jueves, 2 de abril de 2015

Rejas del Coro Mayor de la Catedral de Toledo

Simbolismo 

Seis siglos, al menos, llevan su sello rejero en el mejor detalle de pleitesía de arte y ofrecen desde el siglo XV al XX una marca de distinción que la reja no pretende pero adquiere, al colocarse como guardiana y vigía en las diversas capillas y compartimientos de la Catedral.

Las rejas son arpa en armonía permanente para transparentar la melodía y dejar que el espíritu vuele para contemplar la maravilla. 

El Coro Mayor, para unos artistas la mejor reja del mundo, para otros entendidos, la obra más armoniosa, para otros, la gramática del plateresco, para todos, la enfrentada a la Capilla Mayor. Siete grandes balaustres dividen los seis paños de la reja, con mayor extensión los dos laterales, dos ocupan las puertas apenas perceptibles en la división, e iguales los dos centrales que en total ocupan los sesenta y seis bellos balaustres.



Siete pilares con sus bajorrelieves que representan figuras de santos en sus cuatro frentes, sostienen los grandes balaustres y a continuación una pequeña barra muy sencilla. Ahora comienzan las columnas -como todo el enrejado en aleación de hierro, cobre y latón- comienzan a ser redondas con los grutescos en el estrangulamiento de los balaustres principales y en los demás con mazorcas y anillas.

Se interrumpen para dar lugar a un friso, donde los grandes balaustres dan lugar a un atlante y el resto de balaustres se adornan, en alternancia de balaustres chiquitos con círculos de cabezas platerescas y cartelas en el segundo y quinto vano, que rezan de esta manera: Procul esto prophani (Alejaos de aquí, profanos) por fuera y por dentro, Psale el Psile (Canta y calla).

En el centro de esta franja aparece el escudo del Canónigo Obrero, Don Diego López de Ayala, enmarcados los lobos en campo blanco sobre hexágono rojo en rodela de oro que sostiene el escudo. El coronamiento, dividido por seis maravillosos candelabros en medio de otros cuatro, que tienen como peana bustos femeninos alados, flanqueados por bichas.

En estas figuras cabe el adorno de estas tarjetas: Ann MDLV/IIIPaulo /If. P.M./ Carolo VI lmper Regel (Año 1528 en el pontificado del Papa Pablo III y en el imperio del rey Carlos V) y por dentro: Joannes Martínez Siliceus Archiepiscopus To le t. Hispaniar. Primas, (Juan Martínez Síliceo, Arzobispo de Toledo, Primado de España) en división análoga a la de fuera.

Todo el conjunto converge al centro, donde campea el escudo del Cardenal Silíceo enmarcado en rodela dentro de un brioso templete, cuyo frontón sostenido por figuras aladas culmina en la figura del Redentor.

En este momento se ha de dejar volar la imaginación para que devenga en contemplación del conj,unto y se ense- ñoree en el embeleso de los detalles. ¿Cómo es posible que el hierro presente tamaña belleza? El maestro Céspedes, ayudado por su yerno Fernando Bravo, soñó un salmo, cincelado en hierro, cobre y latón, antes plateado y ahora, por mor del tiempo, con la pátina de siglos en su canto.

Francisco de Villalpando.
A los genios nacen cunas porque el genio escasea y hay que contarlo en la historia. Palencia, Zamora, Toledo le prestan partida de nacimiento. Valladolid le cuenta en su censo y allí tiene casa y taller. En el concurso abierto por el Cardenal Tavera para la verja de la Capilla Mayor y del Coro, compite con Cristóbal Andino y con Domingo de Céspedes, siéndole adjudicada la reja de la Capilla del Altar Mayor tras varios proyectos, licitaciones y tasaciones. El proceso comenzado a finales de la tercera década de 1500, culmina con la realización en los primeros de abril de 1548 y tasación final el 19 de septiembre de 1548.

CLEOFÉ SÁNCHEZ MONTEALEGRE Correspondiente 
http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/0048/03.pdf

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