Poco a poco se completaba el adorno del jardín. Así, el 10 de marzo de 1582, se pagaba a Josep de la Oliva "a buena cuenta In que oviere de aver por los vasos de barro pintados que se han de hacer para el jardín de dicha iglesia" ".
Al tiempo que se construían albercas para regar el plantío, ya que cinco días después se pagará a Joan Díaz, "por la tierra y piedra que a de traer para hacer las albercas del jardín del claustro".
Se continúan las obras el 18 de abril, fecha en que se le abonan dos mil y setecientos y noventa y un mrvs. "con los quales y con cinco mil y cien mrs. que tiene recibidos quedo acabado de pagar las piedras y tierra que trajo para hacer las albercas del jardín del claustro" "'.
Para distribuir el agua por el claustro se comprarán, "Al licenciado San Pedro", doce llaves de bronce, a tres ducados cada una, el 9 de mayo".
Las albercas están hoy muy por debajo del nivel del suelo del jardín, con un recrecimiento en piedra sillar posterior que nos puede hacer pensar en un nivel de suelo original muy por debajo del piso del claustro bajo, y, mediante andenes situados por encima de los cuadros de plantío, permitía el acceso al crucero central donde se situaba la fuente, posición más acorde con la tradición hispano-musulmana, que en ningún caso permitía el jardín realzado con respecto al paseo en el claustro bajo .
Al tiempo que se construían albercas para regar el plantío, ya que cinco días después se pagará a Joan Díaz, "por la tierra y piedra que a de traer para hacer las albercas del jardín del claustro".
Se continúan las obras el 18 de abril, fecha en que se le abonan dos mil y setecientos y noventa y un mrvs. "con los quales y con cinco mil y cien mrs. que tiene recibidos quedo acabado de pagar las piedras y tierra que trajo para hacer las albercas del jardín del claustro" "'.
Para distribuir el agua por el claustro se comprarán, "Al licenciado San Pedro", doce llaves de bronce, a tres ducados cada una, el 9 de mayo".
Las albercas están hoy muy por debajo del nivel del suelo del jardín, con un recrecimiento en piedra sillar posterior que nos puede hacer pensar en un nivel de suelo original muy por debajo del piso del claustro bajo, y, mediante andenes situados por encima de los cuadros de plantío, permitía el acceso al crucero central donde se situaba la fuente, posición más acorde con la tradición hispano-musulmana, que en ningún caso permitía el jardín realzado con respecto al paseo en el claustro bajo .
Es ahora cuando se adquieren los naranjos que constituirán la parte esencial del jardín. El día 20 de abril se compran al monasterio de San Juan de la Penitencia de Toledo, por 7500 mrvs., "tres naranjos grandes que dio para el jardín del claustro".
Probablemente, se trazarían ahora los andenes, ya que el 20 de mayo se pagan a Juan Díaz, 1.398 mrvs. "por ciento sesenta y cuatro cargas de piedra que trajo para el jardín del claustro a quartillo cada carga", y seis días después a Juan Izquierdo, 3.560 mrvs. "por las cargas de piedra y arena que trajo para el jardín del claustro y basura que llevo como se declara en el memorial".
Finalmente, el 15 de mayo se pagan "veynte y un mil y ciento y treinta y un mrvs. por otros tantos que pago de la compra de las murtas y naranjos que se trajeron de valencia con su tierra". Una vez plantados, se completó el relleno de los cuadros.
El 6 de septiembre se le daban a Juan Izquierdo 3.400 mrvs. "a buena cuenta de la arena que a de traer para el jardín del claustro para poner las calles".
Todavía, el último día del año, se pagarán 1.338 ms. "por otros tantos que pago por seis naranjos grandes para el jardín del claustro", sin especificar el origen de los mismos.
Para el año siguiente siguieron realizándose plantíos, El 17 de febrero de 1583 se dan a Juan Berrocoso, vecino de Jarandilla, cinco mil y ciento maravedis "a quenta de cien ducados que a de aver por las posturas que a de traer para el jardín del claustro de esta Santa Iglesia conforme a escritura que tiene hecha" "~'o A la vez se completa el jardín con la construcción de una fuente central.
El 28 de mayo de 1583 se realiza el pago a Juan Pérez, solador, de 1.700 mrvs., "que se libraron a buena quenta de lo que a de dever por chapar de azulexos la fuente del jardín del claustro".
