sábado, 29 de febrero de 2020

Siglo XV: Judios en Quismondo

Resultado de imagen de Siglo XV: JudiosARRENDADORES DE RENTAS DE LA CATEDRAL

En el archivo de la Catedral de Toledo se conservan cuatro libros de rentas del cabildo correspondientes a los años 1447 a 1455. Se registran en ellos las rentas en los arcedianatos de la diócesis.

Se hacía un pregón para que los interesados en la puja acudieran a rematar las rentas del diezmo (10%) del pan (cereales), vino, menudos (sobre las bestias y la lana), diezmo pontifical, de coronados (clérigos tonsurados con “coronilla”), del queso. Las rentas del pan se valoraban en especie: cahices (12 fanegas en Castilla) o fanegas. Y el resto de las rentas en maravedíes.

El que remataba las rentas recibía el diezmo de los vecinos y lo hacía llegar hasta la cilla o almacén de diezmos de la Catedral.

Para la puja de las rentas, el cabildo de la Catedral daba instrucciones al mayordomo encargado de los arrendamientos: “que vayades personalmente a cada uno de los dichos lugares e fagades pregonar e poner cédulas: quien quisiere arrendar las dichas rentas o qualquier dellas que vengan a vos e gelas arrendareys en los presios raçonables, dando las fianças e seguridades que convienen. Las firmas que tanaredes sean personas conoscidas e llanas e abonadas e se obliguen segund las condiciones”. Las rentas se podían rematar para un año agrícola o para varios.




En los años registrados en el libro de la Catedral de Toledo aparecen los siguientes arrendadores en Quismondo. Todos judíos.

AÑO 1449: El judío Ysaias remató en 3 caíces el pan y el vino de coronado.

AÑO 1450: el rabí Jaco remató por 25 mrs. los corderos, el queso y la lana.

AÑO 1450: Yuçaf Maymonchel es arrendador de varias rentas en Quismondo.

AÑO 1454-1455: el pan de montón lo remató Hudá Cantos por 4 cahíces, 3 fanegas.

AÑO 1467-1479: En el libro de Cuentas y Tratos ante el notario Diego García Hamusco, al folio 49, aparecen Mosé Palache e Çadbona Hallel como arrendadores de los menudos de Quismondo por 91 mrs.

UN PRESTAMISTA EN QUISMONDO

AÑO 1483: El día 20 de febrero de este año, ante los delegados de Gutierre de Cárdenas, el judío Mosé Catán, vecino de Quismondo, “demandó e puso demanda” contra Alfonso Martín Maroto, también vecino de Quismondo, por los veinte maravedís del diezmo que le debía. Alfonso Martín Maroto reconoce la deuda y es condenado a devolver, en el plazo de nueve días, los veinte maravedís así como al pago de las costas.

Muy posiblemente el judío Mosé Catán en Quismondo, donde vivía, ejercía como prestamista, que era un oficio muy común entre los judíos toledanos. Prestaban dinero (hasta el 25% de interés) tanto a familias humildes como a grandes personajes. 

Se les devolvía el préstamo en varios plazos. Los judíos, como no cristianos, no estaban sometidos a las prohibiciones de la Iglesia, que condenaba en aquella época no sólo la usura, sino también el cobro de intereses por el dinero prestado.

Eran el antecedente de los bancos y entidades de crédito. Prestaban dinero sobre todo a los pequeños agricultores.

ARROYO DE LA ALJAMA

Por tierras de Quismondo, a unos 2 kilómetros al sureste de la población, discurre el arroyo de la Aljama (popularmente, conocido como “Lanjama”). En esta zona hay una importante concentración de restos arqueológicos, testigos de antiguo poblamiento en la ribera del arroyo de la Aljama.

La toponimia (el nombre mismo del arroyo “Aljama”) es testigo de una más que probable presencia judía en esta zona desde muy antiguo. Algunos autores hablan de la diáspora que provocó la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor en el año 586 a.C. y que estaría en el origen de los nombres de muchas poblaciones. 

Según múltiples fuentes históricas, es el caso de Toledoth (Toledo, “la ciudad de las generaciones”) y de algunos poblamientos cercanos hasta donde llegaron miembros de todas las tribus de Israel como Escalona (Ashkalona de la tribu de Shimon), Maqueda (de Massada de la tribu de Yehuda), Noves (Nove de la tribu de Binyomin), Yepes (de Yope de la tribu de Dan) Layos (lajish de Yehuda), etc.

