viernes, 30 de enero de 2015

Casas de famosos en Toledo

¿Qué te parecería tener al guitarrista Paco de Lucía, el cantaor Diego El Cigala o el actorFernando Tejero como vecinos? Esto es lo que les ocurre a los habitantes de Toledo desde hace más de ocho años. Estos personajes famosos tienen tres casas en el mismo edificio delCasco Histórico Toledo, por la zona de Alfileritos.

La casa de Paco de Lucía es unacasa rehabilitada del siglo XV. Muchos dicen que se gastó “un ojo de la cara” en esa casa, que incluso tiene ascensos y estudio de grabación. A la entrada de la casa hay una cerámica de la Virgen del Sagrario que Paco quiso conservar, los hay que aseguran que el cantante “estaba muy molesto con el ruido de la campana de la Iglesia de Santa Leocadia”. Y es que Paco de Lucía había buscado en Toledo un sitio tranquilo y silenciosos donde componer.



Los vecinos de las casas cercanas tampoco no saben mucho del guitarrista desde hace mucho tiempo. “Por aquí estuvo un día hasta Alejandro Sanz-recuerdan-pero ya no vive nadie”.

Paco de Lucía estuvo siempre profundamente enamorado de Toledo y allí acudió a buscar su fuente de inspiración e incluso presentó uno de sus discos. 

Dicen que las visitas comenzaron a ser más y más continuas, amigos de Paco pasaban por Toledo a visitarle en cuanto podían. Esto hizo que Paco perdiera la paz que buscaba y se fuera a Sevilla.

Que Paco de Lucía se comprara una casa en Toledo hizo que vinieran más famosos a comprarse una casa. Así lo ha dicho el actor cordobés, Fernando Tejero, famoso por su papel como portero en “Aquí no hay quien viva”. “Me compré la casa un día que fui a Toledo con mi asesor fiscal-relata el actor-. Me encantó la ciudad, y al ver la casa que se había comprado allí Paco, un edificio que es un palacete, algo precioso, me la compré, porque me gustó muchísimo. Allí tiene una casa también Diego El Cigala”.

http://www.deviajeportoledo.com/curiosidades-toledo/casas-de-famosos-en-toledo

Las Gestiones sobre la liberación de mujeres y niños dentro del Alcazar sublevado

Gestión en la que participó el cuerpo diplomático fue su intervención en favor de las mujeres y los niños que se encontraban en el Alcázar de Toledo

No fueron obstaculizados por el gobierno; todo lo contrario. Al gobierno republicano, que los sitiados de Moscardó se hubiesen encerrado con mujeres y niños no le beneficiaba en nada, pues suponía que los bombardeos podían matar civiles. 

Tanta fue la colaboración republicana que el primer ministro, Largo Caballero, puso como condición a la mediación diplomática que, si ésta tenía éxito, él debería estar presente en el momento de salir los civiles. Esa foto para el mundo no se la hubiera perdido don Francisco ni por todo el oro del mundo.



La gestión, en cambio, no salió bien. Y su desarrollo es una buena muestra del enorme Patio de Monipodio político en que se había convertido la República en aquellos meses de guerra. 

La primera sorpresa de la legación diplomática que viajó a Toledo un domingo fue que era imposible entrevistarse a solas con el coronel que llevaba el asedio (Barceló). 

Era estrictamente necesario que con él estuviese su comité de defensa, formado por un miembro de la FAI, otro de la CNT, otro de la UGT, otro de Unión Republicana, otro de Izquierda Republicana, otro del PSOE y otro del Partido Comunista. 

Los miembros del comité se negaron primero a la propia liberación pretextando que era dar alas al enemigo que estaba a punto de caer. Una vez que aceptaron el hecho en sí de la liberación, se encontraron con que la pretensión diplomática era llevarse a todas aquellas personas (en su mayoría, mujeres e hijos de los propios sublevados) bajo protección de las legaciones y darles asilo en las embajadas. 

Como la cosa no iba ni para delante ni para detrás, el embajador chileno, que como decano presidía la delegación, blandió el salvoconducto del propio Largo Caballero, primer ministro. Documento que, literalmente, ordenaba «a todas las autoridades civiles y militares y a las milicias populares, fuerzas sindicales y políticas afectas al Frente Popular y, en general, a cuantos cooperan en la acción en defensa del Régimen, guarden todo género de consideraciones y den toda clase de facilidades al citado señor Embajador».



La respuesta que recuerda Núñez Morgado es, como he dicho, todo un tratado histórico en sí mismo sobre cómo funcionaba el bando republicano aquellos días.

- Puede ser el señor Largo Caballero todo lo Presidente del Consejo y Ministro de la Guerra que usted quiera; pero aquí somos nosotros la única autoridad. Seguimos lo que nos dice Madrid cuando no se opone a lo que deseamos nosotros.

El siguiente problema insoluble se planteó cuando, algo más enfriados los ánimos del comité, uno de sus miembros preguntó bajo qué bandera quedarían amparados los refugiados. Al contestársele que la del cuerpo diplomático en pleno, los miembros del comité se dieron cuenta de que eso suponía que las mujeres e hijos de los sublevados franquistas saliesen del Toledo republicano bajo la bandera de, entre otros, Alemania e Italia. La verdad, en esto es lógico que pusieran pies en pared. Finalmente, se acordó que sólo apareciese la bandera de Chile.

La última barrera, sin embargo, la pusieron los sublevados. Vencidas todas las resistencias, cuando se entró en contacto con ellos, se limitaron a contestar que, si el cuerpo diplomático quería algo de ellos, era el prefijo telefónico de Burgos el que tenía que marcar.

Fuente: http://historiasdehispania.blogspot.com.es/2009/02/asilados-2.html

jueves, 29 de enero de 2015

Circunstancias en la vida de los curas y las poblaciones en Toledo hacia 1822

Circunstancias particulares de los sacerdotes 

La vida de los sacerdotes está marcada por multitud de circunstancias particulares que facilitan o que dificultan su tarea pastoral.

Unas son de carácter personal, como la edad, la enfernedad, la casa en la que habita o las personas con las que trata; otras dependen del lugar donde se encuentra la parroquia, de su clima y accesibilidad; otras del tipo de personas que acuden a la parroquia solicitando sus servicios y socorros, como feligreses, forasteros o mendigos; y, la mayor parte de ellas, surgen de la actividad ministerial normal en la atención y servicio pastoral a los feligreses encomendados. 

Algunos ejemplos: Situaciones personales 

- El cura de Valdilecha, del arciprestazgo de Alcalá, dice que: «lleva ya veinte años de presbítero y padece continuamente dolores de estómago, por lo que cada año necesita bañarse en los baños termales».

 - El cura de Colmenarejo, del arciprestazgo de Canales, dice que: «el curato no tiene casa propia y los feligreses son pocos, pobres y sin devoción. Hay meses en que solamente se dice misa los días de fiesta». 



