miércoles, 8 de junio de 2022

Castellón, Territorio Templario (I) : De Peñiscola al Castillo de Onda

Peñiscola, Castellón

Parque Natural de la Sierra de Irta


Castillo Templario de Pulpis, Castellón

Fauna de la Sierra de Irta, Castellón

Castillo Templario de Alcalá de Xivert, Castellón

Castillo de Onda, Castellón

Castellón, Territorio Templario

La aguerrida fe de los templarios, su valentía y fidelidad les convirtió en la Baja Edad Media, en la Orden más poderosa del orbe. En nuestras tierras, esta orden militar fue decisiva para la reconquista cristiana, puesto que los templarios fueron el brazo armado de los reyes desde el siglo XII. 

Con sus espadas y muchas veces con sus vidas, se ganaron la donación de múltiples propiedades: tierras, castillos y villas. 

La provincia de Castellón está llena de aquellos vestigios del medievo. Desde Peñíscola hasta Burriana, el territorio se salpica de lugares increíbles que llevan al visitante a revivir su pasado templario. 

Es el momento de poner en valor esa historia. De dar a conocer los lugares que fueron hitos y símbolos de nuestro rico pasado.

La Sierra de Irta, el paraíso mediterráneo que une playa y montaña

Una de las últimas sierras vírgenes del litoral valenciano se alza entre acantilados, recónditas calas, abrupta vegetación y unas vistas que prometen permanecer en tu retina de por vida.

Ha llegado el momento de descubrir este enclave natural único

Custodiada por las localidades de Peñíscola y Alcocebre por el mar; y por Alcalá de Chivert y Santa Magdalena de Pulpis en el interior, la Sierra de Irta es un tesoro de 13 kilómetros de costa virgen mediterránea que todavía permanece intacta y protegida de los estragos de la destrucción humana. Más bien justo todo lo contrario de lo que ocurre en casi el resto de litoral valenciano.


Indice:

  1. Croquis de nuestra Ruta
  2. Como Llegar a Peñiscola, inicio de nuestra ruta
  3. Algo de Historia sobre Peñiscola
  4. Castillo Templario de Peñiscola
  5. Comer en Peñiscola
  6. Castillo Templario de Pulpis
  7. Comer en Pulpis
  8. Castillo de Alcalá de Xivert
  9. Comer en Alcalá de Xivert
  10. Parque Natural de la Sierra de Irta
  11. Recomendaciones antes de empezar la excursión
  12. Las rutas de las Sierra de Irta
  13. Castillo de Onda
  14. Comer en Onda
  15. Otras Rutas Cercanas

1. Croquis de nuestra Ruta


 

2. Como Llegar a Peñiscola, inicio de nuestra ruta

Peñíscola está situada al Norte de la Comunidad Valenciana, en la provincia de Castellón, a medio camino entre Valencia y Barcelona. 


Se puede llegar hasta allí por la carretera N-340, por la autopista AP-7 (salida 43) y desde la estación de ferrocarril Benicarló-Peñíscola, donde paran los principales trenes de largo recorrido.

Desde Madrid partimos por la carretera M-30 hasta la autopista N-III. Continuamos nuestro trayecto para alcanzar la autovía A-31 y empalmar con la AP-3 y, posteriormente, con la AP-7. Al llegar a la salida 43 de esta autopista, Km. 365, nos desviamos a la N-340. Desde allí recorreremos la CV-141 y la CV-140 para alcanzar nuestro destino.

El trayecto desde Valencia a Peñíscola es mucho más corto.

 

Dejamos la capital para continuar hasta la autovía A-31. Recorremos la autopista AP-3 para llegar a la AP-7. Una vez en la salida 43 de esta autopista seguimos el mismo recorrido anterior.

Empresas de transporte

Autobuses
Auto-Res

Destino: Madrid (C/ Maestro Bayarri s/n.) Teléfono: 902 02 09 99
Hife

Destino: Barcelona, Castellón, Valencia, Aragón, País Vasco...
Teléfono: 902119814

Amsa


Destinos: Benicarlo, Vinaros, Hospital, Estación Renfe....
Teléfono: 964 22 00 54

Ferrocarriles

Renfe

Estación Benicarló-Peñíscola. Parada de trenes regionales y trenes de largo recorrido
Teléfono: 902 24 02 02

3. Algo de Historia sobre Peñiscola

Son abundantes los vestigios arqueológicos hallados en las cercanías del tómbolo, en los yacimientos de Poaig y Els Barrancs, que confirman el poblamiento de la zona por algún pueblo ibérico (ilercavones), así como la relación entre estos y los mercaderes fenicios que llegaron por mar (s. vii a. C.-s. vi a. C.). 

