hebreo no está solamente en haber relacionado a la creación con un Dios único, sino en haber establecido entre ese Dios y el mundo creado por él una relación histórica, y no ya mítica. Esta relación histórica, la de la alianza, lleva consigo dos consecuencias, tan importantes la una como la otra. La una es la trascendencia de Dios, la otra su inmanencia. En la concepción bíblica, no hay contradicción alguna entre Dios y el mundo, pero sí una situación contradictoria de Dios en relación con el mundo. Dios está a la vez cerca y lejos, exterior al Universo... "

Tal es el esquema que nos plantea la Cábala y que constituye —en cuanto a su escatología— la réplica de la cosmología del origen. En la época Alejandrina la tradición oral de la mística judía (La forma en que se lee una palabra y la forma en que se escribe es uno de los fenómenos misteriosos de la Biblia) se hace letra y alumbra el Sepher Yetzirah; más tarde alrededor del 1100 de los comentarios de un maestro de la Provenza sobre algunos de los versículos de este tratado más de las aportaciones del ideario de algunos grupos de trabajo y reflexión sobre el Sepher Yetzirah nace el Bahir (Libro de la Claridad).

La Cábala significa "recepción" y supone la experiencia mística de la divinidad. La prueba documental más antigua sobre la existencia de la palabra Cábala se remonta a un documento en Bagdad del siglo X. En el judaísmo está prohibido decir el nombre de Dios y todo se articula sobre las consonantes YHWH, la "vocalización" es la clave de su misterio.


Podemos apreciar tres tipos de técnicas o escuelas dentro de cábala; la extática, la Teosófica y la mágica, siendo la finalidad última influir en Dios, mejorarlo. La supuesta "perfección" de Dios es una aportación griega a la Biblia.

La Cábala se sustenta sobre tres bases: La Gema tría, la Themura y la Notárica.
La Gema tría es un método y una metátesis (alternación del orden de las letras en una palabra) lo que supone que cada carácter hebreo tiene un valor numérico y una compleja red de correspondencias.
La Notarica interpreta cada voz tomando cada letra por la inicial de otra palabra. La Temura supone que hay letras equivalentes e interpretando la voz transmuta las equivalencias.
La Cábala incluye cuatro modos de interpretar las Sagradas Escrituras: En sentido literal o Pshat, el método Ramaz o la aplicación del intelecto, Darásh o mediante la Intuición que infiere un entendimiento intelectual por encima de la conciencia, y el más elevado o Sod, que desvela el secreto solo a los discípulos predilectos del iniciado.

Sin embargo en la España del siglo XIII encontramos una Cábala muy influenciada por el pietismo alemán que se bifurca en dos tendencias; la mística o especulativa y la práctica. Esta última se vulgariza derivando en toda suerte de supercherías.

En el seno de la comunidad judía toledana pervivían antiquísimas tradiciones3 que rayaban en la superstición. En la noche de Hossana Rabba de los vestidos y envueltos en mantas salían a recibir los rayos de la luna para después observar que parte del cuerpo habían perdido su sombra y así hacer presagios ; si por ejemplo ésta tocaba la cabeza era presagio de muerte. Los hebreos toledanos temían mucho el mal de de ojo, para contrarrestarlo llevaban nominas colgadas del cuello llamadas "herces" que consistían en pequeñas bolsitas de tela cosida conteniendo un pergamino escrito con tinta roja, amarilla y negra .Para protegerse de las brujas los judíos toledanos según Cirac Estopeñan, colocaban bragas, trébedes, ruda, ervatum, escoba y asador en las puertas y ventanas de sus casas.

Como los caminos eran muy inseguros y antes de partir se consultaba con un especialista el día idóneo; asimismo para ahuyentar la mala suerte las mujeres judías echaban a sus maridos antes de partir de viaje un jarro de agua y se colocaban en el quicio de la puerta mirando en la dirección que esté debía emprender mientras proferían conjuros. Del mismo estas tradiciones persistían aun en el mundo criptojudio, pues como cuenta Juan Blázquez Miguel4, en el seno de esta perseguida comunidad al recién nacido de le imponía el nombre que predeterminaría su suerte futura en la noche llamada "de las hadas". A la séptima noche el neonato era colocado en un balancín con agua y se le derramaba oro, aljófar, trigo y otras cosas mientras se recitaban unas palabras que le protegerían del mal de ojo. Prosigue Blázquez Miguel narrándonos como cuando la muerte se acercaba al moribundo se le volvía cara a la pared y una vez fallecido se le lavaba con agua caliente, se afeitaba a los varones la barba, y se amortajaba al cadáver con un lienzo nuevo blanco a la vez que se ponía una moneda de plata en la boca y se vaciaban todos los cantaros de agua que hubiese en la casa.

