martes, 13 de mayo de 2014

Historia de El Toboso (Toledo)

El municipio recibe el nombre de El Toboso porque en él abundaban las tobas (cardo grande).

Los orígenes de este municipio se remontan a la Prehistoria, fundada por los iberos como demuestran los hallazgos arqueológicos encontrados.

También existen vestigios de la época celtibérica.

No existen evidencias que demuestren la existencia de un poblamiento romano, visigodo o musulmán.

Tras la Reconquista, se sentó en ella la Orden de Santiago, de cuya presencia quedan algunos lienzos de la muralla. Resultó de gran importancia estratégica.



Aunque este pequeño pueblo atildado, limpio, llano, de casas blancas y honrado paisaje, debe su popularidad a la imaginación del gran literato universal Miguel de Cervantes, que en su Don Quijote de la Mancha ubicó aquí la cuna de su amada imaginaria, Dulcinea.

El nombre del municipio aparece nombrado en documentos de 1338y en 1353 forma parte del común de La Mancha. En 1390, Vasco Rodríguez concede a la villa un mercado franco y nombra entre sus vecinos al juez y alcaldes.

 En 1468, El Toboso aparece en los censos de la Orden de Santiago y en 1480 el maestre de la Orden, Alonso de Cárdenas, al confirmar sus privilegios, le concede el título de villa. El siglo XVI es la época de mayor pujanza de la villa y de mayor repoblación. 


Marranos. Ceremonia secreta en España en la época de la Inquisición. del artista ruso-judío Moshe Maiimon, 1893.

Popularmente se llamaba marranos a los judíos convertidos al cristianismo de los que se sospechaba que seguían practicando en secreto su antigua religión. La Inquisión y los considerados cristianos viejos los tuvieron en su punto de mira permanentemente, dificultando su verdadera integración.

A comienzos del siglo XVII algunos conversos procedentes de Portugal -cuyo reino formaba parte de la monarquía hispánica desde 1580- se instalaron en diversos pueblos de Castilla. Así tenemos a varias familas de esta procedencia en El Toboso, como por ejemplo los Enríquez y los Rodríguez, dedicados al comercio de paños, lana y otros productos. Isabel Enríquez, viuda con varios hijos, fue a vivir a El Toboso en 1610, amparada por su cuñado Enrique Rodríguez. 

Varios de sus hermanos vivirán en pueblos próximos como Belmonte o Villaescusa de Haro. Cinco años más tarde su hija Beatriz Núñez se casa con Gaspar de Govea. Las mujeres suelen atender la tienda de telas y los hombres van a venderlas y a comprarlas a las ferias de otros pueblos. En 1622 y 1623 casi toda la familia es detenida por la Inquisición de Cuenca, según consta en varios expedientes del Archivo Diocesano de Cuenca (legs. 406-409). El causante es Juan Rodríguez -también de origen portugués y converso-, casado con la toboseña Catalina Muñoz la Pandura, que los denunció ante el Comisario del Santo Oficio de la Inquisición en El Toboso Diego Pérez Morales. por judaizar -seguir practicando en secreto los ritos de la religión judía. 

Beatriz Núñez, presa del pánico cuando estaba a punto de ser llevada a la sala de torturas del Tribunal de la Inquisición de Cuenca, denunció a parientes y amigos. Su propia madre, anciana y enferma será detenida. También un hermano y su marido, que sufrirán la tortura del potro, donde acabarán denunciando también a parientes y amigos. Dos hermanas de 13 y 14 años de Beatriz Núñez también serán sometidas a tortura. Toda la familia será condenada a prisión perpetua y confiscación de sus bienes, aunque dos años más tarde se conmuta la cadena perpetua.


En 1575 el rey Felipe II envió a los pueblos de Castilla un cuestionario -denominado Relaciones Topográficas de Felipe II- con diversas preguntas sobre su historia, bienes y riquezas, que debía ser contestado en breve plazo. Las respuestas se conservan en la biblioteca de El Escorial. Las respuestas de El Toboso, elaboradas por el alcalde Pedro de Morales y el doctor Zarco de Morales y datadas el uno de enero de 1576, proporcionan una información de primera mano e insustituible para conocer la realidad socioeconómica de la villa en ese año.

El Toboso se hizo muy popular debido a la obra de Miguel de Cervantes Don Quijote de La Mancha, escrita en el siglo XVII, ya que era el lugar de residencia de Dulcinea


En julio de 1808, una vez conseguida la abdicación de los reyes de España -Carlos IV y Fernando VII- por Napoleón y el nombramiento de su hermano José I como nuevo rey de España, se publicó el llamado Estatuto de Bayona, que era una especie de carta otorgada -una semiconstitución- que establecía derechos desconocidos hasta ese momento por los españoles -entre ellos la abolición de la Inquisición-. 

El nuevo rey y sus reformas tuvieron algunos seguidores, a los que se llamó afrancesados. Pero dichos derechos vinieron acompañados de la ocupación del territorio nacional por las tropas extranjeras francesas. Se produjeron resistencias inevitables ante los abusos cometidos. 

