Apenas existen vestigios de poblamiento árabe.
Durante la dominación de éstos, los Montes de Toledo fueron lugar de refugio para los mozárabes en época de persecución o revueltas en la ciudad y posiblemente continuó el culto cristiano en los antiguos cenobios como San Pedro de la Mata y Melque.
La Crónica Mozárabe del año 754 habla de cristianos que huían a los Montes donde morían de hambre.
En el siglo IX la comarca era una extensa zona muy despoblada en la que se aprecian tres clases de asentamientos: uno situado en las cercanías de Toledo, rico y culto, otro en el interior de la cordillera cubierto por grandes zonas boscosas muy despoblado, y un tercero en la vertiente del Guadiana influido por tribus de berberiscos.
En el siglo IX la comarca era una extensa zona muy despoblada en la que se aprecian tres clases de asentamientos: uno situado en las cercanías de Toledo, rico y culto, otro en el interior de la cordillera cubierto por grandes zonas boscosas muy despoblado, y un tercero en la vertiente del Guadiana influido por tribus de berberiscos.
1.En la época de la taifa toledana, en los Montes de Toledo había cazadores que obtenían animales de pieles finas que luego trabajaban los numerosos peleteros de Toledo. Desde la Peña Aguilera hasta los puestos del Carbonero y del Milagro, los cazadores tendían sus trampas y construían sus fosas
2. En el año 1085 la ciudad de Toledo fue conquistada por Alfonso VI tras siete años de asedio. La ciudad se entregó prácticamente intacta pero la campiña circundante sufrió importantes daños, agravados porque muchos musulmanes que abandonaban sus tierras, arrasaron los campos, destruyeron los plantíos y talaron las viñas
3.Tras la conquista de Toledo, se inició la repoblación de las tierras que se extienden entre la ciudad y el valle del Guadiana, en dos sectores cuyo punto de partida estaba en los límites del alfoz toledano 4.
En unode estos sectores la iniciativa fue de don Alonso Téllez de Meneses y en el otro del Arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada. La ocupación militar de la comarca fue inicialmente encomendada
por Alfonso VII a los templarios, que fundaron la encomienda de
4.Montalbán, con sede en el castillo del mismo nombre, desde el que defendían los caminos hacia Córdoba y Extremadura
5.En el año 1209, Alfonso VIII donó la villa de Montalbán a don Alonso Téllez de Meneses y un año después, el 1 de septiembre de 1210, por carta firmada en Burgos, le hacía entrega de Dos Hermanas y
4.Montalbán, con sede en el castillo del mismo nombre, desde el que defendían los caminos hacia Córdoba y Extremadura
5.En el año 1209, Alfonso VIII donó la villa de Montalbán a don Alonso Téllez de Meneses y un año después, el 1 de septiembre de 1210, por carta firmada en Burgos, le hacía entrega de Dos Hermanas y
Malamoneda
6. Estos dos castillo, en torno a los cuales existían sendos núcleos de población, fueron las bases utilizadas por don Alonso Téllez para dominar los territorios circundantes. Dos Hermanas permitió el desarrollo de diversos núcleos agrícolas y ganaderos que con el tiempo darían lugar a la aparición de Navahermosa. En cuanto a Malamoneda, don Alonso levantó una fortificación en un lugar donde ya existían los restos de un poblado de la época romana.
Desde ella podía vigilar el valle del Cedena, previniendo los peligros que podían llegar del valle del Estena en la otra vertiente. La defensa de esta zona quedó completada con la construcción del castillo de Muro junto al Guadiana, a partir del cual, pudo iniciarse entre los ríos Guadiana y Zújar el aprovechamiento ganadero que daría lugar a un montazgo en Cijara aprobado por Fernando III en 1255
7.La repoblación del segundo de los sectores a que hacíamos referencia, tuvo como base la construcción del castillo del Milagro, junto al puerto de Alover, en el camino de Córdoba, por el Arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada. Tras la conquista de toledo, Alfonso VI intentó extender sus conquistas hacia el sur, pero las derrotas de Zalaca en 1086 y Uclés en 1108 frenaron los sucesivos intentos de expansión, si bien los musulmanes no aprovecharon estos éxitos para recuperar el terreno perdido.
El resultado de todo ello fue que las tierras que se extienden entre el Tajo y el Guadiana se convirtieron en una peligrosa zona fronteriza que durante ciento treinta años tuvo que soportar algaradas musulmanas y cabalgadas cristianas que frecuentemente daban lugar a matanzas, robos, quemas de cosechas y pueblos y pérdidas de tierras.
El triunfo de las Navas de Tolosa en 1212, diecisiete años después de la derrota de Alfonso VIII en Alarcos frente a los musulmanes, afirmó el poder castellano sobre la antigua taifa toledana, abriendo las puertas a la conquista de Andalucía
8. La victoria de las Navas de Tolosa no impidió, sin embargo, que en 1213 una expedición del gobernador de Córdoba ocasionara una gran matanza en la torre de Foia Abrahem, junto al camino de Córdoba, alcanzando Pulgar, tras arrasar las aldeas de Alover, Villar del Porco, Peña Aguilera y Cervera.
