martes, 5 de septiembre de 2017

Aceca, de castillo a Palacio (II)

Resultado de imagen de castillo de AcecaAlfonso VII dispuso de viñas de su propiedad en Aceca y adquirió algunos molinos sobre el Tajo, dentro del campo acequeño, igualmente en 1150. Propiedades en Aceca son donadas en los primeros años de su reinado por Alfonso VIII a Gutierre Téllez en 1166, a primeros de septiembre. Le fue otorgada la mitad de su territorio, como dice el documento: «meditate illi castelli quod vocat azecha et medietate de villa et de aldeis ... », con lo que queda confirmada la amplia jurisdicción del castillo de Aceca, del que dependía la villa y aldeas de su término 25, extendido éste a una y otra parte del río Tajo.

Para interrumpir el avance almohade haca su objetivo, la urbe toledana, se organizó la milicia de caballeros de Calatrava en 1158, a instancias del monje Raimundo de Fitero, constituyéndose una orden militar de caballería adscrita a las normas cistercienses.
En 1194 la Orden recibía donación de un molino de Aceca, hecha por don Gonzalo Pérez al Maestre don Nuño. En 28 de abril de 1199 sefecha la confirmación de los capítulos de la Orden, dada por Inocencia III, reconocimiento en el cual se enumeraban las posesiones de la Orden hasta entonces, y entre ellas se referían: «castellum de Assecha cum suis pertinentiis, Figarola cum suis pertinentiis, castellum de Cyrolis cum suis pertinentiis ... » 26.

Resultado de imagen de castillo AcecaEl proceso de adquisiciones territoriales en la rona media del Tajo al norte de Toledo, por parte de la orden de Calatrava, tiene lugar en los años del reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214). En 1172 tiene efecto la primera donación cuantiosa, pues el entonces poseedor de una mitad de Aceca, el conde don Nuño Pérez de Lara, a la sazón maestre mayor de la Orden, concede esta su propiedad a la pujante Orden militar 27, o sea la mitad Íntegra de toda Aceca con el castillo, aldea y posesiones. Alfonso VIII establecía en este mismo año los privilegios para poblar Aceca y Mocejón, lugares que se otorgan con todos sus términos y derechos, y se expresa que no sirven a nadie a no ser a su señor 28.

Con lo que parece decidida la repoblación de la orilla derecha del Tajo, empresa encomendada a los caballeros calatravos. De este modo, podemos explicarnos que Aceca forme territorialmente dos mitades, divididas por el río. Efectivamente, Gutierre Téllez, poseedor de la otra mitad desde 1166, hace cesión a la orden calatrava de su propiedad en el año 1176. Por tanto, la orden de Calatrava se estableció firmemente en posiciones toledanas: la villa de Ciruelos pasó en 1175 por donación real y en 1176, desde febrero, la villa de Aceca es confirmada por el monarca como propiedad que incluye todos los derechos de posesión absoluta sobre su término, su castillo, su villa, sus dehesas y sus molinos.

De modo que el señorío se instituye en Aceca, villa «que est sita super ripam Tagi in termino toleti. ". Las últimas décadas del siglo XII parecen para Aceca tiempos de dificultosa existencia, por lo que el rey Alfonso VIII interviene al firmar un privilegio de amplia exención tributaria, en 4 de noviembre de 1188, cuando se encontraba cerca de Aceca con su corte 30.

El desplazamiento de las operaciones militares al sur de Sierra Morena, tras el triunfo cristiano de las Navas (1212), intensificadas por Fernando III (1217-1252), hace que la historia de la tierra de Toledo pase a un segundo plano sin el protagonismo de los dos siglos anteriores, a cambio de una vida más pacífica en la comarca toledana.

En 1220 se construia el castillo de Añover, poblándose por facultad real, cuando ya en realidad Aceca había dejado de cumplir, por su situación, el papel estratégico que desempeló en la reconquista toledana JI. En este sentido, las posesiones de las Ordenes militares se acrecientan ahora con valor más económico que militar, como lo demuestra, en el caso de la orden de Calatrava, el número de documentos de donación y venta de huertas, molinos y yugadas de tierras también en Aceca.

La de Calatrava recibía de nuevo por donación real una heredad y un molino en Aceca (1219), a la vez que la confirmación de los privilegios de 1188, con lo que Aceca mantenía una tributación afectada de ciertas exenciones. Posteriormente, el rey Sancho IV confirma en privilegio los otorgados por Alfonso VIJI y Fernando IJI, en que concedieron excepción del pago de todo pecho, derecho y servicio al concejo de Aceca, con fecha de 2 de noviembre de 1284 32• Este amparo real favoreció la pervivencia del núcleo de Aceca, que se hiw estable durante el siglo XIII.