Tras el entierro comenzaba el duelo (Abel), que comprendía siete días de duelo mayor (la sibá) y otros dos periodos de medio luto. Los varones en los 7 primeros días no se cortaban el cabello ni se afeitaban. Con frecuencia los lloros y lamentos de plañideras profesionales acompañaban estos rituales. Los servicios de estas mujeres o "endechadoras" fueron una moda en alguna etapa incluso entre las clases nobles no judías

Otros ritos mortuorios pasaban por rasgarse las vestiduras de la cabeza en señal de duelo También se ponía en la cabecera del fallecido una almohada con tierra virgen. Era costumbre generalizada vaciar todos los depósitos de agua en la creencia de que el ángel de la muerte limpiaría en ellos su espada; no obstante en la cocina se dejaba una escudilla con agua a la luz de un candil, para que el "alma" se refrescara al salir del cuerpo. Los familiares del finado se abstenían de comer carne por un tiempo en señal de duelo.

Los judíos disponían de sus propios cementerios, separados de los de cristianos. En el caso de Toledo se sabe que hubo uno en el cerro de la horca , cerca de la ermita de San Eugenio , y después de la expulsión era un signo de profesar la fe judía en secreto solicitar ser enterrado en el prado de San Bartolomé.

Las creencias en magia negra continuaban muy arraigadas en el Toledo judío, cuenta Selomo Ibn Verga, aun de "oídas" el caso de un tal Selomo el Levita, que hubo de ser un cabalista y nigromante. Este "Levita" se desplaza a casa de un judío donde un cristiano yacía asesinado. Tras colocar su nombre debajo de la lengua del cadáver esté resucitó y denuncio a quienes le habían asesinado con motivo de culpar a los judíos.

En Toledo la judería se extendía desde la Puerta del cambrón hasta los altos de Montichel y carreras de San Sebastián , quedando limitada longitudinalmente por la calle del Ángel con parada en el famoso "arquillo del judío ". Sin embargo Juan Blázquez Miguel se hace eco de un caso muy interesante en una zona no habitada por judíos, aunque por veces estos alquilaban algunas casas aisladas. En el primer piso del callejón del abogado se ubica una vivienda (que hoy en día existe) que posee una tabica originaria de entre los siglos X-XI donde se puede leer en caracteres cúficos "el que sabe la magia".

Con motivo de unas reformas se descubrió accidentalmente un lienzo con sugerentes pinturas en rojo y negro que por desgracia fue afectado por las obras. Entre las inscripciones que sobrevivieron puede leerse con letras góticas "puede que si" lo que bien nos pudiera estar remitiendo a viejas formulas mágicas. Cuenta su propietaria como junto a esta tabica apareció convenientemente tapado y disimulado un hueco donde se había introducido un viejo pergamino enrollado que al contacto con el aire inmediatamente se deshizo.

Finalmente un joven sefardí estudioso de la cábala, Antonio Cruz Rosón, se persono en la casa con motivo de intentar descifrar el enigma, pero falleció repentinamente sin llegar a finalizar su minucioso estudio. Sin embargo hay que agradecer a Juan Blázquez Miguel, el haber dado a conocer el contenido integro del resultado de sus pesquisas:

