Este motivo geométrico se documenta, sobre todo, en el sur de la península. Es posible que este motivo proceda del norte de África (Villalón, 1985: 342). Símbolo de victoria. La primitiva iglesia la adoptó para expresar el triunfo del cristiano sobre la muerte por la resurrección. Suele aparecer acompañada del monograma constantiniano, en este caso significa que toda victoria del cristiano sobre sus enemigos se debe a este nombre y a este signo.
A partir de la Edad Media la palma se empleó como símbolo de martirio (Martigny, 1894: 614-615). Para Cirlot es también emblema de la victoria (1985: 353). Línea ondulante o Zig-zag.
Se trata de una decoración muy común en cualquier arte geométrico. Villalón lo relaciona con el arte geométrico de Tripolitania (Argelia) desarrollado entre los siglos V y VI d.C. y dispersa su aparición en toda España.
Rosetas.
Aparecen representadas de dos formas: a) Roseta de cuatro pétalos lanceolados radiales. Esta figuración está relaóonada con las combinaciones geométricas a compás tan frecuentemente utilizadas en las composiciones ornamentales romanas, sobre todo en la musivaria;
b) Roseta de ocho pétalos. Procede de composiciones inspiradas en los esquemas musivarios.
Se trata de un emblema símbolo ligado desde la más remota antigüedad a concepciones cósmicas y religiosas.
Es uno de los signos que más dominio ha tenido en la historia de la representación geométrica (Cruz Villaló, 1985: 318-320). Tanto las rosetas como las estrellas son formas de representación que pertenecen a la categoría de los signos centrados, están trazados en tomo a un punto central desde el que irradian sus partes componentes y del que equidistan las mismas al encontrarse la mayor parte de las veces inscritos en círculos.
Existe una asociación simbólica con las ideas del equilibrio que se identifica con la armonía y el justo medio, equivalentes a la justicia y con las ideas del principio y fin de todas las cosas, imagen de la unidad primordial y en sentido inverso, es el centro al que han de retornar todas las cosas que han salido de él.
Ambos signos geométricos aluden a la divinidad de modo abstracto (Cruz VilJalón, 1985: 325-326).
El caso de las rosetas de cuatro pétalos lanceolados puede simular la representación de estrellas, estos signo debieron llevar implícito un simbolismo semejante al de Cristo o el Crismen .
Las estrellas pueden ser símbolos de la divinidad, de la eternidad del Salvador; indican al soberano dominio que su padre le ha dado en los cielos, así como también el reino eterno que ha conquistado él mismo por su pas1on sobre el género humano (Martigny, 1894: 300).
Para Cirlot como fulgor en la oscuridad, es símbolo del espíritu.
Siguiendo a Bayley la estrella tiene muy pocas veces sentido singular y aparece casi siempre bajo el aspecto de multiplicidad.
Simboliza entonces el ejército espiritual luchando contra las tinieblas. Cree que su significado dependerá de su forma, número de puntas, disposición y color (1985: 199). Globo, punto o Perla.
El punto para Cirlot es en origen centro. Principio de la manifestación y de la emanación (1985: 377), la perla ha sido asimilada al alma humana (Cirlot, 1985: 358).
Motivos Vegetales.
La flor es al mismo tiempo causa y efecto, la culminación y el comienzo, lo engendrado de la planta y el engendrador de la semilla de la que crece la planta. Su forma, el cáliz, la vincula física y etimológicamente con el cáliz de la liturgia.
La flor con frecuencia es el símbolo de la Virgen María (Baldock, 1992: 124). Triángulos. Imagen geométrica del ternario, equivale en el simbolismo de los números al tres. En su posición normal , con el vértice hacia arriba también simboliza el fuego y el impulso ascendente de todo hacia la unidad superior, desde lo extenso (base) a lo intenso (vértice), imagen o punto irradiante.
El triángulo invertido es un símbolo complejo y ambiguo. Signo del agua, expresa la involución por la dirección hacia abajo de su punta (fuerza) (Cirlot, 1985: 448). En la iconografía moderna son considerados como símbolo de la trinidad (Martigny, 1984: 819).
Cruz.
En el complejo simbolismo de la cruz, que no niega ni sustituye, sino ratifica su sentido histórico en la realidad del cristianismo, entran dos factores esenciales: el de la cruz propiamente dicha y el de la crucifixión. La cruz se ofrece como una incursión del árbol de la vida paradisiaco.
León.
