martes, 25 de octubre de 2022

Una Ruta entre la Campiña y la Subbética Cordobesa: De Espejo a Priego de Córdoba

Casstillo de Zuheros, Cordoba

Castillo de Espejo, Cordoba

Castillo de Luque y Cueva de la Encantada

Iglesia de Santa Maria, Baena

Parque Arqueológico de Torreparedones, Baena

Cueva de los Murcielagos, Zuheros

Iglesia de la Asunción, Priego

Sobre la cresta de un cerro aislado en la cuenca del Guadajoz el afluente del Guadalquivir que estructura la campiña meridional de Córdoba y abre una vía natural de penetración hacia el sudeste ̶ , aparece Espejo, como un centinela ante la inmensidad del paisaje.

Salta a la vista que ocupa un emplazamiento de excepcional valor estratégico, aprovechado desde fechas muy tempranas a tenor de su copiosa aportación arqueológica.

Espejo es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía.


Indice:


Se encuentra situada a 33 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba, en la comarca de Campiña Este - Guadajoz, a una altitud de 423 m

POR CARRETERA

 Desde Madrid: Se llega a la ciudad a través de la Autovía de Andalucía (E-5 ó antigua N-IV).

La duración aproximada del trayecto es de 3 horas y 30 minutos.

Desde Sevilla: Se llega a la ciudad a través de la Autovía de Andalucía (E-5 ó antigua N-IV) dirección Madrid. La duración aproximada del trayecto es de 1 hora y 30 minutos.

Desde Málaga: Por la Autovía A-45 (antigua N-331). Duración aproximada del trayecto: 1 hora y 30 minutos.

Para información de autobuses con destino Córdoba: Estación de Autobuses +34 957 40 40 40

EN TREN

La comunicación entre Madrid, Córdoba, Sevilla resulta especialmente cómoda a través del tren de Alta Velocidad (AVE). La duración del trayecto Sevilla-Córdoba es de 40 minutos y la del trayecto Madrid-Córdoba, 1 hora y 40 minutos. Otras ciudades conectadas con Córdoba a través de línea de Alta Velocidad son: Barcelona, Valencia, Segovia, Valladolid, Zaragoza, Guadalajara, Huesca, Lleida y Tarragona.

EN AVIÓN

Córdoba cuenta con un aeropuerto operativo para aeronaves de hasta 80 plazas a reacción o hélice, aunque actualmente no acoge vuelos regulares de pasajeros, uso que se le prevé dar en un futuro próximo. Los aeropuertos más cercanos son los de Sevilla, Málaga, Madrid, Jerez de la Frontera (Cádiz) y Granada.

3. Algo de Historia de Espejo

En el solar de Espejo se asentó, durante las épocas íbero-turdetana y romana, la ciudad de Ucubi, de gran importancia debido a su emplazamiento estratégico.

Se ha tenido conocimiento recientemente de la existencia de un recinto fortificado, ubicado en el Cerro de la Pontanilla.

El abastecimiento hidráulico de la colonia se lograba mediante un acueducto cuyos vestigios se localizan en terrenos de Nueva Carteya, Castro del Río y Espejo.

También se localizan numerosas cisternas o depósitos en algunos puntos de la actual ciudad. Mencionar la construcción romana en sillería de El Aljibe de carácter cultual a poco más de un kilómetro de Espejo.

Recientemente se ha encontrado otra Aljibe en perfectas condiciones junto a la Fuente de la Fuensanta, donde hubo una ermita-satuario a la misma advocación mariana, por lo que cabe pensar que fue la continuación de un antiguo santuario romano.

Dado el gran número de fuentes similares alrededor de la población, cabe pensar que podrían encontrarse más monumentos de este tipo.

La población íbera asentada en estas tierras con el nombre de Ucubi fue ocupada por los romanos, que le cambiaron el nombre por el de Attubi. Desde el siglo xvi los arqueólogos vienen interesándose por tan glorioso pasado romano, a partir de las inscripciones descubiertas en su término.

Batalla de Munda

Durante la Batalla de Munda, entre Julio César y Pompeyo, prestó su apoyo a César, que la recompensó haciéndola colonia inmune y añadiendo al nombre de la colonia su propio nombre anteponiéndole Claritas Julia.

De Ucubi, Espejo, procedía la familia paterna del emperador romano Marco Aurelio, nacido el 26 de abril del año 121.

Bajo el poder musulmán —luego del dominio visigodo— muda Ucubi, o su latinizado Attubi, su nombre por el de Al-calá, topónimo árabe alusivo a la fortaleza que coronaba este asentamiento.

A los testimonios neolíticos sucede la existencia del notable recinto fortificado ibero-turdetano de Ucubi, datado de mediados del I milenio a. C. Diversos hallazgos, como una escultura de un toro y un freno de caballo conservados en el Museo Arqueológico Nacional, urnas, espadas, etc., indican el relieve de Ucubi, que jugaría un significativo papel durante las luchas entre César y los hijos de Pompeyo en territorio andaluz.

