martes, 24 de febrero de 2015

La Muralla de Zocodover II

Citaré las distintas hipótesis formuladas hasta el presente por los historiadores y cronistas de Toledo acerca de esta muralla, por si las actuales investigaciones nos permitieran averiguar su origen y verdadero destino.

 Para todos, el muro de que tratamos es parte integrante del primitivo recínto romano de la ciudad, que aseguran caprichosamente tuvo menor extensión que la actual.

Conocida es mi opinión, expuesta en anteriores trabajos, de que el muro romano es el equivocadamente atribuído a Vamba, tanto por ser su trazado el que demanda el relieve y configuración del cerro en que se asienta (y no habían de equivocarse en esto ni aun los primitivos moradores), cuanto por ser claramente de construcción romana los restos que en distintos sitios de este circuito han quedado al descubierto después de las incesantes reparaciones sufridas por estos muros en el transcurso de los siglos. 



Por otra parte, refieren que Alfonso VI, al construir el Alcázar' en el sitio del actual (donde, según ellos, sólo encontró un edificio de simple tapiería), hizo también el muro de Zocodover "para distinguir los Moros (que conforme a los partidos habían quedado por moradores de la ciudad) de la morada de los Christianos, y en guarda y seguridad de ellos, los quales moraban desde el arco que oy vemos baxo de la capilla de la preciosa sangre, hasta la puente de Alcántara, a vna parte ya otra» .

También nos dicen que por este muro hizo paso desde su Alcázar al llamado de Galiana. Pedro de Alcocer, refiriendo el servicio que Don Esteban de Illán hizo a Alfonso VIII, apoderándose de la ciudad, dice: (¡se apoderaron del alcazar q. dicen de Galiana; y desde allí fueron por el muro, q. auemos dicho q. iua del vn alcazar al otro: y combatieron el alcazar nuevo, y tomaronle luego» . 

Gonzá1ez Simancas, describiendo el Arco de la Sangre, le supone puerta o postigo «del muro que, según la Crónica del rey Don Pedro de Castilla, «mandó facen Alfonso VI desde el Alcázar hasta el monasterio de San Pablo (San Pedro y San Pablo Pretoriense, donde luego el Hospital de Santa Cruz), labrándole de modo que quedara levantado como el camino cubierto de la coracha de Málaga, entre el castillo y la Alcazaba, y teniendo las almenas contra la cibdad», esto es, dispuestas para poder batir desde ellas a los toledanos de la almedina si éstos hubieran intentado tomar por asalto el recinto de las mansiones regias, cosa temida por aquel soberano cuando tomó posesión de la ciudad» 

Siempre me ha parecido la calle de Santa Fe resto o recuerdo del citado paso o comunicación, si ha existido, como es probable; y tengo la esperanza de poder dar a la Academia noticia algo concreta acerca de ésto, si es que la forma de llevar los trabajos me permite hacer las observaciones necesarias.

 Una particularidad que no hice constar en esta nota, es que en la parte comprendida entre el Arco de la Sangre y el extremo Sur de la plaza, a tres metros escasos delante de la muralla y paralelo a ella, se encontró otro paramento de sillería, del mismo género que ésta y con cierta trabazón en algunos puntos (Lám. V). Al extremo de este paramento se abría un paso de 1,10 metros de ancho que coincidía aproximadamente con otro de 0,90 metros abierto en la muralla para comunicar con los curiosos subterráneos que se extendían hasta la calle ele Santa Fe.

En la parte central de la indicada construcción, las dos primeras hiladas de la base se iban escalonando gradualmente en dirección al paso .

Es dificil averiguar el objeto de este segundo muro, al que quizá pertenezcan los restos encontrados al contruirse la alcantarilla bajo el Arco de la Sangre. El día 14 de Junio, el diario El Alcázar dió la noticia del descubrimiento de esta muralla en 'un articulo ilustrado con fotografías y firmado por Cid. Suspendidos poco después los trabajos de descombro, parte de la opinión achacó la suspensión a los descubrimientos arqueológicos, lo que obligó al mismo autor a publicar el día 3 de Julio otro articulo, en el que, debidamente informado, desvirtuaba este error.

