La portada barroca del Banco de España de la calle Cadenas, esquina a la calle Nueva, se trasladó en 1972 al nuevo templo parroquial en el barrio de la Estación
R.DEL CERRO
En septiembre de 1972, en el mismo lugar donde había existido una pequeña y encalada ermita alzada en uno de los pelados cerros que vigilaban las huertas del Tajo, el manantial de Cabrahigos y el arroyo de la Rosa, se bendijo el nuevo templo parroquial del barrio de Santa Bárbara que incluía un singular elemento que hoy es perfectamente visible y se entrelaza con otras claves del pasado.
La pieza en cuestión es precisamente su portada barroca que unos lustros atrás había estado enclavada, desde 1765, en la esquina de las callesCadenas y Nueva, en la mansión que fue de un rico sedero llamadoVicente Díaz Benito. Si bien el nombre del propietario se diluyó en el tiempo, la casa mantuvo su artística entrada aun cuando fue pasando por otras manos que alojaron allí funciones muy distintas en la segunda mitad del ochocientos. [FOTOGALERÍA: La historia de una puerta, en imágenes]
A finales de 1865, según consta en un acta fundacional, 152 «personalidades toledanas» promovieron una sociedad recreativa y cultural similar a las que surgían en otras ciudades, siendo bautizada como Centro de Artistas e Industriales. La primera sede estuvo en el nº 1 de calle de la Sillería -en la que fuera Fonda de Caballeros- y fue inaugurada el 19 de marzo de 1866. En 1871 la entidad se trasladó a la acera opuesta, a la casa del aludido sedero Díaz Benito, bajo un arriendo anual de 250 pesetas.
En 1884 la propiedad negó la prórroga del contrato y el Casino se trasladó al café de Los dos Hermanos, en la calle Nueva, para cambiarse, años después, a la plaza de la Magdalena. Lo que parece claro es que al dueño de la historiada casona asomada a la iglesia de San Nicolás le interesó desalojar a este «club» recreativo para suscribir un mejor contrato con el Banco de España, que en aquel momento buscaba un local para abrir su sucursal en Toledo. A partir de 1884 los socios del Casino dejaron de atravesar a diario la pétrea portada barroca para hacerlo, durante más de sesenta años, los empleados y usuarios del principal supervisor financiero del país.
El Banco de España tiene su raíz en 1782, en el entonces llamado Banco de San Carlos que, en 1829, se denominaría de San Fernando, fusionándose en 1847 con el de Isabel II. A partir de 1856 recibió el nombre actual, encargándose, desde 1871, en régimen de monopolio, de la emisión de billetes y moneda, tarea que hasta entonces habían ejercido otras entidades autorizadas. En la memoria colectiva, la imagen de esta institución se identifica siempre con su principal sede palaciega (trazada Eduardo de Adaro y Severiano Sainz), anclada junto a la madrileña fuente de Cibeles.
La primera piedra fue colocada por Alfonso XII el 4 de julio de 1884 mientras que Cánovas ejercía las tareas del Gobierno y las potencias europeas se repartían en Berlín el continente africano. En aquel año también se fijaba el monopolio estatal del servicio telefónico, Clarín publicaba La Regenta y Mazzantini tomaba la alternativa de manos de Frascuelo en Sevilla. En Toledo, el mismo año de 1884, el Banco de España había estrenado pues la nueva sucursal de la calle de las Cadenas; en el Ayuntamiento se sucedieron los alcaldes Antonio Bringas y Víctor González; en las calles se voceaba la publicación El Gatito Toledano y los toreros Ángel Pastor y Valentín Martín ocuparon los carteles taurinos de la feria.
Realmente la actividad del Banco de España en Toledo había comenzado al menos desde 1880 con un comisionado en la calle de la Plata, en el antiguo hospital de Bálsamo, ejerciendo la representación la«Viuda e Hijos de Rodrigo González Alegre», familia unida a la política local y a varios negocios, sabiéndose de una delegación en la calle de Núñez de Arce para la recaudación de contribuciones. En 1884 la entidad centralizaría toda su actividad en la calle de las Cadenas tras salir de ella el Casino. Hacia 1892, el banco logró adquirir el inmueble del que era inquilino, estudiando su ampliación en la segunda década del XX con la compra de algunos solares anejos. Sin embargo, como el entorno parecía angosto, se interesó por un lugar más amplio y asomado al paseo del Miradero: el convento de Santa Fe.
En febrero de 1935 se efectuó la compra a las religiosas santiaguistas, pero las circunstancias sobrevenidas en el verano de 1936 hicieron del edificio una línea de fuego cruzado, llenándose sus patios de combatientes, armas, vehículos encallados y cadáveres anónimos. Concluida la guerra no se abordó el traslado previsto de la sucursal deToledo a este lugar. Su actividad prosiguió en la calle de las Cadenas, iniciándose, eso sí, en 1949, las obras de derribo para acoplar allí el proyecto inicialmente ideado para Santa Fe, asunto que ampliaremos en un próximo capítulo.
Una conocida obra del recordado profesor Guillermo Téllez, La Casa Toledana recoge en sus páginas una fotografía con el siguiente pie: «Puerta del Banco de España (a destruir)». La imagen es la sólida portada del siglo XVIII que iba a ser desmontada en la calle de las Cadenas. Afortunadamente, años después, sus sillares volvieron a recomponerse en la iglesia de Santa Bárbara, cobijando ahora su dintel el paso de los fieles del barrio como antes lo hicieron la acomodada familia del industrial sedero, los socios de levita que iban a jugar al tresillo o los atildados funcionarios del Banco de España hasta 1949.
POR RAFAEL DEL CERRO MALAGÓN@ABC_TOLEDO / TOLEDO
Día 21/06/2015 - 19.56h
http://www.abc.es/toledo/ciudad/20150621/abci-historia-puerta-calle-nueva-201506211954.html
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