domingo, 17 de marzo de 2019

La Batalla de Toledo. El Alcázar no se rinde. Parte V – Final

El desenlace de la batalla. El detalle del recorrido de la columna de socorro para la liberación de los sitiados y un acercamiento a los contingentes de las fuerzas gubernamentales de defensa de la ciudad y que sitiaban el Alcázar y a las agrupaciones nacionales que conformaban las tropas de liberación. 

A continuación una emocionante relación cronológica de la batalla por Toledo y la liberación del Alcázar. 

La relevancia el acontecimiento y el exhaustivo trabajo merece una reflexión final por parte del autor, Luis Martínez. Para terminar la colección, una amplia bibliografía de gran interés.

El recorrido de la columna de socorro. Los nacionales se dirigen al Alcázar

Hasta Talavera de la Reina recorren 450 Km en un mes desde el sur de España, desde el 3 de agosto hasta el 3 de septiembre de 1936, a razón de 15 Km/día.

De Talavera de la Reina a Maqueda había 43 Km y tardaron 18 días, hasta el 21 de septiembre, a razón de 2Km/día


De Maqueda a Toledo hay otros 43 Km. Franco pide a Varela que esta vez lo haga en solo 7 días. Efectivamente, el día 27 de septiembre fuerzas de Regulares contactan con los defensores, el 28 entraVarela en el patio del Alcázar y el 29 lo hace Franco.

Fuerzas republicanas de la defensa de la ciudad de Toledo. Operatividad de las Columnas

Columna Bernal: Unos 3.000 hombres (1.300 iniciales). También llamada “Columna de Campo” por Gregorio López Muñiz Jefe del Estado Mayor. Tenía como objetivo cubrir Toledo por el Norte en un arco defensivo desde Buenavista (al Oeste) a Azucaica (Este) de unos 7 Km.

Reciben el grueso del ataque de las columnas de Varela, y si el día 27 de septiembre eran unos 3.000, el día 30 solo quedan unos 1.300 y dispersos al otro lado del Tajo.

Columna Uribarry o “fantasma”: Unos 1.500 hombres. A esta no se la ve por ningún lado, fiel a su denominación. Posible dispersión antes del combate.

Columna de Plaza: 4.000 hombres. No menos de esa cantidad eran hacia el día 27 de septiembre. El día 30, reunidos en la zona Algodor-Aranjuez eran unos 2.000. Durísimo castigo el soportado por la Columna al borde de la ciudad e interior de esta. Algunos sacrificaron sus vidas por la defensa

Columna Fernández Navarro: 5.600 hombres. No intervino. Posiblemente retirada al Sur del Tajo al forzar el Guadarrama el enemigo.

Total: 13.000 soldados (de los cuales de 3.000 a 4.000 están involucrados de una forma u otra en el cerco del Alcázar)

Agrupaciones nacionales reorganizadas el 18 de septiembre de 1936

1ª Agrupación: Teniente Coronel Asensio Cabanillas

1º y 2º Tabores de Regulares de Tetuán
VI Bandera del Tercio de la Legión
Una batería artillera
Servicios de Sanidad, Intendencia, Ingenieros y Autos

2ª Agrupación: Teniente Coronel Fernando Barrón Ortíz

1º y 2º Tabores de Regulares de Melilla
I Bandera del Tercio de la Legión
Una batería artillera
Servicios de Sanidad, Intendencia, Ingenieros y Autos

3ª Agrupación: Teniente Coronel Castejón

Un Tabor de Regulares de Ceuta
1er Tabor de Regulares de Alhucemas
V Bandera del Tercio de la Legión
Una batería artillera
Servicios de Sanidad, Intendencia, Ingenieros y Autos

4ª Agrupación: Teniente Coronel Delgado Serrano

Un Tabor Regulares de Alhucemas
Un Tabor de Regulares de Tetuán
4ª Bandera del Tercio de la Legión
Una batería Servicios de Sanidad, Intendencia, Ingenieros y Autos

Reservas

Batallón de Voluntarios de Sevilla
Centurias de Falange de Sevilla, Cáceres y Canarias
Batallón de ametralladoras de Plasencia
Dos baterías de 105 mm
Una batería de 155 mm

En resumen

Intervendrán en el asalto a Toledo no menos de 13 batallones de primerísima calidad. Tropas fogueadas y en muchos casos profesionales, expertos en el combate:
8 batallones de Regulares
4 batallones del Tercio
1 batallón de ametralladoras
4 batallones de Voluntarios
7 baterías artilleras (cada batería tendría unas 4 piezas de diferentes calibres)


En total las columnas liberadoras del cerco estarían sobre los 10.000 hombres, de los que no menos de 7.800 eran de 1ª clase.

