El 14 de diciembre se celebró la festividad de san Juan de la Cruz, un santo muy vinculado a Castilla-La Mancha.
Además del dato de su prisión toledana y de sus continuas idas y venidas cruzando el territorio manchego, sus orígenes familiares por parte de sus padres nos llevan al reino de Toledo del siglo XV, en particular en las localidades de Yepes y sobre todo de Torrijos.
¿Tiene sentido indagar en el origen judeoconverso de san Juan de la Cruz? Pensamos que sí por dos razones: la primera por una cuestión histórica, porque así conocemos un personaje fundamental en la mística y en la literatura, y la segunda es porque este dato permite aportar una valiosa información que tiene su reflejo en la personalidad del célebre poeta nacido en Fontiveros hacia 1541.
Ha sido el investigador sanjuanista José Carlos Gómez-Menor el primero que defendió, en su discurso de ingreso en la Real Academia toledana en el lejano 1969, el linaje judeoconverso de fray Juan de la Cruz. Como indicios de esta posibilidad este autor apuntaba entonces los siguientes argumentos.
En primer lugar, el tío de san Juan de la Cruz (llamado Juan de Yepes) era médico en el pueblo toledano de Gálvez. ¿Es importante este dato? Pues sí, porque en la primera mitad del siglo XV aún era excepcional que un médico no tuviera sangre judía. Este médico, por cierto, ejerció después la medicina en el pueblo toledano de Villarrubia (de Santiago).
En segundo lugar, la ostensible predilección del Santo por el Antiguo Testamento, del que había memorizado gran parte y del que tenía un dominio admirable. Alguna significación debe tener el hecho de que en sus cuatro obras principales las dos terceras partes de las citas de la Biblia correspondan al Antiguo Testamento. Sus modelos preferidos, por cierto, fueron figuras del Antiguo Testamento, en concreto Job, Jeremías y David.
En tercer lugar, san Juan de la Cruz tenía parientes en dos ámbitos importantes de la sociedad medieval toledana de entonces: tanto en el cabildo catedralicio como en el sector de los mercaderes. Esta es la profesión a la que pertenecían los tíos y el padre de Juan de la Cruz. Éste era agente o factor en el mercado de telas de algunos parientes, de ahí que viajara de Toledo a Fontiveros camino de los mercados y las ferias de Medina del Campo. Pues bien, el oficio de tejedor y de mercader solía ser ejercido preferentemente por los conversos.
En cuarto lugar, otro indicio parece el hecho de borrar su apellido al ingresar en la orden carmelitana, para llamarse fray Juan de Santo Matía. Esto ha parecido normal a sus biógrafos, que no reparan en lo excepcional de esta práctica dentro de la Orden del Carmen en aquel tiempo. Puede ser que el motivo principal de fray Juan al hacerlo haya sido un acto de humildad, pero cabe pensar o tener la sospecha de un deseo más o menos consciente de borrar su pasado familiar.
En el año 1993 Gómez-Menor publicó en el Boletín de la Real Academia de la Historia un documento inquisitorial emanado por los Reyes Católicos (conservado en el Archivo General de Simancas) en el que los hijos y nietos de un vecino toledano ya fallecido (llamado Juan González de Yepes) piden clemencia y justicia porque les reclaman los bienes que habían heredado de él antes de ser condenado por la Inquisición.
En castigo por haber judaizado durante años desentierran y queman sus huesos y ahora quieren confiscar sus bienes para las arcas de los Reyes. Pues bien, los parientes que solicitan esta petición (Gonzalo de Yepes, Catalina González y Rodrigo de Yepes) muy probablemente eran parientes de san Juan de la Cruz.
Después de muchos años de investigación, Gómez-Menor sólo ha encontrado el nombre de Gonzalo con el apellido Yepes en la villa de Torrijos. Este autor halló en el Archivo Diocesano de Toledo el testamento de un sacerdote que fue tío del padre de san Juan de la Cruz, lo que le permitió conocer más datos de la composición de esa familia que tiene ramas en Yepes y en Torrijos.
Hay noticias de una familia (los Abzaradiel) que vivía en la judería de Yepes, en el siglo XIV, y que después de la conversión y la persecución terrible de 1391 se marcharon a Torrijos adoptando el apellido Fernández Abzaradiel. Pensamos que esta es la raíz histórica de la familia Yepes que vivió en Torrijos y que constituye el origen familiar paterno de san Juan de la Cruz.
A ello hay que añadir que Gonzalo de Yepes y su mujer Elvira González figuran (como han destacado F. Cantera y P. León) en la nómina de habilitados por la Inquisición de la villa de Torrijos. Una sentencia de la Inquisición inhabilitaba a ciertas personas para desempeñar un cargo público y gracias a un donativo (el 5 % de su fortuna) conseguían la habilitación y se les eximía de dicha exclusión para el futuro. Los habilitados son hijos y nietos de judaizantes condenados.
De acuerdo con este documento inquisitorial podemos considerar ya con certeza que el abuelo paterno del santo se llamaba también Gonzalo y aún vivía en 1497 en Torrijos con su esposa Elvira González.
Por todo ello hay suficientes datos que confirman la condición judeoconversa de fray Juan por la ascendencia judía de su padre. Y esto no puede ser considerado como algo raro. Es un caso similar, por ejemplo, al de santa Teresa de Jesús, a san Juan de Ávila, a Juan Luis Vives, a fray Luis de León y a Francisco de Vitoria.
santiago sastre/josé carlos gómez-menorActualizado:27/12/2011 20:05h
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