Un mes después, el 15 de junio se le vuelve a librar 3.400 mrvs., para continuar dicha tarea, y el 22 de julio un último pago de 8.900 mrs. "que tiene recibidos queda acabado de pagar de 14.000 mrs. que han de aver por el asiento y chapado de los ladrillos y azulejos de la fuente del jardín del claustro como se declara en memorial y tasación que se libra" "'.
Seis días después se comprará a Rodrigo de la Fuente, clérigo, un "naranjo grande" por 2.244 mrvs., y el 18 de agosto a Martín Ochoa de Cárate, de Albarca de Fresneda, capellán de Reyes Nuevos, 28.494 mrs. "por aver por treinta naranjos que se sacaron de su almoneda de dicha Fresneda para el jardín del claustro en fin de octubre de 1581 por dichos maravedis".
Un gasto que se realizaría durante todo el siglo para mantener el riego del jardín sería el coste de compra, cuidado y manutención de cuatro mulos, animales que subirían el agua desde el Tajo a las albercas.
El 12 de enero de 1582 se libraría a Gaspar de Fuensalida la suma de 42.675 mrvs. "por los quatro machos que se compraron para hechar agua al jardín del claustro y todos los recaudos y aparejos necesarios para ellos, como se aclara en un memoria!"'''.
Para el cobijo de las bestias se alquilaría a Gaspar López, vecino de Toledo, una "cavalleric;a y aposento donde está la cevada y paxa para los quatro machos q. sirven de hechar agua en el jardín del claustro de esta Santa Iglesia" n.
A eso se añadían otros gastos de mantenimiento, como el que registra la data de 20 de marzo de 1585, en que se dio cédula "que diesen a Rodrigo de Sea se le libran por otros tantos que pareció aver gastado en las cosas necesarias para los quatro machos de la yglesia desde seis de octubre de quinientas y ochenta y quatro hasta veynte de marzo deste presente año asi en paja como en herraduras medianas, sogas y reatas y otras cosas como se declara en la memorial que está con la libranza"".
Pagos que se repetirían un año tras otro en parecidas condiciones a Lucas de Parraga y a Gaspar de Fuensalida, por avituallamiento de cebada; Bartolomé Femández y a Juan Fernández, por la paja; a Pedro Bravo, herrador" y a Francisco Sánchez, alabardero, cuyos servicios se requeririan dos veces al año.
Probablemente, se trazarían ahora los andenes, ya que el 20 de mayo se pagan a Juan Díaz, 1.398 mrvs. "por ciento sesenta y cuatro cargas de piedra que trajo para el jardín del claustro a quartillo cada carga", y seis días después a Juan Izquierdo, 3.560 mrvs. "por las cargas de piedra y arena que trajo para el jardín del claustro y basura que llevo como se declara en el memorial".
Finalmente, el 15 de mayo se pagan "veynte y un mil y ciento y treinta y un mrvs. por otros tantos que pago de la compra de las murtas y naranjos que se trajeron de valencia con su tierra". Una vez plantados, se completó el relleno de los cuadros.
El 6 de septiembre se le daban a Juan Izquierdo 3.400 mrvs. "a buena cuenta de la arena que a de traer para el jardín del claustro para poner las calles".
Todavía, el último día del año, se pagarán 1.338 ms. "por otros tantos que pago por seis naranjos grandes para el jardín del claustro", sin especificar el origen de los mismos.
Para el año siguiente siguieron realizándose plantíos, El 17 de febrero de 1583 se dan a Juan Berrocoso, vecino de Jarandilla, cinco mil y ciento maravedis "a quenta de cien ducados que a de aver por las posturas que a de traer para el jardín del claustro de esta Santa Iglesia conforme a escritura que tiene hecha" "~'o A la vez se completa el jardín con la construcción de una fuente central.
El 28 de mayo de 1583 se realiza el pago a Juan Pérez, solador, de 1.700 mrvs., "que se libraron a buena quenta de lo que a de dever por chapar de azulexos la fuente del jardín del claustro".
Un mes después, el 15 de junio se le vuelve a librar 3.400 mrvs., para continuar dicha tarea, y el 22 de julio un último pago de 8.900 mrs. "que tiene recibidos queda acabado de pagar de 14.000 mrs. que han de aver por el asiento y chapado de los ladrillos y azulejos de la fuente del jardín del claustro como se declara en memorial y tasación que se libra" "'.
