sábado, 29 de febrero de 2020

Siglo XV: Judios en Quismondo

Resultado de imagen de Siglo XV: JudiosARRENDADORES DE RENTAS DE LA CATEDRAL

En el archivo de la Catedral de Toledo se conservan cuatro libros de rentas del cabildo correspondientes a los años 1447 a 1455. Se registran en ellos las rentas en los arcedianatos de la diócesis.

Se hacía un pregón para que los interesados en la puja acudieran a rematar las rentas del diezmo (10%) del pan (cereales), vino, menudos (sobre las bestias y la lana), diezmo pontifical, de coronados (clérigos tonsurados con “coronilla”), del queso. Las rentas del pan se valoraban en especie: cahices (12 fanegas en Castilla) o fanegas. Y el resto de las rentas en maravedíes.

El que remataba las rentas recibía el diezmo de los vecinos y lo hacía llegar hasta la cilla o almacén de diezmos de la Catedral.

Para la puja de las rentas, el cabildo de la Catedral daba instrucciones al mayordomo encargado de los arrendamientos: “que vayades personalmente a cada uno de los dichos lugares e fagades pregonar e poner cédulas: quien quisiere arrendar las dichas rentas o qualquier dellas que vengan a vos e gelas arrendareys en los presios raçonables, dando las fianças e seguridades que convienen. Las firmas que tanaredes sean personas conoscidas e llanas e abonadas e se obliguen segund las condiciones”. Las rentas se podían rematar para un año agrícola o para varios.




En los años registrados en el libro de la Catedral de Toledo aparecen los siguientes arrendadores en Quismondo. Todos judíos.

AÑO 1449: El judío Ysaias remató en 3 caíces el pan y el vino de coronado.

AÑO 1450: el rabí Jaco remató por 25 mrs. los corderos, el queso y la lana.

AÑO 1450: Yuçaf Maymonchel es arrendador de varias rentas en Quismondo.

AÑO 1454-1455: el pan de montón lo remató Hudá Cantos por 4 cahíces, 3 fanegas.

AÑO 1467-1479: En el libro de Cuentas y Tratos ante el notario Diego García Hamusco, al folio 49, aparecen Mosé Palache e Çadbona Hallel como arrendadores de los menudos de Quismondo por 91 mrs.

UN PRESTAMISTA EN QUISMONDO

AÑO 1483: El día 20 de febrero de este año, ante los delegados de Gutierre de Cárdenas, el judío Mosé Catán, vecino de Quismondo, “demandó e puso demanda” contra Alfonso Martín Maroto, también vecino de Quismondo, por los veinte maravedís del diezmo que le debía. Alfonso Martín Maroto reconoce la deuda y es condenado a devolver, en el plazo de nueve días, los veinte maravedís así como al pago de las costas.

Muy posiblemente el judío Mosé Catán en Quismondo, donde vivía, ejercía como prestamista, que era un oficio muy común entre los judíos toledanos. Prestaban dinero (hasta el 25% de interés) tanto a familias humildes como a grandes personajes. 

Se les devolvía el préstamo en varios plazos. Los judíos, como no cristianos, no estaban sometidos a las prohibiciones de la Iglesia, que condenaba en aquella época no sólo la usura, sino también el cobro de intereses por el dinero prestado.

Eran el antecedente de los bancos y entidades de crédito. Prestaban dinero sobre todo a los pequeños agricultores.

ARROYO DE LA ALJAMA

Por tierras de Quismondo, a unos 2 kilómetros al sureste de la población, discurre el arroyo de la Aljama (popularmente, conocido como “Lanjama”). En esta zona hay una importante concentración de restos arqueológicos, testigos de antiguo poblamiento en la ribera del arroyo de la Aljama.

La toponimia (el nombre mismo del arroyo “Aljama”) es testigo de una más que probable presencia judía en esta zona desde muy antiguo. Algunos autores hablan de la diáspora que provocó la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor en el año 586 a.C. y que estaría en el origen de los nombres de muchas poblaciones. 

Según múltiples fuentes históricas, es el caso de Toledoth (Toledo, “la ciudad de las generaciones”) y de algunos poblamientos cercanos hasta donde llegaron miembros de todas las tribus de Israel como Escalona (Ashkalona de la tribu de Shimon), Maqueda (de Massada de la tribu de Yehuda), Noves (Nove de la tribu de Binyomin), Yepes (de Yope de la tribu de Dan) Layos (lajish de Yehuda), etc.

La aljama judía (ŷāma’ al-yahud: “conjunto de los judíos”) es la comunidad misma que se establece y se organiza de forma independiente. Incluso se gobierna con normas propias (tacanot). Tenía sus dirigentes, consejos y representantes. Así lo reflejaba en 1220 Gonzalo de Berceo (1190-1264) en uno de sus poemas.

La aljama tenía sus propios jueces (dayanim). Además de la sinagoga. Asimismo, baños públicos, matadero donde se hacía el sacrificio de los animales (sehitah), horno comunitario de pan y la carnicería. También sus propios cementerios.

Sin retrotraernos al siglo 6º antes de Cristo, es muy posible que la Aljama en tierras de Quismondo surgiera como consecuencia de la normativa del Concilio IV de Letrán (año 1215) sobre los judíos: debían llevar una vestimenta especial y vivir en sus propios barrios e incluso apartados a cierta distancia de las poblaciones cristianas: Quismondo ya existía en la Navidad de 1194. 

Las normas del Concilio IV de Letrán se fueron recogiendo en los sínodos diocesanos como el de Toledo celebrado en 1323. 

Desconocemos el número de habitantes de esta Aljama, su extensión o la cantidad que pechaba a la Corona de Castilla.


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