- El cura de Redueña, en el arciprestazgo de Uceda, dice que: «La casa parroquial se encuentra inhabitable y amenazando ruina, por esta circunstancia el párroco tiene que vivir en una casa alquilada por la que paga anualmente 200 reales. La población la componen 40 vecinos y 140 almas de comunión. A excepción de dos o tres, los demás son pobres y solamente cuentan para mantenerse con el jornal. Por ello hay que ayudarles cuando llega la enfermedad, so pena de dejarlos morir. El agua potable se encuentra a cierta distancia de la población por ello es indispensable disponer de una caballería para transportarla». 

- El cura de Cenicientos, del arciprestazgo de Escalona, dice que: «La población la componen 1.050 almas, todos gente pobre y sumamente gravosa para el párroco que se ve acosado con tanta miseria y sin poder socorrer tanta necesidad, pues apenas tiene para la precisa subsistencia». 

- El cura de Alóndiga, del arciprestazgo de Hita y Brihuega, dice que: «tiene ochenta y cuatro años de edad y por ello no puede encargarse de servir este beneficio, actividad que realiza en su nombre un teniente a quien paga. Se encuentra imposibilitado de pies y manos, pues pasa medio año entero en la cama a causa del reuma que padece desde hace más de cuarenta años». Clima y escasez de alimentos

- El cura de Rascafría, del arciprestazgo de Buitrago dice que: «Su clima es extremadamente variado y destemplado. En todos los meses del año, en un mismo día, se experimenta frecuentemente la alternativa de las cuatro estaciones en su mayor rigor, siendo por este motivo sumamente penosas las funciones del ministerio, y crueles en las noches y días de ventiscas y granizadas del invierno. A las circunstancias provenientes de la montuosidad y escabroso del terreno se añaden los riesgos efectivos de animales dañinos que en las noches de invierno vagan desvergonzadamente por las calles del pueblo haciendo muchas veces presa en los perros que quedan fuera de las casas». 

- El cura de Canencia, del arciprestazgo de Buitrago dice que: «Su clima, en razón de su localización, es muy crudo y riguroso y la injuria del temporal hace penosísimas las funciones del ministerio pastoral, especialmente en los días borrascosos de aguanieve, ventiscas y granizadas». 

- El cura de Colmenarejo, del arciprestazgo de Canales, dice que: «el pueblo lo componen apenas cuarenta vecinos; durante los meses de julio, agosto y septiembre no se encuentra donde comprar pan y es necesario desplazarse fuera o mandarlo traer; en el pueblo no se vende nada mas que vino, aguardiente y aceite. Los artículos más necesarios en caso de enfermedad, como azúcar, chocolate o miel, si no se tienen en casa es casi imposible traerlos de fuera por el costo tan grande que lleva». 

Atención a transeúntes y necesitados 

- El cura de Venturada, del arciprestazgo de Buitrago dice que: «el pueblo está situado en la carretera de Madrid para Burgos y Francia y pasan por él numerosos pordioseros que solicitan limosna en la casa rectoral; igualmente, cuando pasan oficiales, coroneles y generales, todos quieren alojarse en la casa rectoral por ser la más decente, según dicen, y es necesario hacer sacrificios con ellos, atendiéndoles, para no quedar con la nota de grosero». 

- El cura de Móstoles, del arciprestazgo de Canales, dice que: «Está situado en camino real y por ello todos los días se presentan ante su puerta sacerdotes, religiosos, militares y paisanos, y forasteros; unos piden limosna, otros la comida, y otros la cena y posada.

Asimismo acude una caterva de pobres vagos, que después de darles  a la puerta muchas veces más de lo que se puede, se marchan desacreditando la persona de quien les ayuda».

- El cura de Cabañas de la Sagra, en el arciprestazgo de Illescas, dice que: <da localidad se encuentra en medio del Camino Real de Madrid a Toledo. Este hecho obliga a sostener la decencia interior y exterior, como corresponde a tan sublime ministerio, a ejercer la hospitalidad con el pobre desvalido, con la mujer frágil, con la viuda recogida, con el pupilo desamparado y con el enfermo menesteroso».

Atención pastoral

- El cura de Magán, del arciprestazgo de Illescas, dice que: «el pueblo, en general, es bastante dedicado a frecuentar los sacramentos y muy aficionado a que se practiquen en la Iglesia con frecuencia, pausa y decoro, las funciones religiosas».

- El cura de Burguillos, del arciprestazgo de Montalbán, dice que: «la localidad tiene 10 I vecinos, cuenta con una venta, una ermita, un tejar, y una casa de labor en una dehesa de su jurisdicción. Necesitaría disponer de la ayuda de un sacristán menor pues, en los días en que la misa es cantada y hay procesión, no se encuentra quien ayude al sacerdote, ni quien lleve la cruz, ni quien repique las campanas».

- El cura de Gerindote, en el arciprestazgo de Rodillas, dice que: «La villa de Gerindote la componen mas de 320 vecinos, con unos 1.100 habitantes. La mayor parte de ellos son pobres miserables, trabajadores del campo; la gran mayoría tienen un jornal eventual y muchas veces carecen de él; cuando aparecen las enfermedades



Conclusiones 

Nos encontramos con una información interesante y particular para materias como la historia eclesiástica y la economía rural, y de una forma amplia para la historia de España en el siglo XIX, aunque limitada por el tipo tan variado de respuestas, casi una por cada informante, y porque de 700 parroquias contestan solamente 300. 86 

Los diezmos eran un instrumento asumido como práctica normal en la Iglesia española, expresión de que los bienes, frutos de la tierra y del trabajo del hombre, eran apreciados como bendiciones de Dios y, por ello, era justo compartirlos con aquellos que, llamados por Dios, ejercían el ministerio pastoral al servicio a los fieles. 

Los informes nos acercan al conocimiento de aquellos bienes que de forma ordinaria servían para el mantenimiento del clero; a los medios de vida ordinaria del sacerdote; a sus dificultades en el ministerio, a sus carencias humanas y a sus aspiraciones. 

Nos sitúan en la realidad de las parroquias en cuanto a número de fieles y características de los mismos y la situación de los templos y casas rectorales. Los informes nos acercan también al conocimiento concreto de las poblaciones: número de habitantes, situación laboral, localización del territorio, características climáticas y geográficas, a la vez que a sus cultivos habituales, a su producción y precios. 

Se percibe, finalmente, cómo los sacerdotes comparten la vida de la gente del pueblo, sus alegrías y dificultades, estando sujetas sus rentas y, por tanto, su medio de vida ordinaria, en gran medida a la «suerte» de sus feligreses, es decir, a las inclemencias del tiempo, hasta tal punto de que la alegría por una buena cosecha y por el crecimiento del ganado se traducía en mayores ingresos para todos, y un revés de la naturaleza repercutía en la escasez de frutos y animales, compartida por todos, párroco y fieles. 

ÁNGEL FERNÁNDEZ COLLADO 
http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/0051/03.pdf

Eugenio Gerardo Lobo Huerta: El Capitán Coplero

Eugenio Gerardo Lobo Huerta, conocido también como el capitán coplero, nació en Cuerva, Toledo; 24 de septiembre de 1679 y murió en Barcelona; 1750), militar y poeta español.