La Batalla por Toledo y la liberación del Alcázar. Una relación cronológica

03/09/1936

Cae Talavera de la Reina, importante bastión republicano, lo que provoca la crisis de gobierno de Giral, que deja su puesto a Largo Caballero a mediados de este mes de septiembre.

20/09/1936

Asensio Cabanillas ocupa Santa Olalla ayudado por las Columnas de Castejón y Barrón. Yagüe causa “baja” y es sustituido por Asensio Cabanillas. (se ha escrito mucho sobre esa baja de Yagüe de la que gran parte de autores lo atribuye a un enfrentamiento con Franco. Yagüe era partidario de ir directamente sobre Madridsin perder tiempo en Toledo mientras Franco sopesaba la importancia del rédito político y propagandístico que supondría la liberación del cerco al Alcázar).

21/09/1936

La Columna Castejón toma Maqueda, a 43 km de Talavera que habían dejado ya ocupada el día 3.

22/09/1936

Asensio Cabanillas ocupa Torrijos. Este es un día importante para los defensores del Alcázar, ya que a través de sus servicios de observación se dan cuenta que las baterías republicanas de Pinedo giran y disparan en otra dirección.

Ocupación de Toledo. Reparto de fuerzas

25/09/1936

Se alcanza el río Guadarrama. Cruce y formación de una cabeza de puente al otro lado. Se encuentran las columnas a 14 km de Toledo.

26/09/1936

Asensio Cabanillas toma Bargas y Olías del Rey. Este último pueblo disponía de 5 batallones milicianos que poco hacen en su defensa retrocediendo desordenadamente hacia la ciudad. Están a unos 5 o 6 km de Toledo.

La Columna de Barrón avanzará por la carretera de Avila y Asensio Cabanillas lo hará por la carretera de Madrid.

27/09/1936

El general republicano Asensio Torrado (no confundir con Asensio Cabanillas, nacional) despliega sus tropas en un arco defensivo a unos 3Km de Toledo. De los 12.000 hombres aproximadamente de que disponía ha de considerarse a la Columna de Plaza, con sus 3.000 milicianos, los que se enfrentan prácticamente en solitario a las columnas nacionales.

El Teniente Coronel republicano Ricardo Burillo se concentra en lo que sería el asalto final a la fortaleza en esa misma jornada del día 27. Ante la proximidad de las columnas de liberación se planifica un asalto que iría precedido de la explosión de una nueva mina sobre el torreón Noreste.

Movimientos de las columnas nacionales. La toma de Toledo

Los hechos se producen así:

5:30 h: Bombardeo de la artillería del 15,5 de 30 minutos de duración.

6:00 h: Nueva mina sobre explanada y torreón Noreste que solo causa un socavón sin llegar a tocar la fortaleza. Se habían quedado cortos en la construcción del túnel por falta de tiempo.

6:30 h: Volcado de 7.000 litros de gasolina sobre la puerta principal e intento de incendio del Alcázar. La férrea defensa provoca el incendio de la gasolina que causa graves daños a los bomberos de Madrid que la estaban bombeando. La explosión de granadas de mano de los defensores provocaron el incendio.

Las columnas de liberación ven el incendio y oyen la explosión de la mina. Se acelera el ritmo y Asensio Cabanillas coordinará la acción conjunta de dos subagrupaciones:
la Agrupación nº 1 de Mizzian con la V Bandera de la Legión y el I Tabor de Regulares de Tetuán
La Agrupación nº 2 de Barrón con la I Bandera de la Legión y los Tabores I y II de Regulares de Melilla

10:50 h: Aviación nacional bombardea los alrededores del Alcázar y Hospital de Santa Cruz. Se bombardea también la Dehesa de Pinedo, donde estaban las baterías artilleras republicanas.

12:00 h: Avanzadillas nacionales por el cementerio en dirección a la Fábrica de armas.

