jueves, 11 de julio de 2019

Religiosidad popular en la Comarca de Torrijos a través de las Relaciones Topográficas de Felipe II

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Las Relaciones Topográficas de los Pueblos de España son una obra de finales del siglo XVI mandada hacer por orden del rey Felipe II, de carácter estadístico, y cuyo objetivo principal era conocer la realidad, a través de una descripción al detalle, de todos los lugares que estaban bajo su dominio. 

La obra se compone de un cuestionario con varias preguntas que reciben el nombre de capítulos, a través de los cuáles se va desgranando toda la información: económica, social, demográfica, religiosa… 

El monarca facilita el cuestionario a personas capacitadas intelectualmente de cada lugar, para que contesten a las preguntas en el orden en que se proponen, elaborando así una síntesis de la historia y costumbres de cada pueblo o asentamiento.

Es una obra importante desde el punto de vista histórico-geográfico y antropológico, pues refleja la realidad de la España de finales del XVI, y nos aporta algunos datos de emplazamientos con los que no contamos en la actualidad.




 Se habla de lugares que en su día sufrieron un despoblamiento masivo y que llegaron a desaparecer, como los siguientes ejemplos: Hurtada, lugar donde nace el insigne Alonso de Covarrubias, cercano a Torrijos y Gerindote; La Higuera del Campo, unida a Hormigos (Hormigos y La Higuera del Campo) según aparece citada en las Relaciones; Adovea, despoblado cercano a Carriches; San Silvestre, cercano a Novés; San Pedro, ahora unido al núcleo urbano de La Mata, entre otros. 

San Pantaleón. Burujón

También es importante desde el punto de vista toponímico, pues nos muestra como han ido evolucionando los nombres de algunos pueblos o parajes a lo largo de los siglos: Albarreal de Tajo aparece como Alcalá del Río; y Val de Santo Domingo aparece como Santo Domingo del Valle.

Santa Julita y San Quirico. Barcience

Centraré este artículo en la localidad de Torrijos y su comarca, y me detendré de forma concreta en el capítulo 52 del cuestionario, que se refiere a las devociones que predominaban en cada lugar, y a las fiestas que llevaban aparejadas. 

El referido capítulo nos aporta una visión del hombre como “ser religioso”, pues la mayoría de esas fiestas se comenzaron a celebrar porque el grupo humano poblador de cada lugar así lo decidió en agradecimiento o por voto tras haberse visto librados de alguna calamidad. 

Y aquí es donde entra en juego la herencia recibida de la época medieval, donde toda la vida de las personas giraba en torno a los tiempos que marcaba la Iglesia. 

La siembra, la recolección, la vendimia, la matanza... dependían siempre del calendario litúrgico de la Iglesia, siempre coincidían con alguna festividad (San Martín, San Miguel…). 

También se veía muy ligada a la religión la salud, la mayor parte de las veces por supersticiones que el hombre medieval había generado y que pervivieron muchos siglos después. 

Pueblos y ciudades se afanaron en contar en sus iglesias con reliquias de toda clase de santos y santas, incluso del mismísimo Cristo y de Su Madre la Virgen. 

A tales reliquias atribuían poderes de sanación y el poder de evitar epidemias y desastres naturales, hasta tal punto que hubo un momento en que se generó un importante “tráfico de reliquias”, llegando muchas de ellas a ser invenciones o a ser falsas. 

Muchas de las festividades y devociones que se contemplan en el capítulo 52, y que algunas de las cuáles se mantienen en la actualidad, vienen unidas a esa devoción y veneración de las reliquias. 

Como veremos más adelante, hay devociones que se pueden considerar de carácter comarcal por extenderse por todo el marco geográfico de la comarca, y otras que quedan relegadas a un ámbito más local debido seguramente a la posesión de alguna de esas reliquias que antes mencionaba, o a la llegada de la devoción a través de algún monasterio u orden religiosa del lugar o a través de algún noble.




Resulta muy curioso que la mayoría de las devociones y fiestas de la comarca que se mencionan en estas Relaciones, en la actualidad han desaparecido o han pasado a ser celebraciones menores o de hermandades que se han encargado de seguir la tradición. 

En general, la veneración a tales devociones viene dada por un voto hecho por el pueblo por haberse visto librado en algún momento de tribulación (plaga, sequía, epidemia, climatología adversa…). 

Voto que en algunos casos se sigue manteniendo en la actualidad, perpetuando así celebraciones que vienen de antiguo. A continuación enumero los diferentes casos por los que se hace voto a un santo, santa o advocación de la Virgen o de Cristo, y las peculiaridades de cada uno de ellos:

Santa Brígida. Maqueda

Santos y santas que libraron de ciertas plagas, en su mayoría el pulgón o “calamidades de las viñas” como también lo denominan en algún lugar de los que tratamos, como Santa Olalla. Por este motivo es muy extendida la devoción a Santa Brígida, la cuál he localizado en seis pueblos, entre los que se encuentra Torrijos, dato que resulta muy curioso, pues de aquella devoción y festividad no ha quedado ni rastro en nuestra localidad, ni tan siquiera una representación iconográfica. 

