martes, 19 de agosto de 2014

Los Retablos de Santo Domingo el Antiguo

La primera obra ejecutada por El Greco en Toledo será el retablo para el altar mayor del convento de Santo Domingo el Antiguo.

 La iglesia fue diseñada por Juan de Herrera y presenta planta de cruz latina, con una sola nave, una capilla en el lado de la epístola, cúpula sobre pechinas en el crucero y bóveda de cañón. 

El retablo está presidido por la Asunción de la Virgen.

En la calle de la derecha observamos la amplia figura San Juan Evangelista y sobre él, San Benito de medio cuerpo.

 La calle de la izquierda repite el esquema anterior, con San Juan Bautista en la zona baja y la media figura de San Bernardo en la superior.

En el remate se muestra la Santa Faz que vincula el altar al sacrificio de la misa. Como remate del conjunto, 

El Greco pintó la Trinidad. 

La Asunción de la Virgen está hoy en Washington.

En la parte baja del lienzo contemplamos el abigarrado grupo de los apóstoles, en diferentes posturas y presentados por la amplia figura de espaldas de uno de ellos. Sobre sus cabezas se sitúa la Virgen María, acompañada de una corte de ángeles y querubines, formando el Rompimiento de Gloria.

Las dos escenas -terrenal y celestial- se superponen, separadas por un pequeño espacio ocupado por nubes. 

El San Juan Evangelista es una figura amplia y elegante, en la que los pesados paños impiden apreciar su anatomía.

El Greco se interesa por la personalidad del apóstol, centrando parte de su atención en su bello rostro. 

San Benito había sido el fundador de la Orden benedictina, a la que pertenecían las monjas que ocupaban el convento.

El santo se muestra en tres cuartos, con el hábito negro de los benedictinos y portando el báculo de plata, oro y pedrería en la mano izquierda.

Destaca el fuerte efecto realista de la figura, que ofrece la sensación de estar ante un retrato. 

La figura del que representa a san Juan Bautista es muy alargada y huesuda, cubierta con una piel y portando una vara con la cruz en la mano izquierda.

Se trata de una representación naturalista en la que apreciamos el interés del pintor por la anatomía. 

El san Bernardo original está en paradero desconocido y hoy se conserva una copia en el retablo. 

El lienzo de la Trinidad hoy está en el Museo del Prado.

El Greco representa el momento en que Dios Padre acoge a su Hijo muerto, escena está cargada de tensión.

 Este momento indica al católico que la muerte de Cristo ha cumplido su objetivo: redimir a la Humanidad.

El eje de simetría en el que siempre se colocan los tres miembros de la Trinidad está roto al salirse de él la cabeza de Dios Padre, de modo que la composición se organiza a través de líneas zigzagueantes que se continúan en las piernas de Jesús. 

El éxito obtenido por El Greco con este encargo supondrá aumentar su cartera de clientes y convertirse en el pintor más importante de Toledo y su ámbito de influencia.

Fuentes: http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/videos/513.htm

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