De familia noble (su padre era Eugenio Lobo y su madre María Huerta), aunque no sobrada de bienes de fortuna, pasó su infancia en Cuerva, poseedora de un buen colegio de gramática y patria de los Condes de Arcos, emparentados con Garcilaso de la Vega, y Toledo. Fue uno de los poetas más populares del primer siglo XVIII y destacó por su ingenio para elaborar poemas humorísticos.

Se dedicó a la carrera militar y participó en la Guerra de Sucesión como capitán de coraceros a favor del bando proborbónico. 

En 1705 combatió en la defensa de Badajoz; es muy posible que asistiera a la gran batalla de Almansa en 1707; ese mismo año se puso en Zaragoza al servicio del Duque de Orleans y asistió al sitio y toma de Lérida, hecho al que consagró un poema en octavas reales, y estuvo después de guarnición en Toledo desde el 29 de septiembre de noviembre de 1710, para pasar un año más tarde a Prat del Rey; en 1712 se encontraba en los Montes de Toledo, donde escribió uno de sus más célebres poemas satíricos sobre el aburrimiento. 


En 1718, acabada la contienda, vivió en Montijo y por fin se estableció en Madrid como ayudante del cuerpo de Guardias Españolas y hospedado por la Condesa de Arcos.



En 1732 tomó parte en la Reconquista de Orán bajo el mando del Conde de Montemar, lo que reflejó en su Rasgo épico de la conquista de Orán.

También estuvo luchando en Nápoles en 1737 contra Austria como miembro de la Guardia Española de Infantería. 

En 1743 fue nombrado brigadier y resultó gravemente herido en la batalla de Campo Santo; el hecho le valió una pensión sobre la Encomienda de Daimiel (Ciudad Real). 

No logró ver reconocidos sus méritos, quizá por el enojo que provocó a Felipe V su poema Exhortación político cristiana a la nación Española, en donde traza un cuadro sombrío de la situación española; sin embargo fue nombrado alrededor de 1746 gobernador militar y político de Barcelona, cargo por aquel entonces de gran importancia y responsabilidad.

Recogió sus poesías en los dos volúmenes de su Selva de las Musas (Cádiz, 1717), obra reeditada todavía durante su vida y muy reimpresa después (Pamplona, 1724; Madrid, 1738, 1758, 1769). También se encuentra disponible en la Biblioteca de Autores Españoles de Manuel Rivadeneyra, tomo LXI.

Aunque quiso destacar en la épica culta con poemas narrativos afectados de culteranismo, sus contemporáneos apreciaban más sus composiciones cortas en arte menor, casi siempre jocosas y de circunstancias, donde lucía por extremo su ingenio sin que el estilo dejase de ser claro. 

Para ellas adoptaba las formas del epigrama, la letrilla y la sátira, destacando en especial sus décimas, romances y sonetos. 

En estos últimos mezcla el influjo de Góngora con el de Garcilaso, toledano como él; por esta última preferencia se deja ver ya el cansancio de las grandilocuencias barrocas del siglo anterior. Ridiculiza cualquier tipo de especulación intelectual.

Algunos de sus poemas describen la vida militar con gran realismo y humor, como en Receta para ser gran soldado. 

También era sensible a los detalles del costumbrismo (poema sobre el chichisbeo) y la literatura popular y de cordel; no le hacía ascos a demostrar su ingenio, como en Décimas improvisadas en una tertulia sobre los títulos de comedias que elegían unas señoras. 


En lo amoroso muestra el erotismo tenue y epicúreo y la atención al detalle propios de la poesía rococó; se trata de un tipo de poesía ilustrada y posbarroca que no es todavía neoclásica. Sus modelos fueron los satíricos del barroco Francisco de Quevedo y Luis de Góngora. Escribió también dos loas, entre las que destaca la mariana y sacramental El triunfo de las mujeres y dos comedias, como El más justo rey de Grecia y El tejedor Palomeque y mártires de Toledo.

Fuente: http://www.caminandoporparedes.com/blog/?p=8271

miércoles, 28 de enero de 2015

Castillo de Villalba

Cebolla posee como más antiguo monumento que se conserva en su término municipal, El Castillo de Villalba, que quirie decir Villa Blanca. 

El castillo de Villalba se encuentra a las afueras de la localidad de Cebolla, al norte de la provincia de Toledo.

Se puede llegar a él saliendo de Cebolla por la carretera CM-4000 en dirección a la localidad de El Carpio de Tajo.

A unos 4 kilómetros de Cebolla ya se divisa el castillo a la izquierda de la carretera, y para llegar a la misma base de sus muros hay tomar, en el primer cruce, la carretera CM-4015 en dirección a las localidades Erustes y Domingo Pérez, donde, al poco sale un camino a la izquierda que conduce a la parte posterior del castillo.



El Castillo fue construido por los musulmanes, probablemente entre los siglos XI y XII, sobre los restos de una fortaleza romana erigida para controlar y defender el paso de la calzada romana que unía Toletum (Toledo) con Emerita Augusta (Mérida) por la orilla izquierda del río Tajo. 

El Castillo, restaurado en el siglo XII, pasó a pertenecer a los Templarios que tenían su encomienda en Montalbán, continuando en sus manos hasta el siglo XIV en el que fue extinguida la poderosa Orden.

El Castillo de Villalba sirvió de refugio al Rey Juan II de Castilla en su huída de Talavera cuando fue prácticamente secuestrado por el infante Enrique de Aragón en su intento de alzarse con el poder.

Perteneció después a los López de Ayala (Condes de Fuensalida), a los Condes de Oropesa, a los Duques de Frías, a los Condes de Deleitosa y al Duque de Arión.

El castillo de Villalba corresponde a una construcción medieval con restos romanos. El avanzado estado de deterioro del castillo no permite ver muchos detalles, tan sólo su estructura, que contiene obras que van desde el siglo XI al XII.

Su planta es de forma casi rectangular, y tenía una barrera exterior de la que pueden verse algunos restos en uno de sus lados. No tiene torre del homenaje pero sí torres rectangulares en cada una de sus cuatro esquinas, de las que hoy día sólo se mantiene en pie la de la esquina izquierda de la fachada principal. También tiene torres rectangulares en el centro de tres de sus lados. En la fachada principal se encuentra la puerta de acceso, con arcos de medio punto, que está protegida por sendas torres cuadradas situadas a ambos lados de la misma. Carece de matacanes, voladizos o fosos, y su interior se encuentra totalmente destruido.

Materiales empleados

Sus muros fueron construidos con cantos rodados unidos mediante una fuerte argamasa de cal.



http://www.ayuntamientodecebolla.com/conocer-cebolla-monumentos-castillo-de-villalba.htm
http://www.monumentalnet.org/castilla_la_mancha/toledo/cebolla/cebolla/castillo_de_villalba.php

Luis M.' de Borbón y Vallabriga: Arzobispo de Toledo


El cardenal arzobispo don Luis M.' de Borbón y Vallabriga , había nacido en Cadalso de los Vidrios (Madrid) el 22 de mayo de 1777. Era el hijo primogénito del Infante don Luis Antonio de Borbón, ex-cardenal de Toledo, y de María Teresa Vallabriga.

