Tampoco es de olvidar el refrán “Pescador de rio y molinero de viento, mala olla y peor testamento”, que hacía referencia a las ocupaciones que dejaban poco dinero.
Una misericordia bastante dañada presenta a un pastor sentado tocando la gaita o una cornamusa frente a unas rocas por donde las ovejas pacen.
Isabel Mateo señala que algunos “emblemas” de la época simbolizaban con escenas similares a “aquellos que, lejos de dejarse arrastrar por la ambición, eligen la vida pacífica y humilde”.
También podría escenificar tan sólo una escena de la vida diaria en el campo.
Isabel Mateo señala que algunos “emblemas” de la época simbolizaban con escenas similares a “aquellos que, lejos de dejarse arrastrar por la ambición, eligen la vida pacífica y humilde”.
También podría escenificar tan sólo una escena de la vida diaria en el campo.
A veces el estado en que han llegado hasta nuestros días algunas misericordias hacen difícil esclarecer su significado.
Es el caso de una talla en la que para Elaine C. Block un monje arrodillado levanta su vista y pudo haber tenido algo entre sus manos, y en la que Isabel Mateo paree entrever la parte inferior de una espada.
No siempre es el estado de la misericordia lo que hace difícil comprender el significado de la escena representada; el paso de los años con sus cambios culturales complican también su interpretación.
Así, en una de ellas figura una escena en la que hay dos hombres vestidos con chaquetas cortas con los brazos en alto y los codos doblados, y entre ellos aparece otro hombre con abrigo largo como indumentaria, las manos entrelazadas y en una ubicación que parece indicarnos que hace de árbitro.
En un primer momento la escena nos lleva a pensar en una representación de algún tipo de pelea con los puños, pero en la época en que se realiza la sillería si bien la lucha presentó gran importancia solía ser más del tipo de lucha greco-romana y en las representaciones los hombres suelen aparecer con vestiduras de medio cuerpo o desnudos.
No obstante el Padre Juan de Mariana en su “Tratado contra los juegos públicos” menciona a “los que apuñeándose, tirando o saltando contendían”; extraigo por eso una imagen del manuscrito MS 404 de la Beinecke Library (universidad de Yale) que no difiere en demasía de la imagen de la misericordia de Talavera.
Dos estalos de la sillería presentan en sus misericordias escudos sin talla alguna y adornados con vegetación; uno de ellos figura como colgado de un gancho.
Para Isabel Mateo son temas decorativos tan sólo; no obstante suele considerarse a veces que podían aludir a apellidos de personas o a caracteres personales de algunas de las personas que utilizaban las sillas del coro.
Si bien no debió ser muy habitual, los escudos que ahora vemos en blanco en las misericordias de los estalos de Talavera pudieron haber llevado alguna pintura o decoración alusiva al “poseedor” de la silla.
Así, existe una única misericordia en la sillería que aparece policromada; responde a una iconografía bastante habitual en el arte románico y en el gótico que suele conocerse como “Green Man”.
Es una cabeza “pagana”, policromada en forma realista, de cuya boca emerge el follaje que llega a cubrir la parte superior de la cabeza:
No obstante el estilo un tanto diferente del de las otras tallas lleva a pensar que no perteneció a la sillería en sus orígenes.
Así, existe una única misericordia en la sillería que aparece policromada; responde a una iconografía bastante habitual en el arte románico y en el gótico que suele conocerse como “Green Man”.
Es una cabeza “pagana”, policromada en forma realista, de cuya boca emerge el follaje que llega a cubrir la parte superior de la cabeza:
No obstante el estilo un tanto diferente del de las otras tallas lleva a pensar que no perteneció a la sillería en sus orígenes.
La sillería de Talavera conserva tan sólo 25 estalos de los originales de la Colegiata, adaptados en su disposición al lugar que ahora ocupan.
Están complementados por una serie de sillas bajas de estilo moderno como consecuencia de las necesidades de las religiosas que afortunadamente utilizan el coro.
Están complementados por una serie de sillas bajas de estilo moderno como consecuencia de las necesidades de las religiosas que afortunadamente utilizan el coro.
La estructura de los estalos está constituida por un dosel corrido que apoya en sencillas columnas que arrancan de los brazales que delimitan las sillas y coronan en pequeños capiteles.
