Los verracos de piedra son esculturas zoomorfas de piedra que se encuentran en España, en las provincias de Cáceres, Salamanca, Zamora, Ávila, Toledo ySegovia, y en Portugal, en las regiones de Beira Interior Norte y Trás-os-Montes, de la época de los vetones (hacia el siglo V a. C), cuya finalidad no está muy clara.
Hay varias teorías al respecto de su significado: por un lado se cree que delimitaban terrenos dedicados al pastoreo; por otro, que pudieran tener un significado místico o religioso, concretamente el culto a los muertos o ritos funerarios (esto es debido a que algunos tienen grabadas inscripciones funerarias latinas de la época romana), o el culto a la fertilidad, o incluso ser un exvoto.
Tienen diversas formas, entre las que predominan son: la de toro, cerdo, jabalí y menos frecuente la forma de oso. Cuando están bastante deformes debido al paso del tiempo, no queda la figura perfectamente definida y puede fácilmente tomarse por diferentes animales.
Cuando tienen la forma y el tamaño de un toro, se les llama toros de piedra, aunque la palabra verraco significa «cerdo padre».
Por el camino Molinos, pasando las veredas que conducen a la Casa de la Tórtola, en el lugar denominado “El Recuero”, sobre una loma, dominando todo el paisaje nos encontramos al “Toro de Menasalbas”.
Sus medidas corresponden con los 5 metros de longitud, 2,5 metros de altura en la cabeza, 2 metros de altura al lomo y 0,90 metros de anchura cuyo volumen le hacen ser un animal grandioso.
En cuanto al origen común de todos los "verracos", predominan las teorías que los relacionan con Hércules.
Para Mélida, estas esculturas «cuando se trata de toros y jabalíes, parece relacionarle su carácter y simbolismo con la fábula de Hércules, y cuando cerdos, con el culto tributado a las deidades de la tierra» .
Gómez de Somorrostro interpreta de varias maneras las esculturas de"verracos" que podian ser
"recuerdos de los triunfos de Hércules, víctimas destinadas a perpetuar la memoria de alguna alianza hecha con los ejércitos de las naciones enemigas o comarcanas, recuerdo de algunos juegos circenses o sacrificios ofrecidos a las divinidades gentílicas».
Otra teoría muy extendida acerca del signiíicado de las esculturas de "verracos" es la de considerarlas hitos o mojones en relación con las cañadas que seguían los ganados trashumantes. Según Fita,
"los cerdos eran simulacros célticos con carácter de mojón para deslindar regiones, comarcas o alfores".
De la misma opinión es Paredes Guillén, para quien
"del atento examen de las cañadas y de tu trazado sobre el mapa de la Península Ibérica por los puntos en que están o estuvieron los simulacros, se deduce que estos toros, cerdos y toscas figuras de animales, que tanto han dado que pensar a los anticuarios, no han sido otra cosa, ni tenido otro objeto que hitos, mojones o guías [sic] que marcaban los caminos pastoriles. Su número debía ser muy grande en la antiguedad a juzgar por los muchos nombres de sitios o pueblos que se conservan originados por haber tenido dichas figuras, por más que sean pocas las que hayan permanecido en sus respectivos sitios hasta nuestros tiempos.Es muy probable que fueran los egipcios,o por lo menos gentes de sus mismas costumbres y religion,los que hicieron la habitación <agálmica> de los caminos pastoriles".
Según este autor,los <verracos> serían de origen egipcio y se remontarian a tres o cuatro mil años A.C.Osiris habría introducido en la Península rebaños con su culto,y el de Apis;los toros,imagen de Apis,habrían servido para jalonar y proteger los itinerarios de los pastores trashumantes a través de toda Iberia.En cuanto a los cerdos, serían imágenes de Typhon, hermano enemigo de Osiris.
Para Fernández Guerra los "verracos" son piedras terminales de las tribus, sospechando que fueron erigidos por los celtas durante el séptimo consulado de Augusto, hacia el año 27 a. C.,
"en los puntos de frontera,especialmente donde tocaba en camino romano, cada tribu, al fijar los mojones y términos, hizo alarde y ostentación de los símbolos y enseñas con que se diferenciaban de las otras gentes. El Término, deidad antigua, fundamento de la propiedad, de la familia, de la nacionalidad, representábase en España por monumentos o simulacros, expresivos ya de origen, ya de Culto, ya de alianza, representando unas veces el toro, acaso de recuerdo sirio y egipcio, otras la africana sierpe, ahora el cerdo de los celtas o el lobo de los iberos, ahora el caballo y el elefante púnicos, bien el águila romana, el león, el oso, el ciervo, el perro y la corneja.
