Desde tiempos inmemoriales el hombre ha sentido miedo a la oscuridad y por ende a todo aquello que, oculto y desconocido, se escondía entre las sombras.
Bola de Brujas en Calle Buzones nº 2, Toledo. Fotografía: Jose María Gutiérrez Arias, Sección Vivienda, Área de Gestión Patrimonial, Consorcio de Toledo. Año 2017
El hombre de las cavernas corría presto a su cueva al llegar el manto de la noche, allí sentado detrás de la hoguera que ardía en la bocana de la gruta, observaba encogido a través de las llamas los ojos brillantes de las fieras que cercaban su cubil.
En nuestros genes permanece esa impronta lejana grabada a fuego. Es por ello que todavía hoy en día el ser humano, temeroso, se rodea de talismanes que le protejan, ya no de las fieras que aniquilamos hace tiempo, sino de malos espíritus, brujas, maldiciones y males augurios.
En nuestros genes permanece esa impronta lejana grabada a fuego. Es por ello que todavía hoy en día el ser humano, temeroso, se rodea de talismanes que le protejan, ya no de las fieras que aniquilamos hace tiempo, sino de malos espíritus, brujas, maldiciones y males augurios.
Un análisis detallado de la ciudad y sus edificios nos permitirá descubrir esos “escudos” protectores, a modo de hoguera delante de la gruta, en portones, patios, fachadas y tejados. Lunas en los llamadores de las puertas, cruces cristianas, manos de Fátima, gárgolas, veletas con animales fantásticos y … “bolas de bruja”.
Bola de Brujas en Calle Cardenal Lorenzana nº 4, Toledo. Fotografía: Jose María Gutiérrez Arias, Sección Vivienda, Área de Gestión Patrimonial, Consorcio de Toledo. Año 2017
En algunos patios, zaguanes y corredores de edificios nuestra ciudad histórica hemos podido observar unas grandes bolas doradas, a modo de adorno de Navidad, colgadas estratégicamente de las vigas de madera de soportales y techos.
Esas bolas, llamadas “de bruja”, sirven, según nos cuentan los propietarios de las viviendas, para alejar brujas y malos espíritus. Situadas en las zonas de paso, estos seres malignos ven reflejada su imagen en las bolas al intentar entrar en las casas, reflejo aumentado y deformado, imagen pavorosa que los espanta y aleja de los edificios.
Esas bolas, llamadas “de bruja”, sirven, según nos cuentan los propietarios de las viviendas, para alejar brujas y malos espíritus. Situadas en las zonas de paso, estos seres malignos ven reflejada su imagen en las bolas al intentar entrar en las casas, reflejo aumentado y deformado, imagen pavorosa que los espanta y aleja de los edificios.
Esperemos que estas mágicas bolas defiendan nuestras casas históricas y alejen de ellas los malos espíritus de abandono, desidia y ruina.
Jose María Gutiérrez Arias
http://www.consorciotoledo.org/bolas-de-bruja/
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