La aljama judía (ŷāma’ al-yahud: “conjunto de los judíos”) es la comunidad misma que se establece y se organiza de forma independiente. Incluso se gobierna con normas propias (tacanot). Tenía sus dirigentes, consejos y representantes. Así lo reflejaba en 1220 Gonzalo de Berceo (1190-1264) en uno de sus poemas.

La aljama tenía sus propios jueces (dayanim). Además de la sinagoga. Asimismo, baños públicos, matadero donde se hacía el sacrificio de los animales (sehitah), horno comunitario de pan y la carnicería. También sus propios cementerios.

Sin retrotraernos al siglo 6º antes de Cristo, es muy posible que la Aljama en tierras de Quismondo surgiera como consecuencia de la normativa del Concilio IV de Letrán (año 1215) sobre los judíos: debían llevar una vestimenta especial y vivir en sus propios barrios e incluso apartados a cierta distancia de las poblaciones cristianas: Quismondo ya existía en la Navidad de 1194. 

Las normas del Concilio IV de Letrán se fueron recogiendo en los sínodos diocesanos como el de Toledo celebrado en 1323. 

Desconocemos el número de habitantes de esta Aljama, su extensión o la cantidad que pechaba a la Corona de Castilla.


Un Fin de Semana en Salamanca

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Si tienes pensado una escapada de un Fin de Semana o un Puente a la ciudad charra estás de suerte, porque hoy traemos algunas cosas que hacer en Salamanca en un fin de semana.


Salamanca es una ciudad a escala humana, pensada para el paseo, para perderse y encontrarse. Por eso, además de las puertas y las rutas, la definen también sus rincones, llenos de sorpresas, acentos y encanto.

El amanecer y el atardecer son los momentos en los que interior y exterior se hacen uno y la ciudad resplandece como iluminada por una luz, una claridad que nadie sabe de donde llega.

Instantes en los que parece que ella "se piensa a sí misma" y los personajes que la habitaron o sólo la transitaron, se hacen presentes y nos hablan.

Indice:

  1. Como llegar a Salamanca desde Madrid
  2. Historia de Salamanca
  3. Buscar la Rana en la Fachada de la Universidad
  4. Buscar el Astronauta en la Catedral Nueva
  5. ¡Ir de Tapas y Pinchos!
  6. Indagar sobre la Leyenda sobre la Casa de las Conchas
  7. Ir de vinos a la Plaza Mayor
  8. Pasear por las calles Toro y Zamora
  9. Saludar a Don Vicente del Bosque
  10. Recorrer la Rúa de arriba a abajo (y de abajo a arriba)
  11. Cruzar el Puente Romano para unas vistas inigualables
  12. Visitar la Casa Lis
  13. Subir a las Torres de la Clerecía
  14. Visitar la Cueva del «Aquelarre» Salmantino
  15. Bajar por la Calle de la Compañía desde la Universidad
  16. Entrar al Patio de Escuelas Menores
  17. Llegar hasta el Convento de San Esteban
  18. Que os lleven al Huerto….de Calixto y Melibea
  19. y por fín, la Plaza Anaya y aprovechar para hacer fotos
  20. Plaza San Boal
  21. Fonda Veracruz
  22. Novelty Café
  23. Fiestas locales
  24. Comer bien en Salamanca.

para saber mas: 



viernes, 28 de febrero de 2020

Necróplis de Casar del Asno, Menasalvas, Toledo


Esta necrópolis también conocida como del Cerro de le Corucha o tumbas moras, está situada a unos 7 Kilómetros de Menasalbas, a escasos 200mts. del embalse del Torcón y en plena cañada real Segoviana.





La necrópolis abarca una superficie de unos 150mts. de ancho por unos 200mts. de largo, en su núcleo principal, pues parece ser que 300mts al Sur y a orillas del pantano hay un grupo de 5 sepulturas que parte del año están cubiertas por el agua.


Esta necrópolis esta formada por una treintena de tumbas distribuidas en seis pequeños grupos de 3 a 7 ejemplares, y alguna sepultura suelta, están separados entre si como si formaran pequeños grupos familiares o de clanes diferentes.

Al igual que en la de Malamoneda la orientación de los sepulcros es muy diferenciada, pero la mayoría sigue el eje habitual Este-Oeste.


