La Cofradía Internacional de Investigadores, a instancias del catedrático Gabriel Mora del Pozo, propuso en 2003 al Ayuntamiento de Toledo una serie de protagonistas de la historia de la ciudad para dar nombre a las nuevas calles de Toledo.
El maestro de gramática Alejo Venegas del Busto cuenta con una calle dedicada a su figura en el toledano barrio de La Legua.
Nació casi con toda seguridad en Camarena entre 1498 y 1499, estudiando y viviendo en Toledo al menos durante sus primeros 45 años. También lo hizo en Madrid para regentar un Estudio de Gramática.
Fue calificado por sus contemporáneos como «uno de los teólogos más eminentes» y como «erudito en humanidades y versado en Teología», todos coinciden en señalarle como un dechado de nobleza, erudición y virtud.
Era ciertamente de noble y rancio abolengo, descendiendo de los Venegas Sres. de Luque y de los Busto, Sres. de Las Cabezuelas. A pesar de ello, no llegó nunca a ufanarse de la nobleza de su cuna, a pesar de haber sido su padre uno de los regidores de la Ciudad Imperial, llegando incluso a zaherir a los que daban importancia a su linaje diciendo: «Mas sobre todos son de reír los que buscan a Dios en la nobleza de su linaje...»
Entró a servir como clerizón en la Catedral, asistiendo a las clases de gramática, continuando los estudios en el Colegio de Santa Catalina, graduándose después en Artes liberales, llegando a ser el discípulo predilecto del gran Alonso de Cedillo, a quien consideró siempre como su maestro, enorgulleciéndose de las enseñanzas recibidas
Casó en fecha no comprobada con Marina Quixada a quien amó con pasión toda su vida y de la que tuvo diez hijos, de los que siete llegaron a edad adulta, debiendo trabajar muy duro para poder mantener la casa.
Aparte de las obras que escribió gastó toda su vida dedicándola a la enseñanza de gramática, 20 años en Toledo en el único estudio que había en nuestra ciudad, cercano a san Andrés, regido por el Catedrático Alonso Cedillo, y 16 en Madrid. En este caso porque su contratación fue solicitada por numerosos clérigos de esa ciudad, quienes se presentaron en el Ayuntamiento para pedirla, quedando satisfechos el pueblo, los regidores y los numerosos clérigos que iban a oírle por la magistral pedagogía que empleaba en la enseñanza de estos estudios, alabando todos el influjo educador de su persona y de su conducta.
La calidad e importancia de su docencia es señalada por Luis Hurtado de Toledo, muchos años después de su muerte pues continuaba en la memoria de los toledanos la calidad de su docencia.
Escribió numerosos libros sobre educación, perdidos algunos por los desastres bélicos de nuestro país. El talante literario de sus escritos es con preferencia científico y pedagógico, «cuando escribe está enseñando» dice su biógrafo.
Nos han llegado nueve libros, siendo el más estudiado el que titula ‘Agonía del tránsito de la muerte’, que ha tenido numerosas ediciones, figurando en todas las antologías, pero también una ‘Gramática narrativa’, una ‘Educación de los hijos’, ‘Diabología’, etc.
Prologó varias obras de otros autores y entre sus comentarios y opúsculos pueden citarse la ‘Plática de la ciudad de Toledo a sus hijos’, y la ‘Breve declaración de los vocablos oscuros’.
Vivió en su infancia y juventud y a su regreso de Madrid en una casa de la judería de Toledo, falleciendo en fecha no conocida entre el 3 y el 6 de agosto de 1562, siendo enterrado en san Juan de los Reyes sin pompa alguna como había dispuesto y sin que ni su familia usara lutos por su muerte porque como él decía: « Encargo y ruego y como padre mando que ninguno de mis herederos traigan luto por mí (...) no quiero que estando yo consolado con alegría estén ellos con pena y tristeza, antes quiero que se alegren de mi bien».
latribunadetoledo.es - lunes, 26 de marzo de 2012
Fuente: http://www.latribunadetoledo.es/noticia/ZEEA783E3-0A85-553E-60AB8481E51F01E1/20120326/alejo/venegas/maestro/gramatica
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