Los toques de campana litúrgicas marcan el tiempo y el espacio de una forma jerárquica y de significado pleno, en contraste con las campanas horarias, que señalan una división cartesiana del tiempo carente de significado.
En esta jerarquización podemos decir que hay un doble ciclo: el diario y el anual[1]. El diario se inicia con la salida del sol y termina al atardecer. De hecho, en la antigüedad se consideraba que el inicio del día tenía lugar precisamente al atardecer, cuando se rezaban las Vísperas, una de las horas canónicas más importantes del rezo diario.
El otro ciclo es el anual, marcado por el ritmo semanal de la jornada dominical (Dominus Dei, día del Señor), en el cual, un sinfín de fiestas se repartían a lo largo de los 365 días del año. Dentro de todas estas festividades destacan dos ciclos festivos, el de Navidad y el de Pascua.
Ambos tiempos tienen a su vez un tiempo preparatorio (Adviento y Cuaresma respectivamente), cuya finalidad es preparar espiritualmente al fiel para celebrar debidamente las dos fiestas más importantes del calendario litúrgico.
De hecho, en estos dos tiempos preparatorios, el color de las vestimentas es el morado, en señal de penitencia. La Cuaresma es el tiempo preparatorio más importante del calendario cristiano, que, como su propio nombre indica, dura 40 días, en recuerdo de los cuarenta días que estuvo Cristo retirado en el desierto antes de su predicación pública.
Este tiempo (que comienza el miércoles de ceniza y concluye el Domingo de Ramos) la penitencia, el ayuno y la oración se intensifican. Los más mayores recordarán que el signo visible más evidente de esta celebración era la velación de imágenes y cuadros de Santos y representaciones no relacionadas con la Pasión.
Hoy en día es difícil hacerse una idea del ambiente que se vivía en la sociedad tradicional, pero era una realidad que cambiaba su funcionamiento desde el miércoles de ceniza hasta la Pascua de Resurrección. El ambiente que se respiraba era de una enorme gravedad. El toque de campanas, como no podía ser de otra manera, también variaba.
Retablo velado durante la Cuaresma.
Foto: https://liturgiaytradicioncatolica.wordpress.com/2018/03/18/costumbre-tradicional-por-que-se-cubren-las-imagenes-el-i-domingo-de-pasion/
A continuación, se analizan tres aspectos en los que esta variación en los toques era palpable:
1. 1. Mayor gravedad en la forma de realizar los toques de Misa:
Una de las principales diferencias que se aprecian en la forma de tocar es la mayor gravedad en la ejecución de los toques de Misa. Probablemente, el caso más significativo que hayamos documentado sea el de Mocejón (Toledo). Los toques de Misa de esta localidad se dividían técnicamente en “toques” y repiques. En el toque se empleaban las dos campanas grandes, dando una serie de campanadas de forma rítmica, pero de una forma sencilla “poco florida”.
En el repique se tañen dos campanas con un ritmo muy vivo, muy marcado, jugando con el golpeo rápido y doble de la mano derecha impulsando el badajo cuando se sube y baja el brazo, una especie de “trémolo”. Esta técnica, empleada en los repiques de las misas mayores de Domingo, Fiestas y en las procesiones, se suprime durante la cuaresma y se sustituye por el toque, mucho más acorde con la gravedad del tiempo penitencial.
Mocejón, campanas grandes de la torre campanario.
Mocejón. Repique.
Mocejón. Toque diario de misa (que sustituye al repique los Domingos y fiestas de Cuaresma).
Del mismo modo, existían también toques de este tipo durante el Adviento, tiempo preparatorio de la Navidad que también comparte un tiempo penitencial. Este es el caso de la Puebla de Almoradiel (Toledo) y Guadamur (Toledo). Según dice Samuel Sesmero, sacristán de la parroquia de San Juan Bautista de la Puebla de Almoradiel, este toque que no es “ni triste ni alegre”. Era un toque alternado entre la campana gorda y uno de los campanillos a un ritmo normal. Debía tañerse antes de la primera señal de Misa todos los días de Adviento. Para saber más sobre los toques de la Puebla de Almoradiel pinchar aquí .