Seis días después se comprará a Rodrigo de la Fuente, clérigo, un "naranjo grande" por 2.244 mrvs., y el 18 de agosto a Martín Ochoa de Cárate, de Albarca de Fresneda, capellán de Reyes Nuevos, 28.494 mrs. "por aver por treinta naranjos que se sacaron de su almoneda de dicha Fresneda para el jardín del claustro en fin de octubre de 1581 por dichos maravedis".
Un gasto que se realizaría durante todo el siglo para mantener el riego del jardín sería el coste de compra, cuidado y manutención de cuatro mulos, animales que subirían el agua desde el Tajo a las albercas.
El 12 de enero de 1582 se libraría a Gaspar de Fuensalida la suma de 42.675 mrvs. "por los quatro machos que se compraron para hechar agua al jardín del claustro y todos los recaudos y aparejos necesarios para ellos, como se aclara en un memoria!"'''.
Para el cobijo de las bestias se alquilaría a Gaspar López, vecino de Toledo, una "cavalleric;a y aposento donde está la cevada y paxa para los quatro machos q. sirven de hechar agua en el jardín del claustro de esta Santa Iglesia" n.
A eso se añadían otros gastos de mantenimiento, como el que registra la data de 20 de marzo de 1585, en que se dio cédula "que diesen a Rodrigo de Sea se le libran por otros tantos que pareció aver gastado en las cosas necesarias para los quatro machos de la yglesia desde seis de octubre de quinientas y ochenta y quatro hasta veynte de marzo deste presente año asi en paja como en herraduras medianas, sogas y reatas y otras cosas como se declara en la memorial que está con la libranza"".
Pagos que se repetirían un año tras otro en parecidas condiciones a Lucas de Parraga y a Gaspar de Fuensalida, por avituallamiento de cebada; Bartolomé Femández y a Juan Fernández, por la paja; a Pedro Bravo, herrador" y a Francisco Sánchez, alabardero, cuyos servicios se requeririan dos veces al año.
La reposición de animales era continua. Así, el 22 de julio de 1585 se hizo con una caballería, comprado a Luis Sánchez de Robledo, vecino de Toledo, por 19.448 mrvs., "un macho negro de cuatro años que dio con sus aparejos para el servicio del el jardín del claustro por cinquenta y un ducados y un ducado para el corredor q. montan dichos mrvs".
Otro macho, esta vez "castaño, mediano, de seis años", se compró el catorce de octubre de 1593 a Alonso de la Cámara, panadero, vecino de Magán, por 400 rs. "para el servicio del jardín de esta Santa Iglesia ". También castaño, de cinco años, era el que se compró el 4 de enero del siguiente año a Pedro Bermexo, de la misma localidad, por cuarenta ducados".
Ese mismo año, el 7 de octubre se compraría a loan Brusol, por dos ducados y medio, cinco docenas de cascabeles "para los machuelos a medio ducado la docena" ". Los animales subirían agua del Tajo para verterlas en las albercas del jardín, tal como lo constata el pago realizado, el 17 de mayo de 1586, a Pedro Xaramillo, de 4.496 mrvs., "por 562 caminos de agua que se han hechado en las albercas del jardín del claustro" ".
Hay que señalar que hay años, como ocurre en 1596, en que se realizan varios pagos (9 abril -10.243 mrvs.-, 18 junio -2.440 rnrvs.-, 29 de julio -4-418 rnrvs.-, 13 de agosto -3.916 mrvs.-), "por otros tantos que ha pagado de agua q. se ha hechado en el jardín como se declara en un memorial" 2", no sabemos si por gastos derivados de conducir a los animales o por el acarreo del líquido elemento por necesidades extraordinarias, o por ambas acciones a la vez.
En 1600 se le vuelven a realizar pagos, el 20 de mayo 3.041 mrvs., el 5 de junio 3959 mrvs., el 6 de julio 7.813 mrvs., y el 2 de septiembre 7.953 mrvs. Un apunte de gasto de cevada, fechado en el día postrero del año, y realizado a Gaspar de Fuensalida, nos informa de la muerte del azacán ".
Otro macho, esta vez "castaño, mediano, de seis años", se compró el catorce de octubre de 1593 a Alonso de la Cámara, panadero, vecino de Magán, por 400 rs. "para el servicio del jardín de esta Santa Iglesia ". También castaño, de cinco años, era el que se compró el 4 de enero del siguiente año a Pedro Bermexo, de la misma localidad, por cuarenta ducados".