En este tiempo se produciría la progresiva desaparición del viejo castillo medieval emplazado junto a Aceca, la vieja; castillo de cuyos restos sólo podría hablar la prospección arqueológica. La encomienda de Aceca, cuya existencia se prolonga en los siglos XIV y Xv, se dividía territorial y económicamente en dos grandes extensiones de tierra o dehesas: la dehesa nueva de Aceca, al norte del río Tajo, y la dehesa de Aceca de Bel, al sur del río. En la primera, lindante con términos de Añover, Alameda, Cobeja, Alejar y Villaseca, se levantaban las casas del comendador. La segunda dehesa lindaba con la dehesa de Martín Román y los términos de Yepes, la Torre, la Guardia, Benquerencia y Mazarabuzaque.

Su aprovechamiento tot<1.1 en 1493 se hacía sobre los arrendamientos de pastos, tierras de labor y huertas, sobre el derecho de la pesca y de la caza, sobre algunas yugadas en Mazarabuzaque, dos aceñas, trece solares y varias tierras en Pantoja. Todo lo cual ascendía a 383.700 maravedís 33. Con Carlos V se produce la incorporación del Maestrazgo de las Ordenes a la Corona, y con la de Calatrava trató el emperador la segregación de la encomienda de Aceca. En 1534 unió a la Mesa Maestral de la Orden y en su nombre al bosque de Aranjuez, a cambio de la villa de Bolaños, que cedió como encomienda a los calatravos ".

A principios del siglo XIX, Alvarez de Quindós nos dice que «el castillo y casa antigua de los Comendadores está a la ribera derecha del río Tajo sobre una loma. En él mandó hacer el Señor Don Felipe II un quarto Real con una torre, que es lo que hoy se llama palacio, de fábrica muy sólida, con muchas buenas salas y aposentos para el Rey y su familia».

Pero, por otra parte, reconoce que por falta de ruinas antiguas «podía negarse que estuvo allí el castillo, pues de él no existe rastro ni monumento alguno mas del nombre que el vulgo conserva». Ciertamente, con el paso del tiempo, del castillo medieval que hubieron de levantar los calatravos en la parte derecha del río no quedan vestigios materiales re- conocibles, y de la casa real que edificó Felipe II apenas sobreviven malparados algunos muros y bóvedas de ladrillo.

Las visitas realizadas por la Orden a esta encomienda del partido de Zorita, manejadas por D. Luis Salazar y extractadas en interés de otros datos, no pueden aproximarnos la imagen del antiguo castillo calatravo de Aceca, pues están reducidas a citar los bienes de la encomienda, omitiendose descripción, por lo que siempre se habla genéricamente de la casa y aposento principal de la encomienda (1534), del castillo y casa de Aceca y casas de los molineros (1540), del coto del castillo donde está la casa y aposento de la Orden (1557) JI.

La visita de 27 de marzo de 1573, en cambio, nos describe las casas y aposento de la Orden de Aceca, pero ya convenidas en palacio, "las quales hallé -dice el visitador- muy bien tratadas y reparadas, y de muchos y muy buenos aposentos, con su patio, é corredores bajos, sobre sus muy buenos pilares de piedra, y muchas piezas con sus chimeneas; y está principiando otro quarto, é aposento, y sacados los cimiento de cal y canto, y de ladrillo.

Todo lo qual fui informado, que se hace por orden y traza, que S. M. ha mandado dar para ello, que lo que de presente está fecho, es Casa Real, y muy principal, y será muy principal obra, quando sea toda fecha, y acabada, en que fui informado que se han gastado, y gastan, y gastarán mucho dineros, en cantidad de más de 15.000 des.» (35 bis). Si Carlos 1 convirtió Aceca en dependencia real no hubo, al parecer, necesidad de derribar la casa del comendador y solamente se edificarían algunas partes nuevas adosándolas al antiguo castillo.

Fue Felipe II quien deseó la reedificación de la casa de Aceca, con ocasión de haberse producido ciertos derrumbamientos. Encargó las trazas para la nueva planta al arquitecto de las obras reales Gaspar de Vega, las cales fueron supervisadas y enmendadas por el propio monarca en 1556. Las obras hubieron de iniciarse ya en 1557, llegando a levantarse la fábrica de mampostería, con un patio interior porticado con columnas de piedra, según un estilo que Llaguno califica de «estilo seco de Covarrubias» 36.

Antonio José Díaz Fernández
http://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0027_04.pdf


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