Barrón esta fuera de las murallas de la ciudad con dos Banderas Legionarias y un Tabor de Regulares. Mizzian con la V Bandera del Tercio y el I Tabor de Tetúan se acerca a la Puerta de Bisagra. Hay milicianosdefendiendo esa puerta, unos 40 o 50, posiblemente de la Columna Plaza que ha venido retrocediendo desde su línea exterior de defensa.

Mizzian logra fijar las tropas en Bisagra y manda una compañía del Tabor de Tetuán, la 3ª , dando la vuelta por el Puente de San Martín, colándose así dentro del perímetro defensivo de Toledo.

16:00h: Es imposible salir por el Puente de Alcántara y la carretera a Mocejón-Cuesta de la Reina. Esa salida se ha cerrado al estar batida por fuego de las fuerzas de liberación, ya solo existe la posibilidad, abierta aún, del Puente de San Martín.

18:00h: Bisagra ha sido tomada. El General Asensio Torrado estuvo a sólo 50 metros del sublevado Barrón. Los milicianos huyen por el camino de Algodor y la carretera de Mocejón. Queda dentro de ToledoEnrique Líster y Bernal, con 50 hombres, toda la noche del día 27 de septiembre, escapando a las 10:00h del día 28. Burillo huye por el Puente de San Martín a esta hora de la tarde.

18:30 h: Hay Regulares de Tetuán en Zocodover y en la explanada norte del Alcázar. Se aproximan al Alcázar, siendo vistos desde posiciones de observación como era el puesto del “Simplón“. Agujero al descubierto que daba entrada a los sótanos del Alcázar en la parte Noroeste de la fortaleza. Parece ser que desde allí se les tira alguna escala para que pudiesen subir con más facilidad por la zona del torreón Noroeste.


Se adelanta el Teniente de Regulares Lahuerta, con su sección del I Tabor de Regulares de Tetuán del Comandante Del Oro. Suben los escombros y se les da el ¡ALTO, QUIEN VIVE!

Lahuerta responde: ¡ESPAÑA! ¡REGULARES DE TETUÁN!

Sale de entre los escombros al encuentro del Teniente de Regulares el capitán de la Guardia Civil Rodríguez Valero que no pudiendo aguantar la emoción y medio desfallecido se abraza al Teniente Lahuerta.

Defensores del Alcázar en el patio de la fortaleza al final del asedio

Poco a poco van apareciendo de entre los escombros el resto de defensores, más parecidos a espectros que seres humanos. Las ropas raídas, deshechas, sucias y rotas, cabezas y miembros vendados en muchos casos, costras de sangre en el rostro, pero estaban vivos.

Comentaba un Oficial que iba entre los fuerzas de ruptura del cerco que le parecía increíble que fuesen los mismos defensores los que consideraban a ellos unos héroes, sus libertadores. Que les pedían comida, pero no para ellos sino para llevárselos a las Hermanitas y que la repartiesen entre las mujeres, niños enfermos y heridos.

Al poco tiempo se unió el resto del Tabor de Regulares de Tetuán y poco después hace acto de presencia la V Bandera de la Legión con el Capitán Tiede a la cabeza. Estas fuerzas pasan la noche en la fortaleza y se hacen cargo de los servicios de vigilancia para que pudiesen descansar ya los defensores.

La descripción de la toma de contacto entre ambos es del Capitán Trujillo, de las fuerzas de la Legión

28/09/1936

6:00h: Salen del Alcázar el I Tabor de Tetuán y la V Bandera de la Legión a ocupar objetivos dentro de la ciudad.

10:00h: Entra el General Varela en el Alcázar por la fachada Norte. En el patio están en formación todos los defensores. Se adelanta el Coronel Moscardó, con barba, uniforme desgastado y signos evidentes del sufrimiento y la tensión a la que había estado sometido, que se cuadra ante Varela y pronuncia la mítica frase: ¡sin novedad en el Alcázar, mi general!

Varela, visiblemente emocionado, se abraza a Moscardó y en ese momento se desprende de una de sus Laureadas (recordemos que era el único General del Ejército, de ambos bandos, que tenía concedidas dos Medallas Laureadas de San Fernando, razón por lo que se le llamaba el “Bilaureado”) y se la prende del pecho de Moscardó.

