Con éste refrendo público el Rey-Emperador ofrecía a Toledo la prueba de la valoración de sus intenciones y propósitos nacionales, así como, a su vez, el reconocimiento de su anterior desconsideración.
Los capítulos principales aprobados en ellas, curiosamente mantienen similares términos y fines de los expresados tanto en las Cortes de Valladolid de 1518, como en las de 1523, como no podía ser menos, constitutivos del programa de reivindicación nacional postulado en su día por Toledo, no sólo respecto al deseado matrimonio que se le pedía, y que en estas Cortes de Toledo se precisó que fuera «con la Y nfanta Doña Isabel, hermana del Rey de Portugal, pues es una de las excelentes personas que oy ay en la christiandad, y más conveniente para poderse efectuar luego el casamiento, y del rrecisbirán estos rreynos syngular merced e beneficio», sino, igualmente en los relativos a que se ratificasen y cumplimentasen los acuerdos de las Cortes anteriores, a saber:
«Que se guarden las leyes e prematicas destos sus rreynos para que los officios, beneficios, encomiendas, gobernaciones, tenencias y embaxadas no se den a personas extranjeras; que'no se den cartas de naturaleza a extranjeros e mande revocar las que tienen dadas; que las ventas de las alcaualas y tercios destos rreynos se den por encabezamientos perpetuos a los pueblos en el precio que estauan antes que se hiciese la puja de Barcelona», etc.
En resumen, como vemos, la confirmación del sentImIento nacional tan celosamente defendido por Toledo, junto al tope de la carga fiscal. La conducta de Toledo, al ser reconocida, motivaría el comienzo del sentimiento hispanizante del Rey-Emperador tras los amargos hechos acaecidos durante el conflicto.
Las Cortes de Toledo de 1525, vinieron, pues, a sellar la definitiva reconciliación del Rey-Emperador no sólo en el orden oficial, sino, es más, en el intimo, puesto que la recomendación de matrimonio con la Infanta Isabel se realizó casi de inmediato, recibiéndose en Toledo la confirmación del rey de Portugal el 23 de octubre y otorgándose las capitulaciones matrimoniales al día siguiente, saliendo de Toledo el duque de Calabria el 2 de enero de 1526, en nombre del Emperador, a los límites de Portugal para recibir a la futura Reina cuya ceremonia oficial de matrimonio tendría lugar en Sevilla el 11 de marzo.
Sus sucesivas y posteriores estancias en Toledo y provincia, en 1526, 1528, 1529, 1534, 1538, 1539 Y 1542, cuyos itinerarios y estancias pormenorizamos en el anexo documental, dentro de la alternancia que debía realizar para la gobernación de sus dilatados dominios, constituyen clara demostración de su aprecio a la Ciudad.
La Reina-Emperatriz Isabel mantendría mayoritariamente su estancia en Toledo como Regente, durante las ausencias de su marido, tras los poderes otorgados y recibidos en nuestra Ciudad el 8 de marzo de 1529, alternando su residencia entre los Palacios del Conde de Melito, en cuyo edificio posteriormente el cardenal Siliceo erigió el Colegio de Doncellas Nobles, y el de los Ayalas en Fuensalida, así como en el Alcázar cuando las obras permitieron una digna estancia, muriendo, como todos sabemos, en el Palacio de Fuensalida como consecuencia del parto del séptimo de sus hijos el 1 de mayo de 1539 a los 38 años de edad, recluyéndose el Emperador en el Monasterio de la Sislas velando su propio dolor, desde el 12 de mayo al 26 de junio. Si Toledo inició su protesta, conoclO, igualmente su reconocimiento y reconciliación.
Hoy día, al conmemorarse el 500 aniversario de su nacimiento de manera tan significativa en nuestra ciudad, desde aquí, volvemos a pronunciar con orgullo, parodiando sus palabras iniciales en las Cortes de 1525 «Sepades que lo hacemos desde la muy noble e muy leal e insigne cibdad de Toledo».
«Que se guarden las leyes e prematicas destos sus rreynos para que los officios, beneficios, encomiendas, gobernaciones, tenencias y embaxadas no se den a personas extranjeras; que'no se den cartas de naturaleza a extranjeros e mande revocar las que tienen dadas; que las ventas de las alcaualas y tercios destos rreynos se den por encabezamientos perpetuos a los pueblos en el precio que estauan antes que se hiciese la puja de Barcelona», etc.