 En el largo tiempo transcurrido hasta dar comiénzo a las nuevas obras y construcción del edificio del Gobierno Civil, algo pude aclarar en este estudio. Además,me dí cuenta de que se variaba la alineación de la nueva fachada de Zoco do ver, estrechando la plaza por la parte Norte cerca de tres metros, a pesar de que se me aseguró que el proyecto aprobado no alteraba la antigua alineación, cosa que pude comprobar más tarde. De todo esto dí cuenta a la Academia en la sesión del día 21 de Febrero de 1943, con el siguiente informe:



Leido en Mayo de 1941 el informe referente al muro descubierto en Zocodover, y suspendidos poco después los trabajos que alli se realizaban, nada pudo adelantarse en su estudio, no llevándose a cabo ninguna exploración arqueológica, sino simples trabajos de descombro y limpieza. A pesar de esto, algo se ha podido aclarar en el tiempo transcurrido.

Decía en aquel informe que se rastreaba la continuación del indicado muro en la pared del convento de Santa Fe, contigua a la escalerilla de bajada al Miradero, fundándome en algunos sillares sueltos, arcos de descarga y otros detalles que por allí podían observarse. 

La circunstancia de derribarse al año siguiente el evacuatorio que había .en la plataforma de esta escalinata, me ofreció la ocasión de comprobar la existencia del muro en aquel sitio, pues debajo del revoco aparecía una construcción de sillares que formaba ángulo con un torreón situado en la rinconada formada por la casa núm. 26 de la calle de las Armas, que apoya sobre él, ocultando su parte baja. Este torreón, aunque modificado en la parte alta, donde hay dos habitaciones superpuestas, alcanza la altura total del edificio de Santa Fe y está cubierto por un tejadillo a cuatro aguas. 

Teniendo este descubrimiento verdadero interés para el asunto que estudiamos, lo puse en conocimiento de nuestro entonces Director, D. Francisco de San Román, con el ruego de que se acabase de limpiar el muro y se dejase al descubierto. Así se realizó gracias a su gestión en el Ayuntamiento, y por esta causa no hice ningún dibujo ni se obtuvo fotografía alguna de aquella parte.

Pero, desgraciadamente, poco después de la muerte del Sr. San Román, con pretexto de una reforma que se realizaba en el paseo del Miradero, fué enlucido y pintado el muro, igualándolo con la vulgarísima pared del convento, y actualmente nadie podría sospechar la existencia de tal construcción. Es ya indudable que un muro en línea recta unía el ángulo SO. del Alcázar con la cintura amurallada exterior por bajo del convento de Santa Fe, hacia la mitad del paseo.

La existencia del torreón descubierto me hace sospechar que por allí pudo estar el paso o entrada a lo que suponía acrópolis, ya que por Zocodover no se encuentra, y las investigaciones deben dirigirse a aclarar este extremo. Confirma mi sospecha la proximidad de este sitio a la subida desde la Puerta de Perpifián a Zocodlover, por el hoy callejón de Gigantones y Corral de la Campana.

Además, la tradicional equivocación de situar por allí la Puerta de Perpifián (que no es otra que el llamado Arco de los Alarcones), pudo tener su origen en el recuerdo o vestigios de la entrada al recinto que estudiamos. La esperanza de aclarar lo concerniente al paso que dicen unía ambos alcázares, se fundaba en el descubrimiento de otro muro paralelo al de Zocodover, a unos 15 metros de distancia, que sirve de base a las casas de la calle de Santa Fe por la parte que da a Santa Cruz. Si este muro continuara por donde estuvo el Mesón de la Sangre, demostraría la existencia del paso, no sobre el muro, sino entre dos muros, o sea, semejante al ya citado que une el castillo y la Alcazaba de Málaga. 

Está claro que el muro de Zocodover no pertenece al recinto general o cintura amurallada, según se venía creyendo, sino al de la Acrópolis, urbs o almedina, según las épocas, o sea al que aislaba la parte más culminante y principal, por su destino y edificaciones, del resto de la ciudad. Entre las interesantes fotografías de Aviación Militar que he podido encontrar, hay una que así lo demuestra, proporcionando además observaciones de gran importancia (Lám. XI). 