Fue un noble y eclesiástico español, arzobispo de Sevilla, arzobispo de Toledo y regente durante la Guerra de la Independencia Española. Era hijo del infante Luis de Borbón y Farnesio. Asimismo ostentó la titularidad del condado de Chinchón.

Nació sin rango especial alguno debido al matrimonio morganático de su padre con María Teresa de Vallabriga, lo que le privó en sus primeros años del apellido Borbón y de lugar en la línea sucesoria.

Muerto su padre en 1754, Carlos III lo envío a Toledo para que fuese educado bajo la protección del cardenal Lorenzana. Sus hermanas, María Teresa y María Luisa, ingresaron en el monasterio toledano de San Clemente. 



En 1779 su familia se trasladó a Velada y Arenas de San Pedro, donde su padre se convirtió en mecenas de importantes artistas, como Goya, quien retrató a su familia.

Goya - cardealvallabriga01.jpgA la muerte de su padre en 1785, el niño pasa a cuidado de monjes en Toledo, destinado al arzobispado. Al igual que sus hermanas, que habían sido educadas para la vida religiosa. Su tío Carlos III deseaba evitar a toda costa la descendencia de sus sobrinos, tratando de impedir que le disputasen el trono a sus hijos, nacidos fuera de España.

Estudió en la Universidad de Toledo, graduándose como doctor en Teología y en ambos Derechos en 1794. 

A diferencia de su padre sintió desde joven la vocación sacerdotal, aunada al poco afecto que tenía por su madre. En 1793 se convirtió en arcediano de Talavera y conde de Chinchón, título que cedió a su hermana, María Teresa de Borbón y Vallabriga, en 1795.

El matrimonio de esta hermana con Manuel Godoy impulsó su carrera hasta hacerle arzobispo de Toledo y cardenal. Recibe el Toisón de Oro y el título de Grande de España. En la cumbre de su carrera vuelve a ser retratado por Goya.

Es nombrado dignidad de arcediano de Talavera en la Catedral Primada, Canciller Mayor de Castilla y se le conceden la Gran Cruz de Carlos III y el título de conde de Chinchón. En 1799, con apenas 21 años, fue nombrado arzobispo de Sevilla, siendo ordenado sacerdote y consagrado obispo en Aranjuez. 

El 20 de octubre de 1800, con 23 años, es nombrado arzobispo de Toledo, reteniendo la administración de la diócesis de Sevilla. Muy poco tiempo después, es creado cardenal con el título de Santa María de la Scala. 

El 12 de febrero de 1801 hacía su entrada en Toledo. El 10 de septiembre de 1802, a instancias de su cuñado Godoy, es nombrado Visitador General y Reformador Apostólico de los religiosos en España e Indias.

Cuando en 1808 las tropas de Napoleón invaden España, Luis es el único miembro de la familia real que permaneció en la nación. Huyó a Andalucía y participó en las Cortes de Cádiz, también firmó el decreto que suprimía el tribunal de la Inquisición española.

El 3 de diciembre de 1808, huyó de Toledo hasta Cádiz, en compañía de la Junta Central del Reino. Como único representante de la familia real en España, fue elegido, el 20 de febrero de 1812, Presidente de la Regencia del Reino, sancionando la Constitución de 1812 y la abolición del Tribunal de la Inquisición.

A la retirada de los franceses en 1813, Luis María preside el consejo de regencia que gobernará el país hasta la llegada de Fernando VII y la jura de la Constitución de 1812. Goya pide ayuda al regente para «perpetuar, por medio del pincel, las más notables y heroicas hazañas... contra el tirano de Europa». Así nacen La carga de los mamelucos y El tres de mayo de 1808 en Madrid, que adornaron la puerta de Alcalá a la llegada de Fernando VII el 13 de mayo de 1814.

Su enfrentamiento con el nuncio Gravina le costará el cargo en 1814.



Al retomar de Francia Fernando VII se vio obligado a solicitarle el juramento a la Constitución. Durante el Trienio Constitucional, tras el pronunciamiento de Riego, fue elegido Presidente de la Junta Provisional Revolucionaria y Consejero de Estado, publicando entonces una pastoral muy comprometida y apresurándose a llevar adelante un profundo programa de reformas eclesiásticas. 

En 1820, Rafael del Riego lanza un pronunciamiento que obliga al rey a jurar la constitución y a aceptar un gobierno moderado. Durante este período, conocido como Trienio Liberal, Luis María formó parte de la primera línea de gobierno.

Fue promovido a Caballero de la Orden del Toisón de Oro el 9 de julio de 1820.

Su muerte, acaecida en la capital el 18 de marzo de 1823 le libró de la represión que se suscitó durante la "Década Ominosa", comenzada pocos meses después bajo el amparo de los Cien Mil Hijos de San Luis. Fue enterrado en la catedral de Toledo y sepultado en la sacristía de la Catedral. 




ÁNGEL FERNÁNDEZ COLLADO
Fuente: http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/0051/03.pdf
Wikipedia

martes, 27 de enero de 2015

Archidiócesis de Toledo en 1822

En 1801, las rentas de la Mitra ascendían a unos 6.000.000 de reales al año. Sin embargo, en 1823, habían bajado hasta la cantidad de casi 3.000.000 de reales. A lo largo de su pontificado los bienes disminuyeron un cincuenta por ciento. 

Este considerable descenso obligó a poner en marcha un plan de austeridad en toda la Archidiócesis, Curia Diocesana y Cabildos, con el fin de frenar los gastos y tratar de elevar las rentas de los diversos curatos que habían quedado verdaderamente desfasadas provocando situaciones lamentables en algunos lugares

La archidiócesis de Toledo  estaba estructurada fundamentalmente para un mejor funcionamiento y atención pastoral en vicarías generales, vicarías territoriales o foráneas y arciprestazgos.



Las instituciones a este respecto existentes durante el Trienio Constitucional eran las siguientes: 

VICARÍAS GENERALES (2): · 
Toledo · 
Alcalá 

VICARÍAS TERRITORIALES (7): · 

Talavera de la Reina · 
Ciudad Real · 
Alcaraz ·
 Huéscar ·
Cazarla ·
Alcázar de San Juan · 
Puente del Arzobispo


ARCIPRESTAZGOS (23): · 

Alcalá de Henares · 
Alcaraz · 
Buitrago · 
Canales · 
Cazorla · 
Ciudad Real · 
Cuadrillas ·
Escalona · 
Guadala jara · 
La Guardia · 
Hita y Brihuega · 
Huéscar · 
llescas · 
Madrid · 
Montalbán .
Ocaña · 
Rodillas · 
Santa Olalla y Maqueda · 
Talamanca y Alcolea de Torote · 
Talavera · 
Toledo ·
 Uceda · 
Zorita y Almoguera

El Arzobispado de Toledo contaba con un número de habitantes en torno a los 777.500, con unas 700 parroquias y 125 anejos, y con ccrca de 3.000 eclesiásticos, 2.700 sacerdotes seculares y 300 tonsurados o minoristas.



