domingo, 16 de febrero de 2014

Batalla de Almonacid de Toledo. 11 de Agosto de 1809

Resultado de imagen de Batalla de Almonacid de Toledo. 11 de Agosto de 1809Tras la batalla de Talavera, José pensó en hacer frente al general Venegas, que por su parte había puesto en gran cuidado á la corte intrusa adelantándose al Tajo en 23 de julio de 1809, al tiempo que el general Sebastiani retrocedió á Toledo.

Resultado de imagen de Batalla de Almonacid de Toledo. 11 de Agosto de 1809Era el ejército de Don Francisco Venegas de los mejor acondicionados de España, y sobresalían sus jefes entre los más señalados. Estaba distribuido en cinco divisiones que regían: la primera Don Luis Lacy; la segunda Don Gaspar Vigodet; la tercera Don Pedro Agustín Giron; la cuarta Don Francisco González Castejon, y la quinta Don Tomás de Zerain. Gobernaba la caballería el marqués de Gelo. 

El 27 de julio dispuso el general Venegas que la primera división pasase á Mora, cayendo sobre Toledo al paso que él se trasladaba á Tembleque con la cuarta y quinta, y avanzaban á Ocaña la segunda y tercera. Ejecutóse la operación yendo hasta Aranjuez en la mañana del 29. 

Un destacamento de 400 hombres mandados por el coronel Don Felipe Lacorte se extendió a la cuesta de la Reina, en donde dispersó tropas del enemigo y les cogió varios prisioneros.

En tal situación parecía natural que Venegas se hubiera metido en Madrid, desguarnecido con la salida de José vía de Talavera.

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Aguijón era para ello el nombramiento que el mismo día 29 recibió de la central, encargándole interinamente el mando de Castilla la Nueva, con prevención de que residiese en Madrid. Pero siendo el verdadero motivo de concederle esta gracia el disminuir el influjo pernicioso de Cuesta, caso que nuestras tropas ocupasen la capital, se le advertía al mismo tiempo que no se empeñase muy adelante, pues los ingleses con pretexto de falta de subsistencias no pasarían del Alberche.

Hubiera aun podido detener á Venegas para entrar en Madrid el parte que el 30 le dio Lacy desde nuestra Señora de la Sisla, de que enemigos se agolpaban á Toledo, si en el mismo día no hubiese también recibido oficio de Cuesta anunciando la victoria de Talavera, coligiéndose de ahí que la gente divisada por Lacy venia mas bien de retirada que con intento de atacarle. Sin embargo se limitó Venegas á reconcentrar su fuerza en Aranjuez, apostando en el puente largo la división de Lacy que había llamado de las cercanías de Toledo.

Permanecía así incierto, cuando el 3 de agosto le avisó Don Gregorio de la Cuesta como se retiraba de Talavera. Con esta noticia parecía que quien se había mostrado circunspecto en momentos favorables, seríalo ahora mucho más y con mayor fundamento.

Pero no fue así, pues en vez de retirarse tomó el 5 disposiciones para defender el paso del Tajo. Apostó en sus orillas las divisiones primera, segunda y tercera, al mando todas de Don Pedro Agustín Girón, que debían atender á los vados y á los puentes Verde, de Barcas y la Reina, quedándose detrás camino de Ocaña con las otras dos divisiones el mismo Venegas.

Los franceses se presentaron en la ribera derecha á las dos de la tarde del mismo 5, y empezaron por atacar la izquierda española colocada en el jardín del infante Don Antonio, acometiendo después los tres puentes.

A todas partes acudía el general Girón con admirable presteza, y en particular á la izquierda, apoyando sus esfuerzos los generales Lacy y Vigodet. No menos animosos se mostraban los otros jefes y soldados, y los hubo que apenas curados de sus heridas volvían á la pelea. Los franceses viendo la porfía de la defensa abandonaron al anochecer su intento. Perdimos 200 hombres; los enemigos 500, estando mas expuestos á nuestros fuegos.