A continuación un sacerdote procede a concelebrar una misa de campaña en los sótanos de la fortaleza. La Plana Mayor se traslada al Hotel Castilla donde queda instalada la Comandancia mientras que grupos desorientados de milicianos recorren las calles de Toledo confundiendo a los legionarios con “los de Mangada“.

Barrón recibe al fin por la mañana la orden de avanzar desde fuera del perímetro de la ciudad atacando la Puerta del Cambrón con su I Bandera de la Legión, ocupando seguidamente el Puente de San Martín. De esta manera se daba totalmente por cercada la ciudad. Se retiran Líster y Bernal por el Puente de San Martín poco antes de ser tomado por las fuerzas de Barrón.

Al mismo tiempo el II Tabor de Melilla toma la Fábrica de Armas después de varias horas de combates.

En realidad, el mando nacional había considerado oportuno dejar abierta esa vía de escape del Puente de San Martín a fin de que pudiesen escapar por allí la mayor cantidad de milicianos posible de forma que los combates en el interior de la ciudad fuesen lo menos costosos en sangre. Solo así se entiende que Barrón no recibiese antes de la mañana del día 28 de septiembre la orden de avanzar y tomar la Puerta del Cambrón.

Sálvese quien pueda. Las últimas resistencias

Desde estos momentos se producen los siguientes hechos:
Cruce del Tajo a nado por muchos milicianos. Hay bastantes que se ahogan al no saber nadar
Huida de milicianos por los tejados del Colegio de Maristas. Mueren 75 hombres en el asalto que se produjo por fuerzas de la Legión
Se producen numerosos suicidios al arrojarse desde los tejados una parte de milicianos que se sentían perdidos. Sabían que a esas alturas no habría cuartel y decidieron poner fin a sus vidas de esa manera.

29/09/1936 y parte del día 30

Ocupación del Seminario Mayor tras muy duro combate:

Se habían refugiado 7 combatientes republicanos en lo que era el último reducto dentro de la ciudad, enfrentándose a la 2ª compañía de la I Bandera del Tercio de Barrón (la que en su momento mandó el mismo Franco).

Los legionarios lo rodearon (aquí hay opiniones encontradas, unos autores afirman que fueron los milicianos anarquistas quienes le prendieron fuego, y otros autores hablan de que fueron los legionarios) y empezaron a forzar la puerta. 

Desde dentro se hizo fuego hiriendo a varios legionarios. Estos derriban la puerta y se enfrentan a siete hombres. Uno de ellos se suicida allí mismo, otros tres son muertos cuando intentaban escapar y cayeron muertos a tiros. Los restantes fueron perseguidos.

Los tres últimos milicianos suben a una de las habitaciones del piso superior encerrándose en la misma.

Antes de inmolarse, uno de los encerrados, escribió en la pared con un trozo de carbón este mensaje:

“Manuel Gómez Cota, miliciano de Izquierda Republicana, de Madrid, se hizo cargo de el día 27 de este Seminario. Después de una fuerte lucha con el enemigo y dejar libres a mujeres, viejos y niños, prendimos fuego al edificio. Son las 5 de la tarde. La casa está ardiendo; solo quedamos nosotros:

Manuel Gómez, Jefe de los Leones Rojos

Tomás Parques, sargento

Eduardo Ruiz, socialista

¡Viva Azaña! ¡Viva la República!

Viéndose perdidos y como sabían que no había rendición posible hicieron estallar una granada Laffiteponiendo así fin a las últimas resistencias en la ciudad de Toledo.

Cuando entraron los leginarios y vieron su forma de morir, algo de lo que tenían sobrada experiencia, comentaron: “Estos hombres han sabido morir”

Moscardo acompaña a Franco y Varela, por las calles de Toledo

En la mañana de ese mismo día 29, al igual que había sucedido el día anterior, hizo acto de presencia bajando por los escombros de la derruida fachada Norte el mismo Franco. 

Toda la guarnición en formación esperó su llegada, el mismo Coronel Moscardó en posición de “firmes” se cuadra ante el “Generalísimo” comentando la misma frase con un pequeño y lacónico añadido: “sin novedad en el Alcázar mi general, le entrego un edificio destruido pero el honor ha quedado intacto”.

En un acto solemne impuso al Coronel Moscardó la más alta y preciada condecoración del Ejército, la Cruz Laureada de San Fernando a título individual con estas palabras: “Yo te condecoro en el lugar de tu hazaña”, y la colectiva a todos los defensores del Alcázar.

