sábado, 17 de octubre de 2015

Brujas en Toledo

LAS BRUJAS 

La brujería asociada a la enfermedad mental debe ser tratada en estas páginas, puesto que también existieron terapias populares para sanar posesiones o prevenir las influencias de estos personajes con más síntomas de histerismo, esquizofrenia, depresiones, psicopatías o trastornos psiquiátricos, cuyos comportamientos fueron interpretados con la arbitrariedad que da el escaso conocimiento popular e incluso médico de las patologías de la mente humana.

Henry Sigerist dijo que «la psiquiatrkl moderna nació como disciplina médica de un cambio de actitudes con respecto a la brujería»,

No siempre la bruja nació de una patología determinada, a veces fueron mujeres u hombres marginados, a quienes por no pensar como los demás o tener comportamientos independientes fueron considerados como extravagantes, locos, herejes o brujas. Muchas mujeres perseguidas como brujas fueron simplemente enfermas mentales.

 Contra sus «maldades» no existía otro remedio que la magia o religión. En ambos casos se apelaba al poder divino contra un maleficio de origen metafísico. Los «médicos» del «alma» fueron pues curanderos o religiosos. Freud pensaba que la posesión diabólica equivalía a la histeria. 



En la provincia de Toledo fueron pocos estos casos demoníacos. Se conocen algunos en Toledo, Talavera, Oropesa, Villacañas, Madridejos ... De El Casar eran Juana la Izquierda, Olalla Sobrino y Catalina Mateo, tenidas por brujas y que abjuraron de levi en un auto celebrado en Zocodover en 1591, que contó con la presencia de Felipe II. 

Habían confesado bajo tormento. Catalina Mateo declaró que la enseñaron el «oficio» de bruja las otras dos, quienes la untaron las articulaciones de pies y manos con cierto ungüento «del que bastaba mojar un solo cabello para ser bruja». Dice de esta experiencia que al momento vio un cabrón que abrazó a la Olalla. 

El diablo más tarde la llevó por el aire entrando y saliendo de las casas, provocando situaciones propias de los efectos alucinógenos de las drogas que se habían aplicado. Otros casos de brujería se atribuyeron en el siglo XVII a la "Cacha» de Madridejos, o la pobre tía 23 «Fruncida» de La Puebla de Montalbán, acusada de bruja por lo que había visto en sueños su propia hija adoptiva. En Toledo tenía fama la «Pava, de la que se decía que se transformaba en pajarraco. En el siglo XVIII se hablaba en Argés de la presencia de brujas que se arrastraban por las viñas, oyéndolas gemir, diciendo que volteaban a las personas por el aire. 

A principios del siglo XIX una joven de Lillo fue acusada de ser bruja y «Capitana» de otras siete de El Toboso y Villa de Don Fadrique que, como ella, causaban enfermedad con sólo tocar y podían abrir una puerta con un alfiler y polvos en la cerradura. 

Para protegerse de todas ellas se utilizaron como remedio las «cruces contra las brujas» y las «dórninas»; ~n ambos casos, oraciones y exhorcismos impresos, algunas puestas en circulación por los monjes cistercienses. También se utilizaron otras con la imagen de San Caralampio, abogado de la peste y de todos los maleficios, que se debían guardar cerca de las personas a proteger. Curiosamente estas «bulas contra los maleficios» sólo beneficiaban a la persona cuyo nombre figuraba en ellas y con efectividad de un año. 

Por supuesto podían renovarse previo pago, naturalmente. La oración de las «Cruces contra las brujas» decía: 

«Te rogamos Señor Dios nuestro que esta criatura tuya reciba tu bendición para salvación de su cuerpo y de su alma de modo que pueda ofrecerte un servicio perfecto y halle siempre los beneficios de tu misericordia Amén. El poder de Dios + Padre, la sabidurfa de Dios + Hijo y la virtud del Espfritu + Santo te libre, te sane, creatura de Dios, de toda enfermedad o de todo peligro. Amén. En el nombre que Jesucristo Nazareno os conjuro a vosotros, Arcásides para que convertidas en agua salgáis de este cuerpo por el honor de Dios y por la devoción de los santos Benito, Bernardo, Antonio de Padua que interceden por nosotros. Amén. 

Por la señal de la Santa Cruz, por esta Señal has de quedar sano de toda enfermedad y que estos gusanos se vayan lejos, que salgan de tu cuerpo y mueran, para que llenos de gozo en el Señor digamos todos: «Cuando se acercaron contra mí los malhechores, el/os mismos tropezaron y sucumbierom. Amén»

Ventura Leblic García 
http://www.realacademiatoledo.es/index.php/publicaciones/temas-toledanos/1728-medicina-popular-en-la-provincia-de-toledo-por-ventura-leblic-garcia.html

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