El clero capitular estaba distribuido en seis cuerpos colegiados, ubicados en: la Catedral de Toledo, la Iglesia Magistral de Alcalá, las Iglesias Colegiales de Escalona, Pastrana y Talavera, y la Real Iglesia de San Isidro en la Corte de Madrid. Las dignidades eran 20, los canónigos 80, los racioneros 61 y los capellanes 62. 

La ciudad de Toledo, con unos 20.000 habitantes, contaba con 22 parroquias, dieciocho latinas: 

San Vicente y San Ginés, 
San Antolín y San Salvador, 
San Nicolás, 
San Bartolomé, 
Santo Tomé, 
San Pedro, Santiago, 
San Román, 
San Juan Bautista, 
Santa Leocadia, 
Santos Justo y Pastor,
San Miguel, 
Santa M.a Magdalena, 
San Cipriano y San Cristóbal, y San Isidoro; 

y cuatro mozárabes: 

San Marcos, 
Santa Eulalia, 
Santas Justa y Rufina, 
y San Lucas

ÁNGEL FERNÁNDEZ COLLADO
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Estructura de la Sociedad Secreta "La Garduña"

Resultado de imagen de Estructura de la Sociedad Secreta "La Garduña"
La Garduña se trataba de una supuesta sociedad secreta criminal que operó en España desde el siglo XVI hasta el siglo XIX y que pudo ser el origen de la Camorra Napolitana.

HISTORIA

La Garduña se abría fundado en Toledo bajo el manto del secretismo y el esoterismo, a sus integrantes se les conocerían por llevar tres puntos tatuados en la palma de la mano.

Todos sus integrantes eran asesino, ladrones y gente de “mal vivir” que respetaban el código de la Garduña ya que les iba la vida en ello.

En un principio, y bajo la excusa de cooperar con la Inquisición, robaban a los no cristianos.



En esa misma época, Sevilla era el puerto de entrada de todo lo que llegaba del nuevo continente, por lo que vieron que sería necesario ampliar “su negocio” y abrieron una “sucursal“, “se reunieron en la capital andaluza para designar puestos de mando y establecer una jerarquía en la sociedad. Establecieron contraseñas para anunciar riesgos y transmitir mensajes aun estando presos.” 

Se encontraban muy bien estructurados con distintas categorías o grupos en los que se podía ir ascendiendo:

1.- Hermano Mayor.- Se supone que era un alto miembro de la burguesía.

2.- Los Capataces.- Eran los jefes de cada provincia, se piensa que aquí estarían incluidos los jueces corruptos y altos cargos de la sociedad.

3.- Los Compañeros.- divididos en subgrupos:

3.1.- Los Puntuadores.- se dedicaban a matar.

3.2.- Los Floreadores.- Robaban y hacían marcas en las caras de sus victimas. (Dicen que de aquí viene el gesto de pasar la uña del pulgar sobre la mejilla)

3.3.- Los Guapos.- Según unos eran los cabecillas, según otros eran los espadachines que se encargaban de asistir a los duelos.

4.- Los Postulantes.- Recaudadores de “impuestos” a los comercios que la sociedad daba protección.

5.- Aprendices.- Eran los recién incorporados a la sociedad.

6.- “La sección femenina”.- Dentro de esta organización, las mujeres también tenían su sitio, aparte de poder ocupar cualquiera de los anteriores, en ellas en concreto se puede distinguir:

6.1.- Coberteras.- Las que se encargaban de hacer de cebo para los “golpes”

6.2.- Sirenas.- Mujeres jóvenes que hacían de doncellas de familias acaudaladas o incluso de prostitutas para poder después chantajear a quién se les pusiera en “el camino”

“Nuestro querido Miguel de Cervantes , llegó a conocer la base de la Garduña sevillana , que plasmó en su inmortal Rinconete y Cortadillo, con Monipodio , la prostituta Cariharta y demás personajes, solo se quedó en la superficie pintoresca de la picaresca” 

Mientras mucho tiempo esta organización se regía por el “boca a boca“, es decir, las normas y directrices iban pasando de uno a otro, sin que mediara ningún tipo de documento escrito de por medio, sin embargo, los últimos Hermanos Mayores pensando que su “gloria” iba a quedar desvanecida por el olvido, decidieron empezar a reflejar todas esas conductas en diarios, y esto es solo el principio del fin



“La Garduña encuentra su final, después de 400 años de pervivencia como sociedad secreta delictiva, sin apenas dejar huellas documentales de su existencia. Pero la vanagloria de sus últimos “hermanos mayores” causó el desmantelamiento y fin de la Garduña. Estos empezaron a dejar por escrito sus actuaciones en el llamado “Libro Mayor”. Este libro fue encontrado en 1821 en casa del último “hermano mayor”de esta sociedad secreta.” 

Ese “libro Mayor” fue descubierto en casa del último Hermano Mayor, Alfonso Cortina en 1821, en donde se narran toda una serie de raptos, asesinatos y robos cometidos por la Garduña.

“Como consecuencia de este hallazgo fueron juzgados y ejecutados en la Plaza Mayor de Sevilla, el 25 de noviembre de 1822 El Gran Maestro, sus lugartenientes y otros garduñistas reconocidos.

Lo que ocurrió después y hacia donde derivó esta Sociedad Secreta es un misterio, si bien al rastrear las distintas sociedades secretas delictivas como la Camorra, la Mafia o la Piratería Caribeña y otras muchas que se sucedieron a lo largo de la historia, se pueden encontrar demasiadas similitudes con esta Hermandad criminal.” 

Fuente: http://leyendasyfabulas.com/sociedades-secretas-la-garduna/

lunes, 26 de enero de 2015

Catalina Sánchez, La Hechicera de Talavera

A principios del XVII Catalina Sanchez era una hechicera que echaba la suerte con habas y naipes, y capaz de conectar con fallecidos a traves de seres infernales. Realizaba las invocaciones en la calles de Talavera al lado de la Iglesia de San Andrés.

Su especialidad era hacer que el hombre sintiera ardores amorosos y para conseguir lo que se proponía le era necesario.

Según su interpretación hechiceril, ir a la iglesia de San Andrés en determinadas noches,justo a la medianoche. Llevaba 9 ochavos, los cuales ponía uno en cada esquina. Seguidamente se iba al centro del templo, hacía un círculo y se metía en él con agua bendita, muchas reliquias y algunos ochavos en las manos.

Una vez dentro y así protegida invocaba a los demonios quienes aparecían enforma de cerdo y se acercaban a olisquear los ochavos de las esquina de la iglesia, haciendo gran ruido. luego se acercaban amenazadores a Catalina, que se defendía con el agua bendita y las reliquias hasta que llegaba a un acuerdo con ellos. Entonces los cochinos respondían a las preguntas de Catalina. 

