Calle Trinidad
En la Calle Trinidad encontramos una puerta muy interesante que, por su disposición constructiva, podemos deducir que servía de acceso a una cochera. El gran ámbito existente entre jambas y la inexistencia de umbral debían facilitar el paso de carruajes o coches. Encima de la viga de madera, que hace de cargadero, se dispone una disposición de ladrillos radiales formando un rebajadísimo arco de descarga. Se trata con ello de llevar las cargas del peso del muro a ambos lados del hueco de paso. Este dintel, con los ladrillos colocados a sardinel, no corresponde, por estilo y tamaño de los ladrillos, a la época de construcción del edificio donde se dispone. Hueco y refuerzo del vano pertenecen a una reforma realizada en fecha posterior.
Calle Santa Leocadia
En la fachada de la Casa del Maestro, en la Calle Santa Leocadia, también podemos apreciar lo que debió ser una antigua cochera. Según nos comenta el propietario de este edificio existe una puerta tabicada, de idénticas proporciones, en la medianera trasera y situada en linea con esta de la fachada principal. Esta circunstancia puede indicarnos la existencia de un antiguo paso franco a un corral posterior.
Calle Taller del Moro
Aquí aparentemente no vemos ninguna puerta tabicada pero, si observamos más despacio, a nivel de suelo veremos el antiguo umbral de una puerta-cochera con los rebajes para facilitar el paso de los carruajes. De ahí la ilógica ventana y sus machones laterales, en este muro cerramiento del jardín del Palacio de Fuensalida.
Bajada del Pozo Amargo
En esta calle encontraremos gran número de puertas tabicadas. La mayoría como reflejo del abandono de muchos edificios. De la primera que comentamos poco podemos decir … puesto que no la vemos, sabemos que estuvo ahí por el azulejo municipal con el número de gobierno de esta puerta etérea. El acceso a este edificio se hace ahora por la Calle Cardenal Cisneros.
De la siguiente puerta tabicada, ubicada en la acera de los número impares bajando, comentaremos que no sólo las puertas sino también las ventanas, se han visto afectadas por este reciente mal que está contagiando a un cada vez más numeroso grupo de inmuebles de la ciudad. El objetivo es impedir a toda costa el acceso a estos edificios para evitar el asentamiento de okupas, y los complicados trámites legales que implican los desalojos. Resulta triste ver el elaborado aparejo islámico de esta fachada junto a los modernos rasillones del tabicado.
Bajando a la izquierda encontraremos tabicada otra de las entrada de este edificio y más abajo, subiendo una pequeña rampa, accederemos a un pequeño adarve que bordea lateralmente el caserón abandonado.
En este adarve, en el que también encontraremos huecos de paso secundarios tabicados, podremos contemplar los restos de la fachada de una posible mezquita. Ya vemos que la existencia de estos elementos patrimoniales, tan singulares, no sirven de impedimento para que este edificio esté abandonado.
Calle abajo, en el nº 7 de la Bajada del Pozo Amargo, encontraremos una portada singular parcialmente expoliada, su decoración heráldica y su portón han sido desmontados, y su hueco de paso ofendido y reducido por una moderna puerta de trastero. Este edificio y los siguientes calle abajo pertenecen al mismo dueño y consecuentemente sus puertas han corrido la misma suerte que esta del nº 7.
Plaza del Pozo Amargo
En la embocadura de la Bajada del Pozo Amargo con la plaza del mismo nombre existe una puerta parcialmente tabicada y convertida ahora en ventana. Arriba sobre su dintel todavía conserva el número de gobierno antiguo. Es muy común, en los edificios de vecinos, que los propietarios de planta baja tengan la “tentación” de abrir salidas independientes a la calle y que una ventana se convierta en puerta. Este quizás sea un buen ejemplo de ello. El paso del tiempo a vuelto a dejar las cosas como estaban.
Calle Buzones
En la fachada trasera del Convento de las Capuchinas, encontramos esta puerta que ha perdido casi por completo el revoco barroco que la decoraba. Esto nos permite ver con total claridad su disposición constructiva, arco de descarga en la parte superior, doble cargadero de madera apoyado sobre unas jambas, ejecutadas con labor de cantería, y umbral de granito.
Cobertizo de Doncellas
En el nº 2 de esta calle se ubica la llamada “Casa de los Machos”, aquí encontramos varias puertas tabicadas, cuatro de ellas singulares, al estar decoradas con yeserías, dos en el patio y otras dos en planta baja, en las alcobas del lado de poniente. Una de las interiores ocupa el paso de lo que fue un antiguo adarve. Esta antiquísima casa nos muestra así los innumerables cambios acaecidos en ella.
Bajada del Barco
En la Bajada del Barco, a la altura de la Plaza de las Benitas, en su acera derecha, existe un caserón hace pocos años “rehabilitado”, que conserva su puerta original tabicada y convertida en tradicional ventana. Según el investigador Jean Passini en este edificio vivío el insigne arquitecto Juan Bautista Monegro. Pese a la mala rehabilitación del edificio, que supuso casi su demolición completa, todavía se conservan, en su interior, algunos elementos de carpintería toledana singular. La fotografía de la izquierda, de Pedro Román Martínez, nos muestra como era la fachada del edificio a principios del siglo XX y su portada de acceso original.
Para no hacer excesivamente larga la entrada de hoy incorporaremos, en artículos posteriores, más información relativa a las puertas tabicadas de nuestra ciudad histórica.
por Jose María Gutiérrez Arias
Fuente del artículo: http://www.consorciotoledo.org/mil-puertas-tabicadas/
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