En Peñíscola se asentaron, probablemente, los fenicios procedentes de Tiro y poco después los griegos de Zacinto. Más tarde llegarían por mar cartagineses, romanos, bizantinos y árabes.

Los testimonios escritos más antiguos y verosímiles acerca del conocimiento de Peñíscola en el orbe antiguo, cabe buscarlos, sin embargo, en las citas de Hecateo (siglo vi a. C.), Estrabón (siglo i a. C.) y Rufo Festo Avieno (siglo iv a. C.) que en sus descripciones de la costa mencionan la ciudad de Quersónesos (Χερσόνησος), nombre que darían los griegos a la ciudad y cuya traducción significa península.

Patio de armas del castillo.

Peñíscola, colonia griega y romana, será importante puerto a través del que entrarán productos manufacturados (cerámica, telas, armas, etc.) que los colonizadores intercambiarán por el preciado vino y aceite de oliva de los íberos que poblaban las sierras del litoral.

Serán los romanos, quienes al traducir el nombre griego de la ciudad al latín (al decir de prestigiosos filólogos, en la forma vulgar paene + insula, «casi + isla») darán origen al topónimo actual de Peníscola (forma autóctona del valenciano). La forma Peñíscola en castellano se originó a raíz de una alteración al traducirse del valenciano, debida al cruce con la palabra «peña».
Edad Media

Desde el año 718 en que Tarik concluye la conquista hasta 1233, la ciudad de Peñíscola vive bajo dominio musulmán. 

Se conocen escasos detalles de esta época. Los geógrafos árabes aluden a Peñíscola (a la que llamarán Banáskula o Baniskula por adaptación del topónimo a su lengua) como castillo inexpugnable junto al mar, que está poblado, tiene alquerías, cultivos, abundancia de aguas e importantes salinas. 

Desde la fortaleza, que será frontera con la cristiandad, los moros piratean el litoral y realizan incursiones en Cataluña.

Peñíscola será cuna de personajes ilustres como el Rey Lobo 'Mohamed ben San, Aben Mardanis' (1124) que logrará mantener un reino musulmán en el sudeste de la península ibérica frente a los invasores bereberes, y el literato Alí Albatá, que intervendrá en las negociaciones con el rey Jaime I.

Aunque ya lo había intentado en 1225 sitiándola durante dos meses, no será hasta 1233 cuando Jaime I tomará posesión de la ciudad de Peñíscola, recuperando también el dominio sobre el mar. Será una conquista pacífica. Tras la caída de Burriana que deja aislados los castillos musulmanes del norte, la ciudad se entregará sin lucha y bajo ciertos pactos que respetaban las leyes y costumbres sarracenas.

El 28 de enero de 1251, sin embargo, Jaime I de Aragón otorgará carta de población a la ciudad a fuero de Valencia, en virtud de la cual desposeerá los moros de todos sus bienes propiedades que entregará a los nuevos pobladores cristianos. Esta medida propiciará la consolidación demográfica y económica de la ciudad, iniciándose una etapa de prosperidad.

Entre los años 1294 y 1307 fue construido el actual castillo Templario sobre los restos de la alcazaba árabe. Los promotores fueron frey Berenguer de Cardona, que era el Maestre de la Orden del Temple en Aragón y frey Arnaldo de Banyuls, que era el Comendador de Peñíscola. Los escudos de ambos se conservan esculpidos en piedra formando fajas heráldicas situadas por encima de la puerta de acceso al castillo y también sobre la puerta de la basílica.

El Cisma de Occidente

A caballo entre los siglos siglo xiv y siglo xv, el Cisma de Occidente marcaría la historia de la Iglesia con la presencia simultánea de dos papas. Uno de ellos fue Pedro Martínez de Luna, más conocido como el Papa Luna. Sustituyó a Clemente VII como papa de Aviñón con el nombre de Benedicto XIII, al tiempo que otro papa se instalaba en Roma con la obediencia de ingleses, alemanes e italianos. 