Bastábale á Venegas la ventaja adquirida para que satisfecho se retirase con honra; mas creciendo su confianza permaneció en Ocaña, y se aventuró á una batalla campal. Los franceses frustrado su deseo de pasar el Tajo por Aranjuez, hicieron continuos movimientos con dirección á Toledo, lo cual excitó en Venegas la sospecha de que querían atravesar hacia allí el río, y cogerle por la espalda. Situó en consecuencia su ejército en escalones desde Aranjuez á Tembleque, en donde estableció su cuartel general, enviando la quinta división sobre Toledo. En efecto los franceses pasaron en 9 de agosto el Tajo por esta ciudad y los vados de Añover, y el 10 juntó el general español sus fuerzas en Almonacid.

En la creencia de que los franceses solo eran 14.000 repugnábale á Don Francisco Venegas desamparar la Mancha, inclinándose á presentar batalla. Oyó sin embargo antes la opinión de los demás generales, la cual coincidiendo con la suya se acordó entre ellos atacar á los franceses el 12, dando el 11 descanso á las tropas. Mas en este día previnieron los enemigos los deseos de los nuestros trabando la acción en la madrugada.

Componíase la fuerza francesa del cuarto cuerpo al mando de Sebastiani, y de la reserva á las órdenes de Dessoles y de José en persona, cuyo total ascendía á 26.000 infantes y 4000 caballos. Situáronse los españoles delante de Almonacid y en ambos costados.

El derecho le guarnecía la segunda división, el izquierdo la primera, y ocupaban el centro la cuarta y quinta. Quedó la reserva á retaguardia, destacándose solo de ella, dos ó tres cuerpos. Distribuyese la caballería entre ambos extremos de la línea, excepto algunos jinetes que se mantuvieron en el centro.

Empezó á atacar el general Sebastiani antes que llegase su reserva, dirigiéndose contra la izquierda española. Viese por tanto muy comprometido un cuerpo de la primera división, y á punto de tener que replegarse sobre los batallones de Bailen y Jaén, que eran dos de los destacados de la tercera división.

Ciaron también estos de la cresta de un monte á la izquierda de la línea donde se alojaban, herido mortalmente el teniente coronel de Bailen Don Juan de Silva. Inútilmente fue á su socorro el general Girón, hasta que desplegando al frente de las columnas enemigas Don Luis Lacy con lo restante de su primera división contuvo á aquellas, y las rechazó apoyado por la caballería.

A la sazón llegó el general Dessoles con parte de la reserva francesa, y animando á los soldados de Sebastiani renovase con mas ardor la refriega. Viéronse entonces también acometidas la cuarta y quinta división española : la última colocada á la derecha de Almonacid dio luego indicio de flaquear; mas la otra sostúvose bizarramente , distinguiéndose los cuerpos de Jerez, Córdoba y guardias españolas, guiado el segundo con conocimiento y valentía por Don Francisco Carvajal. Cargaba igualmente la caballería, y anunciábase allí la victoria cuando muerto el caballo del comandante de aquellos jinetes vizconde de Zolina, hombre de nimia superstición aunque de valor no escaso, parase este tomando por aviso de Dios la muerte de su caballo.

Entretanto acudió José con el resto de la reserva al campo de batalla, y rota la quinta división que ya había saqueado, penetraron los franceses hasta el cerro del castillo, al que subieron después de una muy viva resistencia. Llegó con esto á ser muy crítica la situación del ejército español, en especial la de la gente de Lacy, por lo cual Venegas juzgó prudente retirarse. Para ello ordenó á la segunda división del mando de Vigodet, que era la menos comprometida, que formase á espaldas del ejército. Ejecutó dicho jefe esta maniobra con prontitud y acierto, siguiendo á su división la cuarta del cargo de Castejon.

No bastó tan oportuna precaución para verificar la retirada ordenadamente, pues asustados algunos caballos con la voladura de varios carros de municiones, dispersáronse é introdujeron desorden. De allí no obstante con mas ó menos concierto dirijiéronse todas las divisiones por distintos puntos á Herencia y en seguida á Manzanares.

En esta villa corriendo entre la caballería la voz falsa y aciaga de que los enemigos estaban ya á la espalda en Valdepeñas, desrancháronse los soldados, y de tropel y desmandadamente no pararon hasta Sierra Morena, en donde, según costumbre, se juntaron después y rehicieron. Costó á los españoles la batalla de Almonacid 4000 hombres, unos 2000 á los franceses.

