domingo, 16 de marzo de 2014

Monasterio de San Clemente, Toledo


El Monasterio de San Clemente en Toledo fue fundado Alfonso VI extramuros y trasladado al interior de la muralla por su nieto Alfonso VII El Emperador


Ubicación:Toledo, Castilla La Mancha 
Categoría:Edad Media 
Coordenadas geográficas:
Latitud:39º 51' 29.52" N
Longitud:4º 1' 39.07" W


Fundado por Alfonso VI extramuros y trasladado al interior de la muralla por su nieto Alfonso VII El Emperador es uno de los primeros conventos fundados en Toledo a raíz de la Reconquista y al ser de fundación real por eso recibe el nombre de IMPERIAL MONASTERIO DE SAN CLEMENTE.

En su origen fue un monasterio adscrito a la Orden de Cluny pero tras la reforma de la Orden de San Benito se adaptó a la regla de los monjes blancos del Cister.

Actualmente está habitado por monjas bernardas que siguen la regla del “Ora et labora” elaborando exquisitos duces y mazapanes y organizando archivo y biblioteca así como su habitual horario de oración.

En este monasterio se enterró a un hijo de Alfonso VII muerto a muy temprana edad y en 1180 el Papa Alejandrootorgo los privilegios del Cister al Convento.

En el siglo XIII se amplió y mejoro las instalaciones monacales pero no quedan apenas restos ya que las épocas anteriores al siglo XV fueron destruidas con la reforma renacentista.

Sin embargo obras realizadas en la actualidad han dejado al descubierto suelos y unas hermosas pinturas románicas que junto con las de la Iglesia de San Román y la ermita del Cristo de la Luz son únicas en la ciudad de Toledo.

De la construcción renacentista destaca su portada renacentista plateresca atribuida a Alonso de Covarrubias, pero sobre todo la Sala Capitular en este caso de estilo mudéjar, con características marcadamente moriscas.

La Sala está adosada al muro del Evangelio de la Iglesia y destacan el pavimento, el alfarje los sillones abaciales y bancadas revestidas de azulejos y el frontal del altar cubierto de cerámica vidriada de Talavera.

El suelo de la Sala Capitular es como una alfombrilla de azulejos, decoración típicamente toledana. Se utilizan también los azulejos como recubrimiento de bancadas y sillones abaciales. Llama la atención la anchura del asiento de los bancos.

 La respuesta es cuanto menos sorprendente, los bancos de cerámica son tan anchos porque las monjas se sentaban a la forma moruna, es decir con las piernas cruzadas sobre el asiento.

El frontal del altar también decorado con cerámica de Talavera con técnica y motivos ornamentales plenamente renacentistas, se data en el s. XVI y el tema principal en orla es la Huida a Egipto, enmarcado entre distintos motivos decorativos.

El alfarje, techumbre de madera característica del mudéjar formada por vigas horizontales, entrelazadas y decoradas, es del s. XVI y aparece decorado con ricas pinturas en negro, blanco y ocre, con símbolos heráldicos entre ellos el águila de San Fernando.

Los claustros, la iglesia y el coro son claramente renacentistas si bien la iglesia ha sufrido numerosas transformaciones.

De una sola nave, dividida en tres tramos cubierta por bóveda de crucería del siglo XVI, separados por arcos decorados con rosetones. Los muros están decorados con frescos representando escenas de la vida de la Virgen son del s. XVII. En el Altar Mayor aparece un baldaquino en cuyo centro el Sagrario en forma de Agnus Dei es el protagonista de una simbología más que interesante.

Flanqueando el baldaquino dos ángeles de alabastro uno con espigas otro con racimo de uva, la parte superior del baldaquino rematada con una escultura que representa la fe, dama con los ojos vendados, (creo en lo que no veo). La simbología de la Eucaristía el trigo se hace pan, la uva, vino y ambos por la fuerza de la Fe en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Agnus Dei.

El retablo mayor representa escenas de la vida de Jesús y María, aparece en él el escudo imperial y figuras de bulto redondo en el Calvario, la Ascensión en relieve, un lienzo de San Jerónimo y una talla de San Clemente bajo cuya advocación está el convento.

Llama la atención sobre uno de los retablos barrocos, un balcón o tribuna realizado en forja. Desde allí oía Santa Misa el Infante D. Luis de Borbón, hermano menor de Carlos III, que fue Arzobispo Cardenal de Toledo (1735)si bien años después abandonó el estado eclesiástico y contrajo matrimonio con MªTeresa de Villabriga. Carlos III le nombro conde de Chinchón aunque le apartó de la Corte. Una de sus hijas casó con Manuel Godoy.

 Durante el tiempo que fue Cardenal de Toledo llevo a cabo una importante labor de mecenazgo y tuvo gran afecto por este Convento de San Clemente.

La tradición cuenta que las monjitas de San Clemente fueron las primeras en elaborar el típico dulce toledano, el mazapán, con una receta que mantienen secreta entre los muros de clausura.

El Convento de San Clemente es uno de los lugares de Toledo posiblemente no incluidos en las habituales rutas que recorren la ciudad pero merece una visita. Es oportuno llamar antes de ir para confirmar horarios y condiciones de visita y disfrutar de su arte y deliciosas pastas y mazapanes, un lugar que rezuma historia y sosiego.

Texto y fotografías: Mª Antonia Sassot Borruel.
Fuente: http://www.rutasconhistoria.es/loc/monasterio-de-san-clemente-toledo

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