José de Viu sostiene que el toro es un claro símbolo del culto osiriaco importado y arraigado por los orientales mucho antes de la venida de los romanos, y que el puerco o jabalí alude a la aspereza de ciertos terrenos en que fueron fundados algunos pueblos.Para Joaquín Costa las esculturas de "verracos" servirían
"como términos para amojonar las fronteras que dividían unas de otras las behetrías y las gentes; por esto se han encontrado derramadas en tan gran profusión por la Península estatuas de varias suertes de animales ... Más de treinta monumentos se han encontrado representando lobos, osos, toros, jabalíes, becerros, caballos, elefantes, en Portugal, Castilla, Andalucía y Vizcaya" .
Otros autores consideran también que los "verracos" podrían ser esculturas blasones. Así, Villar y Macías opina que
"es general la costumbre de tomar como blasón de los pueblos representaciones zoológicas y aun botánicas, en todos los orígenes de la civilización, sirviendo el nombre del animal preferido para denominar y diferenciar unas tribus de otras» .Para Pijoán, «los situados en poblados serían animales blasones patronímicos de las gentes «verraco», de las gentes «toro» o de las gentes «lobo».Otros podrían haber servido de término como mojón, en puntos de frontera;pero algunos, ciertamente, sirvieron de monumento funeral para sustituir a la víctima del sacrificio anual que tenía que hacerse por un héroe allí enterrado. El cerdo, animal emparentado con los dioses subterráneos, al hacerse de piedra, asegura que nunca más faltará el ofertorio al difunto que requería el holocausto".
Este carácter religioso es defendido por otros autores como Camón Aznar, para quien
"el cerdo es un animal destinado a los sacrificios telúricos;su sangre se derramaba para propiciar a las divinidades chtónicas, por eso se les erige en pleno campo como exvotos en eterno ofrecimiento del animal grato a las divinidades. El toro es un animal solar que por sí mismo tiene virtudes religiosas; esta trascendencia numénica se manifiesta en las taurobolias; estos animales, con su presencia, calmaban a los dioses y los propiciaban en favor de los campos o ciudades donde se erigían".
J. del Pinho asegura que los "verracos" fueron consagrados a Bona-Dea,Ceres y Tellus con una idea fálica que ha perdurado en varias costumbres de la región portuguesa de Trás-os-Montes y añade que en la figura del puerco se procura realzar su significado en sentido fálico, escudado en varias prácticas etnográficas actuales en las que se patentiza el culto fálico relacionado con el puerco . También Santos Junior se inclina por este carácter fálico de los "verracos" y piensa que se trata de dioses tutelares a los que estarían ligadas prácticas rituales fálicas de las que subsisten, más o menos apagadas, manifestaciones en viejas costumbres populares.
Hay quienes se inclinan por considerar a estas culturas zoomorfas como trofeos o monumentos conmemorativos,llegando incluso a inventar inxcripciones en ellas.
Fuentes: http://historia-antigua-iberia.blogspot.com.es/2013/03/mitos-y-leyendas-en-torno-las.html#more
En cuanto al origen común de todos los "verracos", predominan las teorías que los relacionan con Hércules.
Para Mélida, estas esculturas «cuando se trata de toros y jabalíes, parece relacionarle su carácter y simbolismo con la fábula de Hércules, y cuando cerdos, con el culto tributado a las deidades de la tierra» .
Gómez de Somorrostro interpreta de varias maneras las esculturas de"verracos" que podian ser
"recuerdos de los triunfos de Hércules, víctimas destinadas a perpetuar la memoria de alguna alianza hecha con los ejércitos de las naciones enemigas o comarcanas, recuerdo de algunos juegos circenses o sacrificios ofrecidos a las divinidades gentílicas».
Otra teoría muy extendida acerca del signiíicado de las esculturas de "verracos" es la de considerarlas hitos o mojones en relación con las cañadas que seguían los ganados trashumantes. Según Fita,
"los cerdos eran simulacros célticos con carácter de mojón para deslindar regiones, comarcas o alfores".
De la misma opinión es Paredes Guillén, para quien
"del atento examen de las cañadas y de tu trazado sobre el mapa de la Península Ibérica por los puntos en que están o estuvieron los simulacros, se deduce que estos toros, cerdos y toscas figuras de animales, que tanto han dado que pensar a los anticuarios, no han sido otra cosa, ni tenido otro objeto que hitos, mojones o guías [sic] que marcaban los caminos pastoriles. Su número debía ser muy grande en la antiguedad a juzgar por los muchos nombres de sitios o pueblos que se conservan originados por haber tenido dichas figuras, por más que sean pocas las que hayan permanecido en sus respectivos sitios hasta nuestros tiempos.Es muy probable que fueran los egipcios,o por lo menos gentes de sus mismas costumbres y religion,los que hicieron la habitación <agálmica> de los caminos pastoriles".
