martes, 14 de mayo de 2019

El Rey Egica y el XVII Concilio de Toledo

La monarquía visigoda , en el S VII d. e. c., reinando en Toledo el Rey Egica, convoca un concilio para destruir a los judíos con una serie de terribles ordenanzas. 

 Lo que no te cuentan en clase de Historia.

Hijo de Ariberga, y cuñado del rey Wamba, Egica se casó con Cixilo, hija del sucesor de su cuñado, y así -al morir su suegro, Erwig- fue coronado en Toledo como rey visigodo en el año de 687. (Habían venido a Hispania desde Germania en el 414) 


Tres años después de haber sido Egica coronado, en el marco ddel XVIº Concilio de Toledo, decretó una ordenanza por la cual el obispo de Toledo, Sisiberto, acusado de querer asesinarle y liderar una revuelta anti-monárquica, sería depuesto de sus cargos episcopales, con sus bienes expropiados, desterrado ad aeternum, y sus colaboradores en el complot para el magnicidio, vendidos como esclavos.

Pero el concilio aquel no era suficiente y convocó otro -en la iglesia de Santa Leocadia para el 9 de noviembre del año 694.

Su objetivo, en esta ocasión, decretar las más estrictas disposiciones reales contra los judíos (que no eran cosa nueva, pues aunque en la etapa arriana de los godos ya hubo disposiciones -pero no cumplidas- desde la conversión de Recaredo al catolicismo hubo monarcas muy crueles con los judíos: Sisebuto (612-621); Recesvinto (649-672)

¿El motivo del Concilio de Egica ? 

 La injustificada existencia de un presunto complot judío contra los reyes de todo el orbe. 

Incluso aseguraba -sin más prueba que la neurastenia- que algunos hebreos ya se habían levantado en armas y habían acordado con los judíos de Africa convertir España en un estado hebreo bajo la ley mosaica..

Y para reforzar sus argumentos en el concilio decía que algunos judíos conversos, bajo tortura, habían confesado todo ese complot. 

Y por si cupiere alguna duda decía que él era benévolo con los judíos: la prueba estaba en que les permitía conservar a sus esclavos cristianos si ellos se convertían al cristianismo. 

Pero que a los falsos conversos los convertiría él mismo en esclavos (excepto en la Narbonense, donde la población había menguado mucho por el cólera. 

Allí sólo tendrían que entregar sus propiedades al duque)

Sta Leocadia, sede del Concilio XVIIº de Toledo

Los obispos convocados -desconocemos el número y los nombres- asintieron por la cuenta que les traía a todo lo que decía el déspota. 

Y en nombre del rey ordenaron el expolio general y la venta como esclavos (incluyendo mujeres y niños) 

Además, quedaba prohibida su manumisión (declararlos libertos por los servicios prestados) y por supuesto prohibirles la práctica del judaísmo. 

 Los esclavos cristianos de los judíos ahora serían los seño

res de los judíos esclavos si pagaban la misma cantidad de impuestos que pagaban los israelitas.

Y por si fuera poco, se les quitaba la custodia de sus hijos, para que fueran educados en verdaderas familias cristianas.

Por si fuera poco, como intuyendo el papel que dejaría en la historia, se declaraba el anatema (la excomunión) para todo el que , muerto el rey, ofendiese a su esposa y a sus hijos, ordenando que todas las misas catedralicias fueran dadas a su nombre excepto en Viernes Santo.


Murió en su cama en algún momento entre los años 701 y 703, pasando la corona a su hijo Witiza. 

Tenía otro hijo, bastardo, Don Oppas, a quien colocó como obispo de Sevilla. Cuando en 711 comenzó la invasión musulmana de Hispania, Oppas se unió a los moros en su lucha contra el rey d. Rodrigo, derrotado en la Batalla de Guadalete (entre el 19 y 26 de julio de 711)

© פדרו הוארגו

© Foto principal: Egica, Carlos María Esquivel y Rivas, Museo del Prado


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