Así, en el año 45 a.C. la localidad fue ocupada por Cneo Pompeyo, que ordenó la matanza de decenas de sus habitantes partidarios de César, quien, tras su conquista, le concedió la categoría de municipio romano con el nombre de Colonia Claritas Iulia Ucubi en premio a su fidelidad.

Conoció entonces un próspero período: los restos de obras – muros defensivos, conducciones, un acueducto, esculturas, inscripciones, un sarcófago, monedas, entre otros hallazgos, ponen de manifiesto el desarrollo urbano y demográfico de esta escogida población que fue patria de Annio Vero, abuelo del emperador Marco Aurelio.

Más tarde, en tiempos de los visigodos y después de los musulmanes, sin embargo, el brillo de Espejo palidece, quizás por el auge de los establecimientos rurales dispersos y poblaciones muy cercanas, como Castro del Río.

En su etapa andalusí, el lugar ̶ llamado al-Qalat, la fortaleza ̶ quedó reducido a un torreón sin apenas pobladores, según se trasluce de sus primeras noticias después de la conquista cristiana, acaecida hacia 1240 en el curso de la ocupación de la comarca por Fernando III.

Consta que desde 1260 perteneció el lugar a la familia de Pay Arias de Castro, siendo conocido como “las torres de Pay Arias” hasta que en 1303 Fernando IV le dio el apelativo latino de specula ̶ con el sentido de “atalaya”, “vigía” que tan bien refleja su posición ̶ al ratificar su señorío y respaldar su repoblación, fundándose el pueblo como tal en 1307.

Copero de la reina, embajador ante el Papado, alcalde mayor de Córdoba, señor de Castro el Viejo, el poderoso magnate Pay Arias de Castro fue uno de los principales impulsores del régimen señorial que se extendió por todo el sur cordobés en la Baja Edad Media. 

Iniciativa suya fue además el fortalecimiento de las defensas de Espejo para proteger sus tierras, controlar la ruta del río Guadajoz y guarnecer esta campiña débilmente poblada que marcaba la frontera con el reino nazarí.

Tras diversos avatares, el señorío de Espejo acabó por entroncar con los Fernández de Córdoba de la Casa de Aguilar, integrándose en el siglo XVII en la Casa de Medinaceli.

En el siglo XV, la villa desempeñaría un destacado papel en las guerras civiles del reinado de Enrique IV y en los enfrentamientos de los bandos nobiliarios hasta la pacificación impuesta por los Reyes Católicos, agitaciones que redundaron en el acrecentamiento de su formidable fortaleza.

En esos tiempos, y con el posterior desarrollo que propiciaría la bonanza del siglo XVIII, se forjaría la atrayente fisonomía de esta población de aire señorial y vocación agrícola, volcada en el cultivo de los cereales, el olivo y la vid.

La fornida silueta del castillo señorea la colina donde se asienta la villa, dominando un dilatado horizonte de campiñas y pueblos. Forma un compacto bloque cuadrangular hecho de sillarejo, con torres esquineras y otra guardando la entrada.

En el conjunto resalta la torre del Homenaje, disponiéndose su interior en torno al antiguo patio de armas convertido en patio porticado, con aljibe en el subsuelo.

Iniciado en el siglo XIV por Pay Arias sobre cimientos romanos y árabes, su configuración definitiva responde sobre todo a las obras realizadas en el siglo XV y a reformas posteriores para adaptarlo a residencia, hoy propiedad de la duquesa de Osuna, que conserva en sus estancias parte de su colección pictórica.

El castillo se rodea de un perímetro amurallado que ciñe la meseta superior del cerro y lo conecta con parroquia y la torre Caballero, un bastión exento con un bello vano conopial. En perfecto estado de conservación, el castillo de Pay Arias sobresale como un espléndido modelo de fortificaciones medievales cordobesas.

Desde la cumbre hasta el pie de sus laderas, Espejo despliega un casco urbano de plano concéntrico, revelador de su expansión a partir del germen del castillo. En la parte más elevada se desarrolla, entre fragmentos de murallas y torres, el sector más antiguo.

Contiene una apretada trama irregular de calles sinuosas y cuestas pronunciadas que delatan su origen medieval: Carril de las Cruces, calle San Bartolomé, que se desliza hacia la plaza de España, las enrevesadas callejas del Barrionuevo, la plaza de la Constitución, hasta el Paseo de Andalucía, centro ya de vías más largas y niveladas fruto del crecimiento de la población a partir del siglo XVIII.

Más tarde, sobre las torres derruidas conocidas como Torres de Pay Arias, un descendiente de dicha familia, Pay Arias de Castro, propietario de aquella heredad, levanta un castillo a finales del siglo xiii.

En 1303, Fernando IV le concede el privilegio de repoblación de aquel lugar, que por voluntad real pasará a denominarse Espejo:

... y porque el su castiello a que solian decir Alcala a quien nos tovimos por bien mudar el nombre y quel digan Espeio

Este nombre no es más que una mala traducción del latín de Specula, que, como Alcalá, significa fortaleza o castillo.

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