La labor reformadora del nuevo rey se vio muy dificultada por los sucesos bélicos. En este contexto se situa el hecho del envío de ejemplares de dicho Estatuto de Bayona a pueblos como El Toboso y su interceptación por partidas rebeldes. Sin duda se pretendía que el conocimiento de este Estatuto de Bayona consiguiese más adeptos para el nuevo régimen. De El Toboso tenemos testimonios de toboseños seguidores de los franceses y también de partidarios del Antituo Régimen, como el antiguo alcalde, Don Miguel Cano, cuya casa fue saqueada.

Oficio de remisión de Vicente Osorio por el que envía al general Manuel Freyre un ejemplar de la Constitución de Bayona, interceptado por la partida de Claudio Escalera, del 3º Ejército de Murcia, a los correos franceses que debían repartirlo por varios pueblos de La Mancha.

Archivo Histórico Nacional,DIVERSOS-COLECCIONES,128,N.46 - 2

Ya en el siglo XIX, el toboseño Pablo Muñoz de la Morena fue uno de los héroes de la Guerra de la Independencia.

Asegura el novelista romántico Walter Scott que el propio Napoléon indultó a El Toboso porque era la patria de Dulcinea. Benito Pérez Galdós lo consideró “uno de los lugares más evocadores del mundo Quijotesco”. Lo cierto es que El Toboso es uno de los mayores lugares con historia no solo de la Mancha, sino de toda España. 

De buena mañana, los cantos de los gallos reciben a un viajero ávido de nuevas experiencias, amante de la literatura y el buen yantar, que aquí encontrará. Da la impresión de que los gallos son los seres más despiertos de este pueblo, en el que el silencio lo corta, únicamente, el arrullo del agua.


Carlos de Haes, El Toboso, 1865

En septiembre de 1868 se produjo la revolución liberal denominada La Gloriosa, que acabó con el reinado de Isabel II e inició un intenso período de reformas y cambios políticos liberales -con la constitución de 1869, el breve reinado de Amadeo I de Saboya y la brevísima I República-. Al mismo tiempo, reaparecieron antiguos conflictos como el representado por los carlistas, partidarios de la vuelta al absolutismo -habían perdido la primera guerra carlista y estaban iniciando la segunda-. El diario liberal Iberia con fecha de 31 de julio de 1869 se hace eco de un incidente ocurrido en El Toboso con unos carlistas. La noticia es la siguiente: “Del Toboso escriben dando cuenta del escándalo que han provocado cuatro o seis carlistas de aquella localidad.

Dice así la carta:


“Es el caso que, yendo a paseo nuestro amigo don Francisco Villegas en compañía de tres voluntarios más, serían como las diez de la noche, al pasar por la puerta de un carlista, oyeron estos voces y denuestos contra el Gobierno y los milicianos, y al querer enterarse, parándose un momento en la calle, salió el carcunda, y asiendo de un brazo a nuestro amigo, lo entró en su casa cerrando después la puerta en donde estaba su querida, un hermano y un hijo. Maltratado aquel y en horrible lucha, los amigos dieron voces y pedían auxilios hasta que oídos por la ronda o patrulla, el jefe mandó echar la puerta abajo y que subieran por la pared, no sin ser heridos tres o cuatro de los que lo intentaron, hasta que un voluntario pudo rehacerse, disparando un tiro, quedando muerto en el acto el partidario carlista, célebre presidiario en Toledo. El Juzgado está instruyendo el sumario. Nuestro amigo está herido en la cabeza un una mano, y gracias a su muchísimo valor y serenidad no fue víctima de aquella manada de lobos.

Las heridas, aunque son de consideración, por ahora no parecen de gravedad.

Los carlistas del Toboso son una especie de fieras salvajes, y será preciso civilizarlos”.

El Toboso no se entiende sin la influencia del ‘Quijote’./M.Peinado

En el Centro Cervantino el viajero puede admirar una interesante colección de ediciones del Quijote en diferentes idiomas firmadas por presidentes de Gobierno y jefes de Estado. No faltan los signados por Mussolini o Franco, pero sí el que solicitaron de Hitler, que prefirió enviar un ejemplar autobiografiado del Cantar de los Nibelungos, la gran epopeya germánica. Tampoco Gadafi envió el Quijote y remitió El libro verde de la Revolución.

En su peculiar relación con el agua, El Toboso ofrece al viajero una ruta en la que disfrutar de la contemplación y la historia de los pozos coronados con bellos brocales de piedralabrada que hay diseminados por la localidad y alrededores, extramuros. Algunos de ellos son de origen celtíbero. O bien, al caer la noche, dejarse llevar en un itinerario nocturno por el embriagador silencio del pueblo u hospedarse en la casa de un noble, con el espíritu de Dulcinea como telón de fondo. Mejor es casi imposible.


El Toboso es uno de los lugares con historia y encanto de la Mancha./M.Peinado






Fuentes: Wikipedia
http://eltobosohistoria.blogspot.com.es/2013/08/las-cuevas-bodega-de-el-toboso.html

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