En resumen, como vemos, la confirmación del sentImIento nacional tan celosamente defendido por Toledo, junto al tope de la carga fiscal. La conducta de Toledo, al ser reconocida, motivaría el comienzo del sentimiento hispanizante del Rey-Emperador tras los amargos hechos acaecidos durante el conflicto.
Las Cortes de Toledo de 1525, vinieron, pues, a sellar la definitiva reconciliación del Rey-Emperador no sólo en el orden oficial, sino, es más, en el intimo, puesto que la recomendación de matrimonio con la Infanta Isabel se realizó casi de inmediato, recibiéndose en Toledo la confirmación del rey de Portugal el 23 de octubre y otorgándose las capitulaciones matrimoniales al día siguiente, saliendo de Toledo el duque de Calabria el 2 de enero de 1526, en nombre del Emperador, a los límites de Portugal para recibir a la futura Reina cuya ceremonia oficial de matrimonio tendría lugar en Sevilla el 11 de marzo.
Sus sucesivas y posteriores estancias en Toledo y provincia, en 1526, 1528, 1529, 1534, 1538, 1539 Y 1542, cuyos itinerarios y estancias pormenorizamos en el anexo documental, dentro de la alternancia que debía realizar para la gobernación de sus dilatados dominios, constituyen clara demostración de su aprecio a la Ciudad.
La Reina-Emperatriz Isabel mantendría mayoritariamente su estancia en Toledo como Regente, durante las ausencias de su marido, tras los poderes otorgados y recibidos en nuestra Ciudad el 8 de marzo de 1529, alternando su residencia entre los Palacios del Conde de Melito, en cuyo edificio posteriormente el cardenal Siliceo erigió el Colegio de Doncellas Nobles, y el de los Ayalas en Fuensalida, así como en el Alcázar cuando las obras permitieron una digna estancia, muriendo, como todos sabemos, en el Palacio de Fuensalida como consecuencia del parto del séptimo de sus hijos el 1 de mayo de 1539 a los 38 años de edad, recluyéndose el Emperador en el Monasterio de la Sislas velando su propio dolor, desde el 12 de mayo al 26 de junio. Si Toledo inició su protesta, conoclO, igualmente su reconocimiento y reconciliación.
Hoy día, al conmemorarse el 500 aniversario de su nacimiento de manera tan significativa en nuestra ciudad, desde aquí, volvemos a pronunciar con orgullo, parodiando sus palabras iniciales en las Cortes de 1525 «Sepades que lo hacemos desde la muy noble e muy leal e insigne cibdad de Toledo».
Las estancias e itinerarios toledanos del Rey-Emperador Carlos
Uno de los capítulos hasta el presente menos conocido, dentro del conjunto de hechos acaecidos en nuestra Ciudad, es, sin duda alguna, el de los viajes y estancias del Rey-Emperador Carlos en tierras toledanas.
Las referencias generales que los diversos autores han venido proporcionándonos, se han limitado a señalar los años de sus venidas, los más exactos, pero en ningún momento han llegado a particularizar exhaustivamente tanto los diferentes lugares visitados como el tiempo de su permanencia en los mismos.
Este hecho, tal vez, derivado del desconocimiento general que se tenía respecto al conjunto de los mismos a lo largo y ancho de sus dilatados dominios, venía constituyendo en verdadero vacío en el conocimiento concreto de su quehacer tanto en nuestra Ciudad como de la provincia.
La inverosímil actividad VIajera del Rey-Emperador Carlos, derivada lógicamente de su necesaria presencia en los diversos territorios de la Corona así como por la serie de luchas y conflictos a los que tuvo que hacer frente, la tenemos reflejada en d Discurso de su abdicación del 25 de octubre de 1555 a favor de su hijo Felipe 11 en la gran sala del Castillo de Bruselas, al decir:
«Nueve veces fui a Alemania la Alta; seis he pasado en España; siete en Italia; diez he venido aquÍ, a Flandes; cuatro en tiempos de paz y de guerra he entrado en Francia; dos en Inglaterra; otras dos fui contra Africa, las cuales todas son cuarenta, sin otros caminos de menos cuenta que por visitar mis tierras tengo hechos. y para esto he navegado ocho veces el Mar Mediterráneo, y tres el Océano de España y agora será la cuarta que volveré a pasarla para sepultarme, por manera de doce veces he padecido las molestias y trabajos de la mar.
