viernes, 20 de noviembre de 2020

Historia de la Escuela de Artes y Oficios de Toledo



Haciendo historia, podemos recordar que el monarca Carlos IV en 1790 establece, en el Real Observatorio Astronómico de Madrid, talleres de grabado en metales y piedras finas. 

Tenían estos talleres un plan de estudios con asignaturas teórico-práctica~' que desaparecieron a partir de 1808, a causa de la Invasión francesa y de la situación política tras ella.

En 1871, dentro del mismo edificio del Real Observatorio, se crea la primera Escuela de Artes y Oficios, cuyo origen tiene un signo obrerista, el de cultivar y dar impronta artística al obrero, tras su horario laboral, así como llenar su ocío y también promocionar a la mujer.

Ambas preocupaciones, obreros y mujeres, son una constante en los primeros tiempos de la vida de estas Escuelas; así, vemos cómo para aquellos y sus hijos las matrículas son gratuitas y cómo en las Memorias de cada curso se da un gran énfasis al aumento de la matrícula de mujeres, que en Toledo pasan de 26 en el primer curso de funcionamiento, a 50 en el segundo, alabándose en los discursos de apertura "su belleza y el papel estético que juegan en estos Centros". Todo ello nos lleva a ambientarnos en un determinado tipo de sociedad decimonónlca.

La Escuela de Toledo. junto con las de Córdoba y Granada, fueron creadas el 8 de julio de 1881. Con esta fecha y publicada en la Gaceta de Madrid del día siguiente. encontramos una Real Orden de S.M, don Alfonso XII, ordenando a la Dirección General de Instrucción Pública las bases de un Reglamento para el establecimiento de este Centro en el edificio de San Juan de los Reyes. 

Foto de David Utrilla
Escuela de Artes y Oficios de Toledo

La Orden hace referencia a una doble vertiente: por una parte la restauración del edificio del Real Monasterio. tan deteriorado desde los desastres de la guerra y del intencionado incendio de 1809. que destruyó buena parte del claustro. así como las vidrieras y el retablo de la iglesia. como podemos ver a través de los grabados conservados. 

Por otra parte, alude a la construcción de un edificio de nueva planta, contiguo a él, para establecer una Escuela cuya denominación fue variando desde Escuela de Industrias Artísticas, Escuela Superior de Artes Industriales, hasta la de Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artisticos que conserva actualmente. La Real Orden hace hincapié en el interés del Gobierno por la restauración de un monumento de tanta importancia, buscando incluso su futura conservación, por artistas que aprecien su valor y sepan restaurarlo. 

El lugar elegido para la edificación de la nueva Escuela corresponde a unas dependencias ruinosas del Monasterio, como el claustro llamado del Emperador, refectorio, cocina, etc .. que podemos apreciar en un.plano del siglo  XVII y que por su estado fueron demolidas. 

Dicho plano se conserva en el Archivo Histórico Nacional, legafú3:07'9- número 7. Conservamos también una vista general de la mna citada, procedente de la Panorámica de Arroyo Palomeque, realizada entre 1700 y 1720, donde aparece dibujada una buena parte del espacio donde luego se asentaría la Escuela. 

Este Plano, conservado en la Biblioteca Pública de Toledo, es un dibujo a plumilla sobre pape! realizado con perspectiva caballera, que nos aporta una interesante visión de la ciudad a comiew-Os del siglo :lI.'VIII. El rey, don Alfonso XII, ordena que se nombre a un arquitecto y que los gastos de la edificación corran a cargo de los presupuestos del Estado para construcciones civiles, abonándose por la Dirección General de Obras Públicas.

En el conjunto de edificios y jardines que actualmente conocemos hay que distinguir dos momentos muy claros. 

De un lado, el edificio realizado en 1882 por Mélida, alzado sobre el segundo claustro de San Juan de los Reyes (destruido por las tropas francesas), y de otra parte, el edificio que, aislado del anterior, se levanta en 1925 sobre el Convento de Santa Ana, cuya capilla se conserva incorporada al edificio actual.

La fachada cuenta con una entrada doble, que es la doble cara de un cubo maclado en plano, centrando una organización axial tan simple como rica. 

A los lados vemos los testeros de dos crujías cuyas cubiertas a dos aguas quedan ocultas por un sistema que consiste en alzar el plano de la fachada de modo que no se vea el ángulo formado por las cubiertas. 

La vistosa composición de los cuerpos laterales, con labores en ladrillo, y el monumental escudo de los Reyes Católicos, con el águila de San Juan, todo ello en cerámica vidriada, los utilizó el mismo Mélida en el pabellón español de la Exposición Universal de París de 1889. 

Ladrillo, piedra, cerámica vidriada, hierro, madera y todo un elenco formal de original dibujo son los materiales empleados en la fachada. Sobre la entrada, una inscripción en letra «gótica» recuerda que la Escuela se hizo «reinando Alfonso XII». 

Hay además otros dos accesos de curiosísima traza, cuyo tamaño y proporción contrastan con la entrada principal. 

En todo el edificio se mantiene esta doble proporción, por ejemplo en las amplias cajas de escaleras principales, en las espaciosas aulas y talleres, en los pequeños patios que iluminan, a través de arcos lobulados, unos pasillos largos y de techo bajo.

En el costado sur se conserva un magnífico invernadero, en hierro y vidrio, de formas góticas.

La necesidad de ampliación de la Escuela llevó a la construcción de un nuevo edificio, que se desarrolla en torno a un patio de dos plantas: La baja con columnas de granito y la alta con pies derechos.

En 1998, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha declarala a la Escuela de Arte "Toledo" como Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento.

En 2015, la Dirección General de Organización, Calidad Educativa y Formación Profesional de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes declara Instituto Histórico de Castilla-La Mancha a la Escuela de Arte de Toledo

http://www.escueladeartetoledo.es/index.php/escuela/descripcion

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