"El signo del laberinto en espiral es una forma común en la Cábala llamada guilgul, que representa el conocimiento humano y también el destino, tanto particular, como colectivo, del hombre.
El signo superior sí debe ser un árbol. Es una valor cabalístico que puede ser el valor del deber (El llamado árbol de la ciencia en la Escritura y del <>, en el Zohar), o mejor, a mi juicio, la del árbol de la vida mencionado en el Séfer Ha-Yeshirá como conocimiento de los justos, es decir, el origen del conocimiento superior, que da el saber de las cosas por medio de la captación inmediata (intuición) de las esencias. Se menciona también en el libro del esplendor de Moshe de León. Las inscripciones parecen principios de capítulos de algunos de los libros de la Cábala, en cursiva. Aun no los he podido identificar. De todos modos, creo que lo lograré pronto.
El número 8 puede tener valor infinito. Puede representar a Israel por ser la unión de los dos mundos, que es uno, tres padres (Abraham, Isaac, Jacob) y cuatro madres (Sara, Rebeca, Raquel y Lía). De la unión del Señor y de la Shekina procedente de la Torah y del amor de los padres, Israel, y de la unión de la Toráh e Israel, la lámpara de la conciencia que iluminara la historia humana."

A título informativo distinguir como en técnicas mágicas no judías se produce la mera repetición de las formulas simples, mientras que los textos místicos judíos no admiten la simple repetición o pronunciación de las formulas sino que el cabalista debe construir activamente las combinaciones sirviéndose de técnicas que impliquen una intensa excitación de los procesos mentales. El objetivo es emancipar el alma para percibir y más tarde recibir, a través de las entidades supramundanas (Merkavah, Trono de Gloria o el mismo Dios) el conocimiento de los secretos sublimes. El"Gilgul" alude en Cábala al "perfume de la sabiduría" .Los símbolos invitan a pensar, pero en Cábala solo suponen una etapa preliminar. La "Hokhmat ha-Mistar" alude a una pluralidad de significados que se oponen a la concepción esotérica cristiana de una sola significación autorizada.

Los colores de las pinturas del lienzo se deben a que en Cábala está prohibido todo intento de visualizar directamente a las Sefirot, por esta razón el místico debe centrar su atención en los colores que las envuelven:

"Cuando vocalices la palabra "devarekha" visualizarás en el pensamiento las letras del Tetragrámaton ante tus ojos, en un circulo o esfera roja como el fuego, y tu pensamiento realizará numerosas cosas"

En Cábala la experiencia unitiva es algo muy peligroso que puede llevar a un profano a la locura o a la propia muerte. Pero en modo alguno esto era motivo de preocupación para nuestros antiguos vecinos judíos. En Toledo nacieron, vivieron o residieron, los más sabios entre los sabios. Jamás hubo tanta concentración de saber en una ciudad del tamaño de nuestra singular Toledo. Cuenta Blázquez como "los sabios de la academia de Sevilla y Lucena fueron invitados a establecerse en Toledo; también los del famoso Gimnasio de Ishac ibnYacub ha-Fezi, expulsados todos del Al-Andalus". La caída del régimen almorávide y su sustitución por el califato almohade, mucho más rigoristas, significo una catástrofe para judíos y mozárabes. Toledo se convirtió en el centro intelectual más importante de España en estudios talmúdicos empezando a conocerse "la Jerusalén española"

Por extensión la España de la Edad media fue un núcleo inconfundible de personalidad en el extremo Oeste del mundo mediterráneo. En la España del Califato se extendieron los estudios talmúdicos al llegar de Oriente cabezas tan bien pensantes como las de: Ben Henoch; Ben Labrat, Abu Zacarías o Ben Saruk.

A la escuela de Bagdad (IX) debemos el haber confrontado, conciliado y reagrupado tradiciones tan heterogéneas como la ciencia griega, la astronomía hindú, la astrología persa y la geografía alejandrina. La introducción de la ciencia en el Islam occidental se debe fundamentalmente a Abul-Qasim Maslama al-Mayriti, físico y medico de Al-Hakam II, quién introduce en España la enciclopedia de la secta "Hermanos de la Sabiduría" o Ikhwan al-Safa", un compendio de todo el conocimiento científico del momento.

A mediados del siglo XI Al-Mamun rescata del hundimiento califal parte de los 1.000.000 de volúmenes que habían albergado Las 70 bibliotecas de una Córdoba ya entonces en
decadencia. Solo la biblioteca personal del califa Alhakam II (961-976) había contenido más de 400.000 volúmenes; y su índice constaba de 44 cuadernos, de 50 folios cada uno. Las fuentes mencionan un famoso toledano amante de los libros, Aben al-Hasaní, que traía de Oriente un buen número de libros escogidos.