Los tipos de sepulturas que encontramos son muy variadas parecen evolucionar de las ovaladas y rectangulares a algunas que tienen el encaje de la cabeza, ligeramente marcado y a las antropomorfas con el encaje fuertemente marcado, que son las dominantes, alguna de las sepulturas está sin terminar.


ACCESO:

Existe una ruta marcada con letreros que desde Menasalbas en la carretera CM-403 y a la altura del campo de fútbol coge la pista conocida como camino de Robledo y se dirige al pantano para bordearlo y llegar a las sepulturas, nosotros al llegar al pantano nos fue imposible de vadearlo pues el agua estaba muy alta y buscamos una ruta alternativa que ahora describo.

Cogemos también en la carretera CM-403 pero 900mts. después del campo de fútbol o sea en dirección a Navahermosa, y a mano izquierda una pista ancha.




A 1,6 Km. se bifurca seguimos el ramal de la izquierda, la pista igualmente ancha va estrechándose paulatinamente, 3,5Km. después, de nuevo seguiremos el ramal de la izquierda y 800mts. después, otra vez el de la izquierda pero este en peores condiciones y más estrecho, en este tramo a nuestra izquierda en medio del campo podemos ver una roca con forma zoomorfa que por aquí dicen que es un posible berraco.


Seguimos unos 500mts y desembocamos en la cañada real que también cogeremos a la izquierda (de vuelta coger esté mismo camino nosotros intentamos salir por la derecha de la cañada real y nos quedamos atascados en el barro) seguimos por la cañada hasta que nos parece que empeora el camino y dejamos aparcado el coche para seguir andando 1Km. siempre a la izquierda hasta llegar a las sepulturas. (ver mapa)


COORDENADAS:

WGS 89

Lat. 39º37´04,6” Lon. 4º21´37,3”


jueves, 27 de febrero de 2020

Escapada a las Tablas de Daimiel, Ciudad Real

El parque nacional de Las Tablas de Daimiel es un parque nacional español que protege el humedal homónimo, las Tablas de Daimiel. 

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El parque nacional se encuentra situado en los términos de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, en la provincia de Ciudad Real, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Es además ZEPA y parte de la Reserva de la Biosfera La Mancha Húmeda.

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ACCESOS

       

Visita libre y gratuita, todos los días del año.

El horario en verano es de 9h a 21h, pero en invierno cierra a las 18h. La dirección del Parque Nacional es: carretera de las Tablas, kilómetro 10.

La principal vía de acceso al Parque Nacional parte de la carretera N-420 de Ciudad Real a Puerto Lapice, a su paso por Daimiel. Se trata de una sinuosa carretera, que tras once kilómetros de recorrido nos conduce hasta el Centro de Visitantes del Parque Nacional.

Para llegar a este mismo Centro de Visitantes existen al menos dos rutas alternativas, si bien secundarias, ya que transcurren en parte por caminos rurales, y por tanto de tierra.

Desde los municipios cercanos de Malagón o Daimiel por la CM-4114.

NORMAS DE VISITA Y RECOMENDACIONES

Es importante que usted sepa que en el interior del Parque Nacional no se permite:

Hacer fuego.
La acampada.
La recolección de animales, plantas, minerales o rocas.
Molestar a los animales.
Circular en bicicleta.
Hacer ruidos estridentes
Abandonar el sendero.
Introducir animales de compañía.
Arrojar cualquier clase de residuos o basuras.

La caza y la pesca.

Recomendaciones:

Recorra los itinerarios en solitario o en grupos pequeños. El silencio es fundamental.

Elija bien las horas de visita. Las primeras de la mañana y las últimas de la tarde son las más adecuadas para la observación de la fauna.

Prismáticos y guías de campo facilitarán la identificación de las distintas especies.