Cuando terminaba el acto la mujer salía sudando y desmadejada del esfuerzo realizado. A veces realizaba este ritual cerca del pateón de los Carvajales. 



En 1879 se bajó a la cripta y se hallaron los restos de esta familia “revueltos y maltratados” 

No se ha sabido si fue por obra de las hechicerías de catalina o por los saquedores de tumbas.

Callejo cuenta que tiene una de los expedientes mas abultados de la inquisición, y que condenada a muerte inexplicablemente se le conmutó la pena por cien latigazos.

Se cuenta aquella tarde era fría y gris, el aire arremetía con violencia por los estrechos callejones de la ciudad imperial, centenares de personas se agolpaban a las puertas donde ese mismo día se reunía el Tribunal de Toledo.

Los guardias atravesaban a duras penas la muchedumbre, en el centro de la comitiva una anciana caminaba torpemente tropezando a cada paso con las cadenas que prendían de sus tobillos, mientras recibía toda clase de insultos de los congregados, algunos incluso intentaban arrancarle algún mechón de su cabello y otros simplemente la escupían a la cara.

La rea fue llevada frente al tribunal, compuesto por varios sacerdotes y un inquisidor, que mandó callar a todos los que con impaciencia intentaban atisbar algo de lo que allí ocurría; tras golpear con violencia varias veces su mesa, el silencio se apoderó de la sala.

El inquisidor pidió a la acusada que se acercará hasta el estrado, allí con viva voz la preguntó: La anciana movió la cabeza con un gesto de aceptación mientras de sus labios temblorosos salía un tímido ¡sí!

Si es cierto que es usted Catalina Sánchez sepa que este Santo Tribunal le acusa de brujería, de utilizar artes oscuras y de realizar pactos con el demonio.

Catalina escuchaba atentamente al tribunal con gesto descarado, sabedora de que finalmente el tribunal no se atrevería a imputarle ninguna pena importante, eran muchos y muy nobles los señores que se encontraban entre su lista de clientes.

El inquisidor dio paso al primer testigo, que arrodillado juró ante el crucifijo decir toda la verdad.

Don Francisco Salvatierra, relate a este tribunal todo lo que sepa sobre las oscuras artes de esta mujer!, -le gritó desde el estrado uno de los sacerdotes.

El testigo relató cómo la acusada acudía cada tarde a la iglesia de San Andrés aparentemente a escuchar la misa de las siete, aunque todos sabían que a lo que verdaderamente iba era a robar agua bendita que después utilizaría para extraños rituales.

Otros testigos relataron cómo Catalina era contratada por muchos señores toledanos para que interrogara a seres infernales por sus familiares fallecidos

Desfilaron más de 250 testigos ratificando las oscuras artes de la bruja Catalina. Una anciana de su misma edad y al parecer amiga de ella relató cómo era uno de aquellos rituales…

Cuando comenzaba a anochecer Catalina se acercaba hasta los alrededores de la iglesia de San Andrés y comenzaba a dejar ochavos o monedas por las esquinas de la iglesia, y cuando ya había oscurecido con el agua bendita que robaba hacía un círculo y se introducía en él, a continuación lo rodeaba de velas negras y repetía varias oraciones a Santa Marta.

Según relataba la anciana, a continuación comenzaban a acercarse hasta el círculo iluminado a veces lobos, otras cerdos o incluso perros que portaban en sus babeantes bocas la

Las bestias no podían atravesar el círculo de agua bendita y se dejaban interrogar por la bruja, que se sentía protegida por aquel cerco santificado. Cuando había arrebatado la información que necesitaba se despedía de las bestias infernales rezando nuevamente a Santa Marta.

Aunque habían transcurrido varias horas no se movía ni una sola alma de aquel tribunal, todos esperaban expectantes la resolución al juicio que seguramente llevaría a Catalina hasta la hoguera.

Para sorpresa de todos los presentes, el inquisidor, con gesto serio, relató la pena a la que sería condenada la rea.

Catalina Sánchez, muchos han sido los testimonios que la acusan de brujería, de malas artes e incluso de pactos con el mismísimo demonio, por lo que este tribunal le aplica una pena de cien azotes y tres años de destierro. ¡Pido a Dios que así se cumpla!

En contra de lo que se cree. Era el pueblo, más que la Inquisición, el más obsesionado en la quema de brujas.

Los alguaciles ataron a Catalina a un poste y comenzaron a cumplir la sentencia, cada latigazo era vitoreado por el público asistente, que gritaba a los verdugos que la azotaran con más fuerza, para todos la pena era insignificante.

Tras los azotes la tuvieron que transportar sobre una mula al ser incapaz de dar un solo paso por sí misma, varios soldados la acompañaron hasta las afueras de Toledo, adonde no podría regresar hasta que hubiera cumplido la pena de destierro.

Catalina Sánchez no volvió a ser juzgada y se rumoreó que sólo abandonó Toledo hasta que se recuperó de sus heridas, se decía que escondida en el bosque seguía realizando sus oscuros pactos para los nobles toledanos.

Catalina Sánchez fue tan sólo una bruja más de las que poblaban nuestra Península.

 Jueves, abril 26th, 2012
http://www.caminandoporparedes.com/blog/?p=7903

Ermita de Nuestra Señora de la Natividad, Guadamur


La ermita de Nuestra Señora de la Natividad es una ermita de Guadamur, en la provincia de Toledo, España

Situada en el cerro del mismo nombre, domina el pueblo desde el este y se encuentra muy cerca del castillo de Guadamur.

Es de estilo mudéjar temprano (siglos XIII-XIV). 

En la villa existía la tradición de una remota aparición milagrosa. La mención más antigua del culto en la ermita data de 1611



El cuadro que se venera en el altar era en su origen un icono bizantino que representaba a Santa Ana con la Virgen niña en los brazos. 

El cuadro actual ha sufrido constantes restauraciones y retoques a lo largo de su historia, de manera que queda muy lejos del original, que a su vez sería copia de otra pintura o de algún mosaico.

Y en el altar se conservan relieves y columnas visigodas. Del ábside cuelgan coronas visigodas, parte del famoso tesoro de Guarrazar, que también guarda otras de sus piezas en la iglesia de Santa María Magdalena

De la traza original de la ermita sólo se conserva el ábside semicircular de mampostería con esquinas de ladrillo por único adorno, y un par de arcos concéntricos ciegos, de herradura uno y de herradura apuntado el otro, de clara factura mudéjar. 

Otro aspecto interesante es su ventana, realizada con ladrillo, donde la aspillera es rodeada por un arco túmido y por fuera otro mayor de herradura, todo recuadrado por alfiz.

La cúpula de ladrillo se acopla al medio punto del arco toral de la nave, solución rarísima y de técnica rudimentaria, por aproximación de hiladas. La última reconstrucción es de 1976.

