miércoles, 24 de noviembre de 2021

Viaje al siglo XIII: así era (y es) el Toledo donde nació Alfonso X 'El Sabio'

Un paseo por el Toledo medieval para celebrar los 800 años del nacimiento del Rey Sabio (Toledo, 1221-Sevilla, 1284)


19/11/2021 00:51h

-¿Cómo era Toledo en el siglo XIII?

-Urbanísticamente, igual que ahora -responde Martín Molina, historiador y coordinador de la exposición que conmemorará el VIII centenario del nacimiento de Alfonso X , ‘el Sabio’, rey de Castilla y de León, hijo de Fernando III, ‘el Santo’.

Martín Molina contesta junto al puente de Alcántara, a primera ahora de la mañana, mientras el sol le gana la batalla a las nubes, mientras la ciudad majestuosa se despereza al otro lado del Tajo, del puente, del rodadero. Ahí está el Alficén de Toledo, con el alcázar como rúbrica cerca del cielo. En el siglo XIII era zona de palacios reales, el núcleo del poder, protegido por los acantilados que en ese punto hicieron innecesaria la muralla.

En una de esas edificaciones nació Alfonso X (Toledo, 1221-Sevilla, 1284) hace 800 años. Molina y Adolfo de Mingo, historiador del arte, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, que también nos acompaña en el paseo, creen que pudo ser en el Convento de Santa Fe, hoy un centro de arte moderno, aunque es más una intuición, o una hipótesis, que una certeza.

Puente de Alcántara, sobre el Tajo, en Toledo - Ljuis Leamus

El puente, reconstruido en el siglo X, luce imponente tal como era en aquella época. A su espalda, lo ‘vigila’ el castillo de San Servando, del siglo XI, y enfrente, la puerta, cuyo aspecto actual seguramente es el de una reconstrucción realizada en la época de los Reyes Católicos. 

En el siglo XIII, por este puente entraban a Toledo aquellos que podían pagar el correspondiente impuesto en la Oficina del portazgo. Es fácil imaginar el alboroto, la ciudad intramuros, y el rey ambicioso que hizo colocar una inscripción -aún puede verse- en la que se recuerda para la eternidad que fue él quien, en 1258, ordenó reparar el puente tras una riada.

Molina y De Mingo definen a Alfonso X como «inteligente» y «pragmático», como «un propagandista de sí mismo». Un rey precursor. «Era un rey moderno e innovador que lideró la actividad cultural de la época -explican-. De alguna manera actuaba como un califa, con un ansia de saber y una evidente sensibilidad intelectual. 

Le interesaba la literatura, la ciencia, el ajedrez. Fue un renovador de las leyes… y un trovador de la Virgen. Y por supuesto, fue el impulsor de la Escuela de Traductores de Toledo, que no era exactamente un lugar, sino una actividad que ya había comenzado en la época de la taifa y que, durante el reinado del Rey Sabio, resplandece sobremanera».

Una ruta por la ciudad medieval puede empezar en este puente que se refleja sobre el río. O en la puerta de Bisagra (la que mira a la comarca de La Sagra), en los arrabales del norte, junto al Kiosco Catalino, donde calentar la mañana con unas porras y un vaso de chocolate, que en Toledo siempre se camina mucho, cuesta arriba o cuesta abajo. La Puerta Nueva de Bisagra es de origen musulmán, aunque reconstruida en época de Carlos V y Felipe II. 

Sin embargo, unos metros después, a la derecha, hay otra puerta que los turistas suelen pasar de largo, la de Alfonso VI, un acceso en la muralla medieval construido con granito, pilares, ladrillo de origen árabe y verdugadas mudéjares. A unos pasos está la iglesia de Santiago del Arrabal, ‘el Vaticano del mudéjar’, de la segunda mitad del siglo XIII.

Alfonso X pasó poco tiempo en Toledo, donde seguramente nació por casualidad, dentro de aquella vida itinerante de los monarcas en la Edad Media. Sevilla, donde murió, fue quizá su ciudad. Y en Murcia -reconquistada por el entonces (1243) príncipe Alfonso, que siempre mantuvo una fuerte vinculación con esta región- también se preparan para recordar la relevancia de su figura. Sin embargo, será en Toledo donde se celebre, de marzo a junio de 2022, la gran exposición del ‘Año Alfonso X’. Un viaje al siglo XIII, a una ciudad cosmopolita y bullente, la de las tres culturas.


