El pasado domingo, gracias a nuestro buen amigo Santiago Cabañas, que hizo de guía, un buen grupo de personas recorrimos toda la zona deLos Cigarrales de Toledo.
Tras dejar atrás el Cigarral del Ángel Custodio, emprendimos, hacia nuestra izquierda, una pronunciada subida, a través de un pinar, que nos llevó a lo alto de un cerro en el que se encuentra la Ermita de la Bastida.
Una vez nos encontramos ante ella, Santi nos habló sobre la existencia de una cueva en su interior, además del rito de recoger una piedra en dicho santuario el día de celebración de la romería a esta ermita, el segundo domingo de mayo, costumbre con la que, según la leyenda popular, se cura el dolor de muelas.
De este modo, apreciamos la existencia de dos elementos muy típicos en enclaves cristianizados, que han recibido culto en tiempos anteriores al propio cristianismo.
Desconocemos si nos encontramos ante un caso similar, pero la cristianización de una cueva, que según cuenta la tradición cristiana era visitada por Beata Mariana de Jesús, allá por el siglo XVII, y el ritual de curación otorgado a las piedras allí existentes, nos hacen ver que, aunque este lugar no hubiera sido objeto de culto en tiempos precristianos, al menos sí podemos afirmar que existen en él elementos propios de cultos paganos; no obstante, se dice que la Península Ibérica es uno de los lugares del mundo cristiano como más reminiscencias paganas, con lo que, de este modo, nos encontraríamos ante un ejemplo más.
Cueva de la Ermita de la Bastida - Foto: ciudaddelastresculturastoledo.blogspot.com |
Para finalizar diremos, ya que ilustramos la ficha con el escudo de la ciudad en la que nos encontramos, que gracias a una buena acompañante, a la que tuvimos el gusto de conocer en dicha ruta, supimos que se dice que la propia visión de Toledo, desde la zona de laErmita de la Virgen del Valle, lugar por el que igualmente cruzamos, se asemeja al águila del escudo -o más bien se podría decir lo contrario, que es el escudo el que se asemeja a la ciudad-, en la que la cola de éste sería el barrio toledano de La Cornisa, mi barrio predilecto de la ciudad de Toledo, pues es el único que verdaderamente se une a su mítico río, el de más largo recorrido en la Península Ibérica, además de por la tranquilidad que se percibe en sus calles, como si de un pueblo, dentro de la ciudad de Toledo, se tratara.
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