Según Menéndez Pidal, el término "Ugena" podría derivarse de los antropónimos prerrománicos "Ustius" o "Usius"
Su topónimo da idea de la antigüedad de la población, quizás de la época celtíbera. De su pasado mozárabe da fe la puerta de Ugena en la antigua muralla de Illescas.
El término de Ugena primero perteneció a Illescas, por la reconquista del territorio de Alfonso VI, pasando por mandato de ese Rey, a la iglesia de Toledo.
Pero sin saber las causas, está en poder del obispo de Segovia hasta 1154, año en que se las cambia Alfonso VII El Emperador por las villas de Aguilafuente y Boadilla; inmediatamente en abril de ese mismo año la dio carta-puebla, pudiendo tener heredades, aparte de los naturales, sólo los gascones.
Vuelve de nuevo a Illescas, y como tal a la Iglesia de Toledo, por disposición testamentaria de Sancho III.
En el siglo XVIII todavía se dice que en Ugena "hay muchos mozárabes", lo que parece indicar que hubo población romana y visigoda o que la villa fue repoblada por mozárabes toledanos, después de la conquista.
La puerta de Ugena, en la vieja muralla de Illescas, del siglo XI, respalda esa afirmación de su pasado mozárabe, perteneciendo al señorío del arzobispo de Toledo.
Illescas y sus términos fueron secularizados en el 1575, hasta que el 25 de Noviembre de 1660 los de Ugena y Torrejoncillo de los Higos (antiguo poblado situado al Este del caserío de Ugena) pasan a ser propiedad señorial de D. Carlos de Vera, Conde de la Roca, título creado por Felipe IV en 1628; después adquirió también las alcabalas y en 1662 la jurisdicción administrativa, que lleva aparejado el poder nombrar los cargos municipales.
Éste inicia en ese mismo año la construcción de una casa-palacio en Ugena para albergar al rey Carlos II.
Reinando Carlos II, se le concede el título de Marqués de Ugena a D. Francisco Herrera y Enríquez, en 1672; éste había sido corregidor de Madrid y estabacasado con Doña Antonia Enríquez Dávila y Guzmán, quién, de su primer marido el Conde de la Roca, había heredado el señorío de Ugena, posteriormentepasando en herencia a manos del Cardenal Portocarrero, el cual, a su muerte en 1709, se lo deja al hospital toledano de la Santa Cruz, administrado por elDeán y Cabildo de la Iglesia de Toledo.
Estos patronos venden el señorío de Ugena y Torrejoncillo, en 1735, al millonario hombre de negocios Don Juan Francisco de Goyeneche, navarro del valle de Baztán. En ese tiempo ya se había despoblado Torrejoncillo de los Higos; Goyeneche compró todos los derechos, entrando también en posesión del título deMarqués de Ugena en el año 1735.
A mediados del siglo XVIII su actividad económica se basaba en la producción de trigo, cebada, garbanzos, vino y aceite, que se elaboraba en dos molinos. También se dedicaba a la producción de yeso.
No deseando vivir bajo el señorío nobiliario, la villa de Ugena solicitó su incorporación a la Corona, que se declaró en 1780, eximiéndose de los conflictivos sucesores de Goyeneche. El Supremo Consejo de Castilla, vistas las razones de la villa, la declara de realengo, uniendo desde entonces sus alcabalas a las de Chozas de Canales.
Pero los marqueses de Ugena conservaban el título y el señorío sobre el despoblado de Torrejoncillo y su término; lo que motiva un nuevo pleito, resuelto a favor de la villa, ya en el reinado de Carlos III. Así pues, todo el término quedó libre del señorío feudal.
Con motivo de la desamortización de Mendizábal en 1836, se sabe que las monjas dominicas de Illescas poseían en Ugena treinta y ocho parcelas rústicas, el de San Antonio de Padua de Griñón tenía tres parcelas y el cabildo de racioneros de la Catedral de Toledo diez parcelas. Todas la cuales vinieron a incrementar el número de pequeños propietarios en la villa.
http://www.ayto-ugena.org/ugena/historia
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