Y no cuento con éstas, las jornadas que hize por Francia a éstas partes, no por alguna ocasión ligera, sino muy grave, como todos sabéis».
Las referencias generales que los diversos autores han venido proporcionándonos, se han limitado a señalar los años de sus venidas, los más exactos, pero en ningún momento han llegado a particularizar exhaustivamente tanto los diferentes lugares visitados como el tiempo de su permanencia en los mismos.
Este hecho, tal vez, derivado del desconocimiento general que se tenía respecto al conjunto de los mismos a lo largo y ancho de sus dilatados dominios, venía constituyendo en verdadero vacío en el conocimiento concreto de su quehacer tanto en nuestra Ciudad como de la provincia.
La inverosímil actividad VIajera del Rey-Emperador Carlos, derivada lógicamente de su necesaria presencia en los diversos territorios de la Corona así como por la serie de luchas y conflictos a los que tuvo que hacer frente, la tenemos reflejada en d Discurso de su abdicación del 25 de octubre de 1555 a favor de su hijo Felipe 11 en la gran sala del Castillo de Bruselas, al decir:
«Nueve veces fui a Alemania la Alta; seis he pasado en España; siete en Italia; diez he venido aquÍ, a Flandes; cuatro en tiempos de paz y de guerra he entrado en Francia; dos en Inglaterra; otras dos fui contra Africa, las cuales todas son cuarenta, sin otros caminos de menos cuenta que por visitar mis tierras tengo hechos. y para esto he navegado ocho veces el Mar Mediterráneo, y tres el Océano de España y agora será la cuarta que volveré a pasarla para sepultarme, por manera de doce veces he padecido las molestias y trabajos de la mar.
Y no cuento con éstas, las jornadas que hize por Francia a éstas partes, no por alguna ocasión ligera, sino muy grave, como todos sabéis».
«A ellos habría que añadir los desplazamientos que dentro de los mismos, de cada uno de ellos, constituyen una suma igual o mayor de distancias recorridas; unas veces por mar, otras por tierra, a caballo, en litera, de mulas o de mano, en silla y a pié, según las circunstancias de cada momento y lo que en él se podía aplicar».
Las memorias, cuyos datos se atribuyen al monarca ya sus cronistas, encontradas por el investigador belga Keruyn de Lettenhove en 1860 en la Biblioteca Nacional de París, suscitaron durante bastante tiempo muchas dudas respecto a su autenticidad, si bien han acabado por aceptarse finalmente dado el cotejo llevado a cabo con la serie de noticias parciales contenidos en las diversas obras de sus cronistas.
Hoy en día, debidamente constatadas con los datos de múltiples obras, entre las que destacan las de Andrea Navajero, Antonio Ponz, 1. García Mercadal, José Pedro Villuga, Joseph Vallardi, Jean Van de Nesse, Ghislaine de Boom, Emilio Castelar, Fray Prudencio de Sandoval, Perrenot de Granvelle, Fernández Alvarez, Laurent Vital, Foronda y Aguilera, Peter Rossow, Alfonso de Santa Cruz, Ramón Carande, Alfonso Ulloa, etc., que tan exhaustivamente refiere Vicente de Cadenas y Vicent, máximo especialista nacional en el aspecto genealógico, desde sus trabajos en el Instituto Salazar y Castro e Hidalguía, se aceptan unánimemente.
En cuánto a España se refiere y más particularmente a Toledo, la serie de incidencias y acontecimientos que configuraron su venida y comienzos de reinado como heredero de su abuelo el rey Fernando el Católico tras su muerte acaecida en Madrigalejo el 23 de enero de 1516 con motivo de su exigencia de ser nombrado Rey antes de su venida a España así como el hecho de vivir su madre, la reina Juana, considerada como legítima heredera, determinaron amplia serie de protestas y disturbios culminando en el levantamiento armado de las llamadas Comunidades de Castilla, siendo Toledo la cabeza inicial del mismo y su postrer reducto, por lo que, el Rey-Emperador dilató su visita a Toledo hasta el 27 de abril de 1525, una vez transcurridos nada menos que ocho años desde su entrada en España el 17 de abril de 1517, sellando su definitiva reconciliación con la Ciudad con la celebración de Cortes en la misma iniciadas elide junio y rubricadas el 7 de agosto de dicho año, independientemente del indulto otorgado en su nombre por los Virreyes-Gobernadores del 28 de octubre de 1521.