Entre 1133-1142 Juan de Sevilla, probablemente mozárabe traduce ciertos textos del árabe al latín en la ciudad de Toledo Con este personaje puede decirse que se inicia el fenómeno singular conocido como "Escuela de Traductores". Esta "Escuela" supuso un movimiento de renovación intelectual marcado por la originalidad de aunar los textos clásicos con los avances de la cultura islámica. Cuenta el profesor Luis Suarez que el más fecundo de los traductores fue un misterioso israelita l identificado como "Avendaut5" en los documentos. También se menciona a un judío llamado Pedro de Toledo, buen conocedor del árabe pero un pésimo latinista, que tradujo el Corán a petición de Alfonso VII, no quedando este satisfecho.

La traducción de trabajos del árabe y del hebreo al latín, supuso que el nombre de Toledo fuera sinónimo en la Edad Media del término antiguo de Magia, pasando a denominar a esta como "Ars Toletana" o "Scienctia toletana". Principalmente esta fama se debe a la rápida propagación por el continente de dos textos traducidos del árabe al latín y al romance que se harían indispensables para todo aquel "iniciado en las Artes de la Magia". : "De radiis" y "Picatrix".

También la Astrología ocupa un papel dominante en el Toledo del siglo XV. El conocido como "Tapiz de Azarquiel, popularmente llamado "Tapiz de los Astrolabios", actualmente se expone en el Museo de Santa Cruz y forma parte de un conjunto de cinco telares propiedad de la Catedral primada de Toledo que giran en torno a la Ciencia . El Tapiz es uno de los tres tejidos medievales más importantes de Europa junto con "El Paño de la Creación" ubicado en la Catedral de Gerona "y el "Tapiz del Unicornio". El Tapiz se divide en tres partes, una de las cuales representa a Dios sostenido por como eje motor de un mundo impulsado por ángeles y sostenido por Atlas. En el centro del tapiz aparece un astrolabio y en el lado derecho se hace alusión al esquema medieval del "trívium y el quadrivium".

El mundo medieval constantemente nos recuerda como quienes querían emprender el estudio de las Artes Prohibidas debían estar previamente versados en el dominio de materias tales como la cosmología, las matemáticas , la geometría o la astronomía . En el fondo la dilucidación de lo oculto enmascaraba una interpretación científica que necesariamente debía situarse fuera del marco teológico.

El periodo de mayor actividad traductora coincide con la propagación del mito de un "Toledo Nigromante". Julio Caro Baroja nos remite a Benedetto Croce quién recuerda como en la Edad Media Toledo tenía fama de ser sede de las ciencias ocultas, y que eran los "daemones" quienes instruían en estas artes. En la misma dirección Cesario de Heisterbach hace mención a San Egidio que de joven, seducido por el demonio, visito Toledo con motivo de aprender la magia:

"Apud Toletum studebant necromantica"

En la obra "Dailogus miraculorum" , Cesario refiere el caso de un nigromante de Toledo llamado Felipe, que a petición de sus discípulos , invoca a los demonios tras trazar un circulo y al traspasar accidentalmente un estudiante la raya es arrebatado lejos de este mundo siendo recuperado por el maestro tras un improbó esfuerzo.

En la "Crónica" de Salimbene de Adam se incluyen notas jocosas en el capitulo donde un joven instruido en Toledo en las artes prohibidas a instancias del papa Inocencio III consigue resucitar al arzobispo de Besmantia. El mismo autor nos relata el caso de Felipe de Pistoia acaecido en Toledo, ciudad a la que el protagonista había llegado con motivo de aprender nigromancia. . En la ciudad Felipe conoce a un anciano que tras introducirle en cierta cámara le proporciona un enigmático libro.

El conocido investigador toledano y buen amigo Luis R. Bausá, nos remite a los relatos compilados por Etienne de Bourbon y Martin de Troppau, en donde el nombre de Toledo surge abiertamente relacionado con la Magia. Así, en su relato más conocido: "Magnus nigromanticus de Toledo" , se hace alusión a un gran nigromante llamado "Maestro Melchita" cuyos servicios son solicitados por un joven. Tras abundantes contrariedades el joven reniega de lo aprendido y termina reconciliándose con la Iglesia.

