Judíos 03/06/2019
En la Edad Media vivían muchos judíos en la Corona de Castilla, ¿pero cuántos eran?
Los judíos eran propiedad del rey, cada cabeza de familia debía pagarle 30 dineros al año, en castigo por haber vendido Judas a Cristo por treinta monedas de plata.
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El que matara a un judío debía compensar al rey con una suma muy elevada so pena de pasar el mismo a ser propiedad del rey, esclavizado y vendido para poder saldar la deuda contraída.
Intentando contar judíos
La costumbre de los treinta dineros comenzó en Toledo y pronto se fue extendiendo por los dominios castellanos, hasta que en 1256 Alfonso X la impuso en la recién conquistada Sevilla, alcanzando el infamante tributo a todos los judíos de su reino.
Esta costumbre seguía en vigor en tiempos de Fernando IV, rey entre 1295/1312, como demuestra una carta suya a los judíos de Segovia, que se negaban, no se sabe muy bien por qué razón, a pagar los treinta dineros.
“Sepades, que el obispo, e el dean se me embiaron a querellar, e dicen, que no les queredes dar, nin recudir a ellos, nin a su mandadero con los treinta dineros, que cada uno de vos les habedes a dar por razón de la remembranza de la muerte de N. S. J. C. quando los judios le pusieron en cruz.”
En 1290 se hizo un padrón de los judíos de la corona de Castilla, conocido como el repartimiento de Huete. No es un padrón demográfico, pues en él no se especifica cuantos son, sino la cantidad de dinero que tributan a las arcas del estado, que es lo que al rey le interesa conocer.
Si la moda de los treinta dineros fue impuesta por Alfonso y seguía en vigor en tiempos de Sancho IV, es de cajón que en el añodel padrón de Huete, que pilla en medio de los dos reinados, también se siguiera esa costumbre.
Realmente no es que cada judío pagara treinta dineros. Los judíos, por seguridad, gustaban de vivir separados de los cristianos en barrios amurallados, conocidos como aljamas o juderías. A cada aljama se le asignaba una cantidad de acuerdo a su población estimada y luego los recaudadores locales hacían el reparto.
Como es lógico si el número de vecinos de una aljama variaba también lo hacía la cantidad que pagaba cada vecino, pero la idea es que de promedio salieran unos 30 dineros por cabeza.
Como los judíos de la corona de Castilla pagaron ese año2.564.855 maravedíes en concepto de cabeza de pecho, solo queda dividir esa cantidad por treinta para obtener la cifra de 85.495 judíos pecheros.
Teniendo en cuenta que no todas las casas pagaban, ni que todos los judíos vivían en la aljama, siempre se ha considerado prudente multiplicar por cinco el número de cabezas de pecho para estimar la población total, lo que daría una cifra de 427.475 judíos solo para Castilla. Si las cuentas de Huete están en maravedíes de oro, en lugar de en dineros, como afirmaban algunos historiadores del siglo XIX, entonces serían 4.274.750 judíos, pero esos son ya muchos judíos.
En todo caso, incluso 427.000 judíos debían suponer como el 15% de la población de Castilla, esto ha parecido excesivo a muchos historiadores que consideran que cada vecino judío pagaba una cantidad mucho mayor, y que la cantidad asignada a cada aljama dependía no sólo del número de vecinos, sino de la riqueza de éstos.
Para comprobar si la cantidad de treinta dineros se ajusta a la realidad o es demasiado baja proponemos el siguiente ejercicio: comparar el tamaño de los barrios judíos con lo asignado a cada uno de ellos.
No es tarea fácil, las juderías del repartimiento de Huete son tantas que resulta un trabajo demasiado arduo e impreciso. Por suerte, tenemos otra fuente, el libro de cuentas de Johan Mathe, conservado en la catedral de Toledo, donde se recoge lo que pagaron las juderías de Andalucía en el año 1294, cantidad muy similar a la pagada cuatro años antes:
Ciudad /Maravedís
Córdoba /38.300
Jaén, Úbeda y Baeza /25.500
Écija /5.000
Sevilla /115.300
Niebla /7.000
Andújar /1.500
Jerez de la Frontera /5.000
Total /197.600
Solo se conoce la localización exacta de las juderías de Córdoba, Jaén, Úbeda, Sevilla y Jerez. Jaén y Úbeda no nos sirven, pues falta Baeza.
Córdoba: desde el alcázar al sur, a la puerta de Almodóvar al norte, a la calle Rey Heredia al este y la muralla al oeste, unas 22 hectáreas.
Sevilla: los barrios de San Bartolomé y Santa Cruz, unas 80 hectáreas.
Jerez: Entre Tornería, calle Larga y plaza Plateros. 3 1/2 hectáreas.
En cuanto a la densidad de población podemos dar por buenas las palabras de Martel y Loperraez, que consideraban que en la misma época las murallas de Soria (106 hectáreas) debían albergar en su interior entre 7.000 y 8.000 vecinos.
Esta densidad, de unos 75 vecinos por hectárea parece exagerada en el caso concreto de Soria, pero es la estimación típica para una ciudad medieval, similar a la de cualquier medina del mundo árabe actual.
Para las tres ciudades consideradas obtenemos los siguientes pecheros (maravedíes/30) y vecinos (hectáreas/75):
Como se ve, si se consideran las cifras típicas de 30 dineros por cabeza y 75 vecinos por hectárea, el número de vecinos y de pecheros es muy similar en los tres casos.
Tres aljamas son pocas para tener una seguridad, pero que todas las cifras concuerden es indicio muy serio de que promediaban a treinta dineros por cabeza.
Y por lo tanto, si extrapolamos resultados a toda la corona de Castilla, la cifra de entre 400 y 450 mil judíos, puede que sea una buena estimación de la población judía a finales del siglo XIII.
Autor: Martín Chaide para revistadehistoria.es
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