Como consecuencia de su definitiva reconciliación con Toledo, una vez superadas las consecuencias de la anterior conducta de la Ciudad en el mencionado conflicto de las Comunidades de Castilla, hemos de partir como punto de arranque para describir sus estancias e itinerarios seguidos de dicho año de 1525, en el que, siguiendo los datos incluidos en las Memorias, llegó a Madrid con la decidida idea de proseguir a Toledo, la noche del 31 de diciembre de 1524 permaneciendo en Madrid hasta el 5 de abril de 1525 en el que emprendió viaje a Toledo.
El Rey-Emperador, dado su deseo de vISltar y orar en el Monasterio de Guadalupe, antes de su ida a Toledo, tomó la dirección por la que actualmente discurre la Carretera de Extremadura, con su primera etapa en Móstoles, siguiendo el itinerario que a continuación se transcribe:
Las memorias, cuyos datos se atribuyen al monarca ya sus cronistas, encontradas por el investigador belga Keruyn de Lettenhove en 1860 en la Biblioteca Nacional de París, suscitaron durante bastante tiempo muchas dudas respecto a su autenticidad, si bien han acabado por aceptarse finalmente dado el cotejo llevado a cabo con la serie de noticias parciales contenidos en las diversas obras de sus cronistas.
Hoy en día, debidamente constatadas con los datos de múltiples obras, entre las que destacan las de Andrea Navajero, Antonio Ponz, 1. García Mercadal, José Pedro Villuga, Joseph Vallardi, Jean Van de Nesse, Ghislaine de Boom, Emilio Castelar, Fray Prudencio de Sandoval, Perrenot de Granvelle, Fernández Alvarez, Laurent Vital, Foronda y Aguilera, Peter Rossow, Alfonso de Santa Cruz, Ramón Carande, Alfonso Ulloa, etc., que tan exhaustivamente refiere Vicente de Cadenas y Vicent, máximo especialista nacional en el aspecto genealógico, desde sus trabajos en el Instituto Salazar y Castro e Hidalguía, se aceptan unánimemente.
En cuánto a España se refiere y más particularmente a Toledo, la serie de incidencias y acontecimientos que configuraron su venida y comienzos de reinado como heredero de su abuelo el rey Fernando el Católico tras su muerte acaecida en Madrigalejo el 23 de enero de 1516 con motivo de su exigencia de ser nombrado Rey antes de su venida a España así como el hecho de vivir su madre, la reina Juana, considerada como legítima heredera, determinaron amplia serie de protestas y disturbios culminando en el levantamiento armado de las llamadas Comunidades de Castilla, siendo Toledo la cabeza inicial del mismo y su postrer reducto, por lo que, el Rey-Emperador dilató su visita a Toledo hasta el 27 de abril de 1525, una vez transcurridos nada menos que ocho años desde su entrada en España el 17 de abril de 1517, sellando su definitiva reconciliación con la Ciudad con la celebración de Cortes en la misma iniciadas elide junio y rubricadas el 7 de agosto de dicho año, independientemente del indulto otorgado en su nombre por los Virreyes-Gobernadores del 28 de octubre de 1521.
Como consecuencia de su definitiva reconciliación con Toledo, una vez superadas las consecuencias de la anterior conducta de la Ciudad en el mencionado conflicto de las Comunidades de Castilla, hemos de partir como punto de arranque para describir sus estancias e itinerarios seguidos de dicho año de 1525, en el que, siguiendo los datos incluidos en las Memorias, llegó a Madrid con la decidida idea de proseguir a Toledo, la noche del 31 de diciembre de 1524 permaneciendo en Madrid hasta el 5 de abril de 1525 en el que emprendió viaje a Toledo.
El Rey-Emperador, dado su deseo de vISltar y orar en el Monasterio de Guadalupe, antes de su ida a Toledo, tomó la dirección por la que actualmente discurre la Carretera de Extremadura, con su primera etapa en Móstoles, siguiendo el itinerario que a continuación se transcribe:
AÑO DE 1525
5 de abril.- de Madrid a Móstoles.