Del techo del ábside penden hoy sobre el altar las reproducciones de las coronas visigóticas del tesoro de Guarrazar, hallado en Guadamur en 1858.

Wikipedia





domingo, 25 de enero de 2015

História de Domingo Pérez

Situación dentro de la provincia
El antropónimo "Domingo Pérez" procedería de uno de sus primitivos pobladores o dueños, con probabilidad de aquel que la fundara. Sin embargo, no resulta sencillo determinar quién fue exactamente Domingo Pérez. 

En la muy completa información del municipio realizada en la segunda mitad del siglo XVI nada se dice al respecto. En un documento se indica que un gallego, jefe de los hortelanos establecidos aquí, dio nombre a la alquería. 

Otra teoría, más extendida, fecha la fundación del pueblo en el siglo XII e indica que el topónimo lo tomó de su antiguo propietario Domingo Pérez que, al parecer, fue un hombre rico, mozárabe o repoblador castellano, que se asentó en estas tierras.



En los documentos mozárabes toledanos, de los siglos XII y XIII, aparece el nombre de "Domingo Petrez" o Pérez", en cuarenta y dos ocasiones y luego otros de igual nombre como "el abad", "el alcalde", "el arriero", "el curtidor", "el paltero", "al arcipreste", etc., por lo que pudiera ser un mozárabe el repoblador que dio su nombre a esta alquería.

Castillo de Villalba, cerca de Domingo Perez
El antropónimo "Domingo" se deriva de dominicvs, que significa perteneciente al Señor, que es un adjetivo latinode dominus, nombre común que se convierte en propio. "Pérez" se deriva del nombre propio Pedro.

El entorno de nuestro pueblo fue frecuentado por tribus nómadas cazadores y recolectores del Paleolítico, hecho que queda demostrado por las herramientas líticas encontradas en las cercanías del pueblo, de manera casual por algún agricultor.

El pueblo se crea tras la reconquista, que en estas tierras aconteció en 1083, de la mano del rey Alfonso VI. En principio debió ser una alquería, una finca agrícola, con un pequeño núcleo habitado por labradores. Desde su fundación estuvo ligado al Señorío de la Tierra de Santa Olalla, del que también formaban parte Alcabón, Carmena, Carriches, Erustes, La Mata, Mesegar y Otero, además de una treintena de aldeas hoy desaparecidas, algunas de ellas en el actual término municipal de Domingo Pérez o cercanas a él, como Coca o Villamuniz.

En 1205, Alfonso VIII de Castilla da el señorío a don Pedro Fernández de Castro. Posteriormente pasaría a ser señor de estas tierras, por concesión de Pedro I “El Cruel”, Martín Fernández señor también de la villa de Orgaz

En el 1218 la villa de Domingo Pérez, se ofrece a la Orden de Mongraf. En 1523 hay ciertas diferencias entre Talavera de la Reina y Domingo Pérez por cuestiones de límites en Illán de Vacas, en esta ocasión se llama Mingo Pérez.

Desde 1529 sus herederos recibirían el título de Condes de Orgaz, concedido por el emperadorCarlos V. En el siglo XV, según los documentos recogidos por la historiadora Pilar León Tello, antes de la expulsión de los judíos, dos tercios de las viñas de Domingo Pérez eran propiedad de hebreos.

Aparece mencionado como un pueblo eminentemente agrícola y ganadero en las relaciones histórico-geográficas de Felipe II, redacción realizada en Domingo Pérez el 8 de febrero de 1576. También aparece en el libro de viajes de Fernando Colón, hijo del almirante Cristóbal Colón, que pasó por nuestro pueblo en 1517, y describió las bondades de estas tierras, como parte del proyecto con el que pretendía recorrer toda España, y que duraría seis años y quedó incompleto.

 En la segunda mitad del siglo XVI forma parte del señorío ducal de Orgaz, administrado por Santa Olalla, su capital, en donde hacen los repartimientos y derramas. En ese tiempo los vecinos de Domingo Pérez, son labriegos, no habiendo otras armas, que los arados de los que tiran yuntas de bueyes. 

Los siglos XVI y XVII fueron de enorme progreso para la población. Se construyen la iglesia de la Asunción y la ermita del Prado en 1636 y más tarde el 8 de abril de 1669 se convierte en Villa por Real Cédula. También sufrió reveses como años de malas cosechas y las epidemias de peste bubónica originadas por la cercanía del arroyo y sus aguas estancadas.

Se eximió como aldea de Santa Olalla al hacerse villa en 1730.

Tras la Guerra de la Independencia, y con la aplicación de los principios liberales emanados de la Constitución de 1812, “la Pepa”, desaparece el Señorío de Santa Olalla, y Domingo Pérez pasa a formar parte del Partido Judicial de Escalona. Se produjeron también las famosas desamortizaciones de Mendizábal y Pascual Madoz, que afectaron la primera a los bienes eclesiásticos y la segunda a los municipales. 

En Domingo Pérez se creó una nueva clase social, familias adineradas que compraron terrenos del término en pública subasta. Lo cierto es que no se consiguió lo que se pretendía y los labradores domingoperanos siguieron sin tener tierras propias.

http://www.diputoledo.es/global/areas/turismo/muni_datos.php?id_area=11&id_seg=&id_cat=21&f=21&codine=45058&id_ent=112

Wikipedia

Un hospital que inauguraba una nueva era en el siglo XVI: Hospital de la Santa Cruz de Toledo.

Entre los grandes monumentos que puedes visitar en Toledo se encuentra un edificio característico de lo que fue una corriente revolucionaria: el Hospital de la Santa Cruz de Toledo.

Los hospitales medievales y la nueva corriente que llegaba desde Roma

Patio del Hospital de la Santa Cruz

Los hospitales góticos eran descuidadas construcciones, de escasas o nulas condiciones de salubridad, dónde se alojaban y se daba asistencia a los huérfanos, transeúntes desvalidos y desamparados, en pequeñas salas comunes y en las peores condiciones de conservación e higiene.



Pero en el Renacimiento, una nueva corriente nacida en Roma -y propagada por lo clérigos alrededor del mundo- daban cuenta de la importancia de mejorar las condiciones ambientales, la luz, la higiene y los espacios ventilados para evitar la propagación de enfermedades y mejorar la calidad de vida de los más desprotegidos que se alojaban en estos hospicios.

Toledo - Hospital de Santa Cruz 1.jpgLa creación del Hospital de la Santa Cruz de Toledo

Portada del Museo de la Santa Cruz de Alonso de Covarrubias

El Hospital de Santa Cruz fue fundado  gracias a las disposiciones testamentarias del cardenal don Pedro González de Mendoza, el Gran Cardenal, quinto hijo de don Íñigo González de Mendoza, el primer marqués de Santillana, en las que estableció que todos sus bienes fueran íntegramente destinados a su fundación y sostenimiento y que se pusiera bajo la advocación de la Santa Cruz, no en vano era cardenal presbítero de la Basílica de la Santa Croce de Jerusalén.