Desautorizado, el Papa Luna se autoexilió a Peñíscola donde entraba el 21 de julio de 1411 asentando allí la sede pontificia y convirtiendo su castillo en palacio y biblioteca pontificia tanto para él como para su sucesor, Clemente VIII, el también aragonés Gil Sánchez Muñoz, segundo papa de Peñíscola, el cual, tras la muerte de Benedicto XIII el 23 de mayo de 1423, fue elegido en Peñíscola por los partidarios del Papa Luna, gobernó entre 1424 y 1429. Su renuncia al cargo acabó con el Cisma de Occidente.

Tras el periodo pontificio Peñíscola regresa a la jurisdicción real, siendo una de las villas de realengo del Reino de Valencia, al igual que Morella, Burriana, Játiva, Alcira, etc.

Edad Moderna

Durante la época moderna se construyen las murallas renacentistas, finalizándose en 1578, a cargo del arquitecto militar de Felipe II, Giovanni Battista Antonelli, siendo uno de los ejemplos más relevantes de fortificación del Mediterráneo. Guardan un gran parecido con las murallas de Ibiza. La razón de estas construcciones fue la gran presión de la piratería y la amenaza turca en el siglo xvi.

Durante las Germanías, el castillo de Peñíscola fue refugio del virrey de Valencia.

Tras un periodo de crisis local a finales del siglo xvii, después del cambio dinástico a los Borbones, la población protagonizó uno de los capítulos más relevantes de su historia. Se declaró partidaria del bando borbónico, junto a su gobernador militar, Sancho de Echeverría y Orcolaga.

El Reino de Valencia, era partidario del aspirante al trono austríaco, por lo cual Peñíscola fue sitiada durante dos años, principalmente por destacamentos ingleses y neerlandeses. Uno de los capítulos más relevantes de este sitio fue la llamada «Batalla de las Trincheras».

Finalmente, tras resultar vencedor de la Guerra de Sucesión Española, Felipe V declara a Peñíscola como ciudad, con los títulos de «Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad». Así mismo, fue beneficiada fiscalmente y su consejo ennoblecido.

Recuerdo de aquel episodio es la iglesia-ermitorio de la Virgen de la Ermitana, construida por el gobernador militar de la ciudad, Sancho de Echevarría.

Edad Contemporánea

Durante la ocupación francesa Peñíscola fue objeto de operaciones militares por su valor estratégico y militar, conquistada por el general napoleónico Suchet, el 2 de febrero de 1812, la población fue expulsada de la ciudadela, refugiándose en la Sierra de Irta. 

Posteriormente fue reconquistada por el general Francisco Javier de Elío el 25 de mayo de 1814, tras un intenso bombardeo que asoló todo el caserío.

Durante el xix y principios del xx, las principales actividades económicas de la ciudad fueron la agricultura y la pesca. Destacó la producción de vino, muy apreciado y exportado a través del cercano puerto de Benicarló. Tras la epidemia de la filoxera, los cultivos de secano locales se centraron en el algarrobo, el olivo y el almendro.


En 1922 se finalizó la construcción del puerto pesquero, infraestructura muy reclamada por el sector debido a la cantidad de muertes que regularmente sucedían entre los pescadores a causa de los temporales.

Tras la Guerra Civil, que en Peñíscola causó numerosos estragos, se fue popularizando una nueva actividad económica que había empezado tímidamente a principios de siglo, el turismo. El punto de inflexión resultó el rodaje de dos películas, Calabuch (1956, Luis García Berlanga) y la superproducción El Cid (1962, Anthony Mann), que dieron a conocer la ciudad.

En la actualidad el sector turístico representa el principal motor económico de la ciudad, y supone una transformación permanente de la misma. 

Castillo Templario de Peñiscola

La actual localidad castellonense de Peñíscola, que estaba en poder de los árabes desde el año 718, pasó mediante pacto a poder del rey Jaime I en 1233. Con posterioridad, y tras diversas y complicadas vicisitudes, pasó por permuta a la Orden del Temple, durante el reinado de Jaime II de Aragón.

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Castillo Templario de Peñiscola, Castellón


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