Tenemos reproducidas las palabras que dirigió después a todos los asistentes:

Franco, Varela y Moscardó salen del Alcázar recién liberado

“¡Héroes del Alcázar!: Vuestro ejemplo perdurará a través de las generaciones porque habéis sabido sostener con vuestro denodado esfuerzo las glorias del Imperio, donde os hicisteis fuertes. La Patria os debe a todos eterno reconocimiento. 

La Historia es pequeña para la grandeza de vuestros hechos. Habéis ensalzado la raza, encumbrado a España, dándole gloria inmarcesible. 

Yo os saludo y abrazo en nombre de la Patria y os traigo su gratitud y reconocimiento por vuestro heroísmo y os anuncio que, en premio a vuestros sacrificios, os ha sido concedida la laureada, personal para el Coronel Moscardó, colectiva para todos los defensores. ¡Viva España!”

Cuando salía de las ruinas parece que hizo también este otro comentario: “La Liberación del Alcázar es lo que más he ambicionado en mi vida. ¡Ahora la guerra está ganada!”. 

A modo de reflexión final

Desde el comienzo del asedio todo fue una sucesión de despropósitos por parte republicana. La Columna Toledo al mando del general Riquelme, al llegar a la ciudad imperial, se encuentra con una nutrida partida de milicias que no obedecían las órdenes de Madrid si no exclusivamente las de sus comités locales y sindicatos. Se ufanaban de que en Toledo la autoridad era la del Comitécorrespondiente. Ello dio lugar a actuaciones e iniciativas unilaterales descoordinadas tan importantes como la excavación de las dos minas del día 18 de septiembre, hecho que se llevó en secreto por los Comités de la UGT y la CNT, por poner un ejemplo.

Había otro tipo de autoridad que era la civil en la persona del Gobernador de la provincia de Toledo, José Vega López. Este llegó a llamar al Ministerio de la Guerra dando informes sobre las operaciones militares y pidiendo piezas de artillería pesada de 155mm y aviación haciendo caso omiso del Jefe de la Columna Militar enviada por el Gobierno de Madrid. No solo queda en eso la actuación de este señor sino que llega a participar en mascaradas sacrílegas vistiendo ornamentos de arzobispo, existiendo documentos gráficos de ello.

Durante el tiempo que se mantenía el asedio hubo milicias dedicadas más a la caza del simpatizante de derechas o de curas que de vencer la resistencia de los encerrados en el Alcázar. Lo definía el mismo Líster en su libro de memorias “Nuestra Guerra“: “…de cuatro a cinco mil hombres-la mayoría anarquistas-acompañados de varios centenares de “señoras”, también con pañuelito rojo y negro traídas de los burdeles de Madrid, se dieron la gran vida…”. 


Según la tesis comunista, los anarquistas nunca hicieron un intento serio por atacar el Alcázar, abonándose al llamado “turismo de guerra“, en el que milicianos desde Madrid llegaban a pegar cuatro tiros y a regresar a alguno de los locales de la Gran Vía a presumir antes las damas de su labor combativa. No le faltaba razón a Líster aunque ya sabemos que este dirigente tendía a exagerar los logros propios y de los comunistas por encima de los demás.

Y al final hubo de todo, los que corrieron, los que aguantaron, los que se sacrificaron heroicamente, los que dieron la cara y se enfrentaron a las columnas de Varela, y los que salieron huyendo cobardemente sin volver la vista atrás.

En Toledo, como en tantos otros frentes a lo largo de nuestra guerra, nunca se dieron condiciones serias de eficacia y coherencia para que se resolviese favorablemente para la República el conflicto planteado por los encerrados en la fortaleza.

No había un mando militar fuerte, no por culpa de los Jefes Militares si no porque nunca tuvieron el firme respaldo de todos los intervinientes afines a la República o al Frente Popular, según se mire: del Gobiernoporque desconfiaba de los militares de carrera, y de las milicias porque hacían la guerra por su cuenta y no obedecían las instrucciones de los militares ni siquiera del Gobierno de Largo Caballero (curiosa situación esta para el Sr Largo, cuando él había apoyado ese tipo de actuación revolucionaria y eran ahora precisamente sus correligionarios quienes desobedecían abiertamente sus consignas e instrucciones).