El trazado de esta parte en nada se parece a lo demás de la ciudad; la irregularidad y desorden que caracterizan el plano de Toledo, desaparece aquí, notándose marcada tendencia al trazado rectangular en terrazas, y aún en la actualidad sus líneas principales deben acusar las del Arce, palacios y demás edificaciones importantes que allí existieron. 

Del estudio de esta fotografía, deduzco también que otro muro paralelo al de Zocodover debió formar un rectángulo casi perfecto de unos 360 metros de longitud, de N. a S., por 150 metros de E. a O. (Lám. XIV y croquis superpuesto). 



Este segundo muro corresponde al de contención de la explanada del Alcázar, la fachada oriental del edificio del Gobierno Militar y al ábside de La Concepción, terminando en el torreón de la muralla romana, existente en la escalera del Miradero, donde apoya la esquina del convento, que por desgracia se empezó a demoler . Por la parte Sur, está limitado este rectángulo por la fachada Sur del Alcázar y su prolongación por la explanada, hasta el citado muro de contención; y por el Norte, la línea que forman los conventos de Santa Fe y La Concepción, dando directamente a la muralla romana, cuya dirección sigue el paseo del Miradero. 

Este espacio rectangular que a mi juicio constituyó la acrópolis ele la antigua ciudad está dividido, de E. a O., en dos partes, próximamente iguales, por la actual calle de Cervantes, en cuya línea se encuentra la construcción de sillería, con arcos de medio punto (y no ultrasemicirculares, de tipo visigodo, como alguien ha supuesto), que se dejó como terraza y base al construirse el Hospital de Santa Cruz, y que, a mi juicio, es romana, tanto por su aspecto como por el dato elocuente de haberse encontrado allí, en 1900, restos de mosaico, que pasaron al Museo Arqueológico de esta ciudad . Esta parte se divide, a su vez, en dos terrazas: la que forman los edificios de Santa Fe y Santa Cruz, a occidente, y otra algo menor a la parte oriental, ocupada por el convento de La Concepción. 

Otra curiosa e importante observación nos ofrece el examen de esta fotografía, y es la perfectísima y singular alineación exis tente desde el principio del pretil de la rampa de acceso al Alcázar, junto al torreón SO., hasta la calle de las Armas, pasando por la fachada de Zocodover; alineación alterada tan solo por el añadido hecho a la posada de Santa Clara y casas que forman la esquina dle la travesía de Santa Fe (Lám. XI), constituyendo este pegote un obstáculo para la circulación de vehículos que allí tienen que efectuarse en los dos sentidos. 

Y, caso típicamente toledano: en vez de derribarse el martillo formado por este añadido, se destruye la histórica y perfecta alineación antigua, alineando con él la nueva fachada, en perjuicio de la plaza, que pierde espado en la parte que más lo necesita (Lám. XV). De suerte que, lejos de expropiar estas absurdas construcciones, hoy en estado ruinoso, lo que se hace es perpetuarlas, imposibilitando el remedio en el fnturo. Los casos de la plaza del Salvador y de Santiago del Arrabal , tienen su continuación acentuada en esta de Zocodover, Si más adelante puedo realizar las investigaciones que proyecto, para aclarar más algunos de estos extremos, lo comunicaré a la Academia:

La Academia aprobó por unanimidad este informe, y, percatándose de la importancia que entrañaba el cambio de alineación denunciado, acordó poner en conocimiento del Ilmo. Sr. Comisario General del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional 1a parte referente a este asunto; lo que se efectuó al día siguiente, 22 de Febrero, con el siguiente oficio: «Ilmo. Señor: En la sesión celebrada por esta Corporación el día 21 del corriente mes, fué presentado por su Director un informe sobre el recinto de que formaba parte el muro descubierto en la Plaza de Zocodover, al verificarse su desescombro. La Academia aprobó dicho informe, que hizo suyo, acordando comunicar a V. S. 1. la referencia que en el mismo se hace al cambio de alineación ele la nueva fachada, en cuya cimentación se trabaja actualmente. 