Ese mismo año, el 7 de octubre se compraría a loan Brusol, por dos ducados y medio, cinco docenas de cascabeles "para los machuelos a medio ducado la docena" ". Los animales subirían agua del Tajo para verterlas en las albercas del jardín, tal como lo constata el pago realizado, el 17 de mayo de 1586, a Pedro Xaramillo, de 4.496 mrvs., "por 562 caminos de agua que se han hechado en las albercas del jardín del claustro" ".
Hay que señalar que hay años, como ocurre en 1596, en que se realizan varios pagos (9 abril -10.243 mrvs.-, 18 junio -2.440 rnrvs.-, 29 de julio -4-418 rnrvs.-, 13 de agosto -3.916 mrvs.-), "por otros tantos que ha pagado de agua q. se ha hechado en el jardín como se declara en un memorial" 2", no sabemos si por gastos derivados de conducir a los animales o por el acarreo del líquido elemento por necesidades extraordinarias, o por ambas acciones a la vez.
En 1600 se le vuelven a realizar pagos, el 20 de mayo 3.041 mrvs., el 5 de junio 3959 mrvs., el 6 de julio 7.813 mrvs., y el 2 de septiembre 7.953 mrvs. Un apunte de gasto de cevada, fechado en el día postrero del año, y realizado a Gaspar de Fuensalida, nos informa de la muerte del azacán ".
El plantel de naranjos debía ser renovado continuamente, y las compras, como vemos, se realizan tanto a personas cercanas a la catedral y a la clerecía, como a la nobleza y a la burguesía local.
El 14 de diciembre de 1584 se comprarían 29 naranjos a Francisco de Huerta, capellán mayor de Santo Domingo el Antiguo por 40.800 mrvs., "los doze grandes con un limo de fruto llevar y los demás medianos y pequeños y no todos se midieron y tasaron a los dichos maravedis". El 20 de diciembre de ese mismo año serían 3 naranjos al clérigo cura de Santo Bartolomé de Sonsoles, que percibiría 3.400 mrvs.
Todavía once días después, se comprarán "tres naranjos y un limo grandes" a Gaspar López, por 6.000 rurvs". En 4 de abril del año siguiente serían 7 naranjos, por los que se pagaron al "señor canónigo Gaspar Yanez doce mil maravedis.
El 6 de julio a Diego Camargo, clérigo, se compraron 2 naranjos por 1.700 mrvs, mientras que el 3 de octubre a Gutierre García 1.120 mrvs. por un naranjo.
Debemos esperar cuatro años, hasta el 28 de junio de 1589, para ver la compra, a "doña María de los Ríos, muger del Licenciado Venegas", de 5 naranjos grandes"', otros tantos, para comprar, el 6 de diciembre de 1593, a Pedro de Burgos, ochenta y cinco ducados por nada !llenos que diez y siete naranjos para el jardín, a razón de cinco ducados cada uno J>.
A comienzos de junio del siguiente año se hizo necesario comprar otros 3 naranjos, a Martín de Alderete, "Dignidad y Canónigo de esta Santa Iglesia", a razón de 1600 rs., junto con un limón y laurel, a razón de cien reales cada naranjo "y el limo y laurel a ciento y cincuenta rs. cada uno" ". Es interesante constatar el uso de nuevas especies y técnicas en lajardinería, como es la de plantar estacas de granados para instalarlas como "respaldares de los quadros", es decir, para guiar los setos bajos.
El II febrero de 1586 se comprará a Pedro Rodríguez Nieto, vecino de Mesegar, por 2.784 mrvs., "232 estacas de granados que truxo para el jardín de esta Santa Iglesia para los respaldares de los quadros a doce maravedis cada una";;. Interesante es, por la forma en que se adquieren, doscientas murtas que se trajeron desde Valencia.
El 21 de marzo de 1588 se pagaron a Juan Sánchez, peón, 9.038 mrvs. "que a de aver en esta manera los cinco mil y sesenta mrs. que son catorce libras -cinco sueldos y tres dineros moneda de Valencia que gastó en valencia en la compra de doscientos murgones de murta para el jardín de esta Santa Iglesia y a derechos para traerlos como particularmente esta declarado en un memorial que está con libranza de 3.978 mrvs. por treinta y tres días que se a ocupado en yda, estada y buelta, de dicha ciudad de Valencia contándole 18 días de camino a cuatro reales y quince de estanzia a tres reales cada uno".