Bausa también nos aporta el caso de Alberico de Tres Fuentes, perteneciente a una secta luciferina, quién viajo por la Europa del siglo XIII enseñando sus conocimientos, entre los que deslizaba una jugosa perla "de Toledo y Nápoles vino la nigromancia".

Como vemos las fuentes son prodigas en emplazar en Toledo una suerte de "Escuela de Goetia". El portugués Gil de Vouzela allá por el siglo XIII habla abiertamente de la existencia en la ciudad de un antro subterráneo en donde se practica la nigromancia. Este lugar seria universalmente conocido como "nefando gimnasio".

Lo que es históricamente cierto es que en el siglo XV hay constancia de un círculo de alquimistas en la ciudad de Toledo a quienes se les supone la autoría del libro "Libro del Tesoro o del Condado". El arzobispo Alonso de Carillo condenó a muerte a uno de ellos, Fernando de Alarcón, que sería degollado en la plaza de Zocodover sobre una espuerta de paja. También es rigurosamente histórico como la reina Isabel manda destruir una estatua yacente emplazada en la capilla de Santiago de la Catedral de Toledo sobre el sepulcro del nigromante Álvaro de Luna. Se trataba de un ingenio mecánico, una estatua, que con solo tocar un resorte, se erguía y se hincaba de rodillas, permaneciendo así el tiempo que duraba la misa hasta volver a su posición original.

En Francia la epopeya y la canción de Gesta se ocupaban e divulgar la leyenda de un Toledo cima de la magia y de la nigromancia6. A la par, Toledo se presenta como la encarnación de un sueño imperial7 y como tal seduce a trovadores como el influyente Bertrán de Born, el protegido de Leonor de Aquitania. E. Lambert en su trabajo "Alphonse de Castille et la Juive de Toléde", apunta los paralelismos entre el episodio de Raquel la judía de Toledo y el relato bíblico de la bella Esther y el rey Asuero. Más tarde famosos viajeros como Teófilo de Gautier que visita la ciudad en 1840, se encargarían de propagar un Toledo de reminiscencias orientales. Cabe recordar que Toledo tiene el honor de ser la única ciudad que se incluye en las famosas "mil y una noches "(noche, 202, 203) junto a ciudades fantásticas como entre otras "Iram de las Columnas" o "La Ciudad de Cobre".

Sin embargo si analizamos la que fue una obra científica cumbre escrita en Toledo "la Historia de las Ciencias del Caíd Said" entenderemos la raíz de muchos de nuestros mitos hispanos. Según este autor los avances científicos estaban ligados a una suerte de predestinación ligada a la genealogía de los pueblos. De tal modo que parece constatarse un proceso poco historiado sobre la "permeabilización" de la cultura grecolatina en la cultura oriental e islámica. Según las tesis del Doctor Emilio González Ferrin, en el año 711 al no estar aun codificados ni el Corán ni tradición islámica alguna "Al-Ándalus" y "Sefarad" serian denominaciones etimológicamente asociadas a la Atlántida y al Jardín de las Hespérides.

Al-Ándalus seria una traducción deformada del griego "hê nesos tês atlantídos" (Isla de Atlantis). Abunda el filólogo Joaquín Vallvé Bermejo, en que la leyenda de la Atlántida de Platón, fue conocida antes que naciera el Islam (S.VII). Afirma que "Al-Ándalus" tiene su origen en la expresión árabe "Jazirat al –Andalus" que significa ínsula o la península del Atlántico o la Atlántida, y que alude a la Península Ibérica. Así pues esta denominación formaría parte del legado que los mitos platónicos y de la filosofía griega habían permeabilizado en la cultura oriental, por tanto pertenecientes a la cultura grecolatina, y no derivados de mitos beduinos o árabes.

Las exuberantes leyendas sobre Alejandro Du-l-Qarnayn (el de los cuernos) y el sugerente acervo mítico poético grecorromano penetran de tal modo en el imaginario árabe, particularmente en Egipto, que no es extraño más tarde tomar como ciertas leyendas como la del "Rey D. Rodrigo, La cueva de Hércules y el Palacio de los Cerrojos", donde cabe recordar, los episodios de talismanes encerrados eran muy del gusto oriental.