Conviene ir vestido acorde con el tiempo. Recuerde que en verano hace mucho calor y abundan los mosquitos, en primavera y otoño puede sorprendernos algún aguacero y en invierno el frío es intenso


Indice: 
  1. Un Poco de Historia
  2. Molino Molimocho
  3. Fauna
  4. Flora
  5. Itinerario de la Isla del Pan
  6. Itinerario de la Laguna Permanente 
  7. Itinerario de la Torre de Prado Ancho 
  8. La Motilla del Azuer
  9. Comer en la zona

para saber mas:



miércoles, 26 de febrero de 2020

1904: Detención en el Rastro Madrileño de los últimos «Juanillones»

Patrocinio Polo y Joaquín Carbonell, considerados los últimos “Juanillones” (Foto, “Museo Criminal”, 1904)
Patrocinio Polo y Joaquín Carbonell, considerados los últimos “Juanillones” (Foto, “Museo Criminal”, 1904)

Conocidas sus andanzas, la Guardia Civil de Toledo dispuso en 1900 que todas las fuerzas se movilizasen para capturar a Patrocinio y su banda

Enrique SÁNCHEZ LUBIÁN
TOLEDO Actualizado:11/02/2020 19:08h

De entre las diferentes partidas de bandidos que en el último tercio del siglo XIX atemorizaron a los vecinos de las provincias de Toledo y Ciudad Real, destacan los famosos «Juanillones», de cuyas andanzas ya hemos dado referencias en estos «Esbozos»

La popularidad de esta partida fue tal que hasta Benito Pérez Galdós, en su «Ángel Guerra» los mencionó, al incluir entre sus miembros al padrastro de Leré, la protagonista de tan imprescindible novela toledana. Hoy nos hacemos eco de la detención en Madrid de Patrocinio Polo Carrasco, natural de Urda, y Joaquín Carbonell Martín, natural de Orgaz, considerados como los últimos «Juanillones».





El ocho de enero de 1894, Patrocinio Polo Carrasco se fugó de la cárcel toledana en compañía de otro recluso, Zacarías Nieto Rey, natural de Consuegra. Llevaba veinticinco meses recluido cumpliendo condena por robo. Los fugados se escabulleron en la zona de los Montes de Toledo, parajes bien conocidos por ellos y donde desde tiempo atrás habían encontrado refugio varias partidas de bandoleros.

Para su detención, Natalio Gumiel y Morago, juez de instrucción de Toledo, dictó la correspondiente orden de busca y captura, describiendo así el aspecto físico de Patrocinio, casado, jornalero y de veintiocho años de edad: pelo negro, ojos pardos, nariz y boca regulares, cara redonda, barba cerrada, color moreno y medía un metro y 680 milímetros.

En búsqueda de los huidos se movilizaron las comandancias de Toledo y Ciudad Real de la Guardia Civil. Unas semanas después, al mando del teniente coronel José Oliver y Vidal, quien años atrás había participado activamente en la detención de algunos miembros de la agrupación anarquista «La Mano Negra» en la provincia de Cádiz, los miembros de la Benemérita consiguieron detener a Zacarías.

Decaído en su ánimo, pasado unos meses, Patrocinio se entregó a las autoridades para concluir su condena en la prisión toledana. Durante un tiempo, su presencia había atemorizado a las localidades monteñas. En enero de 1895, desde las páginas del semanario «El Labriego», editado en Ciudad Real, se advertía de su presencia en aquellos entornos, acompañado de un tal Manuel Sánchez (a) «El Carlista». 

Ambos, se indicaba, vestían trajes propios de campesinos, con abarcas, polainas de cuero y mantas de cuadros. Llevaban escopetas de dos cañones y largos cuchillos de monte.

Ingresado en las dependencias carcelarias del antiguo convento de San Gil, el bandido urdeño recibió la visita de un redactor de «El Liberal», quien mantuvo con él un breve encuentro, gracias a la amabilidad del alcaide del penal José Quintans.

Patrocinio le confesó que se había escapado de la prisión «por una manía que se le ocurrió». Contó que dos hermanos suyos, llamados también «Los Juanillones», murieron, uno de ellos luchando con un guarda y el otro con un enfrentamiento con la Guardia Civil. Negó tener relación con los «verdaderos Juanillones», ajusticiados en el Paseo del Tránsito de Toledo en 1882, quienes eran naturales de la localidad ciudadrealeña de Fuente el Fresno, mientras que él y sus hermanos lo eran de Urda.

En su breve crónica telegráfica, Laorga, que así firmaba el gacetillero, no olvidó relatar que Patrocinio vestía un terno de pana color aceituna, botas nuevas, un buen pañuelo de seda al cuello, cubriendo su cabeza con una boina de rayas azules, blancas y negras.

Tres años después de mantener este encuentro con el redactor de «El Liberal», Patrocinio recibió una buena noticia. 