Por su parte, los arrieros, también recibían su pago, en este caso, 19.904 mrvs JO. Hemos de esperar hasta 1590, para ver como se completa el sistema de riego del jardín.
El 6 de junio de dicho año se libra a Juan de Vera, alfarero, 2.208 mrs. "por ochenta caños y seis codillos para el jardín a 24 mrs. el caño y a 48 el codillo", y no serían suficientes, ya que doce días después se le pagarían otros 2.808 mrvs., por ochenta caños y seis codillos".
Seis años debió de aguantar el sistema de riego, ya que en 1596 se vuelven a encargar al alfarero caños por valor de 1.054 mrvs Jó. No sólo se recurría al alfarero para configurar los sistemas de riego, también se le compraban, como ya hemos constatado, macetas ornamentales.
Así, el II de septiembre de 1593 se comprarían a Sebastián de Morales, por 215 rs., 23 tiestos, "los veinte grandes a diez reales y los otros a seis reales y medio para el jardín del claustro" n. El 8 de agosto de 1600 se volvieron a comprar, esta vez a Sebastián de Morales, por 52 rs., "por cuatro tiestos grandes y cuatro medianos para el jardín" 3".
Un apunte realizado el tres de junio de 1600 sabemos que se libro a Diego de Lamar, clérigo, sesenta y siete reales "por dos tiestos grandes de flor de retama para el jardín" ", tipo de macetas que eran las más apreciadas por su calidad y prestancia. Otros utensilios se harían necesarios para el riego del jardín. El 20 de noviembre de 1582 se adquiriría, a Lucas Ruiz de Ribera, "contador mayor de su señora IIma", cuatro cántaros de cobre, por 6.800 mrvs., "para hechar el agua al jardín del claustro".
No serían suficientes, ya que el 6 de abril de 1585 se comprarían otros ocho cántaros a Alonso Hernández, calderero, por 10.544,50 mrvs. "con los quales y con tres mil y setecientos y noventa y nueve maravedis que recibió en ocho cántaros viejos de cobre que pesaron setenta y quatro libras y media a real y medio la libra queda acabado de pagar ocho cántaros nuevos de cobre que dio para el servicio de jardín del claustro pesaron noventa y cinco libras y media a quartro cals y quartillo la libra y mas de seis reales estañar los dichos cántaros".
El 27 de noviembre, al mismo calderero, se le dieron 1.390 mrvs. "por un cántaro nuevo, quedó para el servicio del jardín y reparo de quatro cántaros descontado uno viejo que se le entregó". Nuevos cántaros se hicieron necesarios en 1593.
El 20 de abril se compraron cuatro cántaros de cobre a Juan de Buyos, al que se pagaron "setenta y cinco reales y doze mrvs. para acabar de pagar los cuatro cántaros de cobre que se compraron que montaron ciento setenta y nueve reales y doce rnrs. a tres reales y medio la libra que pesaron cincuenta y una libra y cuatro onzas para en cuenta de los cuales se les dieron cuatro cántaros de cobre viejos q. se taxaron"40,
Conocemos ahora el nombre de un jardinero, Luis Martín, al que se le tienen que pagar durante unos años 2.000 mrv·s. al año "para ayudar a pagar la cassa en que vive por que no se le da casa como a los demás jardineros"", por lo que inferimos que el encargado de cuidar el jardín claustral tenía derecho a casa en las claverías.
Por un pago realizado para idéntico fin. el 7 de junio de 1600, sabemos de la sustitución de éste jardinero por Pascual de Yepes ". Para el mantenimiento del jardín, el gasto suele rondar anualmente -sin que haya gastos extraordinarios- de 70.000 a 80.000 mrvs ".
Probablemente, el jardín que ahora observamos es relativamente reciente'", aunque Reyes Prósper sitúa -sabemos que erróneamente- en el siglo XV el origen de varios de los árboles que él anotó a comienzos de siglo XX": el ciprés (Cupressusfastigiata), el laurel (Laurus nohilis), los mirtos (Myrtus communis); al siglo XVI adjudicaba un algarrobo (Cerutonia siliqua) arrancado a finales del XIX.
En 1827 un viajero inglés, Mackenzie, realizando una transposición de jardín oriental", describía el claustro como "un delicioso jardín, sembrado con arbustos olorosos y árboles frutales, teniendo una fuente en el centro (oo.) con flores, mientras innumerables pájaros entonaban su melodía al unísono con el correr incesante de esa fuente" ".