En el mundo árabe durante el proceso que algunos han denominado como "indo europeización de la ciencia clásica ", los textos son traducidos primero al siriaco y, y más tarde al árabe. De tal suerte que los conceptos científicos terminan mezclándose con la Astrología y la Magia.

En lo que afecta a los judíos españoles la base de su cultura es rabínica, por tanto, escolástica y no sacerdotal. A través de Toledo la Escolástica conocerá a Avicebrón, que no es otro que Ibn Gabirol. Existieron judíos culturalmente muy notables, como Yehuda ha-Levi, de quien diría Menéndez Pelayo que fue nuestro primer poeta en lengua castellana. Además de poesía Yehuda es el autor de una de las obras filosóficas de mayor calado conocida como "Cuzary" (las Confesiones) que es un dialogo al estilo de Platón entre un rey y un judío acerca de temas transcendentales.

Entre los siglos XIII y XIV coincide en Toledo un plantel de intelectuales judíos verdaderamente envidiable. Entre los sabios judíos encontramos varios nombres relevantes: Ishac Israel ibn Yosef , que escribió varios tratados de astronomía y matemáticas sagradas como el "Sahar hasamain" (puerta de los cielos" y el "Jesod Holam" (fundamento del mundo).El toledano Ishac ibn Cid Cag , "chazan" o cantor de la sinagoga en la que llegaría a rabino, a quien el rey llamaba "nuestro sabio" por sus brillantes trabajos en Astrología ; Yehuda ibn Moshe ha-Cohen , rabino de una sinagoga y conocido como "qaton" por su corta estatura , quien tradujo multitud de libros de astrología así como el Lapidario, el Libro de las Tablas Alfonsinas y además se le supone autor del famosísimo Picatrix8; Yosef ha-levi Abu-l-afia, autor de obras talmúdicas de carácter cabalístico y tan estimado por el rey Sabio, que esté le nombro rab mayor de las comunidades de Castilla y formo sequito del rey en su viaje a Beaucaire donde esté trató temas de Estado con el papa Gregorio X. La autoridad moral y cultural de este Nasí de la comunidad de Toledo eran tan grande que los poetas e intelectuales contemporáneos le consideraron príncipe de la diáspora en Castilla y a través de su obra se introdujo proveniente del Languedoc francés la mística teosófica judía que se conocería como "Cábala" ; Rab Todros, que escribió diversos comentarios bíblicos y talmúdicos como el Osar ha-kabod (Tesoro de la Gloria) con abundantes citas al Zohar; Abraham Ibn David, conocido en siglas como Rabad I (1110-1180) , que murió ejecutado condenado por Alfonso VIII y autor entre otros de Séfer ha-Qabbalá (Libro de la Tradición) y "Emunah ramá" , un encuentro entre la lógica aristotélica y el judaísmo que defendía la profecía como el más alto logro que el espíritu humano puede alcanzar en la esfera del intelecto; La obra de Ibn David la continua Abraham ben Salomón; Yehuda ben Salomón Cohen ibn Matqa que vivió en Toledo en 1245 y compuso una enciclopedia científica cuya segunda parte es un somero tratado de Astrología; Abraham Abenezra , historiador, medico, astrónomo y filosofo; Yosef Caro , codificador talmúdico; Isaac ben Yehuda Abravanel , exegeta y filosofo , viajero impenitente .

A pesar de todo lo expuesto, el pago que recibieron nuestros paisanos toledanos y por ende todos los sefarditas de la península, fue ignominioso. Ya en las cortes de Toro de 1371 el rey accede a que los judíos lleven señales distintivas. Gregorio IX había dispuesto en otros reinos que la señal distintiva fuera una rueda. Progresivamente se fue generalizando el uso de la "rodela", una insignia redonda (roja en Castilla, roja y amarilla en la Corona de Aragón) cosida a la ropa. El concilio de Letrán (1215-1216) obligo en España a que los judíos vistieran una túnica de color negro, y una capa de capucha puntiaguda.