El veintisiete de febrero de 1899, la reina regente, María Cristina, firmó un real decreto por el que, dado que ya había cumplido la mitad de la condena que le fue impuesta por robo, su buena conducta en presidio, que se hubiera entregado voluntariamente a las autoridades y habiendo mostrado «sincero arrepentimiento», se le conmutaba la pena de ocho años por la de destierro a veinticinco kilómetros del lugar donde cometió su delito. La misma gracia fue concedida a otros tres reclusos: Luis Nieto, Francisco Arribas y Pedro Martín.

Ya en la calle, aquello del «sincero arrepentimiento» alegado en la petición de indulto quedó en agua de borrajas. Junto a un ex compañero de presidio, Joaquín Carbonell Martín (a) «Ganyón», Baldomero Alonso, natural de Toledo, y Lucio Pérez Aparicio, de Bargas, conformaron una nueva banda.

El primero de sus golpes lo dieron en la noche del 20 de enero en una taberna de Burguillos propiedad de Mariano Pérez Redondo, a quien robaron doce pesetas. Para evitarse problemas, el cantinero no denunció los hechos ni dijo nada a nadie hasta pasados unos días.

En la tarde del 30 de enero de 1900, en el camino de Toledo a Orgaz, a su paso por el término municipal de Nambroca, Patrocinio y su gente acometieron a un comerciante de aceites que llevaba una respetable cantidad de dinero, apuntándole con una escopeta y ordenándole que se detuviera. En vez de arrendarse ante la amenaza, el asaltado picó espuelas a su caballo, consiguiendo ponerse, en pocos momentos, lejos del alcance de los bandidos.

Peor suerte tuvo un vendedor de gallinas que acompañaba al comerciante de aceites, quien montado en un burro no pudo huir. Patrocinio y sus compañeros lo maniataron, le registraron y le quitaron diez pesetas que llevaba.

Conocidas sus andanzas, el teniente coronel Manuel de Hazañas, primer jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, dispuso que todas las fuerzas de la capital, incluso los que prestaban servicio de escribientes, se movilizasen para intentar capturar a Patrocinio y su banda. 

Al mando del teniente Camilo Lillo se vigilaron los caminos durante la noche hasta el amanecer, intentando que los bandidos, quienes llevaban días si volver a sus casas, se dirigiesen a la zona de los montes para esconderse allí.

Las pesquisas dieron su fruto. Los agentes de la Benemérita supieron que en la noche del 6 de febrero Patrocinio y Joaquín habían sido vistos en la carretera de Madrid con dirección a la corte, posiblemente con la intención de perpetrar allí algún robo. El sargento de caballería Joaquín Mendoza y una pareja montada emprendieron su persecución hasta que en Getafe supieron que los bandidos habían tomado el tren para la capital.





Semejante contrariedad no hizo mella en las indagaciones para localizarlos. En Toledo y Bargas la vigilancia sobre los otros dos miembros de la banda continuó, lográndose su detención en pocos días. El teniente coronel De Hazañas también supo que un guardia del puesto de Illescas, José Fernández Vega, había servido en artillería con Patrocinio en Madrid, por lo que podría saber qué lugares solía frecuentar éste en la capital. Por telegrama le convocaron para que se presentase en la comandancia de Toledo y junto al sargento Mendoza y otros dos números se trasladaron a Madrid con la orden de buscarles y capturarles.

Tras muchas investigaciones, el once de febrero fueron localizados en un café de la plaza de entrada al Rastro, hoy conocida con el popular nombre de Cascorro.Plaza de Cascorro, entrada al popular “Rastro” madrileño, donde fueron detenidos los bandidos por miembros de la Guardia Civill

Aunque Carbonell fue detenido con rapidez, Patrocinio opuso fuerte resistencia, logrando escabullirse en un primer momento. Tras él salió el guardia Fernández Vega, quien le alcanzó pocos metros más allá, cogiéndole del cuello y de la cintura. Durante el forcejeo a brazo partido, el «Juanillón» sacó un revólver apuntando al agente, consiguiendo evitar éste que lo montase y disparara contra él. La llegada del sargento terminó por reducir al bandido.

Además del arma de fuego, a los detenidos se les incautaron varias llaves y pasta para sacar moldes de las cerraduras.

Trasladados a Toledo, en octubre de 1900 fueron condenados por la Audiencia Provincial a ocho años de presidio mayor, siendo confinados en el penal de Ocaña.