Según este autor,los <verracos> serían de origen egipcio y se remontarian a tres o cuatro mil años A.C.Osiris habría introducido en la Península rebaños con su culto,y el de Apis;los toros,imagen de Apis,habrían servido para jalonar y proteger los itinerarios de los pastores trashumantes a través de toda Iberia.En cuanto a los cerdos, serían imágenes de Typhon, hermano enemigo de Osiris.
Para Fernández Guerra los "verracos" son piedras terminales de las tribus, sospechando que fueron erigidos por los celtas durante el séptimo consulado de Augusto, hacia el año 27 a. C.,
"en los puntos de frontera,especialmente donde tocaba en camino romano, cada tribu, al fijar los mojones y términos, hizo alarde y ostentación de los símbolos y enseñas con que se diferenciaban de las otras gentes. El Término, deidad antigua, fundamento de la propiedad, de la familia, de la nacionalidad, representábase en España por monumentos o simulacros, expresivos ya de origen, ya de Culto, ya de alianza, representando unas veces el toro, acaso de recuerdo sirio y egipcio, otras la africana sierpe, ahora el cerdo de los celtas o el lobo de los iberos, ahora el caballo y el elefante púnicos, bien el águila romana, el león, el oso, el ciervo, el perro y la corneja.
José de Viu sostiene que el toro es un claro símbolo del culto osiriaco importado y arraigado por los orientales mucho antes de la venida de los romanos, y que el puerco o jabalí alude a la aspereza de ciertos terrenos en que fueron fundados algunos pueblos.Para Joaquín Costa las esculturas de "verracos" servirían
"como términos para amojonar las fronteras que dividían unas de otras las behetrías y las gentes; por esto se han encontrado derramadas en tan gran profusión por la Península estatuas de varias suertes de animales ... Más de treinta monumentos se han encontrado representando lobos, osos, toros, jabalíes, becerros, caballos, elefantes, en Portugal, Castilla, Andalucía y Vizcaya" .
Otros autores consideran también que los "verracos" podrían ser esculturas blasones. Así, Villar y Macías opina que
"es general la costumbre de tomar como blasón de los pueblos representaciones zoológicas y aun botánicas, en todos los orígenes de la civilización, sirviendo el nombre del animal preferido para denominar y diferenciar unas tribus de otras» .Para Pijoán, «los situados en poblados serían animales blasones patronímicos de las gentes «verraco», de las gentes «toro» o de las gentes «lobo».Otros podrían haber servido de término como mojón, en puntos de frontera;pero algunos, ciertamente, sirvieron de monumento funeral para sustituir a la víctima del sacrificio anual que tenía que hacerse por un héroe allí enterrado. El cerdo, animal emparentado con los dioses subterráneos, al hacerse de piedra, asegura que nunca más faltará el ofertorio al difunto que requería el holocausto".
Este carácter religioso es defendido por otros autores como Camón Aznar, para quien
"el cerdo es un animal destinado a los sacrificios telúricos;su sangre se derramaba para propiciar a las divinidades chtónicas, por eso se les erige en pleno campo como exvotos en eterno ofrecimiento del animal grato a las divinidades. El toro es un animal solar que por sí mismo tiene virtudes religiosas; esta trascendencia numénica se manifiesta en las taurobolias; estos animales, con su presencia, calmaban a los dioses y los propiciaban en favor de los campos o ciudades donde se erigían".
J. del Pinho asegura que los "verracos" fueron consagrados a Bona-Dea,Ceres y Tellus con una idea fálica que ha perdurado en varias costumbres de la región portuguesa de Trás-os-Montes y añade que en la figura del puerco se procura realzar su significado en sentido fálico, escudado en varias prácticas etnográficas actuales en las que se patentiza el culto fálico relacionado con el puerco . También Santos Junior se inclina por este carácter fálico de los "verracos" y piensa que se trata de dioses tutelares a los que estarían ligadas prácticas rituales fálicas de las que subsisten, más o menos apagadas, manifestaciones en viejas costumbres populares.
Hay quienes se inclinan por considerar a estas culturas zoomorfas como trofeos o monumentos conmemorativos,llegando incluso a inventar inxcripciones en ellas.
Fuentes: http://historia-antigua-iberia.blogspot.com.es/2013/03/mitos-y-leyendas-en-torno-las.html#more
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