Nacimiento del rio Arlanza, Fuente Sanza, Quintanar de la Sierra
Iglesia de San Miguel Arcángel, Duruelo de la Sierra
La Sierra de Urbión es un espacio natural situado al noroeste de la provincia de Soria, en la Comunidad de Castilla y León, España
Por sus inmediaciones pasaba la senda soriana, ramal de la Cañada Real que unía Canales de la Sierra con la misma Soria; traspasaba el puerto El Collado y por la media ladera de Urbión, por los términos de Quintanar de la Sierra, Regumiel de la Sierra, Duruelo de la Sierra, Covaleda y Vinuesa, llegaba a Soria.
Indice:
- Como llegar a Fuente Sanza, Nacimiento del rio Arlanza
- Algo de Historia
- Croquis de nuestra Ruta
- Nacimiento del rio Arlanza, Fuente Sanza, Quintanar de la Sierra
- Necrópolis Altomedieval de Revenga
- Necrópolis Altomedieval de Cuyacabras
- Duruelo de la Sierra
- Comer en Duruelo de la Sierra
- Covaleda
- Comer en Covaleda
- Ruta a La Mina del Médico desde Covaleda
- Ruta de las Cascadas de Covaleda
- Vinuesa
- Mirador de Cueva de las Mujeres
- Comer en Vinuesa
- Parque natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión
- Senderismo en la Laguna Negra
- Otras rutas Cercanas
2. Algo de Historia
Sirva para nuestro propósito, este breve apunte histórico. Estrabón ya hacía mención de estas tierras, refiriéndose al Duero: «Durias es uno de los ríos celtíberos que corre frontero a Numancia y Serguntia, por el territorio de los vacceos y vetones».
Plinio, en el año 77 de nuestra era, en su Historia Natural, sitúa el nacimiento del Duero en el país de los Pelendones, cerca de Numancia y desde allí, afirma, corre por tierras de los arévacos. Añadía que El Urbión era celtíbero y dividía a los pelendones de los verones que estaban al norte.
Florían de Ocampo, historiador del siglo XV asegura que los arévacos poseían una tierra de treinta leguas, de poniente a levante, desde Roa hasta Agreda, en las faldas del Moncayo. En sus límites estaban celebres poblaciones como Numancia, Osma, Clunia, Gormaz y otras.
Los pelendones ocupaban la parte más septentrional, es decir, las vertientes de las sierras llamadas de Urbión, hacia San Pedro de Arlanza, Salas, Covarrubias y Silos.
El P. Moret, historiador del siglo XVII, también habla de los pelendones.
Debieron ser un pueblo primitivo dedicado al pastoreo, descendiente de los celtíberos y que habitaba parte de la actual provincia de Soria.
Posteriormente fueron arrinconados por los arévacos, en la zona montañosa al norte de sus tierras, es decir más o menos, en los actuales picos de Urbión.
Fray Mateo de Anguiano, en 1704, en su Compendio Historial de la provincia de la Rioja, habla de los duracos, que toman el nombre por estar asentados en las proximidades del nacimiento del Duero.
Dice: «nación confinante con la Rioja, situada hacia la sierra de Valvanera, de la otra parte del cerro de San Llorente, y en la canal del Najerilla, Neyla, Canales y otros pueblos.»
Así pues, la sierra de Urbión recibió de antiguo la denominación de montes Duracos y, probablemente, con anterioridad, montes Uracos.
No podemos dejar de mencionar «La Mesta» y «las Cañadas Reales» cuando hablamos de Soria y de Urbión.
De entre las más renombradas y que servían para conducir mayor número de ganado, está la Cañada Real Soriana que unía Yanguas al norte de la provincia, con el valle de Alcudía, en la de Ciudad Real.
Los cuarteles de invierno se situaban en Jaén y Córdoba.
El primer privilegio fue concedido por Alfonso el Sabio, en el año 1273 al llamado «Concejo de la Mesta de los Pastores del Mio Reino».
De entre todas estas villas, quizás sea Neila la de mayor tradición mesteña.
La tradición trashumante de estas tierras queda reflejada también en el verso de Machado:
«Es hijo de una estirpe de rudos caminantes
pastores que conducen sus hordas de merinos
a Extremadura fértil, rebaños trashumantes
que manchan el polvo y dora el sol de los caminos.»
En tiempos de los Reyes Católicos, nació en la comarca de Pinares, en las laderas de Urbión e incluyendo parte de las provincias de Burgos y Soria, la conocida como Hermandad de Carreteros Serranos.
Su radio de acción abarcaba los pueblos de Duruelo de la Sierra, Covaleda, Molinos de Salduero, (hoy Molinos de Duero y Salduero) y San Leonardo, con sus aldeas Arganza, Navaleno, Casarejos y Vadillo. Más tarde se unieron las villas de Cabrejas del Pinar, Abejar, Herreros y Villaverde del Monte.
Su objetivo era lo que hoy denominaríamos una gran empresa de transporte público, por cuenta de la Corona; de esta forma participaban en todos los acontecimientos importantes de la época, lo mismo acarreando avituallamientos para los ejércitos en la campaña de Granada, que en la distribución de las cargas procedentes del Nuevo Mundo. La composición de cada transporte era de unas 30 carretas en orden de marcha.