Desde la antigüedad el león ha simbolizado para los seres humanos al rey de los animales. Se creía que su naturaleza tenía una afinidad esencial con el fuego; que de sus ojos irradiaba el fuego del sol con una fuerza en cierto modo animal. La figura del león se ponía en las puertas de los templos paganos antiguos y en los tronos reales, como señal de poder y vigilancia.
También el león representaba en algunas ocasiones poderes catastróficos. En la Biblia la imagen del león aparece con los significados positivos y negativos. En la antigüedad decían que el león mientras dormía vigilaba (de ahí la figura del león en las puertas y en los llamadores de las puertas).
Durante la Edad Media, para explicar el simbolismo del león, se decía que las leonas parían a su cachorro muerto, pero que su padre lo despertaba al tercer día con su ali ento, como también Jesucristo fue despertado de entre los muertos.
Suele tener una simbología positiva, siendo identificado con Cristo, "León de Judá" . El león es una animal que devora pero al que se le atribuye la cualidad de regenerar al hombre, capacitándolo para una nueva vida , porque confiere a su víctima algo de su propia potencia vital, realizando en ella una verdadera metamorfosis, por eso es símbolo de resurrección.
Elementos serpentiformes.
La serpiente tanto en la escena del Génesis como en la iconografía mariana en general representa el demonio, enemigo de dios y de la salvación de los hombres.
Puede ser la representación del pecado original. Uno de los serpentiformes parece representar una bola o esfera en la boca, lo que puede hacer alusión a la bestia de siete cabezas del Apocalipsis, que según los bestiarios, se consideraba que era producido por la baba de la serpiente.
Columna o pilar.
En muchas tradiciones la columna o el pilar pertenecen al grupo cósmico del eje del mundo (árbol, escala, mástil y cruz). Ambos elementos unen y separan simultáneamente el cielo y la tierra.
Cuando los israelitas salieron de Egipto para dirigirse a la tierra prometida
« ... el Señor iba delante de ellos de día en columna de humo para guiarles el camino y de noche en columna de fuego para alumbrarles, de manera que pudieran viajar de día y de noche» (Éxodo 13:21-22); " ... Salomón levantó dos columnas de bronce en la entrada al vestíbulo del templo" (I Reyes 7:15-22).
Dos columnas o pilares delimitando la entrada o acceso al santuario representan un estado de dualidad que se resuelve con el camino entre ambas que conduce a una nueva idea (Baldock, 1992: 139).
En los monumentos cristianos se emplea ordinariamente la columna aislada como símbolo de la Iglesia.
Para Cirlot en las alegorías y símbolos gráficos casi nunca aparece una columna sola, sino que son dos. Cuando están colocadas a los lados de un escudo equivalen a los tenentes (fuerzas contrarias en equilibrio tenso).
Lo mismo si sostienen un dintel. Los dos pilares o columnas simbolizan cósmicamente la eterna estabilidad, su hueco, la entrada a la eternidad. Aluden también al templo de Salomón (imagen de la construcción absoluta y esencial).
Recoge la idea expresada por Saunier y considera que las dos columnas que se alzan a la entrada de los templos expresan las ideas de evolución e involución, el bien y el mal.
En algunas ocasiones esta dualidad se marcaba físicamente con la distinta naturaleza del material; según las leyendas, en el templo de Hercules en Tiro una de las columnas era de oro y la otra de piedra semipreciosa. En la tradición hebrea las dos columnas se denominan de la Misericordia y del Rigor (1985: 141).
Para R. Barroso y J. Morín de Pablos (1995: 9) la representación de la columna está ligada al crismón y a la cruz. Especifican que el tema de la "columna universal" gozó de cierta fama dentro del mundo visigodo.
A través de ella se puede observar el proceso de progresiva esquematización del árbol de la vida y su transformación en pilar, siendo interpretado como un paso de Jo concreto a lo abstracto.
La columna se ha representado con sus tres partes esenciales (basa, fuste y capitel), con ciertas semejanzas a las columnas de época Visigoda, muy habituales en la escultura de Mérida y Toledo (Villalón, 1985: 177 y ss.).
Venera.
Probablemente representada de modo esquemático en el elemento trilobulado. Símbolo referente a la vida eterna y felicidad celestial , símbolo de la resurrección.
La concha es la tumba, una morada momentánea que el hombre debe abandonar un día. La membrana con la que el molusco cierra su entrada en el invierno y que no rompe hasta la primavera representa la tapa del ataúd que debe ser levantada el dfa de la resurrección. En los sepulcros cristianos se observa con frecuencia la presencia de conchas marinas enteras o rotas fijadas en el exterior de los loculi
Alberto Moraleda Olivares
Sergio de la Llave Muñoz
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