Parro dice que «hubo al principio un simple patio en el que ponían por el verano un toldo gigantesco; pero después lo convirtieron en jardín muy lindo, en que (hasta pocos años hace por un empleado del Cabildo y ahora por un particular que es de oficio jardinero) se cultivan multitud de flores que sirven para adorno del altar de la Virgen del Sagrario, y allí recrean la vista y el olfato de las muchas gentes que concurren á pasear, especialmente en las tardes malas y lluviosas».
Es posible que al gusto romántico del autor le agradaba la composición del conjunto, pues se conservaba un «hermoso cenador, octógono, hecho en 1782 por el maestro carpintero Ignacio García, todo de madera, rodeado de celosías pintadas de verde, y cubierto de un empizarrado con su chapitel forrado de plomo y rematado en un globo y su cruz de hierro»".
El templete y eljardín que nos describiera Parro hacia 1850 se conservaría igual en 1882, pues en el plano citado 10 vemos en el cruce de las dos calles principales.
Forman los muretes del kiosco una planta octogonal, con cuatro vanos que dan acceso al mismo desde las citadas calles. Constituiría el cenador, a modo de pabellón árabe, el centro del jardín, del cual saldrían los cuatro ríos del paraíso'".
Todavía el plano realizado en 1882 por el Instituto Geográfico nos muestra el jardín en un plano reticular con doce cuarteles cuadrados más cuatro más pequeños y rectangulares, fronteros con los aljibes que se sitúan al sur del espacio claustral.
En cuanto al contenido de los arriates, los planos arquitectónicos solamente señalan lo que pudiera ser una plantación de setos perimetrales en los cuarteles y arbolillos en el interior, más tupidos en los cuatro centrales.
Resulta poco significativo, ya que podemos pensar en un esquematizado lenguaje transcriptor del método topográfico.
Poco después, Blasco lbañez, ya a comienzos de este siglo, nos describe el jardín claustral literariamente, por lo que podemos hacernos una idea más certera de las plantaciones "': «El Jardín, que se extiende entre los cuatro pórticos del claustro, mostraba en pleno invierno su vegetación helénica de altos laureles y cipreses, pasando sus famas por entre las verjas que cierran los cinco arcos de cada lado hasta la altura de los capiteles. Gabriel miró largo rato el jardín, que está más alto que el claustro ( ... )
Las plantas trepadoras se enredaban en las verjas del claustro formando tupidas celosías de verdura, y la hiedra tapizaba el cenador central, rematado por una montera de negra pizarra con cruz de hierro enmohecido».
Hoy el cenador ha sido sustituido, de nuevo, por una fuente, esta vez de taza y surtidor, realizada en mármol, mientras que el claustro espera, con el desarrollo del Plan director de la Catedral, una profunda remodelación, que, esperemos, vuelva otra vez a mostrarnos su aspecto original, tal como lo intentó el Cabildo catedral y el cardenal Gaspar de Quiroga a finales del siglo XVI.
El 14 de diciembre de 1584 se comprarían 29 naranjos a Francisco de Huerta, capellán mayor de Santo Domingo el Antiguo por 40.800 mrvs., "los doze grandes con un limo de fruto llevar y los demás medianos y pequeños y no todos se midieron y tasaron a los dichos maravedis". El 20 de diciembre de ese mismo año serían 3 naranjos al clérigo cura de Santo Bartolomé de Sonsoles, que percibiría 3.400 mrvs.
Todavía once días después, se comprarán "tres naranjos y un limo grandes" a Gaspar López, por 6.000 rurvs". En 4 de abril del año siguiente serían 7 naranjos, por los que se pagaron al "señor canónigo Gaspar Yanez doce mil maravedis.
El 6 de julio a Diego Camargo, clérigo, se compraron 2 naranjos por 1.700 mrvs, mientras que el 3 de octubre a Gutierre García 1.120 mrvs. por un naranjo.
Debemos esperar cuatro años, hasta el 28 de junio de 1589, para ver la compra, a "doña María de los Ríos, muger del Licenciado Venegas", de 5 naranjos grandes"', otros tantos, para comprar, el 6 de diciembre de 1593, a Pedro de Burgos, ochenta y cinco ducados por nada !llenos que diez y siete naranjos para el jardín, a razón de cinco ducados cada uno J>.
