En el año 610 sucede a su antecesor Witerico al que había asesinado. Era un soldado que llegó a ser gobernador en la Septimania.
Proclamado rey Gundemaro, los que habían apoyado al anterior rey sufrieron represalias. Bulgar de Bulgaran, un conde de la Narbonense, en unas cartas, insulta abiertamente a Witerico como “el más malvado ladrón”, poque considera que había explotado al pueblo.
En cambio en Gundemaro se reconoce, durante el periodo en que fue dux de la Narbonense, que ya había tratado amistosamente a los “exilados y perseguidos”.
Proclamado rey Gundemaro, los que habían apoyado al anterior rey sufrieron represalias. Bulgar de Bulgaran, un conde de la Narbonense, en unas cartas, insulta abiertamente a Witerico como “el más malvado ladrón”, poque considera que había explotado al pueblo.
En cambio en Gundemaro se reconoce, durante el periodo en que fue dux de la Narbonense, que ya había tratado amistosamente a los “exilados y perseguidos”.
Gundemaro representaba a la nobleza visigoda más favorable al catolicismo tras el periodo de Witerico.
Liuva I había significado el acceso al trono de un candidato de consenso entre las distintas facciones: nacionalistas y pangodos.
Las diferencias entre ambos partidos se diluyeron para dar paso a dos nuevas tendencias, los arrianos y los católicos, representados respectivamente por Leovigildo y Hermenegildo, triunfando los segundos con Recaredo y Liuva II.
Liuva I había significado el acceso al trono de un candidato de consenso entre las distintas facciones: nacionalistas y pangodos.
Las diferencias entre ambos partidos se diluyeron para dar paso a dos nuevas tendencias, los arrianos y los católicos, representados respectivamente por Leovigildo y Hermenegildo, triunfando los segundos con Recaredo y Liuva II.
Encabezó una expedición contra los vascones a los que sometió y que desarrollaban continuas razzias a lo largo de los valles del Ebro y Duero. Los vascones habían estado antes bajo control desde el año 581 cuando Leovigildo tomó su capital, y estableció una fortaleza que permitía controlar las correrías de las tribus montañesas.
La capital del reino
Poco después de su llegada al trono, Gundemaro promovió la celebración de un sínodo en la Cartaginense (Cartago Nova, la actual Cartagena era capital nominal del reino en ese momento) y que se desarrolló en Toledo.
El tema a tratar era la cuestión de la primacía del obispado de Toledo. El problema surgía por el control bizantino de Cartago Nova desde aproximadamente el 552. Puesto que Cartago Nova, la capital provincial, permanecía en manos de los bizantinos, la posición de obispo metropolitano había recaído en el obispo de Toledo.
El Sínodo acordó que Toledo era la metrópoli de toda la provincia, declaración que respaldó el rey el 23 de octubre del 610.
El tema a tratar era la cuestión de la primacía del obispado de Toledo. El problema surgía por el control bizantino de Cartago Nova desde aproximadamente el 552. Puesto que Cartago Nova, la capital provincial, permanecía en manos de los bizantinos, la posición de obispo metropolitano había recaído en el obispo de Toledo.
El Sínodo acordó que Toledo era la metrópoli de toda la provincia, declaración que respaldó el rey el 23 de octubre del 610.
Política con la Galia merovingia
Gundemaro siguió un proceso de amistad y colaboración con Clotario II de Neustria y con Teodeberto II de Austrasia. A este último envió grandes sumas de dinero para apoyo de la causa de hostilidad contra su hermano Thierry II de Borgoña. Por otra parte demostró una política de hostilidad contra Brunegilda.
El año 611 hubo un intento de restablecer la alianza cuatripartita contra Borgoña. La muerte del rey no dejó una respuesta clara en la historia.
Murió en Toledo, de muerte natural hacia Febrero o Marzo del 612. Después de su muerte se sucedieron bastantes rebeliones y golpes de Estado a causa del ansia de poder de la nobleza y la Iglesia. Le sucedió el noble Sisebuto, hombre de gran cultura.
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