La Iglesuela con Gredos al fondo
Vamos a recorrer hoy la zona más septentrional de la Sierra de San Vicente, visitando un pueblo que, aunque están actualmente incluidos en el territorio de Castilla-La Mancha, históricamente formaron parte del alfoz de la poderosa ciudad de Ávila.
Se desconoce la fecha de su fundación aunque parece ser que ya existía en la época romana, por los restos arqueológicos hallados, como varios dólmenes y los puentes del río Tiétar y la garganta de Torinas.
En la época de los árabes era una villa independiente, pero tras la reconquista pasó a pertenecer a la Comunidad de Villa y Tierra de Ávila.
En 1393 la localidad, como aldea perteneciente a La Adrada (aunque ya en 1591 la localidad contaba con más vecinos que la La Adrada), se independiza junto a esta última del territorio abulense mediante la formación del señorío homónimo de La Adrada, que comprendía también los núcleos de La Adrada, Sotillo de la Adrada, Piedralaves, Casavieja, Fresnedilla y Casillas.6
La aldea consiguió durante el reinado de Felipe IV jurisdicción propia, comprándosela al señorío de La Adrada en 1641..
Pero no fue hasta el siglo XVIII cuando La Iglesuela experimentó su gran crecimiento económico. Es esta época se construyeron la mayoría de edificaciones que hoy conocemos. Como los Pozos de agua, los molinos, el tejar, la mayoría de viviendas y por su puesto la actual iglesia.
Al igual que la mayoría de pueblos de la comarca de la Sierra de San Vicente, La Iglesuela perteneció a la provincia de Ávila hasta 1833, cuando pasó a la de Toledo. Pero no fue hasta el 1955 cuando dejó de tener vinculación eclesiástica, dejando de pertenecer a la diócesis de Ávila para hacerlo en la de Toledo.
La Iglesuela se encuentra en pleno valle del Tiétar y su término asciende incluso por las laderas de Gredos. Perteneció al señorío de La Adrada hasta que se independizó como villa a mediados del siglo XVII.Ayuntamiento de La Iglesuela
Debemos dar una vuelta por el casco urbano y observar su arquitectura popular, de la que todavía quedan no pocos edificios con las características típicas de las construcciones serranas abulenses.
Los tejadillos voladizos, las balconadas de algunas fachadas y los perfiles largos de los tejados, con escasos huecos en sus muros graníticos, son algunas de las características más significativas.Arquitectura popular de La Iglesuela
Otra peculiaridad de La Iglesuela es la abundancia de fuentes tanto en el casco urbano, donde llevan el nombre del barrio en el que se sitúan, como en los alrededores.
Casi todas están abovedadas con sillares de piedra y tienen lavaderos o pilones para beber el ganado, también labrados en el mismo material.
Junto al pueblo, en las agradables praderas de El Ejido hay varias, una de ellas algo más ornamentada y con un largo abrevadero para facilitar el acceso a los rebaños numerosos de ovejas.
Una de las fuentes de La Iglesuela
La iglesia parroquial es del siglo XVI construida en estilo herreriano, aunque no hace honor al nombre del pueblo, ya que no es ésta una “iglesuela” sino más bien un templo de interés con grandes proporciones, especialmente la torre.
Su perfil es peculiar por ser de menor altura la nave principal que la capilla mayor.
Vista de la torre de la iglesia y el caserío de La Iglesuela
La construcción es de buena sillería con bóvedas de crucería y altos pilares octogonales que separan las tres naves.
La capilla bautismal es una pequeña dependencia granítica con bóveda de cañón, mientras que una hermosa cúpula de sillería cubre la capilla mayor.
Es de resaltar también el pórtico y el atrio que rodea al templo.Capitel y zapata de la iglesia de La Iglesuela
A unos quinientos metros del casco urbano, en dirección norte, parte un camino a la derecha que nos llevará hasta la curiosa Ermita de la Fuente Santa, a la que se dirige una bonita romería a primeros de Mayo, pues es muy venerada en la comarca la Virgen de la Fuensanta por las propiedades curativas atribuidas a la fuente, que se sitúa en los mismos muros de la edificación.Canto de la salve en la procesión de la Virgen de la Fuente Santa
El 1 de mayo se lleva en procesión la imagen a la ermita y en el paraje conocido como la Cuesta del Arroyo se le canta una salve popular entre la emoción de los concurrentes.
Ya en la ermita se come un bollo típico llamado “jornajo”.Ruinas de la ermita del Cristo antes de su restauración parcial
A la entrada del pueblo, pero desgraciadamente en estado de ruina, se encuentra la ermita del Cristo que contaba, al igual que la iglesia, con magníficos retablos de azulejería talaverana del siglo XVI.
http://lamejortierradecastilla.com/la-iglesuela-del-tietar/
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