Écija, Sevilla
Écija, Sevilla
Colegiata de Osuna, Sevilla
El Coto de las Canteras, Osuna
El castillo de San Gil
Hoy elegimos para nuestra travesia estas dos impresionantes ciudades sevillanas, cargadas de historia, Patrimonio y buen vivir.
Indice:
- Como llegar a Ecija
- Algo de Historia sobre Écija
- Que ver en Écija
- Fiestas de Écija
- Comer en Écija
- Castillo de Alhonoz
- Algo de Historia sobre Osuna
- Que ver en Osuna
- Fiestas de Osuna
- Comer en Osuna
- Otras Rutas Cercanas
1. Como llegar a Ecija
Écija es un municipio español perteneciente a la provincia de Sevilla, en la Comunidad Autónoma de Andalucía (España).
Geográficamente se encuentra situada al este de la provincia y asentada en el Valle del Genil. Limita al Noroeste con la provincia de Córdoba, al Sur con la Sierra Sur de Sevilla y al Oeste con la Campiña de Carmona.
Tiene una población superior a los 40.000 habitantes. Su extensión es de 978,73 km2, siendo la mayor de toda la provincia de Sevilla.
Tiene una densidad de 41,28 hab/km2 y se encuentra situada a una altitud media de 125 metros según nivel del mar.
2. Algo de Historia sobre Écija
Los orígenes: Pre y Protohistoria
La fundación de la ciudad se sitúa hacia el siglo VIII a.C. en el ámbito de la civilización tartésica. Hasta la conquista romana, hacia el 200 a.C., se trató de un pequeño poblado turdetano de cabañas, emplazado en la ligera elevación junto al río Genil conocida hoy como Cerro del Alcázar o de San Gil (“El Picadero”).
El esplendor en época romana
La ciudad conoció su mayor etapa de esplendor durante la dominación romana, participó a favor de César en las Guerras Civiles contra Pompeyo y, hacia el año 14 antes de Cristo se fundó la denominada “Colonia Augusta Firma Astigi”, una gran ciudad con calles pavimentadas trazadas en retícula regular, cloacas y red de distribución de aguas, foro, templos, termas y anfiteatro, junto a un puente por el que la Vía Augusta cruzaba el Genil.
Desde entonces fue la capital de un extensísimo convento jurídico, uno de los cuatro en los que se dividía la Bética, que comprendía no menos de 49 ciudades y abarcaba gran parte de las actuales provincias de Córdoba, Granada y Jaén. Su principal riqueza derivaba del cultivo olivarero y de la exportación del aceite a larga distancia, empleando la vía fluvial por el Genil y el Guadalquivir y, luego, la marítima desde Sevilla.
Écija en al-Andalus
La ciudad siguió siendo un importante foco cultural y religioso a la caída del Imperio, en época visigoda, cuando llegó a ser sede de un obispado, y en época islámica, en la que Istiya (o Astiya) fue capital de provincia durante el emirato y el califato.
Los cronistas árabes destacan la fertilidad y riqueza de su territorio, en el que se asentó un importante poblamiento beréber. Los musulmanes introdujeron los cultivos de regadío y, entre ellos, el algodón cuyo desarrollo característico en Écija, llevó a acuñar el sobrenombre de Madînat al-qutn (“La ciudad del algodón”).
La Baja Edad Media y la Edad Moderna: Écija en la Corona de Castilla
En mayo de 1240 Écija fue conquistada por Fernando III y repartida entre nuevos pobladores castellanos, entre ellos muchos nobles, las órdenes militares y la Iglesia. El desarrollo de la gran propiedad terrateniente que ha marcado toda la historia posterior, bajomedieval y moderna arranca, en buena medida, de este reparto feudal y de su desarrollo en la época Moderna.
Écija barroca: el “Siglo de oro ecijano”
Todo el siglo XVIII, considerado “El siglo de oro ecijano”, vive un esplendor de construcciones civiles y de iglesias vinculado a la concentración de la propiedad y del poder eclesiástico y aristocrático. En esta época existían en la ciudad unos 40 títulos nobiliarios, 13 de ellos Grandes de España.