Existe una perfecta y fundamental alineación desde  el ángulo SO. del Alcázar hasta el extremo de la calle de las Armas (según se aprecia en la adjunta fotografía de aviación), acasionada por el trazado del recinto interior que separó la acrópolis, o parte principal y culminante de Toledo, del resto de la ciudad. Esta alineación antigua se perderá ahora, si se realiza lo proyectado, por alinearse la nueva fachada con la esquina, hoy ruinosa, de la calle de las Armas, formada por un absurdo añadido que, en la parte más estrecha de la calle, crea un grave obstáculo para la circulación (véase el plano y la fotografía). La nueva alineación destruye, por tanto, el originario e histórico trazado de la ciudad, que de modo tan sugestivo y claro demuestra la indicada fotografía, sólo alterado por el añadido posterior de las edificaciones que hoy ocupan la Posada de Santa Clara, la casa nº 4 y la que constituye la esquina, que en buena lógica deben desaparecer. A este oficio contestó el Comisario General con la siguiente comunicación:

Con esta fecha se envía al litmo. Sr. Director General de Regiones Devastadas, la comunicación siguiente:

I1tmo. Señor: El Sr. Presidente de la Academia de Toledo, remitió a esta Comisaría el adjunto croquis con indicación de las nuevas alineaciones proyectadas para las casas de la plaza de Zocodo ver, que se han comenzado a construir· por esa Dirección General de su digno cargo; y solicitado informe del Arquitecto de este servicio, lo ha emitido en la siguiente forma:



I1tmo. Sr.: En cumplimiento de la orden de V. 1. referente a la comunicación de la Real Academia de Bellas Artes de Toledo, sobre la nueva alineación de la Plaza de Zocodover, tengo el honor de comunicar a V. I. lo que sigue: 

En la actualiciad, por la Dirección General de Regiones Devastadas, se han iniciado obras de reconstrucción en la fachada destruída de la Plaza de Zocodover.Se intenta rectificar su alineación, perdiéndose de este modo el recuerdo del trazado del recinto interior de Toledo, que se conservó al construir las desaparecidas edificaciones, como se pudo apreciar al aparecer restos del recinto durante el descombro de los solares. 

Con la rectificación proyectada se alínea la fachada con la esquina de la calle de las Armas, formada por un absurdo añadido, en estado ruinoso, que se debería demoler, consiguiéndose un ensanchamiento de la calle en su encuentro con Zocodover. De este modo la nueva alineación caería por su base, ya que no solamente no conserva la antigua fielmente, sin conseguir más que un estrechamiento de la Plaza en el punto de mayor tráfico, quedando el arco correspondiente al de la Sangre con la deformación perspectiva consiguiente.Conviene agregar que las casas adosadas a la entrada de la calle de las Armas están delante de las fachadas correspondientes a la vieja alineación y que estos frentes viejos subsisten tapados por los ruinosos edificios tantas veces citados. 

Lo que tengo la honra de poner en conocimiento de V. I., cumpliendo un deber informativo y de asesoramiento que incumbe a este Servicio, por estar declarada Monumento Nacional la ciudad de Toledo y por si estimase oportuna la exigua rectificación de la alineación actual, tan importante para la plaza, lo mismo en su aspecto histórico como en el urbanístico.

Lo que traslado a V. S. para su conocimiento.Dios guarde a V. S. muchos años.Madrid, 15 de Marzo de 1943.

Comisario General, Iñíguez, rubricado.
Sr. Director de la Real Academia de Bellas Artes de Toledo.

Al dibujar el croquis de la plaza de Zocodover que habia de acompañar al informe de la Academia y considerar que el cambio de alineación afectaba aún más a la ciudad en el aspecto urbanístico que en el histórico, me asaltó la duda de si debería llamar la atención sobre este aspecto, que al parecer pasaba inadvertido, antes que el daño fuera irremediable, y para mi tranquilidad recurrí, sin pérdida de tiempo, a la persona que por sus conocimientos y cargo que desempeñaba creí podría asesorarme en este asunto. Expuesto el caso con los gráficos que 10 ilustraban, me aconsejó sin vacilar que lo publicara en el diario El Alcázar. Sin agradarme esta solución, me creí ya obligado, y al fin logré perjeñar unas cuartillas con la expresa intención de advertir sin censurar. 

Pedro Román Martinez, de la Real Academia de Toledo
Fuente:
http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/1059/01.pdf

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