A comienzos de junio del siguiente año se hizo necesario comprar otros 3 naranjos, a Martín de Alderete, "Dignidad y Canónigo de esta Santa Iglesia", a razón de 1600 rs., junto con un limón y laurel, a razón de cien reales cada naranjo "y el limo y laurel a ciento y cincuenta rs. cada uno" ". Es interesante constatar el uso de nuevas especies y técnicas en lajardinería, como es la de plantar estacas de granados para instalarlas como "respaldares de los quadros", es decir, para guiar los setos bajos.
El II febrero de 1586 se comprará a Pedro Rodríguez Nieto, vecino de Mesegar, por 2.784 mrvs., "232 estacas de granados que truxo para el jardín de esta Santa Iglesia para los respaldares de los quadros a doce maravedis cada una";;. Interesante es, por la forma en que se adquieren, doscientas murtas que se trajeron desde Valencia.
El 21 de marzo de 1588 se pagaron a Juan Sánchez, peón, 9.038 mrvs. "que a de aver en esta manera los cinco mil y sesenta mrs. que son catorce libras -cinco sueldos y tres dineros moneda de Valencia que gastó en valencia en la compra de doscientos murgones de murta para el jardín de esta Santa Iglesia y a derechos para traerlos como particularmente esta declarado en un memorial que está con libranza de 3.978 mrvs. por treinta y tres días que se a ocupado en yda, estada y buelta, de dicha ciudad de Valencia contándole 18 días de camino a cuatro reales y quince de estanzia a tres reales cada uno".
Por su parte, los arrieros, también recibían su pago, en este caso, 19.904 mrvs JO. Hemos de esperar hasta 1590, para ver como se completa el sistema de riego del jardín.
El 6 de junio de dicho año se libra a Juan de Vera, alfarero, 2.208 mrs. "por ochenta caños y seis codillos para el jardín a 24 mrs. el caño y a 48 el codillo", y no serían suficientes, ya que doce días después se le pagarían otros 2.808 mrvs., por ochenta caños y seis codillos".
Seis años debió de aguantar el sistema de riego, ya que en 1596 se vuelven a encargar al alfarero caños por valor de 1.054 mrvs Jó. No sólo se recurría al alfarero para configurar los sistemas de riego, también se le compraban, como ya hemos constatado, macetas ornamentales.
Así, el II de septiembre de 1593 se comprarían a Sebastián de Morales, por 215 rs., 23 tiestos, "los veinte grandes a diez reales y los otros a seis reales y medio para el jardín del claustro" n. El 8 de agosto de 1600 se volvieron a comprar, esta vez a Sebastián de Morales, por 52 rs., "por cuatro tiestos grandes y cuatro medianos para el jardín" 3".
Un apunte realizado el tres de junio de 1600 sabemos que se libro a Diego de Lamar, clérigo, sesenta y siete reales "por dos tiestos grandes de flor de retama para el jardín" ", tipo de macetas que eran las más apreciadas por su calidad y prestancia. Otros utensilios se harían necesarios para el riego del jardín. El 20 de noviembre de 1582 se adquiriría, a Lucas Ruiz de Ribera, "contador mayor de su señora IIma", cuatro cántaros de cobre, por 6.800 mrvs., "para hechar el agua al jardín del claustro".
No serían suficientes, ya que el 6 de abril de 1585 se comprarían otros ocho cántaros a Alonso Hernández, calderero, por 10.544,50 mrvs. "con los quales y con tres mil y setecientos y noventa y nueve maravedis que recibió en ocho cántaros viejos de cobre que pesaron setenta y quatro libras y media a real y medio la libra queda acabado de pagar ocho cántaros nuevos de cobre que dio para el servicio de jardín del claustro pesaron noventa y cinco libras y media a quartro cals y quartillo la libra y mas de seis reales estañar los dichos cántaros".
El 27 de noviembre, al mismo calderero, se le dieron 1.390 mrvs. "por un cántaro nuevo, quedó para el servicio del jardín y reparo de quatro cántaros descontado uno viejo que se le entregó". Nuevos cántaros se hicieron necesarios en 1593.
El 20 de abril se compraron cuatro cántaros de cobre a Juan de Buyos, al que se pagaron "setenta y cinco reales y doze mrvs. para acabar de pagar los cuatro cántaros de cobre que se compraron que montaron ciento setenta y nueve reales y doce rnrs. a tres reales y medio la libra que pesaron cincuenta y una libra y cuatro onzas para en cuenta de los cuales se les dieron cuatro cántaros de cobre viejos q. se taxaron"40,
Conocemos ahora el nombre de un jardinero, Luis Martín, al que se le tienen que pagar durante unos años 2.000 mrv·s. al año "para ayudar a pagar la cassa en que vive por que no se le da casa como a los demás jardineros"", por lo que inferimos que el encargado de cuidar el jardín claustral tenía derecho a casa en las claverías.
