jueves, 8 de mayo de 2014

La Invasión Bizantina y la Disgregación Política del Reino Visigodo (549-572)

A Teudigeiselo le sucedió Agila I (549-554), que no pudo impedir que los bizantinos cruzaran el estrecho de Gibraltar y ocuparan parte de la provincia de la Bética y de la Cartaginense, fundando la provincia bizantina de Spania, en el sur y sureste de la península.

La invasión bizantina fue propiciada por las luchas internas entre los propios visigodos que estallaron durante el reinado de Agila. 

En 550 se inició la primera rebelión que tuvo lugar en Hispania contra «los godos», con su epicentro en la ciudad de Córdoba, y que consiguió derrotar al ejército de Agila, quien perdió a su hijo y el tesoro real. 

Mientras Agila se refugiaba en Mérida, Atanagildo, un noble visigodo, se rebelaba también en Sevilla y pedía ayuda a los bizantinos situados al otro lado del estrecho. 

Así en junio o julio de 552 un ejército bizantino al mando de Liberius desembarcaba en el sur de Hispania, uniendo sus fuerzas a las de Atanagildo. 


Tres años después, en marzo de 555, Agila era asesinado por sus propios partidarios, quienes proclamaron a Atanagildo como rey para que rompiera su alianza con los bizantinos y los combatiera y expulsara de Hispania.11

Atanagildo (555-568) fracasó en su intento de recuperar la zona ocupada por los bizantinos, lo que tampoco consiguieron sus sucesores durante casi tres cuartos de siglo. Se consolidó así la provincia bizantina de Spania, que se convirtió en la posesión más occidental del emperador Justiniano que intentaba recuperar la unidad del antiguo Imperio Romano

Tampoco consiguió dominar a los rebeldes de Córdoba y tuvo que hacer frente a otras revueltas. Casó a sus dos hijas,Brunegilda y Galsuinda, con los reyes francos Sigiberto de Austrasia y Chilperico I de Neustria, aunque al parecer no lo hizo para fortalecer su frontera norte, sino que la iniciativa partió de los reyes francos merovingios —las dos princesas visigodas se convirtieron al catolicismo, la religión de sus esposos y del reino franco—.

"Atanagildo dejó el reino arruinado" y el año de su muerte (568), "el reino daba la impresión de que se iba a fragmentar en una serie de reinos independientes", pero "Atanagildo fue el primer rey visigodo, desde Eurico, que murió en su lecho".16

Tras la muerte de Atanagildo, trascurrieron cinco meses sin que se hubiera elegido un nuevo rey —y sin que sepamos las razones—.

Los magnates de Septimania eligieron a Liuva I (568-572), pero esto no satisfizo a los magnates de la península, en especial al clan de Atanagildo, lo que produjo un compromiso de elegir a su hermano Leovigildo, y repartirse el poder, mientras Liuva se ocupaba de la defensa de la Septimania, de nuevo amenazada por los francos, Leovigildo quedó encargado de los asuntos de Hispania y contrajo matrimonio con la viuda de Atanagildo.17

Cuando murió en 572 Leovilgo quedó como gobernante único del reino. "Iba a ser el más grande de sus reyes", afirma E. A. Thompson.

El problema de la sucesión al trono

Durante estos años del reino visigodo arriano "nada menos que cuatro reyes sucesivos fueron asesinados: Amalarico, Teudis, Teudigiselo y Agila. Eso es demasiado incluso para el siglo VI. Tras contarnos el asesinato de Teudigiselo, Gregorio de Tours observa que los godos han adoptado la odiosa costumbre de matar con la espada a los reyes que no les satisfacen y hacer rey a cualquiera que les vega en gana. Isidoro de Sevilla parece incluso desaprobar a los asesinos de Agila.

De hecho, el principio de la sucesión hereditaria al trono nunca arraigó entre ellos, aunque algunos reyes intentaron implantarlo por todos los medios; la forma de la sucesión constituía todavía un problema sin resolver cuando el reino fue destruido"

Fuente: wikipedia

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