Desde el inicio de la puesta en marcha del blog de la Sección de Vivienda del Consorcio varias de las entradas han tenido, y seguirán teniendo, como fuente de inspiración diversos cuadros de temática relacionada con edificios del casco histórico.
Estas obras de arte retratan situaciones y lugares que podríamos calificar de idílicos: encuadres con luces perfectas, palacetes de viejo aire romántico, espacios cotidianos con situaciones … cotidianas.
Estas obras de arte retratan situaciones y lugares que podríamos calificar de idílicos: encuadres con luces perfectas, palacetes de viejo aire romántico, espacios cotidianos con situaciones … cotidianas.
Hoy queremos mostrarles varios cuadros que, a modo de fotografía, nos muestran escenas domésticas de nuestra antigua ciudad. Todos ellos representan, según dicen los expertos, el lavadero público que existía en el Jardín del Armiño, junto al Convento de San Clemente.
Las tres imágenes que acompañan esta entrada han llegado a nuestras manos gracias a la generosidad de D. José Iglesias, apasionado toledano, que no pierde ocasión de recopilar cualquier noticia pictórica relacionada con Toledo que pueda encontrar en revistas o publicaciones de arte.
Las tres imágenes que acompañan esta entrada han llegado a nuestras manos gracias a la generosidad de D. José Iglesias, apasionado toledano, que no pierde ocasión de recopilar cualquier noticia pictórica relacionada con Toledo que pueda encontrar en revistas o publicaciones de arte.
Este primer cuadro que les mostramos, titulado “Las Lavanderas”, es obra del pintor Joaquín Araujo Ruano (Ciudad Real, 1851 – Madrid, 1894), está pintado al óleo sobre tabla, tiene firma y fecha de 1876.
En el cuadro podemos apreciar cosas muy interesantes, en primer lugar la vestimenta de las lavanderas, excesivamente ataviadas para la faena que tienen entre manos. Este autor, y los siguientes que comentaremos, utilizan esta escena cotidiana para retratar los tipos y vestimentas populares.
Si bien el pintor se permitió alguna licencia con la indumentaria de los personajes no sucede lo mismo con el escenario, todos los elementos se adaptan a la realidad del espacio: suelo empedrado con maestras de ladrillo, canal de desagüe tapado con baldosas, columnas, pilones de obra, brocal y pozo, borriquillo con sus tinajas.
Los antiguos lavaderos, además de un sitio de trabajo, eran puntos de encuentro y de tertulia para las mujeres del lugar. Un espacio único y propio. Las mujeres, allí reunidas, cantaban, contaban historias y se ponían al día de los sucesos de la vida cotidiana.
El segundo cuadro pertenece al pintor Ángel Lizcaino y Monedero (Alcazar de San Juan, 1846 – Madrid, 1929), se titula “El Lavadero” y está firmado y fechado en Toledo en 1875.
El encuadre y la disposición de los elementos arquitectónicos es la misma que la del cuadro anterior y existe una gran similitud en todos los detalle, con lo que parece claro que no es un espacio inventado o irreal.
En esta obra perdemos detalle en la representación de los solados pero ganamos definición en la reproducción del fondo del espacio, en el paredón que cierra el lavadero. Allí vemos un muro muy potente, perteneciente sin duda a un edificio de entidad. Más adelante comentaremos algo al respecto.
En esta obra perdemos detalle en la representación de los solados pero ganamos definición en la reproducción del fondo del espacio, en el paredón que cierra el lavadero. Allí vemos un muro muy potente, perteneciente sin duda a un edificio de entidad. Más adelante comentaremos algo al respecto.
En este tercer cuadro, del cual desconozco su autor, se ve claro lo que comentábamos anteriormente de las vestimentas. Como novedad podemos comentar que vemos una nueva orientación del encuadre que nos permite contemplar el lado izquierdo del lavadero. Aquí podemos determinar con claridad que la vegetación que se sitúa en la parte alta de los tres cuadros corresponde a una parra.
Si contemplamos antiguas fotografías de donde se ubicaban los ya perdidos pilones del Lavadero del Armiño, veremos algunas similitudes con lo representado en los cuadros pero hay grandes diferencias que nos hacen decir que el lavadero dibujado no se corresponde con el Armiño. Se hace difícil ubicar donde estaba este lavadero público, pero si tenemos alguna pista que nos puede ayudar en su localización.
En el nº 16 de la Bajada del Colegio Infantes existe un edificio de traza y construcción moderna que conserva en su entrada dos columnas con sus respectivos capiteles, viejos recuerdos de un edificio anterior. Los capiteles son idénticos a los que se reflejan en los cuadros, de las columnas no podemos decir nada porque no tienen elementos decorativos que los identifiquen.
Parece claro, a la vista de las imágenes, que nuestro lavadero pudiera estar ubicado en el solar que ocupa el actual edifico nº 12 de la Bajada del Colegio Infantes. Este edificio, medianero con los Baños Islámicos del Cenizal, presenta uno de sus laterales hacia la Plaza de las Fuentes, donde se ubican varios manantiales y hay abundantes referencias del uso del agua.
Recordamos la referencia que hacíamos al principio de este artículo, al fondo de uno de los cuadros se ve un muro muy potente y de entidad que podría corresponder perfectamente al lateral del citado baño islámico.
Recordamos la referencia que hacíamos al principio de este artículo, al fondo de uno de los cuadros se ve un muro muy potente y de entidad que podría corresponder perfectamente al lateral del citado baño islámico.
Para terminar esta nostálgica entrada les mostramos algunas imágenes de lavaderos privados del casco antiguo, viejos recuerdos de otros tiempos. Estos lavaderos han sido sistemáticamente eliminados de nuestros edificios. Esperamos con esta entrada de nuestro blog contribuir a preservar estos pocos ejemplares que aun nos quedan.
por Jose María Gutiérrez Arias
Calle Buzones nº 2.
Callejón de Usillos nº 4.
Cuesta de Santa Leocadia nº 22.
http://consorciotoledo.wordpress.com/2013/10/25/el-lavadero-del-armino/
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