Su crestería, esta adornada por los correspondientes arcos a imitación de los claustros góticos de la época –en este caso arcos florenzados que cobijan otros arcos de variada tipología-, follajes y tracerías caladas propias del siglo XV.
En la base de los pináculos de la crestería que separan cada silla figuran una serie de escudos en cierta manera similares a los que aparecen en dos de las misericordias.
Y las enjutas de los “arcos rectilíneos o angulares” de la crestería están decoradas con una variada fauna de animales fantásticos; desgraciadamente en alguna de las restauraciones de la sillería se pintaron de negro los estalos y los detalles son difíciles de ver.
Y las enjutas de los “arcos rectilíneos o angulares” de la crestería están decoradas con una variada fauna de animales fantásticos; desgraciadamente en alguna de las restauraciones de la sillería se pintaron de negro los estalos y los detalles son difíciles de ver.
Abundan los dragones alados de muy variada iconografía, ofidios de fiero aspecto, animales todos de muy difícil descripción; probablemente estas figuras carezcan de simbolismo y su función tan sólo fuese decorativa.
Por su aspecto, de tener algún simbolismo sería de consideración demoníaca, de perversión o de maldad.
Y, curiosamente, tan sólo uno de estos monstruos es un híbrido antropomorfo con el hábito de clérigo.
-Jurgis Baltrusaitis, “La Edad Media fantástica”, Madrid 1994.
-Elaine C. Block, “Corpus of medieval misericords”, Turnhout (Bélgica) 2004.
-Juan Gabriel López Guix, “Y cantarán las sirenas en aquellos lugares”, C.V.C. 2012.
-Michael Camille, “Image dans les marges. Aux limites de l’art médiéval”, Paris 1997.
-Ignacio Malaxecheverría (ed.), “Bestiario Medieval”, Madrid 1989.
-Isabel Mateo Gómez, “Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro”, Madrid 1979.
-Dorothy y Henry Kraus, "Las sillerías góticas españolas", Madrid 1984.
-Fernán Pérez de Guzmán, “Las setecientas…” (ed.impresa), Sevilla 1506 [en BNE].
-Louis Réau, “Iconografía del arte cristiano. Introducción general”, Barcelona 2008.
-Laura Rodríguez Peinado, “Las Sirenas”, U.C.M., Madrid 2009.
-Noelia Silva Santa-Cruz, “El grifo”, UCM Madrid 2012.
NOTAS.
-Existe una misericordia realizada no hace muchos años, que no se ha considerado en el texto anterior.
Corresponde a una iconografía conocida como “Corazón agustiniano”.
El anagrama tallado está compuesto por un corazón llameante atravesado por una flecha y asentado sobre las páginas de un libro abierto: es el elemento identificativo de la Orden agustiniana.
Corresponde a una iconografía conocida como “Corazón agustiniano”.
El anagrama tallado está compuesto por un corazón llameante atravesado por una flecha y asentado sobre las páginas de un libro abierto: es el elemento identificativo de la Orden agustiniana.
-Isabel Mateo cita en su libro otras dos misericordias que actualmente no existen en la sillería: en una de ellas de ellas se representaría a un “bufón” o “loco” –la historiadora la menciona al tratar de “los locos” como representación de todos los vicios-, y en la otra a algún bebedor abrazado al pellejo de vino.
Desconozco si fue alguna confusión de la historiadora o si realmente se ha producida su pérdida en años posteriores a 1979, o las dos cosas.
Desconozco si fue alguna confusión de la historiadora o si realmente se ha producida su pérdida en años posteriores a 1979, o las dos cosas.
-Calambur: juego de palabras que consiste en modificar el significado de una palabra agrupando de distinta forma sus sílabas.
-El manuscrito Beinecke Ms 404 es accesible por internet en la web de la Universidad de Yale (USA).
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Mi agradecimiento a las religiosas de la Orden Agustinas de San Ildefonso que me atendieron cuando mi visita a la capilla donde se conserva la sillería de coro. Y no tan sólo por su amabilidad sino por el “mimo” con el que cuidan la sillería; todo un ejemplo.
Mi agradecimiento a las religiosas de la Orden Agustinas de San Ildefonso que me atendieron cuando mi visita a la capilla donde se conserva la sillería de coro. Y no tan sólo por su amabilidad sino por el “mimo” con el que cuidan la sillería; todo un ejemplo.
Publicado por Luis Planas Duro en 6:30
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