sábado, 26 de noviembre de 2016

La dama del Callejón del Vicario,Toledo

” La niña no se suelta de la mano de su padre. Mientras sube por la desvencijada escalera mira con ojos curiosos arriba y abajo, hacia todos los lados. 

Acaba de entrar en la vieja casa abandonada, la que compró su abuelo hace años. 

No siente miedo, … quizás un poco de respeto, pero es un sitio ideal para jugar y dejar volar la imaginación. 

Algo llama su atención en un rincón y la mano paterna la deja libre para investigar a su antojo, allí en el suelo, sobre el enlosado hidraúlico, hay un viejo y polvoriento cuadro, cara abajo mirando al pavimento. 



Las manitas de la niña voltean con agilidad el pequeño rectángulo de madera descubriendo en el trasdós la imagen de una dama, el retrato de perfil de una mujer. Parece una imagen religiosa, no se ve bien, sobre la cabeza de la señora parece flotar un anillo dorado, su semblante cabizbajo es serio, pero sereno, … aunque la pequeña no contempla eso, ella seguramente ve lo que solo los ojos de un niño pueden advertir. 

La dama del Callejón del Vicario. ToledoEn sus manos es un tesoro, y por ello busca un sitio más digno que el polvoriento solado donde colocar su dorado juguete. En el corredor que rodea el patio, arriba, ha visto una hornacina que parece esperar al cuadro, el tamaño es ideal para acoger la imagen y allá va ella a la carrera a colocar a la dama del Callejón del Vicario”

Hace pocos meses pude visitar una bellísima casa medieval en el Callejón del Vicario, una casa singular por sus proporciones, su patio, su luz, … el encanto especial de las casas centenarias de nuestra ciudad. Hago fotos sin parar y arriba, en el corredor de la primera planta, hay un encuadre que llama poderosamente mi atención. 

En una pequeña hornacina hay un cuadro sencillo, viejo, que representa un retrato femenino, de perfil. Mi acompañante, uno de los propietarios de la casa, me cuenta que su hija puso ahí esa pequeña imagen que encontró tirada en un rincón. 

El revestimiento exfoliado y agrietado de la pared, con múltiples texturas y tonos marmóreos, la luz atenuada que incide desde la caja del patio, la imagen cubierta de polvo, … quizás yo también esté viendo un “tesoro”.

Al “revelar” la fotografía en la oficina me doy cuenta de que la pared, la hornacina y su cuadro, son una representación del alma de estas casas abandonadas, la imagen de una triste, serena y cabizbaja dama, con sus dorados adornos agrietados y casi cubiertos por el polvo, pero aún visibles en algunos puntos. 

Las múltiples capas de yesos, grietas y colores, el recuerdo del paso del tiempo y la impronta de todos los que intentaron, en diversas etapas y tiempos, mantener la casa cuidada. Espero por ello ver algún día pared, hornacina y cuadro restaurados, … y una niña jugando alegre en el patio.

por Jose María Gutiérrez Arias
http://www.consorciotoledo.org/la-dama-del-callejon-del-vicario/

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