ENTRE LAS DOS CASTILLAS
La Iglesuela es el punto de partida de esta ruta que podemos recorrer a pie o en bicicleta de montaña, con la dificultad de que en parte del trayecto no hay camino pero el terreno es practicable en bici.Iglesia y arquitectura de La Iglesuela
Debemos dar una vuelta por el casco urbano y observar su arquitectura popular, de la que todavía quedan no pocos edificios con las características típicas de las construcciones serranas abulenses.
Los tejadillos voladizos, las balconadas en algunas fachadas y los perfiles largos de los tejados con escasos huecos en los muros graníticos, son algunas de las características más significativas.Fuente de la ermita de la Virgen de la Fuensanta en La Iglesuela
Los tejadillos voladizos, las balconadas en algunas fachadas y los perfiles largos de los tejados con escasos huecos en los muros graníticos, son algunas de las características más significativas.Fuente de la ermita de la Virgen de la Fuensanta en La Iglesuela
Otra peculiaridad de La Iglesuela es la abundancia de fuentes tanto en el casco urbano, como en los alrededores, casi todas están abovedadas con sillares graníticos y tienen lavaderos o bebederos para el ganado del mismo material. Junto al pueblo, en el Ejido, hay varias de estas fuentes, una de ellas algo más ornamentada y con un largo bebedero para facilitar el acceso a rebaños numerosos.
En estos parajes es muy abundante la cigüeña negra y un gran número de rapaces y otras especies de aves. Esto ha hecho que parte del término de La Iglesuela, haya sido declarado recientemente zona protegida de caza para conservar su rico patrimonio natural.El Tiétar a su paso por los pinares de La Iglesuela
Junto al puente de la carretera, río arriba, se halla otro puente más antiguo en un paraje muy ameno, donde podemos, como en el resto del trayecto fluvial, intentar pescar algún barbo, cachuelo e incluso black-bass.
En el descenso del río se adornan las orillas con algunas alisedas, saucedales, choperas y fresnedas, en los lugares donde el regadío y las plantaciones de espárragos no han deteriorado el bosque de ribera.
También encontraremos tres ejemplares de molino de agua que dan un toque pintoresco al entorno, sobre todo el conocido como de Castillo construido en obra de sillería.Puente romano sobre la garganta Torinas en Sartajada
Sus pequeños cántaros eran célebres por la frescura con que mantenían el agua, eran utilizados en toda la comarca, y tanto es así que cada vez que se rompía alguno se decía “Eso se ha oído en Sartajá”, en referencia a que aumentaría el negocio alfarero de sus habitantes.
Un pastor local, Longino, ya fallecido, talló en los bloques graníticos enormes esculturas con motivos animales.Museo de escultura popular de Longino
El proverbial cochinillo de La Iglesuela, nos repondrá de la caminata.
CACERÍAS MEDIEVALES
La riqueza faunística de este terreno ya era conocida en el medievo, y aparece reflejada en el Libro de la Montería de Alfonso XI. En él se cuenta que “la Yglejuela” y otras zonas cercanas de la Sierra de San Vicente eran “buenas para oso en ynvierno y para puerco en otoño e invierno”. También dice que “cuando a buen venado sueltan e lo bien porfían, teniendo buenos canes, non ay si non matarle.
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