Esta ruta, ya utilizada como vía de comunicación por los romanos y más tarde por los árabes, tuvo un papel determinante a partir de la construcción del monasterio de Guadalupe en el siglo XIV; fundamentalmente en las peregrinaciones que lo unían con Castilla, fue una de las rutas más frecuentadas desde la Baja Edad Media, teniendo su mayor apogeo entre los siglos XV y XVI.
Ampliamente descrito y citado por numerosas fuentes, representaba un cauce caminero para la devoción Mariana y la aventura de miles de peregrinos que se desplazaban a lo largo del año desde muy diferentes puntos de la geografía española.
Múltiples viajeros ilustres fueron dejando constancia, en distintas épocas, de los lugares que recorrieron y visitaron en sus largos viajes por el Camino Real; aquellos parajes, veredas, ventas y villas que componían el trazado histórico de nuestra ruta y que han sido de gran utilidad para, trasladándolos y adaptándolos en la medida de lo posible, reconstruir el Camino.
Resulta indiscutible la importancia de Guadalupe como centro de peregrinación durante los siglos XIV a XVI, sobre todo a partir de la conquista de Sevilla que desplazó a la corte castellana hacia el sur, quedando Santiago muy lejos para las frecuentes peregrinaciones en demanda de gracias e indulgencias.
Alfonso XI y su hijo Pedro I favorecieron la creación del Priorato Secular de Guadalupe y la construcción de un Santuario para peregrinaciones, afianzando así esta ruta, con hospital, colegios, hospedería y otros servicios.
Pero serían los Reyes Católicos los artífices de la consolidación del Camino Real, se cuentan como dieciséis las veces que la reina viajó hasta Guadalupe, de las que al menos en siete ocasiones utilizó este Camino.
La designación como Camino Real se consolida en la España de los Austria, por haber sido protegido y utilizado por sus diferentes monarcas. Denominados en aquella época “caminos reales”, vías de comunicación que pertenecían al rey y que por tanto no podían ser enajenadas, ni roturadas, ni invadidas.
También conocidas como ‘caminos de herradura’, al estar empedradas. Fue también itinerario de las postas para llevar el correo real.
Llegaron en peregrinaje personalidades religiosas, como San Pedro de Alcántara, Santa Teresa de Jesús, San Francisco de Borja…
Y de otra índole, como Cristóbal Colón que trajo aquí a bautizar a los indios Cristóbal y Pedro, o posteriormente Miguel de Cervantes, quien vino a ofrecer sus cadenas a la Virgen tras ser liberado de las mazmorras de Orán.
Así fue que hasta finales del siglo XVII conservó Guadalupe su carácter peregrino y de centro espiritual del reino, pues gozó del aprecio de la casa de los Austria.
http://caminosaguadalupe.com/caminos-a-guadalupe/camino-real/
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