jueves, 14 de marzo de 2019

La Batalla de Toledo. El Alcázar no se rinde. Parte III

En capacidad atacante se explica la fuerza que rodeó al Alcázar por parte de las tropas gubernamentales.

También vemos mapas y explicación del despliegue defensivo inicial donde se incluyen no solamente las posiciones relacionadas con el edificio del Alcázar sino también las del Hospital de Tavera, convento de Carmelitas, Fábrica de Armas y otros edificios de la ciudad próximos al propio Alcázar.

Por último un detalle de los ataques artilleros del ejército del Gobierno sobre la fortaleza con relación de cantidad de disparos y situación de las baterías que lo hostigaban.

Capacidad atacante

La fuerza que primero fue enviada por el gobierno republicano contra los sublevados del Alcázar fueron la llamada “Columna Toledo“. A su frente pusieron al General Riquelme, militar profesional de prestigio. Después la columna pasó por otros responsables como el Coronel Alvarez Coque, el General Asensio Torrado, el Teniente Coronel Barceló y el Teniente Coronel Burillo. Prácticamente lo mejor de lo que disponía la República.


El General Riquelme sale para el frente de la sierra a la semana de estar al frente de la Columna Toledo y queda al mando el Coronel Álvarez Coque cuyas fuerzas estaba constituidas por las siguientes unidades:

– Regimiento Infantería nº 1: 58 hombres
– Regimiento Infantería nº 2: 158 hombres
– Otros elementos afines de Infantería: 14 hombres
– Regimiento de Artillería nº 2: 38 hombres
– Fuerzas de Seguridad: 546 hombres
– Fuerzas de Milicias Regulares: 831 hombres

Lo que hace una cantidad de 1.645 hombres afectos a la Columna Toledo, y que obedecen las órdenes del Gobierno de Madrid.

A ello hay que añadir una masa de 800 a 1.100 hombres armados pertenecientes a milicias irregulares principalmente anarquistas y que dependen directamente de los Comités de sus partidos y sindicatos. Son estos precisamente los que cometen los desmanes en la retaguardia y se caracterizaban por su cobardía frente al enemigo y su crueldad en la retaguardia.

Es importante separar la importancia y calidad de estas dos masas de intervinientes, ya que por un lado estaban las fuerzas que podían denominarse útiles y efectivas (solados de reemplazo, guardias de asalto y milicianos regulares) mientras que por el otro era una masa de milicias irregulares incapaces ante el enemigo, dedicadas a sembrar el terror en la retaguardia, hasta tal punto que no menos de 286 miembros del clero secular murieron en toda la diócesis de Toledo. Tenían constituidos grupos con nombres tan evidentes como “Batallón Exterminio” o “Grupo Venganza“.

Ya en la tercera semana de septiembre se incrementa la Columna en varias unidades más de asalto, el Batallón Murcia nº 3 y los Batallones Pasionaria y Thäelman del V Regimiento Comunista, lo que daban unas cifras no inferiores a 5.000 hombres asediando.

Despliegue defensivo inicial
Distribución de la guarnición del Alcázar, tanto en el perímetro interior como el exterior

Aquí quiero hacer una salvedad y dejar muy claro que la clave del asedio y del pensamiento que tenía Moscardó de la defensa no era la de encerrarse entre las cuatro paredes del Alcázar y resistir sin más, si no que trató de establecer un perímetro externo que prácticamente lo mantuvo hasta la última semana del asedio en que la presión ejercida por los milicianos hizo que tuvieran que replegarse definitivamente a la fortaleza.

 A lo largo de los 70 días, posiciones como el Gobierno Militar, Farmacia, Cuarta Cuadra, Puerta de Hierro, el zig-zag, explanada del Picadero, Santiago, Comedor, forman parte de la leyenda de la defensa.


Esa fue una hábil estrategia y desde luego la clave de la defensa. Veamos cómo estaba configurada la misma en los primeros momentos:

a) Hospital de Tavera: unos 100 hombres (entre Infantería más guardias. Había 59 no combatientes así como varias monjas que luego aguantaron todo el asedio). El Comandante Ricardo Villalba se distinguió en la defensa de esta posición, que era la entrada a Toledodesde la carretera de Madrid, frente a la columna Riquelme.