6 de abril.- de Móstoles almuerza en San Silvestre y pernocta en Santa Olalla.
7 de abril.- de Santa Olalla, come en Cazalegas y duerme en Talavera de la Reina.
8 de abril.- de Talavera de la Reina, almuerza en Calera y duerme en Puente del Arzobispo.
9 de abril.- en Puente del Arzobispo.
10 de abril. - de Puente del Arzobispo a Villar del Pedroso.
11 de abril.- de Villar del Pedro so al Hospital del Obispo, donde almorzó, y prosiguiendo llegó a Ntra. Sra. de Guadalupe en donde se alojó.
12 al 17 de abril.- en Ntra. Sra. de Guadalupe.
18 de abril.- de Guadalupe a Navalvillar de lbor, donde durmió.
19 de abril.- de Navalvillar de Ibor, almuerza en San Román y duerme en Valdelacasa.
20 de abril.- de Valdelacasa a Oropesa, donde durmió.
21 de abril. - en Oropesa.
22 de abril.- de Oropesa a Talavera de la Reina.
23 de abril.- en Talavera de la Reina.
24 de abril.- de Talavera de la Reina a Cebolla, donde comió, y durmió en Torrijos.
25 de abril.- de Torrijos a Olías.
26 de abril.- en Olías.
27 de abril.- de Olías a Toledo, en donde hizo su entrada y durmió.
28 de abril al 27 de agosto.- en Toledo.
28 de agosto.- de Toledo, almuerza en Castillejo y pernocta en Aranjuez.
28 de agosto al 20 de septiembre.- en otras provincias.
20 de septiembre. - de Getafe, almorzó en Yuncos y pernoctó en Toledo.
21 de septiembre al 13 de octubre.- en Toledo.
14 de octubre.- de Toledo a Aranjuez.
17 de octubre.- de Aranjuez a Toledo.
18 de octubre al 5 de noviembre.- en Toledo.
6 de noviembre.- de Toledo a Aranjuez.
8 de noviembre.- de Aranjuez a Toledo.
9 de noviembre a 19 de diciembre.- en Toledo.
20 de diciembre.- de Toledo a Barcilés y pernocta en Aranjuez.
23 de diciembre.- de Aranjuez regresa a Toledo.
24 al 31 de diciembre.- en Toledo.
AÑO DE 1526
1 al 14 de enero.- en Toledo.
15 de enero.- de Toledo almuerza en La Mata y duerme en Talavera de la Reina.
16 de enero.- en Talavera de la Reina.
17 de enero.- de Talavera, almuerza en La Mata y regresa a Toledo.
18 de enero al 11 de febrero.- en Toledo.
12 de febrero.- de Toledo a Illescas, donde duerme.
13 de febrero.- de Illescas a Madrid.
17 de febrero.- de Torrejón a Illescas y regresa a Torrejón.
18 y 19 de febrero. - en Illescas donde se encuentran con Da Leonor y la Reina Germana.
21 de febrero.- de Torrejón a Portillo, donde almuerza, y duerme en Santa Olalla.
22 de febrero.- de Santa Olalla, almuerza en Cazalegas y duerme en Talavera de la Reina.
23 de febrero.- de Talavera a Oropesa, donde duerme.
24 y 25 de febrero.- en Oropesa.
26 de febrero.- de Oropesa a Valparaiso. Desde dicho día no vuelve a tierras toledanas, hasta ... 22 de diciembre.- de Malagón a Yébenes.
23 de diciembre.- de Yébenes a Toledo, donde duermen. (Con la Emperatriz Isabel, tras su casamiento en Sevilla el 11 de marzo).
24 al 28 de diciembre.- en Toledo.
29 de diciembre.- de Toledo, comen en Barcilés y duermen en Aranjuez.
31 de diciembre.- de Aranjuez a Ocaña.
AÑO 1527
1 de enero.- en Ocaña.
2 de enero.- de Ocaña, almuerza en el campo y duerme en Aranjuez Se ausenta el resto del año.
AÑO 1528
15 de octubre.- de Aranjuez a Toledo.
16 de octubre al 23 de diciembre.- en Toledo.
24 de diciembre.- va al Convento de San Jerónimo.
25 de diciembre.- del Convento de San Jerónimo regresa a Toledo.
25 al 31 de diciembre.- en Toledo.