Lo mismo ha ocurrido en otros cuatro lugares (Adovea, Hormigos, La Mata, y Santa Olalla), siendo Maqueda la única localidad que en la actualidad mantiene la devoción a Santa Brígida, a la que tiene por Patrona, y cuya fiesta sigue celebrando cada 31 de enero.

También se veneró a otros santos por este mismo motivo. 

Así, se celebraba en La Puebla y en Alcabón la Revelación de San Miguel o “San Miguel de Mayo” (día 8 de mayo) como también aparece citado, por haber librado a la población de las malas cosechas propiciadas por el pulgón; en Alcalá del Río (hoy Albarreal de Tajo) a San Pedro y San Pablo por “otras sabandijas” y el Lunes de Quasimodo por la ayuda recibida en la escasez de cosecha; en Domingo Pérez, San Silvestre y Escalonilla a San Gregorio Nacianceno; en Burujón al Glorioso San Pantaleón; en Erustes a San Jorge; en Quismondo a Santa Marina, en Santa Cruz del Retamar a la Virgen de la Paz; y en Villamiel a Santa Catalina por haberse visto librada la población de una plaga de langosta.

Otros santos y santas que libraron al lugar de ciertas inclemencias meteorológicas como la “piedra”, como se denomina en el cuestionario de Domingo Pérez, o que favorecieron las lluvias en tiempo de sequía. Por esto, honraban a San Juan Ante Portam Latinam en Alcalá del Río(Albarreal de Tajo); en Domingo Pérez a Santa Ana y al Triunfo de la Cruz o Cruz de la Batalla (16 de julio) como se cita en el cuestionario de Mesegar.

Contamos con un caso excepcional como es la devoción y la veneración al Mártir San Sebastián, muy extendida en nuestra comarca, debido al voto por haber librado por su intercesión de la peste. Trece son los pueblos que reflejan tal devoción en el cuestionario: 

Adovea, Alcabón, Alcalá del Río (Albarreal), Carriches, Erustes, Escalonilla, Gerindote, Hormigos, Maqueda, Mesegar, Rielves, Santo Domingo del Valle y Villamiel. En algunos de esos pueblos la veneración y celebración de este mártir ha desparecido y en otros se sigue manteniendo pero de manera poco destacada. Tan sólo se sigue celebrando con solemnidad en Villamiel de Toledo, donde es patrón.

 En Torrijos contábamos con una ermita consagrada a este santo y con una cofradía de la que era titular junto con San Fabián, cuyo emplazamiento estaba en el cementerio viejo, en la carretera de Albarreal, y que también desapareció. En la actualidad nada queda de esa devoción ni de su cofradía.

San Blas. Domingo Pérez

Otro santo muy venerado en aquella época en nuestra comarca era San Juan Ante Portam Latinam o “San Juan de Mayo” como aparece denominado en el cuestionario de Mesegar. Se celebraba en: Adovea, Alcalá del Río (Albarreal), Carriches, Caudilla, Gerindote, Huecas, Mesegar, Portillo y La Torre. 

Por lo que observo, en Hurtada debía ser grande la devoción al Evangelista, pues hasta allí acudían gentes de pueblos limítrofes a venerar al santo y a darle gracias por diversos favores. 




En varios cuestionarios encontramos referencias a esto, como por ejemplo en Gerindote donde dicen: “que guardan a San Juan Porta Latina por voto del pueblo, y van en procesion a San Juan de Hurtada, que esta a media legua del, y no se sabe por que causa o razon, o por que necesidad o devocion”. 

También encontramos referencias en Caudilla: “que en esta villa hay particular devocion antiquisima, que memoria de vivos no hay en contrario ni alcanza el origen que tuvieron, y es que a seis de mayo dia del señor San Juan ante Portam Latinam guarda este pueblo, y hizo procision, y va a un pueblo que se llama Hurtado, y dicen misa, y dan caridad a todo el pueblo de pan y vino y queso”.

De esta devoción tan extendida y de su fiesta nada ha quedado, en la actualidad en ninguna de las localidades citadas se celebra, y ni siquiera ha quedado testimonio alguno de la misma.

Cristo de la Caridad. Santa Olalla

La Santa Cruz de Ntro. Señor Jesucristo también desde tiempo inmemorial ha contado con especial veneración en nuestra comarca, y en algunos lugares se ha tomado por abogada en tiempos difíciles. 

Así, encontramos que son varios pueblos los que guardaban fiesta a finales del XVI en tres días distintos del año: el 3 de mayo también denominado “Cruz de Mayo” o Invención de la Santa Cruz; el 14 de septiembre o Exaltación de la Santa Cruz; y el 16 de julio el “Triunfo de la Santa Cruz” o “Cruz de la Batalla” como se denomina en el cuestionario de Mesegar. La Cruz de Mayo era festejada en Erustes de mano de la antigua cofradía de la Vera Cruz, que aún hoy existe; en Huecas; Quismondo y La Torre de Esteban Hambrán. 

La Exaltación de la Cruz se festejaba en Quismondo, celebración que hoy sigue presente en la localidad, festejando a primeros de septiembre al Cristo de la Salud, intuyo que como reminiscencia de aquella fiesta que ya se celebraba en el siglo XVI. 