Sin embargo el rey Fernando III9 el Santo al principio de su reinado viendo peligrar sus fronteras por la proximidad de los sarracenos había expuesto al pontífice Honorio III la suspensión para los judíos de Castilla de portar los signos distintivos decretados por el cuarto concilio lateranense. El rey creía que muchos judíos sintiéndose vejados, podrían urdir conspiraciones con los musulmanes

En el ordenamiento de Valladolid del 2 de enero de 1412 aparte de quitar a los judíos privilegios como contar con jueces propios, se les obliga a llevar barbas y cabellos largos, se especifica como deben ser los capirotes y los tabardos que visten, generalizándose el uso de señales bermejas; a las judías se les obliga a vestir mantos largos y tocas sin oro. Otras ordenanzas relativas a la ciudad de Toledo en diferentes épocas son entre las más llamativas: prohibir a los pescadores vender pescado fresco en la judería y obligar a judíos y moros a no salir al anochecer sino era portando una candela en la mano y llevando sobré el tabardo la señal colorada y la judía en el manto.

Pero el episodio más triste en mi opinión fueron los muchos padecimientos que hubieron de sufrir los judíos tras el decreto de expulsión. Es lo que puede llamarse "un genocidio sordo" ignorado por la Historia oficial. Los cronistas judíos como Yosef ha-Kohen, conscientes del claro ascendente genealógico judío del rey Fernando , no dudan en señalar a la reina Isabel de Castilla como principal responsable.

El proceso de depuración que se había venido produciendo en el seno de las comunidades judías del siglo XV había provocado en los hebreos la reafirmación en la fe de sus mayores, lo que explica que las conversiones para eludir el destierro tras el decreto fueran testimoniales.

Si bien es cierto que algunos oficiales reales acompañaron a algunos grupos de desterrados para protegerles, los abusos fueron generalizados Los judíos que se habían visto obligados a malbaratar sus bienes, recibían malos tratos allá donde quiera que se dirigieran. Concretamente de entre los que pasaron a Portugal, 800 de ellos apenas niños fueron confinados por orden del rey Juan II en islas deshabitadas donde perecieron de hambre.

Selomo ibn Vergara en el Sebet Yehudah cuenta como los judíos iban padeciendo camino del destierro, penurias y enfermedad, llegándose el caso en que muchos de ellos que se embarcaron fueron vendidos como esclavos, o se ahogaban en el mar o morían hacinados en los frecuentes incendios de las naves. En el periplo De Cartagena a Génova los judíos eran maltratados por los marinos y al llegar al destino eran vendidos, aunque escaso seria el precio que hubieron de pagar por ellos pues como testimonia un autor cristiano contemporáneo de los hechos, Bartolomé de Segura, el aspecto era desolador, como espectros.

Algunos grupos embarcaron en Laredo hacia Flandes, otros lo hacían en Cartagena y Tortosa. Una flota de 25 naves mandada por Pedro Cabron, salió de Cádiz a Oran, pero tras multitud de vicisitudes adversas incluidos vientos desfavorables, regresan a puertos españoles donde muchos de los judíos desesperados aprovechan para convertirse. En Italia algunos judíos tuvieron mejor fortuna y fueron protegidos por las influyentes familias conversas de los Santangel y Pinelo. Sin embargo otro episodio si cabe más triste fue comprobar cómo sus propios correligionarios de Roma se niegan a darles asilo , ofreciendo una importante cantidad al Papa Alejandro VI para que les impidiese la entrada , lo que provoco que el pontífice indignado castigara a la comunidad hebrea de Roma con el pago del doble de la cantidad ofrecida.

Las crónicas cuentan como el hambre obligaba a algunas familias a vender a sus hijos, y se refiere el caso de una madre que desesperada primero mata con una piedra a su hijo para luego suicidarse. Algunas voces como las del cura de la villa de Palacios Andrés Bernáldez, relatan cómo los musulmanes mataban a los judíos para sacarles el oro que pudieran haberse tragado.

En definitiva, la expulsión de los judíos en 1492 apagó el luminar de ciencia y cultura acumulado durante siglos y de este golpe no se repuso España hasta la desaparición del Antiguo Régimen.

Los judíos sefarditas lejos de pagar con su desprecio a la patria que les expulsó , albergó dentro de sí la esperanza del retorno durante siglos. Cuenta Felipe Torroba como algunos romances heroicos del Cid y de Bernardo, otros fronterizos, y varios moriscos, abundaban en Tánger, Tetuán, Alcazarquivir y Larache.