Por un pago realizado para idéntico fin. el 7 de junio de 1600, sabemos de la sustitución de éste jardinero por Pascual de Yepes ". Para el mantenimiento del jardín, el gasto suele rondar anualmente -sin que haya gastos extraordinarios- de 70.000 a 80.000 mrvs ".
Probablemente, el jardín que ahora observamos es relativamente reciente'", aunque Reyes Prósper sitúa -sabemos que erróneamente- en el siglo XV el origen de varios de los árboles que él anotó a comienzos de siglo XX": el ciprés (Cupressusfastigiata), el laurel (Laurus nohilis), los mirtos (Myrtus communis); al siglo XVI adjudicaba un algarrobo (Cerutonia siliqua) arrancado a finales del XIX.
En 1827 un viajero inglés, Mackenzie, realizando una transposición de jardín oriental", describía el claustro como "un delicioso jardín, sembrado con arbustos olorosos y árboles frutales, teniendo una fuente en el centro (oo.) con flores, mientras innumerables pájaros entonaban su melodía al unísono con el correr incesante de esa fuente" ".
Parro dice que «hubo al principio un simple patio en el que ponían por el verano un toldo gigantesco; pero después lo convirtieron en jardín muy lindo, en que (hasta pocos años hace por un empleado del Cabildo y ahora por un particular que es de oficio jardinero) se cultivan multitud de flores que sirven para adorno del altar de la Virgen del Sagrario, y allí recrean la vista y el olfato de las muchas gentes que concurren á pasear, especialmente en las tardes malas y lluviosas».
Es posible que al gusto romántico del autor le agradaba la composición del conjunto, pues se conservaba un «hermoso cenador, octógono, hecho en 1782 por el maestro carpintero Ignacio García, todo de madera, rodeado de celosías pintadas de verde, y cubierto de un empizarrado con su chapitel forrado de plomo y rematado en un globo y su cruz de hierro»".
El templete y eljardín que nos describiera Parro hacia 1850 se conservaría igual en 1882, pues en el plano citado 10 vemos en el cruce de las dos calles principales.
Forman los muretes del kiosco una planta octogonal, con cuatro vanos que dan acceso al mismo desde las citadas calles. Constituiría el cenador, a modo de pabellón árabe, el centro del jardín, del cual saldrían los cuatro ríos del paraíso'".
Todavía el plano realizado en 1882 por el Instituto Geográfico nos muestra el jardín en un plano reticular con doce cuarteles cuadrados más cuatro más pequeños y rectangulares, fronteros con los aljibes que se sitúan al sur del espacio claustral.
En cuanto al contenido de los arriates, los planos arquitectónicos solamente señalan lo que pudiera ser una plantación de setos perimetrales en los cuarteles y arbolillos en el interior, más tupidos en los cuatro centrales.
Resulta poco significativo, ya que podemos pensar en un esquematizado lenguaje transcriptor del método topográfico.
Poco después, Blasco lbañez, ya a comienzos de este siglo, nos describe el jardín claustral literariamente, por lo que podemos hacernos una idea más certera de las plantaciones "': «El Jardín, que se extiende entre los cuatro pórticos del claustro, mostraba en pleno invierno su vegetación helénica de altos laureles y cipreses, pasando sus famas por entre las verjas que cierran los cinco arcos de cada lado hasta la altura de los capiteles. Gabriel miró largo rato el jardín, que está más alto que el claustro ( ... )
Las plantas trepadoras se enredaban en las verjas del claustro formando tupidas celosías de verdura, y la hiedra tapizaba el cenador central, rematado por una montera de negra pizarra con cruz de hierro enmohecido».
Hoy el cenador ha sido sustituido, de nuevo, por una fuente, esta vez de taza y surtidor, realizada en mármol, mientras que el claustro espera, con el desarrollo del Plan director de la Catedral, una profunda remodelación, que, esperemos, vuelva otra vez a mostrarnos su aspecto original, tal como lo intentó el Cabildo catedral y el cardenal Gaspar de Quiroga a finales del siglo XVI.
Francisco García Martín
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