A él se deben dos objetivos básicos: uno fue el favorecer la agrupación de fuerzas de la Guardia Civil y por otro lado la recogida de la munición de la Fábrica de Armas.

El Alcázar y alrededores durante el asedio

b) Convento de Carmelitas: 26 hombres, guardias civiles.

c) Fábrica de Armas: 1 sección de Infantería (unos 30 soldados) más 1 pelotón de la Guardia Civil (unos 10 números).

Aquí se produce el rocambolesco episodio en que fuerzas mandadas por el Comandante Méndez Paradase ponen a cargar cajas de municiones ante unas avanzadillas de la Columna Toledo de Riquelme que no hacen nada por impedirlo.

De esta forma, Moscardó se encuentra con unos 750.000 cartuchos, reserva más que suficiente para asegurar los fuegos propios.

La Fábrica de Armas cae en manos de las milicias el 21 de Julio a las 18:00 h, pero las municiones estaban ya en la fortaleza, trasladadas ya por el Comandante Méndez Parada.

d) En el interior de la ciudad se ocupan determinados edificios como el del Banco de España, Ayuntamiento, Teléfonos y Miradero, con no más de un pelotón de hombres por ubicación (de 8 a 10 soldados). Algunos de estos elementos no pudieron alcanzar la fortaleza al ser capturados por los milicianos.

Plano dependencias Alcazar de Toledo 2

También conviene saber que los defensores estaban muy organizados tratando de cubrir cualquier eventualidad que pudiera producirse. Las disciplinadas tropas tenían pequeños grupos especializados en determinadas acciones.

De esta manera, existía un grupo dirigido por el capitán Vela Hidalgo especializado en salidas al exterior, bien para buscar alimentos, lograr una conexión telefónica, hacer un enganche eléctrico en algún cajetín, o simplemente realizar un golpe de mano.

Cuando se producía un ataque sobre la fortaleza, había un grupo dirigido por alguno de los Jefes u Oficiales como Villalba o Parada para cubrir posibles “boquetes” en la defensa, así como otro grupo llamado de “Intervención” que además de defender se especializó en contraatacar a los asaltantes, empujándoles hacia fuera del recinto.

Ataques artilleros

a) Del 22 al 31 de Julio 1936: Se caracterizan por la escasez de material y falta de resultados apreciables. Al principio faltó la artillería pesada de 155 mm, y por debajo de eso apenas si arañaban las paredes del Alcázar.

b) Agosto 1936: Potencia y precisión creciente, sin organización adecuada del mando. Escasa habilidad técnica de los artilleros, carentes de buenos especialistas.

c) Septiembre 1936: Minuciosa destrucción del edificio principal. Conveniente organización del mando artillero y dotación suficiente de medios, piezas y municionamiento.

Castillo San Servando y Alcázar al fondo

Las piezas estaban situadas en la Dehesa de Pinedo, al Norte de la ciudad, junto a la carretera a Madrid, a unos 3.500 metros de distancia. También se sitúan baterías en Los Alijares, al Este del Alcázar, y morteros en el Castillo de San Servando y las llamadas “casas fortificadas” junto a San Servando.


Es destacable la acción y muerte del Alférez Mercedes Durán Garlito al volver la pieza artillera republicana que disparaba contra el Alcázar para disparar sobre las milicias que ocupaban la Fábrica de Armas, ya que se negó a disparar contra los que consideraba sus compañeros de armas, lo que le costó la vida.

Fue una de las medallas Lauredas de San Fernando, junto a la del capitán Alba y la del mismo Moscardó, a parte la Laureada Colectiva a todos los que estuvieron dentro de la fortaleza.

por lmartineze | Feb 18, 2015 
Fin parte
https://rutasbelicas.com/la-batalla-de-toledo-el-alcazar-no-se-rinde-parte-iii/

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