En 1920 se fundó en Madrid la "Casa Universal de los sefarditas", de la que formaron parte Maura, Melquiades Álvarez, La Cierva, Romanones, Alba...

Desde entonces son muchas las voces que se han propuesto recuperar el legado sefardí de entre los escombros de la desmemoria colectiva. Como no, cabe destacar la Red conocida como Tarbut Sefarad, auspiciada por Mario Saban, y a la que me honro en pertenecer con el cargo honorifico de Presidente en la localidad en que resido, Polán (Toledo).

A cualquiera que aun no haya tenido oportunidad de pasear por el Toledo actual, quiero darle un consejo. Toledo no es una ciudad cualquiera, en sus piedras, en sus calles, en sus monumentos, la historia del mundo esta ínsita, y todos los poderes divinos y temporales enardecen los sentidos. Si uno se deja llevar por la imaginación, y camina de noche por la judería acompasando el eco sordo de sus pasos con el rítmico balanceo de sus pensamientos más profundos, puede llegar a oír el sonido del sofer y el bullicio multicolor de la alcana o mercado que otrora se instalaba en la hoy destartalada plaza de la judería.

La impronta judía ha predeterminado la amplia significación mítico- poética de un Toledo atemporal. La presencia judía no es algo etéreo que se desvaneció en el curso de los siglos. Una noticia de ABC del 6 de Julio del 2011 nos informa como aun en época actual, cada prospección arqueología u obra accidental puede arrojar algo más de luz sobre el alcance del legado sefardí. Dos equipos de arqueólogos recientemente encontraron los muros de dos de las diez Sinagogas con las que hubo de contar Toledo entre los siglos XIII y XIV. Dichas Sinagogas fueron destruidas durante las revueltas Antijudías de 1391 y han sido bautizadas como "Los Golondrinos" y "Sofer". En cuanto al nombre de los "Golondrinos" aclaro el arqueólogo Rafael Caballero que no es el nombre real de la Sinagoga, sino que en el siglo XVI allí hábito una familia conocida como "los golondrinos". Este sobrenombre se le impone a esta familia por los abundantes dibujos de estas aves en techos y paredes junto al escudo familiar. El muro perteneciente a esta Sinagoga es de 6 metros de ancho por ocho de alto con tipología mudéjar, y se emplaza en la muy toledana calle de las Bulas.

Los restos de la otra Sinagoga conocida como "Sofer" y estudiados por el arqueólogo Carlos Barrio, se sitúa en la confluencia de la calle del Ángel con Reyes Católicos. En este caso el hallazgo se produjo a raíz de una intervención encargada por la administración municipal, y se ha hallado otro muro con la misma tipología y data.

La Sinagoga de Santa María la Blanca es la más antigua de las que han permanecido. Fue construida entre los siglos XII y XIII, si bien pronto, en el año 1150, se convirtió en una iglesia cristiana. Su especial simbolismo radica en que se levantó sobre unos cimientos de tierra traída desde Israel. La otra Sinagoga, la del Tránsito, está considerada como la muestra arquitectónica más importante de la presencia judía en la Península. La construcción se inicio en 1366 por orden de Samuel ha-levi, y en sus trabajos colaboraron los mejores maestros del arte mudéjar del momento. Los preciosos grabados con salmos de David que se sitúan en uno de los frisos son evocadores de un pasado esplendoroso y poseen abiertas connotaciones cabalísticas.

La Sinagoga tras la expulsión de los judíos fue donada por los reyes católicos a la Orden militar de Calatrava. En 1877 es declarada monumento nacional y actualmente es sede el Museo sefardí

Perdimos a nuestra patria,
A nuestra hermosa Sión,
Y también perdimos a España,
Tierra de consolación.
Sobre las alas del viento pongo mis saludos
cuando hacia mi amado sopla con el calor del día;
sólo pido que recuerde el día de su partida,
cuando hicimos un pacto de amor junto al manzano.


Creado en Miércoles, 15 Mayo 2013 16:15

Fuente: http://www.elretornodelossabios.es/prensa/101-toledo-jud%C3%ADos,-magos,-traductores,-nigromantes,-cabalistas-y-viceversa.html

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