Voy a salir en seguida de esta pequeña ciudad de murallas y losas: ciudad de vías sin ventanas, sin tiendas, sin más movimiento que el de una plaza, donde convergen todos los carruajes.
Ciudad áspera y sin ternura, donde todo se apoya en la fuerza del alma y la violencia del firmamento.
Ciudad del silencio y el fervor; incandescente y solidificada.
Más tortuosa es que Venecia, que está rodeada de escombros y en la cual ninguna virtud interior se delata y descubre.
Ciudad en consunción: desfallecido pasmo.
Rene Schwob. Profundidades de España (1929)
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