Esta nueva pena impuesta a Patrocinio fue otro epígrafe más en su historial delictivo. Pasado un tiempo, en marzo de 1913, los vecinos de aquellos pueblos de Toledo y Ciudad Real que tan atemorizados habían estado con sus andanzas, conocieron para su tranquilidad la noticia de que a la edad de cincuenta años, a causa de una caquexia palúdica, el último «Juanillón» había fallecido en la prisión valenciana de San Miguel de los Reyes.

Reclusos en el patio de la cárcel valenciana de San Miguel de los Reyes, donde en 1913, a la edad de cincuenta años, falleció Patrocinio Polo (Foto, José María Cabedo, Archivo «ABC»

Enrique SÁNCHEZ LUBIÁN

martes, 25 de febrero de 2020

En los confines del Sur de Toledo: Emboscada en el Corral de los Cojos

Los lugares del maquis señalados sobre el mapa del IGC de 1953.

Seguimos en el suroeste de la provincia de Toledo, en la confluencia de las cuatro provincias, para repasar el territorio que frecuentó la guerrilla antifranquista; en entradas anteriores de este blog os presentaba El Portillo de Estena y caseta de los Pernales, y la cueva de Moraleda; ahora, estimados lectores, os presento la cocina de los Cojos.

Al borde del camino de La Mina a Helechosa, a 3,741 kilómetros en línea recta hacia el sur de la aldea se encuentra una construcción, ahora en ruinas, que sirvió durante los años 40 y 50 de corral de ganado y vivienda de cabreros.

 Es una de las muchas casas de labor que pueblan el territorio del sureste toledano en su frontera con Extremadura y Ciudad Real; entre la Sierra de Altamira, o Sierra del Puerto como se la conoce por aquí, y el embalse del Cijara; el nombre del paraje es Pajarejo, en la sierra de Los Beatos, término municipal de Sevilleja de la Jara, territorio sur del anejo La Mina de Santa Quiteria. 


Los ganaderos propietarios de Sevilleja, Miguel y Germán Sánchez Corroto, la habían construido en la falda del cerro Pajarejo, al borde del camino, destinada a albergar labriegos y ganado durante la temporada de laboreo. Los gañanes solían pasar la temporada por quincenas, arando el trozo que les habían asignado y volvían al pueblo a aprovisionarse; disponían de un corral amplio y una cuadra para dejar a las bestias y ellos tenían la cocina para vivir. 




La casilla podía dedicarse también a la ganadería: por la puerta ancha podía entrar el rebaño de cabras o de ovejas, descansar por la noche en el corral y dormir los animales más jóvenes resguardados en la tinada. En medio del corral solían cavarse hoyos en la peña que sirvieran para curtir pieles. 

Los pastores podían tener un rebaño de su propiedad o bien dedicarse a cuidar los animales de los demás vecinos; en este sentido la casilla de los Cojos esta situada en un lugar inmejorable, cerca de La Mina, al borde del camino y en la falda del monte que baja hasta el río Fresnedoso.

La vivienda (cocina o casilla, que da nombre a toda la construcción) es estrecha; mide 18 m2. En ella se encuentra una chimenea y un poyo que servía de asiento y de cama para una o dos personas. Se supone que había algún mueble, una mesa y alguna silla, utensilios de cocina y enseres como candiles, salero. 

Los alimentos podían almacenarse en parras, en garrafas, en bolsas de tela colgadas de la pared o en cestas de mimbre. En el vasar que está cerca de la chimenea no faltarían vasos, un porrón o alguna botella. 

Presentación de diapositivas (pulsar sobre la imagen para avanzar)







«Emboscada en La Mina de Santa Quiteria»






| Poema de Pedro Díaz Rodríguez |





Publicado por joseignacio

Un Fin de Semana en Salamanca

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Si tienes pensado una escapada de un Fin de Semana o un Puente a la ciudad charra estás de suerte, porque hoy traemos algunas cosas que hacer en Salamanca en un fin de semana.


Salamanca es una ciudad a escala humana, pensada para el paseo, para perderse y encontrarse. Por eso, además de las puertas y las rutas, la definen también sus rincones, llenos de sorpresas, acentos y encanto.

El amanecer y el atardecer son los momentos en los que interior y exterior se hacen uno y la ciudad resplandece como iluminada por una luz, una claridad que nadie sabe de donde llega.