La Puebla de Almoradiel, torre campanario.
La Puebla de Almoradiel, a la izquierda la campana Gorda.
Fotografía de principios del s. XX en cuyo fondo aparece la espadaña de la iglesia.
Foto:
Partitura del toque de Adviento de Guadamur escrita por León González Ayudo en 1949. GIL GARCÍA, Bonifacio/ CSIC Fons de Música Tradicional: http://campaners.com/php/campanargran.php?numer=145069
León González Ayuso, natural de Guadamur, y director de la banda de música de la localidad, transcribió en partitura los toques de campanas que había conocido de su abuelo, sacristán del pueblo. La transcripción se llevó a cabo en 1949. Uno de los recogidos es el toque de misas de Adviento, caracterizado también por el toque por separado de las dos campanas a un compás normal[2].
Modificaciones similares tienen lugar en “el toque de Candonga” de Yepes (Toledo) y “el de las 11 de la mañana en Cuaresma” de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), de los que hablaremos más abajo.
Variantes como las anteriormente expuestas debieron ser muy comunes en las parroquias. Sirva de ejemplo una pequeña indicación de la Consueta de la Seo del Salvador de Zaragoza de 1672:
Al claustro (procesión) se repica todo el año, exceptuando la quaresma desde la septuagésima y adviento, y la dominica Gaudete y la de Letare, que aunque son de quaresma y adviento, se repica. Los dias de quaresma y adviento, el claustro se vandea[3] la campana Lorenza[4].
Torre campanario de la Seo de Zaragoza. Foto: wikipedia
Se entiende en estas pequeñas líneas, que el repique no es apropiado para determinadas celebraciones de la Cuaresma, y es preferible el bandeo de una campana. Esta alteración recuerda a la contraposición entre “toque” y “repique” de Mocejón. Esta variación en el toque todavía se sigue interpretando a mano en la Catedral de Valencia, en el toque conocido de “dominica morada”, que en comparación con otros toques de coro, es más simple y sencillo.
"Dominica morada" en la torre del Micalet (Valencia). autor: Joan Alepuz
[1] - Cfr. LLOP I BAYO, Francesc: Las campanas en Aragón: un medio de comunicación tradicional, Tesis Doctoral, Universidad Complutense, Madrid, 1988, pp. 166-173, consultado en http://campaners.com/php/textos.php?text=1156 (última consulta 10/03/2021).
[2] - Las partituras se encuentran almacenadas en CSIC Fons de música tradicional, y publicadas en la página de campaners: http://campaners.com/php/textos.php?text=9179 (última consulta 27-02-2021).
[3] - Aunque este término se emplea actualmente en Aragón para denominar el volteo (giros continuados de la campana en un sentido), creemos que en el contexto se refiere a balanceo parando la campana con el yugo abajo. En documentación de la época se le llama “tocar a pino”.
[4] - “Documentos relacionados con las campanas, los campaneros y los toques de las Catedrales de Zaragoza”, www.campaners.com (última consulta 27-02-2021). Este documento es un compendio de documentos entre las que se encuentran dos consuetas antiguas, una del Pilar (1578) y otra de la Seo (1672).
En la del Pilar también aparece reflejado el toque de claustra de forma similar: “Item ha de taner a la claustra en quaresma y aduiento las dominicas dos campanas a bando la Maria y la noueçica los otros dias y fiestas ha de repicar en todas las claustras que se pasaren en la yglesia y quando salle el cabildo a la seo a algunas Processiones ordinarias y extraordinarias y lo mismo quando buelue”.
Publicado por VOZ DE BRONCE en 21:00
Publicado por VOZ DE BRONCE en 21:00
JIMÉNEZ JIMÉNEZ, Carlos
; ROMERA SOTILLO, Álvaro
http://vozdebronce.blogspot.com/2021/03/toques-de-campana-durante-la-cuaresma.html
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