Para evitar nuevas incursiones, Jiménez de Rada dispuso la construcción de nuevas fortificaciones en el castillo del Milagro y el domingo de Ramos del año siguiente, el arzobispo dejó allí un buen número de caballeros y otros combatientes que, no obstante, pronto hubieron de ser relevados a causa de los estragos que entre ellos habían producido los ataques de los moros.
Los recién llegados perfeccionaron las obras del castillo que poco a poco fue perdiendo importancia a medida que el camino quedaba libre de ataques
9.El arzobispo obtuvo del rey en 1214 la villa de Pulgar, con todos sus términos y otros territorios cercanos al Castillo del Milagro
10. En un documento fechado en Salamanca el 20 de enero de 1222, Jiménez de Rada hacía constar que Alonso Téllez había donado a la Iglesia de Toledo varios castillos entre los que se encontraban los de Dos Hermanas y Malamoneda.
6. Estos dos castillo, en torno a los cuales existían sendos núcleos de población, fueron las bases utilizadas por don Alonso Téllez para dominar los territorios circundantes. Dos Hermanas permitió el desarrollo de diversos núcleos agrícolas y ganaderos que con el tiempo darían lugar a la aparición de Navahermosa. En cuanto a Malamoneda, don Alonso levantó una fortificación en un lugar donde ya existían los restos de un poblado de la época romana.
Desde ella podía vigilar el valle del Cedena, previniendo los peligros que podían llegar del valle del Estena en la otra vertiente. La defensa de esta zona quedó completada con la construcción del castillo de Muro junto al Guadiana, a partir del cual, pudo iniciarse entre los ríos Guadiana y Zújar el aprovechamiento ganadero que daría lugar a un montazgo en Cijara aprobado por Fernando III en 1255
7.La repoblación del segundo de los sectores a que hacíamos referencia, tuvo como base la construcción del castillo del Milagro, junto al puerto de Alover, en el camino de Córdoba, por el Arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada. Tras la conquista de toledo, Alfonso VI intentó extender sus conquistas hacia el sur, pero las derrotas de Zalaca en 1086 y Uclés en 1108 frenaron los sucesivos intentos de expansión, si bien los musulmanes no aprovecharon estos éxitos para recuperar el terreno perdido.
El resultado de todo ello fue que las tierras que se extienden entre el Tajo y el Guadiana se convirtieron en una peligrosa zona fronteriza que durante ciento treinta años tuvo que soportar algaradas musulmanas y cabalgadas cristianas que frecuentemente daban lugar a matanzas, robos, quemas de cosechas y pueblos y pérdidas de tierras.
El triunfo de las Navas de Tolosa en 1212, diecisiete años después de la derrota de Alfonso VIII en Alarcos frente a los musulmanes, afirmó el poder castellano sobre la antigua taifa toledana, abriendo las puertas a la conquista de Andalucía
8. La victoria de las Navas de Tolosa no impidió, sin embargo, que en 1213 una expedición del gobernador de Córdoba ocasionara una gran matanza en la torre de Foia Abrahem, junto al camino de Córdoba, alcanzando Pulgar, tras arrasar las aldeas de Alover, Villar del Porco, Peña Aguilera y Cervera.
Para evitar nuevas incursiones, Jiménez de Rada dispuso la construcción de nuevas fortificaciones en el castillo del Milagro y el domingo de Ramos del año siguiente, el arzobispo dejó allí un buen número de caballeros y otros combatientes que, no obstante, pronto hubieron de ser relevados a causa de los estragos que entre ellos habían producido los ataques de los moros.
Los recién llegados perfeccionaron las obras del castillo que poco a poco fue perdiendo importancia a medida que el camino quedaba libre de ataques
9.El arzobispo obtuvo del rey en 1214 la villa de Pulgar, con todos sus términos y otros territorios cercanos al Castillo del Milagro
10. En un documento fechado en Salamanca el 20 de enero de 1222, Jiménez de Rada hacía constar que Alonso Téllez había donado a la Iglesia de Toledo varios castillos entre los que se encontraban los de Dos Hermanas y Malamoneda.
La donación fue confirmada por Fernando III en un documento fechado en El Fresno tres días después. Tal donación fue, en realidad, una venta ya que, según consta en una carta dada en Huete el 7 de octubre de 1226, el precio fue de 8.000 morabetinos y 1.000 cahíces de trigo y cebada
Publicado en la Revista de Estudios Monteños nº 96
ÁNGEL GÓMEZ-CABRERO ORTIZ
Mª. SOLEDAD FERNÁNDEZ DE LA IGLESIA
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