Además, se daba la circunstancia de que esos mandos locales, producto de comités revolucionarios indisciplinados y anárquicos, eran tan absolutamente ineptos e incompetentes que lo único que hicieron fue ensombrecer el buen y digno hacer de gente honrada que creyendo en sus ideales se enfrentaron abiertamente al enemigo asaltando los escombros del Alcázar o tratando de detener a las columnas de Varela.

La guerra se demostró que era algo mucho más serio que coger una camioneta e ir en grupos de amigos a pegar unos tiros y volverse por la tarde a Madrid. Si no se conocía el oficio se corría el riesgo de ser derrotado una y otra vez.

Muchas bajas y enfrentamientos perdidos tuvieron que darse para que la República se diera cuenta que solo se podría ganar una guerra si se respetaba la autoridad del mando, con disciplina, y un ejército mandado por profesionales y gente instruida.

A partir de octubre de este mismo 1936 se comienzan a formar lo que más tarde pasara a ser el embrión del futuro Ejército Popular de la República sobre todo a principios de 1937, me estoy refiriendo a la agrupación de esas masas de milicianos, llamadas inicialmente “columnas”, en Brigadas Mixtas de 4 o 5 batallones con 3 o 4 compañías por batallón más sus correspondientes servicios de estado mayor, intendencia, sanidad, municionamiento, artillería, zapadores y servicios auxiliares, posteriormente agrupadas en Divisiones, éstas a su vez en Cuerpos de Ejército y éstos por último en Ejércitos (como el del Ebro, el de Centro, el de Extremadura, el de Levante, etc.)

Cerramos aquí el capítulo del drama del asalto al Alcázar de Toledo; 70 días de asedio para coronar una hazaña épica en los anales del Ejército Español y que independientemente del bando que estaba encerrado no hay que dejar de valorar este impresionante hecho de unos hombres y mujeres que se resistieron a su negro destino y sobrevivieron a fuerza de pundonor, fe en sus ideales y convencimiento en la victoria.

Bibliografía

Rafael Casas de la Vega: “El Alcázar”. G del Toro. 1976

José Manuel Martínez Bande: “Los Asedios”. Monografías del Ser Histórico Militar. Ed San Martín.1984

Padre Alberto Risco: “La Epopeya del Alcázar de Toledo”. Relación históica de los sucesos desde los comienzos del asedio hasta su liberación, 21 julio a 28 septiembre de 1936. Imprenta Aldecoa. Burgos 1937

Manuel Sánchez del Arco: “El Sur de España en la reconquista de Madrid”. Ed Sevillana.1937

Ángel Palomino: “Defensa del Alcázar. Una epopeya de nuestro tiempo”. Planeta.1995

Muro Zegrí, D.: “La epopeya del Alcázar”. Librería Santarén, Valladolid 1937

Rafael Ballester: “El Alcázar de Toledo”. Ed Bruguera. 1975. Colección sobre la Guerra Civil

Diario de Operaciones del Asedio del Alcázar: Comandancia Militar de Toledo. Ed Católica Toledana.1969

Patronato de Conservación del Alcázar de Toledo: “Alcázar de Toledo.Pinceladas”.Ed Católica Toledana.1965

Hermandad de Ntra Sra Stª Mª del Alcázar: “Periódico editado en la fortaleza toledana durante el asedio del año 1936. Colección completa de 63 números”.

Blas Piñar Gutiérrez y Jorge Fernández Coppel: “El Alcázar no se rinde. La Hª gráfica del asedio más simbólico de la guerra civil”. Ed La Esfera de los Libros. 2011

Jorge Ruiz de Santallana: “La pequeña historia del Alcázar”. Ed Nacional. 1974

Benito Gómez Oliveros: “General Moscardó”. Ed AHR.1956

Crónica de la Guerra Española. No apta para irreconciliables (enciclopedia): “El Alcázar de Toledo Acto 1º y 2º”. Volumen II. Ed CODEX. 1966

La Actualidad Española (coleccionable): “Una gesta heróica de carácter universal. El Alcázar de Toledo”.1970

Ramón Salas Larrazabal: “Historia del Ejército Popular de la República”. Ed Nacional.1973

Luis E. Togores y Alfonso Bullón: “El Alcázar de Toledo: Final de una polémica”. Actas Ec.2001

por lmartineze | Feb 26, 2015

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