CULTURA MATERIAL: COCINA Y HOGAR.
En los últimos años la arqueología ha permitido documentar un número cada vez mayor de poblados, sobre todo en la zona sur de Madrid y norte de Toledo,
Entre los objetos de vida cotidiana conservados destaca sobre todo la cerámica, que responde a producciones locales, regionales o importada, como sigillatas gálicas, africanas y orientales, que constituían la cerámica fina de mesa. Igualmente encontramos otro tipo de contenedores, relacionados con el trasporte de vino y de aceite, tales como ánforas.
Entre los objetos de vida cotidiana conservados destaca sobre todo la cerámica, que responde a producciones locales, regionales o importada, como sigillatas gálicas, africanas y orientales, que constituían la cerámica fina de mesa. Igualmente encontramos otro tipo de contenedores, relacionados con el trasporte de vino y de aceite, tales como ánforas.
La cerámica del periodo visigodo constituye una evolución de las producciones tardo romanas. Predominan los cuencos carenados y las ollas de cuerpo globular, junto a jarras y botellas realizadas en torno rápido.
Se producía además vajilla de factura más cuidada, a imitación de la sigillata hispánica. A lo largo del siglo VII disminuye el repertorio de formas cerámicas, y aumentan las de tipo doméstico o para trasporte realizadas a mano o a torneta.
Se producía además vajilla de factura más cuidada, a imitación de la sigillata hispánica. A lo largo del siglo VII disminuye el repertorio de formas cerámicas, y aumentan las de tipo doméstico o para trasporte realizadas a mano o a torneta.
INDUMENTARIA Y ADORNOS PERSONALES:
La mayoría de elementos de adorno personal de periodo visigodo que conservamos han aparecido en contextos funerarios, en grandes necrópolis como Duratón, Castiltierra o Carpio de Tajo. La tradición funeraria implicaba la desposición del cadáver vestido, lo que ha permitido la conservación y recuperación de estos objetos en el proceso de excavación.
La indumentaria es en muchos casos heredera de la romana, ya que igual que ésta, el elemento principal es una túnica ajustada por un cinturón con hebilla en bronce o hierro, que, de forma excepcional, se realizaba en oro, plata o cristal de roca. El manto se sujetaba a los hombros mediante fíbulas o imperdibles, de tipología variada, como aquiliforme de arco y charnela, discoidales o en forma de omega.
En el caso de las mujeres, las fíbulas pueden aparecer por parejas, situadas sobre los hombros o sobre la zona ventral. Otros objetos de adorno son los pendientes, los collares o los anillos, a los que hay que sumar carteras de cuero con armazón de hierro o madera, en los que es frecuente la aparición de pequeños cuchillos o encendedores de sílex.
Para su fabricación se utilizaban distintas técnicas, como la fundición, el grabado, el dorado a fuego los esmaltes, o el «cloisonée».
Para su fabricación se utilizaban distintas técnicas, como la fundición, el grabado, el dorado a fuego los esmaltes, o el «cloisonée».
LAS NECRÓPOLIS:
Las necrópolis urbanas de épocavisigoda se solían situar extramuros de la ciudad, generalmente entorno a los caminos de acceso a la misma. También suelen disponerse en torno a basílicas, iglesias y edificios martiriales, llegando en ocasiones a invadir el interior de los mismos.
En la provincia de Toledo se han encontrado diversas necrópolis, como Azután, La Boadilla (Illescas) o Carpio de Tajo, donde se encontraron 271 sepulturas, un tercio de ellas con ajuares.
En la provincia de Toledo se han encontrado diversas necrópolis, como Azután, La Boadilla (Illescas) o Carpio de Tajo, donde se encontraron 271 sepulturas, un tercio de ellas con ajuares.
EPIGRAFÍA FUNERARIA:
El museo dedica un apartado a la epigrafía funeraria, pues del estudio de las inscripciones mortuorias podemos obtener datos de tipo onomástico, social, cultural o lingüístico.
Aunque la mayoría son sencillos, y de tradición romana, se pueden observar diferencias entre las distintas regiones en el uso de distintos formularios, como Famulus Dei a partir de mediados del siglo V, o Famulus Christi, desde el siglo VI.
Aunque la mayoría son sencillos, y de tradición romana, se pueden observar diferencias entre las distintas regiones en el uso de distintos formularios, como Famulus Dei a partir de mediados del siglo V, o Famulus Christi, desde el siglo VI.
Generalmente, la fecha expresada en la epigrafía funeraria de la zona occidental peninsular sigue la era Hispánica (1 enero 38), mientras en la oriental, más romanizada, predomina la romana o por consulados. Dichas lápidas se situaban en grandes cementerios públicos, destacando los de las ciudades de Toledo o Mérida.
SARCÓFAGOS:
En torno a la ciudad de Toledo se han encontrado varios sarcófagos paleocristianos de muy buena calidad, repartidos por distintos museos españoles.
Expuesto encontramos un fragmento procedente de Carranque, y fechado a finales del siglo IV, que narra el episodio de Jonás engullido y expulsado por la ballena, como alegoría de la muerte y resurrección.
Expuesto encontramos un fragmento procedente de Carranque, y fechado a finales del siglo IV, que narra el episodio de Jonás engullido y expulsado por la ballena, como alegoría de la muerte y resurrección.
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