Instantes en los que parece que ella "se piensa a sí misma" y los personajes que la habitaron o sólo la transitaron, se hacen presentes y nos hablan.

Indice: 

  1. Como llegar a Salamanca desde Madrid 
  2. Historia de Salamanca
  3. Buscar la Rana en la Fachada de la Universidad
  4. Buscar el Astronauta en la Catedral Nueva
  5. ¡Ir de Tapas y Pinchos!
  6. Indagar sobre la Leyenda sobre la Casa de las Conchas
  7. Ir de vinos a la Plaza Mayor
  8. Pasear por las calles Toro y Zamora 
  9. Saludar a Don Vicente del Bosque
  10. Recorrer la Rúa de arriba a abajo (y de abajo a arriba)
  11. Cruzar el Puente Romano para unas vistas inigualables
  12. Visitar la Casa Lis 
  13. Subir a las Torres de la Clerecía
  14. Visitar la Cueva del «Aquelarre» Salmantino
  15. Bajar por la Calle de la Compañía desde la Universidad
  16. Entrar al Patio de Escuelas Menores
  17. Llegar hasta el Convento de San Esteban
  18. Que os lleven al Huerto….de Calixto y Melibea
  19. y por fín, la Plaza Anaya y aprovechar para hacer fotos
  20. Plaza San Boal 
  21. Fonda Veracruz 
  22. Novelty Café
  23. Fiestas locales
  24. Comer bien en Salamanca

para saber mas:



lunes, 24 de febrero de 2020

Tradiciones en la Agricultura Toledana: La Limpia

Resultado de imagen de aventar el granoLA LIMPIA .

Se ha llegado a la última fase de la recolección. y es preciso aventar el grano.

Vemos a los labradores que madrugan con el canto del gallo, porque hay que aprovechar la luz del día. ya que la labor resulta lenta y el tiempo disponible va menguando de acuerdo con el dicho que les enseñaran sus antepasados: « San Bartolo amecha candiles (24 de agosto). y por que las aguas y las tormentas se echan. según el refrán: «por San Bartolomé agua en él,.

En el Quijote.'- el protagonista. dice acerca de Dulcinea (1,31): «(,Hizo alguna ceremonia digna de tal carta,«Cuando yo se la iba a dar -respondió Sancho- ella estaba en la fuga del meneo de una buena parte de trigo, y díjome: Poned. amigo. esa carta sobre aquel costal; que no la puedo leer hasta que acabe de acribar todo lo que aquí está».

El labriego coge el bieldo o bierlo y comienza a aventar. belda; ablentar,.. limpiar espulgar el grano o chocho de la paja.




Se va formando un nuevo montón cónico con el dorado pan, al que también dicen, separado de la parva y paja amontonada por la carrera: espacio que separa la paja del trigo: abrir carrera.

Resultado de imagen de aventar el grano

El gañán tenía que comprobar los vientos que le fuesen favorables: el ábrego (procedente del sur). el solano (del este). el gallego del (noroeste); a veces tenía que aprovechar, si había viento, la noche sirviéndose de la luz de la luna.

Resultado de imagen de aventar el granoDe vez en cuando el aire juguetón hacia sus paradas, o se echaba el aire, que eran tomadas con santa paciencia, o soplaba en dirección distinta, lo que obligaba a cambiar la posición de los limpiadores.

Los criados y, sobre todo, los amos se malhumoraban cuando encontraban granzas, grancias· (residuos de paja larga que quedan de los cereales cuando se avientan o criban), pajotes o bálagos, que eran depositados en el balaguero; pero mucho más cuando los trigos cabezorros y moros o morunos no desprendían el corzuelo o cozue!o: vasillo con cáscara que tiene el grano y no se ha desprendido, después de ser trillado; posteriomente tiene que ser retrillado y relimpiado, y sólo sirve para los animales (sobre todo, para las gallinas); más preocupante era la aparición de anegas, anegllillas: semillas negras que se mezclan con el trigo y otros cereales.

Cuando lo creían conveniente, al montón de trigo daban un haleo con la escoba de halear (quitar los tascones o paja gruesa del trigo, cebada y garbanzos), que podría ser de cabezuela, de tamuja, de baleo y de año, pasandola por el faldeo.

https://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/03/files_temastoledanos_101.%20Estudio%20del%20habla%20de%20Toledo,%20por%20Juan%20Manuel%20Sanchez%20Miguel.pdf


  

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