Es de todos conocido el gran número de obras de valor, de todo tipo y época, que atesora nuestra ciudad, Toledo.
No es necesario investigar mucho en su historia para intuir, y constatar, que sin duda se han perdido gran número de piezas arqueológicas, o elementos arquitectónicos, destruidos, expoliados, en paradero desconocido, …
En unos casos ha sido el paso del tiempo el que ha borrado materialmente estos elementos, en otras el egoísmo de algunos en su búsqueda de un museo de disfrute unipersonal.
A veces hay pequeños milagros. En esta modesta historia que hoy queremos contarles hay milagro, alegría por no haber perdido Toledo uno de sus tesoros, pero también sensación agridulce. Esta historia es conocida por los investigadores y estudiosos de Toledo, no obstante nosotros nos atreveremos a añadir algún dato poco conocido.
En un almacén del “Victoria and Albert Museum” de Londres se guarda una pequeña parte de Toledo, una gran alacena de madera, llamada de forma tradicional “botica de los templarios”. Esta alacena mudéjar se encontraba en una casa del barrio de San Miguel, en la llamada “Casa de la Parra”. Los primeros datos sobre su hallazgo fueron publicados por el historiador, crítico literario y arqueólogo español D. José Amador de los Ríos y Serrano (1818 – 1878), en su libro “Toledo pintoresca o Descripción de sus más célebres monumentos” (1845).
Esta alacena, que describimos brévemente, tiene en su frente un arco angrelado rodeado por un alfiz con decoración epigráfica en letras góticas.
Las albanegas de este arco están profusamente decoradas con motivos vegetales, en el interior la alacena presenta una doble serie de arquillos formando hornacinas donde ubicar pequeños objetos o recipientes.
El conjunto constituye una de las joyas de la carpintería mudéjar toledana datándose como una obra de la segunda mitad del siglo XIV.
La alacena fue comprada para el londinense South Kensington Museum, precursor del “Victoria and Albert Museum”, por D. Juan Facundo Riaño, catedrático de Bellas Artes en la Escuela Superior de Diplomática. Colaborador y consejero desde el año 1870 de esta institución museística, D. Juan Facundo actuó como “ojeador” para enriquecer sus colecciones españolas, orientando a sus responsables con informes mensuales que se prolongaron durante varios años. El coste de la alacena fue de 500 pesetas, según José Amador de los Ríos, no pudiendo adquirirla el Museo Arqueológico Nacional por no disponer de fondos.
Hablábamos de milagro al principio de esta entrada, y milagrosa se puede considerar esta venta, pues gracias a ella se conserva esta joya arqueológica. Es triste que se hayan vendido obras del patrimonio histórico español, pero es una realidad comprobar que gracias a ello no las hemos perdido, y que sea posible el disfrute público de las mismas. Todo ello con el valor añadido de que en un futuro no muy lejano algunas puedan volver a su ubicación original.
De la citada Casa de la Parra no se conserva casi ninguno de los singulares elementos que D. José Amador de los Ríos y D. Sixto Ramón Parro describieron en sus trabajos de investigación: aleros, arcos de herradura, mocárabes, alfarjes decorados con cruces rojas, yeserías, … decimos casi porque todavía queda una gran armadura de par y nudillo que, debido a que se encontraba en la parte más alta del edificio, fue difícil su expolio, y algunos canecillos y alfarjías.
Todavía recuerdo durante los trabajos de limpieza y consolidación de las ruinas, y en la posterior rehabilitación de la armadura en la que colaboró el Consorcio, contemplar la impronta o huecos que habían quedado en los muros donde se alojaban las grandes jácenas de un alfarje que había sido minuciosamente desmontado para su posterior robo.
Finalmente indicar que todavía entre las ruinas quedaba la obra de fábrica donde se alojaba la alacena, arco de ladrillo y hueco desnudo que se conservó e integró en la nueva edificación hoy existente, edificio de bastante menos valor que la Casa de la Parra.
Esperemos que el actual edificio se pueda enriquecer algún día con la vuelta de la “alacena de los templarios”.por Jose María Gutiérrez Arias
Para saber más:
” Toledo Pintoresca, o Descripción de sus más Célebres Monumentos ” de D. José Amador de los Ríos
” Toledo en la Mano ” de Sixto Ramón Parro
” Mudéjar Toledano, Palacios y Conventos ” de Balbina Martínez Caviró
” El papel de Juan Facundo Riaño como inductor del proyecto cultural del Catálogo Monumental de España” de Leoncio López-Ocón Cabrera,http://biblioteca.cchs.csic.es/digitalizacion_tnt/pdfs_libro/lopez_ocon.pdf
” Brocales Mudéjares ” , http://foro.toletho.com/viewtopic.php?f=16&t=1214
” The industrial arts in Spain (1890) ” de Juan Facundo Riaño,http://archive.org/details/industrialartsin00riauoft
Ficha de la alacena en el catalogo del “Victoria and Albert Museum” http://collections.vam.ac.uk/item/O131135/cupboard/
Fuente: http://consorciotoledo.wordpress.com/2013/03/24/un-trozo-de-toledo-en-londres/
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