Resulta muy curioso este dato, que solo Quismondo guardase fiesta el 14 de septiembre, pues hoy día muchos de los pueblos de nuestra comarca celebran sus fiestas patronales en esa fecha, día de la Exaltaciónde la Cruz, en honor a sus Cristos (Rielves al Cristo de los Remedios; Escalonilla al Cristo de la Cruz a Cuestas; Carmena al de la Cueva, Fuensalida al del Olvido…). La Cruz del Triunfo, celebrada el 16 de julio en recuerdo de la victoria en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), y que en el año 2012 cumplió 800 años, se festejaba en Domingo Pérez, Mesegar y Santa Olalla. 

Aún hoy pervive esta tradición en Santa Olalla, celebrando en ese día al Cristo de la Caridad y manteniendo una antiquísima tradición como es el Baile de la Bandera que cada año se realiza al término de la procesión del Cristo y la Virgen del Carmen.

 También se sigue celebrando en Santa Cruz, donde es titular de la Parroquia, y en La Puebla de Montalbán, que ese día festeja también por voto del año 1598 (no aparece en el cuestionario debido a que el voto se hizo años después de la publicación de las Relaciones de Felipe II) a su patrón el Cristo de la Caridad, por haberles librado de la peste.

Virgen de la Paz. Santa Cruz del Retamar

A la Virgen María también se la veneraba y festejaba, en la mayor parte de los lugares “por devoción”. En Escalonilla y Maqueda bajo la advocación de la Concepción, y en La Puebla, Santa Cruz del Retamar y La Torre de Esteban Hambrán bajo la de la Paz. 

La Puebla y Santa Cruz siguen manteniendo la devoción a la Virgen de la Paz, que además ejerce su patronazgo en ambos pueblos y lo celebran cada 24 de enero, destacando la tradicional Fiesta de los Soldados en Santa Cruz, en honor también a la Paz.

Tenemos también el caso de otras devociones más localizadas y menos extendidas en toda la comarca, pero de gran arraigo en los pueblos donde se encuentran. Se trata por lo general de mártires a los que también se acudió en momentos difíciles para paliar alguna plaga o alguna epidemia, como ya hemos visto en los puntos anteriores. De esta manera he podido localizar los siguientes: Santo Tomás Cantuariense en Alcabón; los Santos Mártires “Cirico e Julita” en Barcience; San Pantaleón en Burujón; Santa Águeda en Carriches; el Santo Ángel Custodio en Caudilla; Santa Ana y San Blasen Domingo Pérez; San Jorge en Erustes; San Germán en Escalonilla; Santa Eugenia y San Marcos en Huecas; los Santos Simón y Judas en Maqueda; San Antón en Mesegar; los Santos Mártires Cosme y Damián, San Antón y Santa Ana en Portillo; Santa Marina en Quismondo; San Silvestre y San Juan de Mata en San Silvestre; San Blas en Santo Domingo del Valle (hoy Val de Santo Domingo); Señor San Gil en Torrijos; y Santa Catalina en Villamiel. Muchos de estos pueblos mantienen aún la devoción y patronazgo de estos santos, como por ejemplo Torrijos que sigue honrando a San Gil, Barcience a Santa Julita y San Quirico, Burujón a San Pantaleón…

San Jorge. Erustes

A través de este recorrido por las tradiciones y devociones en la comarca de Torrijos en el siglo XVI, podemos comprobar cómo han evolucionado las mismas, manteniéndose con el paso de los siglos, o como ha ocurrido en otros casos llegando a desparecer sin dejar testimonio alguno. 

Muchas de las desparecidas constituyeron en otro tiempo las mayores celebraciones de cada lugar, perdiéndose con ellas tradiciones muy singulares como por ejemplo los ayunos de no comer carne que se hacían la víspera de la festividad en muchos lugares, como sacrificio en agradecimiento a la intercesión del santo o santa en cuestión; o el reparto de caridades consistentes en pan, vino y queso que también he localizado en algunos puntos de la comarca. 

También desplazamientos de romeros hasta ermitas o lugares de culto donde se celebraba la fiesta, como es el caso de San Juan de Hurtada que antes veíamos, y de lo que no queda nada.




Lo que sí está muy claro es que los tiempos cambian, todo evoluciona, y cada siglo nos ha ido dejando el testimonio de los hombres y mujeres de cada época que lucharon por mantener la idiosincrasia de cada lugar, o que por el contrario dejaron que muchas de esas señas de identidad cayeran en el olvido, así como muchos otros testigos de la historia, como por ejemplo es el patrimonio histórico y artístico, muy malogrado en muchas ocasiones.

Artículo publicado en la Revista "La Feria" de Torrijos (Toledo), en septiembre del año 2012.

Fuente Consultada: Viñas Mey, Carmelo; Paz, Ramón, Relaciones histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II: Reino de Toledo. Madrid. 1951)

*Todos los textos, así como las imágenes y los archivos de vídeo son propiedad del autor.

Publicado por Objetivo Tradición en 9:09

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