El mudéjar de la Iglesia de San Román - DB

Entre conventos y sinagogas

El Toledo de los monarcas y los militares terminaba en la actual plaza del Zocodover. Ese cogollo del poder iba desde el puente de Alcántara a esta línea hoy invisible donde empezaba el espacio de las tiendas y los gremios, de las parroquias (había 27), conventos y sinagogas. 

Para recorrer con certeza este entramado de callejuelas en las que apenas cabe un coche, pasadizos (aquí se les llama cobertizos) y recodos donde no entra la luz hay que ir armado de un buen guía o de alguna aplicación de mapas encendida. Pero la sensación de viajar ‘de verdad’ a la Edad Media es incomparable.

Martín Molina y Adolfo de Mingo -«me costó mucho tiempo andar por aquí sin perderme», dice este madrileño que ya lleva 20 años en Toledo- fotografían con palabras aquella época mientras pasamos por el Callejón de los dos codos, por las calles de los Alfileritos o de la Sillería, donde trabajaban los artesanos de las sillas de montar. 

Del Toledo de los mercaderes al de los conventos, en busca del cobertizo y el monasterio de Santa Clara, un edificio enorme formado por dos palacios mudéjares, o del Convento de San Clemente, donde aún resiste un pequeño grupo de monjas cistercienses. 

Dicen que fue aquí, a principios del siglo XIII, cuando se elaboró el típico mazapán por primera vez. Y, justo enfrente, la iglesia de San Román, de estilo mudéjar, consagrada en 1221.Sinagoga de Santa María la Blanca - DB

En la sociedad toledana del siglo XIII tenían un papel esencial los judíos. Por eso, tras la zona de los mercaderes y la de los conventos, nuestra ruta continúa hacia la sinagoga del Tránsito, del siglo XIV, y a la imprescindible Santa María la Blanca, del XII-XIII, probablemente la más bella de las sinagogas antiguas de España. 

Se articula en cinco naves enla que destaca un bosque de columnas blancas, treinta y dos pilastras octogonales rematadas por capiteles de piñas y volutas, todos diferentes, como las celdillas de una colmena.

Toledo vuelve a estar llena de turistas, de guías que tratan de hacerse oír entre el ir y venir de la gente mientras ‘venden’ las historias de una larga historia. La taifa, la conquista de Alfonso VI, el foco de cultura que aquí se desarrolló en época de Alfonso X, en aquel siglo XIII en el que también empezó a construirse (1226) la catedral. Pronto se celebrará su octavo centenario. 

De momento, los turistas la fotografían desde la Plaza del Consistorio mientras bromean sobre el vídeo de C. Tangana y Nathy Peluso. Huele a carcamusas, a cochifrito, a perdiz estofada. 

Y a medida que se acerca la noche, poco a poco, se vacía la ciudad intramuros. Se van los autobuses. En el recinto histórico -abarrotado de recuerdos- hoy solo viven unas diez mil personas, seguramente menos que en época del Rey Sabio. En el puente de Alcántara ya no queda nadie. Y sobre la escarpa, como entonces, Toledo vuelve a parecer medieval, pétrea, invulnerable.

Pistas

El 23 de noviembre se cumplen 800 años del nacimiento de Alfonso X ‘el Sabio’. Para seguir sus pasos habría que visitar al menos Sevilla, donde murió; Murcia, donde se ha previsto una amplia agenda de actos conmemorativos que ya ha comenzado (https://alfonsoxcentenario.com/) y Toledo, donde nació. El día 23, 800 años después, habrá una reunión de ciudades alfonsíes, que pueden contarse por decenas, de norte a sur. 

La gran exposición alrededor de su figura (’Alfonso X: El legado de un Rey precursor’) está prevista para marzo-junio de 2022. El martes se inaugura la exposición de Patrimonio Nacional «Códices del Rey Sabio. VIII Centenario de Alfonso X» en la sala principal de la Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

https://www.abc.es/viajar/destinos/espana/abci-viaje-siglo-xiii-y-toledo-donde-nacio-alfonso-sabio-202111190051_noticia.html

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