lunes, 11 de noviembre de 2019

Amuletos Toledanos

Amuletos lunares

Amuleto, procede del latín amuletum, y se traduce por "transportar". 

Se considera cualquier cosa que propicia el bien como medida preventiva contra el mal, el daño, la enfermedad, la brujería etc. 

Es a la vez un adorno al que se le supone dotado de un poder sobrenatural para apaciguar a los espíritus o influencias negativas. 

Amuleto lunar de Valdeverdeja. Museo del Traje. Madrid

Se trata de objetos generalmente portátiles que, en ocasiones, sirven para ser portados en el propio cuerpo o colgados en puertas, ventanas o tejados. 

Son los niños los seres más vulnerables y por ello son más necesitados de cuidados y de protectores. 

Un hecho significativo era el recelo que tenían las madres de sacar a sus hijos recién nacidos, por miedo a que enfermaran o por miedo al mal de ojo. Por ello, cuando los niños salían fuera de la casa, iban rodeados de amuletos. 

TIMÓN TIEMBLO, M. Pía. La infancia en Época de Don Quijote: males y elementos protectores, Ministerio de Cultura, disponible en Word Wide Web>http://www.museo-casa-natal-cervantes.org/files/444.pdf




En la Revista de dialectología y tradiciones populares, 1965, volumen 21, pág.143 a 163, escribió un artículo interesante José Ramón y Fernández Oxea titulado "Amuletos lunares toledanos", que trata sobre unos adornos de cuello o de cintura que se ponía antaño a los recién nacidos para evitar que "los cogiera la luna" según la creencia. La revista me resulta difícil de encontrar pero hay algo de información en Internet que nos aporta una visión aceptable sobre estos objetos y su función. 

En primer lugar, este esquema, que resume las formas que adquieren los amuletos en el oeste de la provincia. Entre ellos se encuentran varios de Sevilleja:

La descripción nos la proporciona el autor del artículo: 
"Los amuletos más simples tienen forma de media luna provista de un agujerito, por el que pasa la cinta o cordón que sirven para sujetarlo al cuello o a la faja del niño.

 El número 1 procede de Sevilleja de la Jara y mide 3,50 cm por 3,3 cm. Del mismo lugar es el número 2, al que ya se le ha puesto un remate cuadrado para incluir en él el agujero de suspensión."
El quinto amuleto procede también de Sevilleja, "unido a un cuernecito de marfil engastado en plata, metal que también tiene virtudes profilácticas."

Además el autor percibe una evolución desde la primera forma, la más tosca, a las más elaboradas presentes en Lagartera.

A la media luna primitiva se le fue uniendo una cruz, "como elemento decorativo al principio y abiertamente después en una curiosa simbiosis cristiano-pagana."


"Amuleto de Lagartera, fabricado por un herrero local en chapa de hierro, recortada, calada y decorada, con un punteado a punzón, de cuyo centro pende una higa, que también es amuleto.

Amuleto de Lagartera. Museo del Traje. Madrid

Para que tengan la virtud que se les atribuye hay que empezarlos a trabajar el Miércoles de Ceniza y seguir la tarea durante todos los viernes hasta el último cuaresmal, en cuya fecha se debe estar terminado para ponerlo en el monumento de Jueves Santo y retirarlo el viernes cuando este se deshace.

Estos amuletos se hacían también de plata, aprovechando, a veces, medallas religiosas, rara vez de oro, y madera trabajados a navaja. 

Se colgaban del cuello o de la cintura de los niños, como puede verse en los retratos de los infantes de la Casa de Austria, presentes en el Museo del Prado."

La creencia popular sobre la media luna: 

Otros objetos realizados en plata son los crecientes lunares. 

Era frecuente la media luna calada con una cuadrifolia de adorno, símbolo mariano también llamado Rosa de Jericó. 

Sobre esta flor existe una leyenda de la Virgen que se asocia en el folclore español al alumbramiento. 

Por lo tanto, las medias lunas no solo han servido como amuleto contra el alunamiento, sino que además, han sido utilizadas para conseguir un buen parto y una buena lactancia.

 En algunas áreas de Toledo hasta la década de los años sesenta, se colocaba una media luna de hoja de lata en el pañalito de los niños para prevenirle de las irritaciones de la piel. TIMÓN TIEMBLO, M. Pía,

La infancia en Época de Don Quijote: males y elementos protectores, Ministerio de Cultura.

Tía Ángeles 2013

Otro de los adornos femeninos son los pendientes de media luna ("de herradura") que todavía llevan las toledanas, sobre todo las de mayor edad, como puede verse en la foto de al lado.




"El influjo lunar es considerado peligroso, y a los niños recién nacidos se procura guardarlos de la exposición directa de la luna, cerrando las ventanas e incluso no colgando sus pañales al sereno cuando hay luna. 

La luna daña tanto al niño como a la madre lactante, por eso los niños y las mujeres han solido rodearse de medias lunas contra su poderoso influjo; aunque los crecientes lunares tienen además otros fines profilácticos.

 La luna, como reina de la noche, se identifica, con lo oculto, con la mujer, con lo negativo." 

ALARCÓN ROMÁN, Concepción, Catálogo de amuletos del Museo del Pueblo Español, disponible en Word Wide Web  


Labor de ganchillo y pendientes de herradura


Media luna en todo su esplendor


Picaporte con formas fálicas y semilunares (C/Sevilleja, La Nava) y decoración geométrica. La puerta de entrada es el mejor lugar para poner amuletos de protección a la casa.


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