Tan desventajosamente finalizó esta campaña de Talavera y la Mancha comenzada con favorable estrella. No se advirtió sin embargo en sus resultas, á lo menos de parte de los españoles, lo que comúnmente acontece en las guerras, en las que, según con razón asienta Montesquieu, no suele ser lo mas funesto las pérdidas reales que en ellas se experimentan, sino las imaginarias y el desaliento que producen. Lo que hubo de lastimoso en este caso fue haber desaprovechado la ocasión de lanzar tal vez á los franceses del Ebro allá y sobre todo la desunión momentánea de los aliados.

Historia del levantamiento, Guerra y Revolución de España
Escrito por José Maria Queipo de Llano Ruiz de Saravia Tereno
Publicado por don Tomas Jordan, 1835


Parte del general Venegas

A las cinco y media de esta mañana fue atacado por el enemigo el ejército de mi cargo en Almonacid, y a las siete se generalizó el fuego por toda la línea con mucha viveza, así de cañón como de fusil. El número de los que atacaron fue muy considerable, no quedándonos duda de que pasaban de 25 mil hombres.

Nuestras tropas se batieron con honor durante nueve horas, de las cuales cinco hubo horroroso fuego, pero habiéndonos tomado una altura que formaba nuestra izquierda, adquirieron una ventaja de posición, por la cual estaban ya a punto de rodearnos; cuya circunstancia me hizo determinar la retirada, formando primero para cubrir a la segunda división que hasta entonces había padecido menos.

 Se ha sostenido el honor nacional, hemos tenido sangre, y perdido muy dignos oficiales, pero conceptúo que la pérdida del enemigo no bajará de 3000 hombres. Por ahora no puedo dar a V.E. los correspondientes detalles, y lo haré luego que haya tiempo.

El mariscal de campo D. Ramón de Carvajal salió en posta desde Tembleque para ir a tomar el mando de la Carolina y reunir allí todas las posibles tropas y tiradores hasta mi llegada al destino de la Sierra con el ejército.

Dios guarde a V.E. muchos años. Cuartel General de Camuñas 11 de agosto de 1809 = Excmo. Sr. = Francisco Venegas = Excmo. Sr. D. Antonio Cornel.

Diario de Mallorca, martes 5 de septiembre de 1809


Madrid 14 de agosto
PROCLAMA DEL REY AL EJÉRCITO

"Soldados! Cuando tres días hace os anuncié que el ejército combinado, batido en Talavera, iba huyendo al otro lado del Tajo por cerros y montes intransitables para la artillería, os hacia también presentir lo que acaba de sucederle.

" El 5º cuerpo ha alcanzado su retaguardia; le ha cogido 39 cañones, todos sus carros de municiones, sus bagajes, le ha muerto mucha gente, y hecho un crecido número de prisioneros.

"Pero lo que era imposible de prever es la batalla de Almonacid. Con efecto, ¿cómo se había de creer que ese ejército de la Mancha, aunque su fuerza consistía en 40000 hombres, tuvieses no obstante la osadía de reunirse y marchar sobre Toledo? ¿ Un ejército que había huido solo por el rumor de vuestro regreso del Alberche, había repasado el Tajo, no se había mantenido firme a la vista de la caballería en Villamejor, y había sido forzado en la posición de Toledo?

"Sin embargo, en la noche del 10 este ejército ha suspendido su movimiento retrógrado, ha reunido todas sus divisiones, y ha marchado contra el 4º cuerpo y la reserva.

"La victoria no ha estado largo rato indecisa. Generales, soldados, caballería, infantería, todo ha sido envuelto en una derrota completa. Ya han caído en nuestro poder 30 cañones, 100 carros de municiones, y otros 200 de equipajes. El enemigo ha perdido 3000 muertos, crecidísimo número de heridos, 4000 prisioneros, y muchas banderas. Todo cuanto ha podido salvarse del campo de batalla está dispersado, y ya no existe como cuerpo militar.

"Ved ahí a lo que se han reducido los esfuerzo de esos inmensos ejércitos que debían entrar en Madrid.
" En el Cuartel Real de Madrileños a 12 de agosto de 1809


Gaceta de Madrid
Fuente: http://1808-1814escenarios.blogspot.com.es/2009/04/batalla-de-almonacid-de-toledo-11-de.html

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