La organización de esta Hermandad era peculiar: estaba compuesta por los propietarios de carretas, en número variable de cuatro a seis de promedio, con unos 14 o 15 bueyes.
En Molinos de Salduero, en el siglo XVIII, se llegaron a contabilizar 872 carretas y 2.617 bueyes, cifra que impresiona y da una idea de la importancia que alcanzó esta industria.
El total de trabajadores era de 1.400 y más de 1.000 dueños de unas 6.000 carretas con unos 18.000 bueyes. Hubo propietarios que llegaron a disponer de hasta 47 carretas.
Una serie de leyes sobre acotamientos limitaron su actuación hasta que desapareció en el siglo XIX. De su pasado queda el recuerdo en las gentes de estos pueblos, en forma de cantares y coplas, como esta recogida por Pedro Gil Abad, historiador entusiasta de Quintanar de la Sierra:
“¡Ven torillo, ven, chaparro!
Ya se marchan las carretas de la sierra,
ha llegado el mes de Marzo.
Ya se marchan los carretas.
Ya se van el pueblo abajo
y la vara, compañera en el camino,
siempre al brazo.»
En historia más reciente merece la pena destacar, en el contexto que nos ocupa, algunas peculiaridades en relación con los extensos bosques de pino en la provincia de Soria.
La mayor parte de los pueblos inmersos en estos bosques disfrutan a partir de 1794 de un privilegio que hoy son las distribuciones comunales de sus bosques.
Con ello, estos pueblos disponen en propiedad de un número de hectáreas de bosque que explotan dirigido por los ingenieros de monte de la Junta de Castilla y León. Cada vecino tiene derecho a un número de metros cúbicos al año que depende de la tala (es la llamada suerte de pinos).
El ingreso de la venta de esta madera constituyó en otro tiempo unos beneficios muy saludables que representaban casi los ingresos totales para su subsistencia. Hoy en día, la madera está muy devaluada (debido a las fuertes importaciones y a haber dejado RENFE -que en otro tiempo tuvo un aparcadero en Pinar Grande- de utilizar traviesas de madera) y los ingresos se han reducido muy considerablemente.
Los Ayuntamientos, conjuntamente con los ingenieros de montes, fijan el número de metros cúbicos a cortar cada año, que siempre está en relación con la masa de bosque de que es propietario cada Ayuntamiento y del tiempo que tarda un bosque en hacerse para hacer rentable su corta.
Así, mientras Navaleno cortaba estos años 8.000 metros cúbicos, Covaleda talaba 24.000 metros cúbicos.
Últimamente, algún año no se ha cortado nada dado el bajo precio de la subasta.
Anteriormente al año 1956, la corta se hacía entresacando el pino hecho de la masa del bosque y había que utilizar las carretas y bueyes para el arrastre.
Con la aparición de los camiones-grúa, la técnica cambió: se abrieron pistas forestales para entrada de los camiones y se empezó a talar completamente una extensa área, lo que facilitó la explotación.
Un tractor levanta un año después los tocones que se quedan en el lugar para que se pudran, y se hecha la simiente de piñones. El área se deja acotada con alambradas (unos 15 ó 20 años) para evitar que los animales se coman la guía de los árboles.
Los bosques de cada Ayuntamiento están divididos en secciones tramos y rodales. La sección es la de mayor área. Esta división permite hacer un recuento árbol a árbol de los pinares. No se hace por muestreo, como pudiera creerse. Este recuento se hace cada cierto numero de años y dependiendo del presupuesto. Quedan fuera de recuento los árboles de muy poco diámetro.
Los árboles se clasifican en 4 grupos: varas, de unos 10 cms. de diámetro y 8 m. de altura; cabrios, de 10 a 15 cms. de diámetro y unos 12 m. de altura; vigueta, de 25 cms. De diámetro y de 15 a 20 m. de altura; pino tabla, de 30 a 40 cms. de diámetro y entre 20 y 30 m. de altura.
Estos últimos son los buenos para obtener los tablones para la industria. Los pinos entre 5 y 10 cms. de diámetro y que no consiguen desarrollarse se llaman latas. Se utilizan para obtener tablas muy delgadas, llamadas asimismo latas. Un bosque tarda en hacerse en estas zonas unos 120 años para poder ser talado.
Como dato de referencia y de interés, aportaremos que en año 1957 en el rodal 265 de la «Senda Mala» (Covaleda) había 6.000 pinos que cuatro personas tardaron 2 días en contarlos.
En el rodal 268, en los «Charcones» (también Covaleda), próximos a la laguna de El Hornillo había 7.686, y 4 personas tardaron 3 días en contarlos.
Para concluir, diremos que una extensa zona de estos bosques -los no asignados a pueblos- pertenecen al Ayuntamiento de Soria.
La gente de estos lugares dicen que son pinares de «Tierra Soria», o «Pinar Grande».
De la tala de estos bosques se benefician 150 pueblos de la provincia que constituyen la Mancomunidad de Soria.
Lo curioso es que a esta Mancomunidad pertenecen también algunos pueblos que ya tienen pinar propio, como sucede con Covaleda, que se benefician a su vez de la tala de «Pinar Grande».
3. Croquis de nuestra Ruta
para saber mas:
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