AÑO 1529
1 de enero al 7 de marzo.- en Toledo.
8 de marzo.- de Toledo a Aranjuez. Se ausenta durante el resto del año.
AÑO 1538
Tras su ausencia de nueve años, vuelve a Toledo, según ...
21 de octubre.- en Madrid y emprende viaje a Toledo, durmiendo en el camino.
22 de octubre.- llega a Illescas y pernocta. 23 de octubre.- de Illescas a Toledo.
24 de octubre al 31 de diciembre.- en Toledo, donde celebra Cortes el 1 de noviembre.
AÑO 1539
1 de enero al 11 de mayo.- en Toledo.
12 de mayo al 26 de junio.- el Emperador se retiró al Convento de los Jerónimos, velando su dolor por la muerte de la Emperatriz Isabel acaecida elide mayo al dar a luz a un niño, origen de su fallecimiento.
27 de junio.- regresa del Convento de los Jerónimos a Toledo y emprende viaje a Illescas, ausentándose el resto del año.
AÑO 1541
Tras su ausencia y procedente de Albacete, tras su desembarco en Cartagena, vuelve nuevamente, según ...
16 de diciembre.- de Hontanaya a Corral de Almaguer.
17 de diciembre.- de Corral de Almaguer a Villatobas.
18 de diciembre.- de Villatobas a Ocaña.
19 al 27 de diciembre.- en Ocaña, recibiendo a su hijo el Príncipe Felipe.
28 de diciembre.- de Ocaña a Aranjuez.
29 de diciembre.- de Aranjuez a Villaseca.
30 de diciembre.- en Villaseca.
31 de diciembre.- de Villaseca a Toledo.
AÑO 1542
1 de enero.- en Toledo.
2 de enero.- de Toledo a Aranjuez, siendo ésta su última estancia, puesto que tras los largos años de su permanencia en los diversos territorios hasta su abdicación el 25 de octubre de 1555, el retiro en el Monasterio de yuste se hizo siguiendo la ruta por la provincia de Avila, atravesando el puerto de Tornavacas y llegar a Jarandilla el 12 de noviembre de 1556, para ingresar en el citado Monasterio de Yuste el 3 de febrero de 1557, muriendo en el mismo el 21 de septiembre de 1558.
El Rey-Emperador, dentro del conjunto de sus largos viajes y extrema movilidad derivada de las responsabilidades y gobernación de los dilatados dominios de su Corona, mantuvo, pues, más de tres años, alternativamente, su estancia en Toledo y tierras toledanas, con independencia de las visitas e itinerarios por tierras limítrofes actuales que a la sazón pertenecían al reino de Toledo.
Es, pues, de obligado recuerdo así transcribirlo y divulgarlo en la presente ocasión con motivo de la conmemoración del 500 aniversario de su nacimiento.
Es, pues, de obligado recuerdo así transcribirlo y divulgarlo en la presente ocasión con motivo de la conmemoración del 500 aniversario de su nacimiento.
RESUMEN
La actividad viajera del Rey-Emperador Carlos, derivada de sus responsabilidades en la gobernación de los dilatados dominios de la Corona, aparece resumida en su discurso de abdicación en Bruselas el 25-10-1555.
Sin embargo, el detalle concreto diario de la mIsma se desconocía hasta el descubrimiento de sus Memorias en la Biblioteca Nacional de París por el belga Keruyn de Lettenhove.
De las mismas, dada la relevancia de su conocimiento y divulgación, hemos extractado lo referente a Toledo, habida cuenta del significado que tuvo y tiene hoy día tras los episodios del levantamiento de las Comunidades de Castilla protagonizado por Toledo, como muestra indudable del olvido y reconciliación que el ReyEmperador Carlos mantuvo con nuestra Ciudad.
Sin embargo, el detalle concreto diario de la mIsma se desconocía hasta el descubrimiento de sus Memorias en la Biblioteca Nacional de París por el belga Keruyn de Lettenhove.
De las mismas, dada la relevancia de su conocimiento y divulgación, hemos extractado lo referente a Toledo, habida cuenta del significado que tuvo y tiene hoy día tras los episodios del levantamiento de las Comunidades de Castilla protagonizado por Toledo, como muestra indudable del olvido y reconciliación que el ReyEmperador Carlos mantuvo con nuestra Ciudad.
JOSÉ MIRANDA CALVO
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