Unos expertos universitarios de la Complutense han descubierto el extraordinario fenómeno de piedras deslizantes en las Lagunas del Altillo
La profesora de Geología María Esther Sanz tiene la fecha grabada en la memoria. Fue un 28 de diciembre, día de las inocentadas, cuando ella y su compañero Juan Pablo Rodríguez observaron un extraño fenómeno que apenas tiene competencia en los estudios mundiales.
Atónitos, comprobaron por casualidad que las piedras que estudiaban en las Lagunas del Altillo de Lillo se habían movido sin una causa conocida.
Atónitos, comprobaron por casualidad que las piedras que estudiaban en las Lagunas del Altillo de Lillo se habían movido sin una causa conocida.
Así, repararon que hay un antecedente en el Valle de la Muerte de California, el cual trae de cabeza a los investigadores desde hace un siglo.
Tanto, que está incluido entre los 10 misterios geológicos más relevantes.
Desde hace dos años, los expertos de la Universidad Complutense describen la evolución: rocas de hasta diez kilos que recorren decenas de metros con trayectorias serpenteantes, incluso con ligeras pendientes ascendentes, tal y como se ha observado en estos primeros meses de 2015.
Así lo ha detallado a este diario la profesora titular de la Facultad de Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid. Más de dos años después del descubrimiento mantiene la estupefacción. «Es un espectáculo», asevera por el movimiento de arrastre de estas piedras que desde un primer momento sorprendió extraordinariamente a los geólogos.
Como hipótesis de la causa, los dos expertos, que han contado también con la colaboración de Óscar Cabestreiro en unos estudios publicados en revistas científicas, atribuyen a una mezcla de lluvia, viento y un suelo deslizante el misterioso desplazamiento de las rocas en la Reserva Natural de Lillo. Se ha observado ya en las tres secciones de este paraje: Altillo Grande, Altillo Chica y el Longar.
El estudio de las conocidas como ‘Piedras navegantes’ o ‘Piedras deslizantes’, e incluso como ‘Piedras móviles’, según las traducciones del inglés, está excluido de la materia de las facultades de Geología, pero en Estados Unidos despierta un interés sobresaliente desde hace décadas, e incluso atrae el turismo. Allí, los expertos han atribuido al hielo la razón del fenómeno, pero en el paraje de Lillo se ha excluido la presencia del agua cristalizada como el porqué del arrastre de las piedras. «Se ha descrito en muy pocos sitios», relata Sanz, quien sólo tiene constancia del caso del Valle de la Muerte y de uno breve en Sudáfrica. Hace sólo unos meses, los expertos estadounidenses publicaron un vídeo que recogía el movimiento de las piedras por el hielo, aunque la profesora de la Complutense sostiene que no resulta concluyente.
La geóloga está intrigada por el movimiento «arbitrario» de las piedras, puesto que describen la trayectoria unas rocas y otras, aposentadas al lado, no. El desplazamiento se desarrolla de forma zigzagueante, e incluso, tal y como recalca con sorpresa la investigadora, se ha producido cuesta arriba. El estudio de los siete arrastres detectados se ha incorporado al sistema de observación de la Reserva Natural de Lillo, que comenzó en el año 2010 como parte de un proyecto de investigación auspiciado por el Gobierno de España.
jornada de divulgación. La profesora Sanz ha encabezado la propuesta de Lillo como población anfitriona de la jornada de Geolodía de 2015, que promueve la divulgación por parte de la Universidad Complutense de Madrid de fenómenos geológicos. Así, el Auditorio Municipal albergará el próximo día 8 de mayo una charla de los investigadores abierta a todo el público sobre las características de las observaciones.
A la jornada siguiente, los participantes se desplazarán a la Reserva Natural para conocer estos y otros lagos salados de La Mancha, cita en la que se abordará también este fenómeno.
El alcalde de Lillo, Julián Sánchez, está al corriente de las investigaciones universitarias y pretende incluir el fenómeno en el proyecto del Centro Etnográfico y de Educación Ambiental que se construirá con fondos europeos. De este modo, ha visto la opción de promocionar el turismo en la localidad, junto con la presencia del aeródromo y la inclusión en la Ruta del Quijote. «Ayudará, sin duda, a hacer un paquete de turismo rural. Queremos aprovecharlo», aseveró el regidor municipal de la comarca de la Mesa de Ocaña, quien prevé mostrar restos de minerales de la Edad del Hierro.
El alcalde de Lillo, Julián Sánchez, está al corriente de las investigaciones universitarias y pretende incluir el fenómeno en el proyecto del Centro Etnográfico y de Educación Ambiental que se construirá con fondos europeos. De este modo, ha visto la opción de promocionar el turismo en la localidad, junto con la presencia del aeródromo y la inclusión en la Ruta del Quijote. «Ayudará, sin duda, a hacer un paquete de turismo rural. Queremos aprovecharlo», aseveró el regidor municipal de la comarca de la Mesa de Ocaña, quien prevé mostrar restos de minerales de la Edad del Hierro.
El estudio amparado por el Gobierno de España continuará al menos hasta finales de este año 2015, por lo que los observadores universitarios disponen de otros ocho meses de plazo para constatar los extraños desplazamientos de las piedras de la Reserva Natural de Lillo.
J. M. / Toledo - domingo, 12 de abril de 2015
http://www.latribunadetoledo.es/noticia/Z9DC1320A-E169-A58C-57685EAB0943459E/20150412/misterio/universal/reserva/lillo
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