“Ordenamos e mandamos e es nuestra voluntad, que cumplidos todos los cargos e los mandos e legatos en este nuestro testamento contenidos, del remanente de nuestros bienes sea fundada e edificada una casa grande e suntuosa acomodada para hospital en las dichas casas del Deán e en las casas del Cabildo de que desuso se fazen mención e en las otras casas que se juntan con ella si menester asi como se cierran dentro de las calles que está, en torno de dichas casas (…). El qual dicho hospital, nos, desde agora, facemos, ordenamos e constituimos so la Invocación de la santissima Cruz de nuestro Señor”.

 En REVUELTA TURBINO, M. “El Museo de Santa Cruz y sus filiales”. Discurso de ingreso como numeraria en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Toletum, nº 61, 1970-1971 [1973], pp. 69-70.

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En el siglo XVI, el Cardenal Mendoza ordenó la construcción de este importante Hospital para la asistencia de los niños huérfanos y desamparados de la ciudad de Toledo, encargando el diseño a los arquitectos Antón y Enrique Egas, a los que sucedió Alonso de Covarrubias, quien es el responsable de su hermosísima portada plateresca.

La elección del edificio vino precedida de un extraordinario desarrollo artístico durante el reinado de los Reyes Católicos protagonizado por artistas como Juan y Simón de Colonia, Juan Guas, Hanequin de Bruselas o sus sobrinos Antón y Enrique Egas, un periodo en el que los miembros de la familia Mendoza jugaron un papel esencial como mecenas y protectores de las artes y en el que se terminaron las últimas catedrales góticas y se erigieron la Cartuja de Miraflores en Burgos, el Convento dominico de Santo Tomás de Ávila y San Juan de los Reyes en Toledo.



Aunque el Cardenal Mendoza murió el 11 de enero de 1495, sus albaceas, la propia Isabel I, el cardenal don Francisco Jiménez de Cisneros y su propio sobrino, don Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones, arzobispo de Sevilla, cumplieron sus últimas voluntades incluso mejorando el proyecto al cambiar la ubicación por la del solar del convento de San Pedro De Dueñas, con más espacio y una impresionante vista sobre la Vega y que las monjas benedictinas acababan de dejar libre.

03La disposición se inspira en el Ospedale Maggiore de Milán, diseñado por Filarete, que es quien usa por primera vez la planta cruciforme para los hospitales, y que Egas conocería a través del Tratato di architettura (1461-64) del arquitecto.

Pero Egas simplifica la planta dejando solamente una cruz, dos amplias naves de dos pisos, una para hombres y otra para mujeres, cortadas en ángulo recto y cubiertas con ricas armaduras de lazo y tirantes pareados de tradición toledana, y con cuatro patios en los ángulos.

La traza de la planta fue obra de Enrique Egas y con él también trabajó su hermano Antón, con un inicio de las obras que se sitúa entre 1501 y 1504. Enrique Egas también diseñaría los dos patios más grandes de los cuatro proyectados aunque no su decoración.En la década de 1520 se sabe que trabaja en el Hospital Alonso de Covarrubias, que deja su sello en las decoraciones de la portada, el vestíbulo general y el patio noble.

La fachada es muy plana, sin señalización arquitectónica de las plantas, cornisa de amplio desarrollo, ventanas sin disposición simétrica y portada en el lado izquierdo como resultado de no haberse desarrollado todo el proyecto, faltando el patio de la esquina suroeste que completaría la fachada y que hubiera dejado la portada en el centro.

Ésta se caracteriza por un vano adintelado guarnecido de finos relieves con escudos cardenalicios y cruces de Jerusalén, entablamento interrumpido por dos ángeles portando el escudo del Gran Cardenal, tímpano con el tema de la Cruz adorada por Santa Elena, San Pedro y San Pablo y dos pajecillos y arquivolta cubierta de cruces, querubines y ángeles bajo doseles góticos descansando sobre columnas.

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A continuación aparece, sobre otro entablamento, un segundo cuerpo decorado con tres hornacinas, la central con el Abrazo ante la Puerta Dorada flanqueado por las otras dos con dos Patriarcas, a su vez todo ello flanqueado por dos ventanas con columnas abalaustradas que se encargan de dar luz al zaguán alto, el ámbito de acceso a la segunda planta de la cruz.

El patio se organiza con doble arquería rebajada sobre columnas de fuste liso con capitel alcarreño, de cinta y collarino, en el piso bajo y de fina decoración vegetal en el alto. Las enjutas bajas muestran cruces de Jerusalén y las de arriba temas florales. El petril de la galería alta recuerda al estilo gótico-hispano flamenco de Guas. En cuanto a las cubiertas de ambas plantas, son de madera casetonada.



La escalera, rediseñada por Alonso de Covarrubias ya en la década de 1530, está alojada en el lado oeste de la crujía sur y se conforma como el precedente de la hoy perdida que el propio Covarrubias levantó en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares. 

Se organiza mediante un hueco triple con arco más alto central y rebajados laterales que da acceso a una caja de tres tramos de balaustre plateresco, paramento almohadillado y cubierta de bóveda de cañón casetonada.

27El nuevo y novedoso diseño consistía en cuatro naves que se cruzan en cuatro patios para favorecer la ventilación. Las ventanas son altas -lo que denota aún cierto rasgo gótico- y en su interior se puede observar la comunión entre los diferentes estilos que convivían en la época temprana con el renacimiento en Toledo: el gótico y el morisco con el arte flamenco.

El edificio estuvo sirviendo a los fines caritativos a los que lo destinó el cardenal durante tres siglos. Pero tras las desamortizaciones de la primera mitad del siglo XIX, en 1846 pasó a ser Colegio General Militar dependiente del Ministerio del Ejército, realizándose obras para su acondicionamiento, y cuando el colegio pasó al Alcázar, el edificio quedó deshabitado.

El Hospital en el siglo XIX cuando era academia militar. Fotografía de Casiano Alguacil 

Fragmento del Plano de la Ciudad de Toledo dirigido por Francisco Coello y levantado por Maximiano Hijón, arquitecto de la Academia de San Fernando en 1858. En él se aprecia que el edificio viene señalado como “Hospital de Santa Cruz hoy parte del Colegio Militar”

Así, a las modificaciones como sede militar se sumaron expolios y los daños propios del abandono aun a pesar de que en 1902, a instancias del conde de Cedillo, el edificio fue declarado Monumento Nacional, pues ello no se tradujo en inversión alguna para conservarlo.

Monumento histórico y sede del Museo del Prado

En el siglo XIX se realizó una importante modificación y renovación del edificio, que hoy es un Museo que aloja parte de la colección del mítico Museo del Prado de Madrid.

Un monumento de Toledo que tienes que visitar tanto por su belleza arquitectónica, su importancia histórica y su valor cultural que alberga una exquisita colección de obras como Museo.

Fuentes:

http://www.deviajeportoledo.com/category/toledo-monumentos/page/2
http://viajarconelarte.blogspot.com.es/2012/10/toledo-monumental-i-el-hospital-de.html

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