El casco histórico de Écija conserva uno de los mejores legados de arquitectura y arte barroco de Andalucía y, probablemente, de toda la Península Ibérica: palacios, iglesias (con las torres que han hecho famosa a la ciudad), conventos, edificios públicos y casas-palacio que, junto a sus ricos bienes muebles y a los amplios archivos documentales, constituyen un patrimonio histórico excepcional.
Los títulos de Écija
En 1402 Enrique III restituyó a Écija el título de ciudad. Los favores reales siguieron: Carlos I añade el título de “Muy leal” al de “Muy noble” que ya ostentaba Écija. Felipe V le otorga el nombramiento de “Constante, leal y fidelísima” en 1710.
Mimada por la realeza, en 1880 Alfonso XII otorga al Ayuntamiento el tratamiento de “Excelentísimo”. Todavía en el siglo XX, Écija recibe en 1966 un nuevo título, tan merecido o más que los anteriores: el de “Conjunto histórico-artístico”.
Más allá de los excepcionales hallazgos de época romana que se han descubierto en el yacimiento del Picadero, la misma zona estuvo ocupada desde la Edad Media por la alcazaba de la ciudad, una fortaleza de origen almohade .
No en vano, la toponimia del lugar da suficientes pistas que recuerdan aquel edificio: la calle Alcázar, el yacimiento Plaza de Armas, la calle Cadenas,...El recinto sufrió una continua pérdida de valor estratégico que le llevó al deterioro y, finalmente, desaparición, en especial durante las últimas décadas.
En el siglo XVI el cabildo aún invertía sumas de dinero en el mantenimiento de los muros del alcázar.
Un siglo más tarde las tareas se centraban en demoler las zonas con peligro de derrumbes y de las que se quejaba el vecindario.
Recreación del alcázar de Écija | Foto: Turismo Écija
El recinto tenía cuatro puertas que daban acceso al interior.
La puerta principal de la alcazaba sería el Arco de las Cadenas demolido durante el siglo XIX y cuyo nombre procedería de las cadenas que por fuera del acceso marcarían los límites de la jurisdicción de los alcaides. Se hallaba en la confluencias de las actuales calles Cadenas, Rojas y San Antonio.
Avanzando hacia el este por la calle Rojas se abriría la Puerta del Sol, precisamente en el cruce con la calle Sol, tal vez por puntar hacia el este.
Con una estructura acodada, de doble giro, la Puerta del Agua se hallaba en la subida de la calle San Marcos y su denominación procede de su uso para abastecimiento de agua a la guarnición.
Al Oeste, se abriría la Puerta de la Plaza de Armas, de la Escalera o, por el uso que se le dió a la zona del alcázar,
Puerta del callejón del Picadero.
En el interior de la muralla existiría otro recinto del que formarían parte las torres del Concejo, en la subida de la calle Alcázar desde la Merced, o la de la Mazmorra, según Collantes de Terán, en el área SE.
A través de las campañas arqueológicas realizadas desde 2001 en el yacimiento Plaza de Armas se ha completado la información sobre la época medieval, de dominio mayoritarimente andalusí pues la ciudad fue tomada a principios del siglo VIII y sólo en 1236 fue conquistada por Fernando III.
Por ejemplo se ha descubierto la existencia de unas murallas de época cristiana que cortan la Plaza de Armas en varias zonas que puede indicar los diferentes cambios producidos tras la conquista de la ciudad. Igualmente, se han descubiertos varios enterramientos musulmanes de época califal muy similares a los hallados en las intervenciones arqueológicas de la Plaza de España.
Por tanto, a pesar de que los últimos descubrimientos han revelado una importantísima ocupación de época romana, el alto de San Gil continuó con una importante función defensiva durante la etapa musulmana, decayendo sólo a partir de la conquista cristiana, en un proceso continuado desde el siglo XVI hasta los últimos treinta años del siglo pasado.
3. Que ver en Écija
Se suele aplicar el tópico «es una ciudad museo» muy a la ligera, pero la verdad es que en esta ocasión se cumple al 100×100. En cada esquina que giramos descubrimos un patio que te deja sin sentido o iglesias que, seguramente, cuestan de ver en cualquier otro sitio del mundo.
Lo más curioso de Écija es que tiene un particular Skyline con las innumerables torres, de las que dicen son las más bonitas de Andalucía.
para saber mas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario