martes, 16 de octubre de 2018

El Crómlech de Totanés.

La disposición circular de las rocas no es el único factor que sustenta la construcción del crómlech por parte del hombre. 

Las alineaciones de varias rocas con respecto a la salida y puesta de Sol en el equinoccio son argumentos que apoyan no solo la construcción humana sino también el conocimiento de los movimientos celestes. 

También se están confirmando alineaciones con respecto a los solsticios, lo que indicaría que este crómlech pudo haber sido usado como calendario.


De ser así, esta estructura pudo ser utilizada para conocer fechas clave en la vida de nuestros ancestros sedentarios. El periodo de siembra o la proximidad de las épocas fría, cálida o lluviosa son algunos ejemplos. 

Y por qué no, en base a estas fechas comenzar a celebrar sus primeras festividades. De este modo utilizarían el crómlech como lugar de culto por ser la herramienta que les indicaba cuándo tenían lugar sus momentos destacados.

Si el crómlech fue un lugar de culto es algo que también se va a analizar. Para ello, el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-CSIC) rastreará el interior de la estructura y sus alrededores con un magnetómetro en busca de objetos elaborados por el hombre. 


Por medio de excavaciones también se analizará el subsuelo buscando restos de cenizas humanas, restos de fauna, madera quemada o semillas. Su detección confirmaría que el crómlech era un lugar de culto funerario, ofrendas o ambos. 

En las excavaciones también se analizarán pólenes para vincular el crómlech a la vegetación que poblaba la zona en tiempos en los que se le daba uso a esta estructura megalítica.

En la península no se conoce un gran número de este tipo de construcciones. La más conocida seguramente sea el crómlech de los Almendros, situado en Évora (Portugal). Presenta una gran envergadura y una gran complejidad debida a sus varias fases de construcción desde inicios del Neolítico.

 Otro de los más conocidos es el crómlech de Oianleku, en Guipúzcoa, de menor envergadura y más tardío que el de Évora. Además, existe el fenómeno de los crómlech pirenaicos, que se sitúan fundamentalmente en el Pirineo central y occidental. Estos son más tardíos incluso ya que se han datado sobre la Edad del Hierro (primer milenio a. C.).





En la guía mágica. Montes de Toledo tendremos muchas sorpresas… y es que hay cosas que parecían algo y en realidad SON. jajajajajaja a pocos kms de mi pueblo… por donde paseo con la bici…. y… hay muchas más curiosidades, esto es solo el principio. Os lo aseguro.



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